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Correlación entre madurez sexual, rendimiento

físico y antropometría en futbolistas jóvenes

 

*Departamento de Ciencias de la Salud

Universidad de Los Lagos, Osorno

**Departamento de Ciencias de la Actividad Física

Universidad de Los Lagos, Osorno

(Chile)

Daniela Teneos Gallardo* | Pedro Yáñez Ojeda*

Juan Loncón Pérez* | Esteban Huaquimilla Valdebenito*

Matías López González* | Emilio Vargas Pérez*

Jairo Azócar-Gallardo** | Rodrigo Ramírez-Campillo**

r.ramirez@ulagos.cl

 

 

 

 

Resumen

          Objetivo: correlacionar el rendimiento físico y la madurez sexual en futbolistas pre púberes. Métodos: participaron 20 futbolistas varones de 9 a 16 años, los cuales fueron evaluados mediante los test Illinois (agilidad), Naveta (resistencia cardiovascular), lanzamiento de balón medicinal (potencia tren superior), salto bipodal y unimodal (potencia tren inferior). Junto con estas pruebas se realizaron test antropométricos de peso, talla y pliegues cutáneos. Para medir el desarrollo sexual en los sujetos se utilizó el test de Tanner. Los resultados se analizaron mediante el programa Statistica versión 8.0. Resultados: los resultados indican mayor rendimiento físico (en todas las pruebas) en niños con mayor desarrollo sexual. También se observó una relación significativa entre desarrollo sexual y antropometría. Además, se observó una relación entre antropometría y rendimiento físico. Conclusión: existe una asociación entre maduración sexual, aptitud física y morfología. Por tanto, los cambios morfológicos y fisiológicos característicos de la etapa puberal condicionarían el rendimiento físico en jóvenes futbolistas.

          Palabras clave: Fútbol. Adolescencia. Rendimiento físico.

 

Abstract

          Objective: to correlate the physical performance and sexual maturity in youth soccer players. Methods: twenty young soccer players (age = 9-16 y) were evaluated in agility (Illinois test), endurance (Navette test), upper body power (medicine ball throwing), and lower body power (bilateral and unilateral jumps). Measurements of weight, height and skin folds were also assessed. To measure the sexual development subjects were assessed by the Tanner test. All data analysis was performed with Statistica software, version 8.0. Results: athletes with higher sexual development show higher physical performance in all tests. A significant relationship was observed between sexual development and anthropometry, and also between anthropometry and physical performance. Conclusion: there is an association between sexual maturity, physical performance and morphology. Therefore, the morphological and physiologic changes, characteristics of the pubertal age, had an effect on physical performance in youth soccer players.

          Keywords: Soccer. Adolescence. Physical performance.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 188, Enero de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La madurez sexual del niño juega un rol importante en el desarrollo de la capacidad física de cada individuo, siendo este un elemento clave para una buena adaptación al medio escolar, profesional y deportivo. Por esta razón es adecuado reconocer e identificar las capacidades físicas básicas (resistencia, agilidad, velocidad, salto y lanzamiento) de niños en período de desarrollo sexual (Guio, 2008), el proceso de crecimiento estaría conectado conjuntamente con el desarrollo sexual y físico, por lo cual cualquier cambio en algunas de las variables dependientes, independientes y/o interventoras, provocaría una evolución o un retraso de las capacidades físicas. Cabe destacar que la etapa de máximo rendimiento físico muchas veces coincide con el inicio de la pubertad en mujeres y varones (Comas, 2003). Dicho fenómeno se define como un periodo anabólico de gran intensidad, en el cual ocurren cambios diversos, entre los cuales se puede mencionar: un marcado aumento en la masa magra, así como en la cantidad de grasa corporal; aumento de la capacidad aeróbica máxima y mayor volumen del corazón (Guio, 2008). Es importante señalar que, en base a estudios longitudinales realizados con púberes, se ha demostrado que la práctica deportiva no afecta las medidas corporales ni la velocidad de crecimiento; y que tampoco tiene influencia en el crecimiento óseo o biológico, ni en la maduración sexual (Baxter et al. 1995). Un estudio de Guio (2008) en adolescentes demostró un mayor rendimiento físico en niños con mayor maduración fisiológica y morfológica, información que resulta de vital importancia para el evaluador, ya que contribuiría a un mejor control biomédico del entrenamiento y la preparación de niños y jóvenes. El desconocimiento de la relación entre madurez sexual y desempeño físico podría conducir a graves consecuencias para la salud (Gil e Irazusta, 2005). Además, el considerar solo la edad cronológica y no la biológica (lo cual implicaría no tomar en cuenta la enorme variación asociada con el estado de maduración) se podría estar arriesgando la salud y la vida deportiva de jóvenes talentos. Está ampliamente documentado en jóvenes practicantes de fútbol que el rendimiento físico está relacionado con el crecimiento y la maduración biológica (Leite et al. 2012). Al respecto López (2009) sostiene que la combinación de una mala planificación en las cargas de entrenamiento de volumen e intensidad por encima de la edad biológica, puede producir un desajuste fisiológico, que se manifiesta en: desequilibrio energético y hormonal, estancamiento del crecimiento, descalcificación ósea, escoliosis, problemas posturales, disminución del peso corporal, retardo de la aptitud física e incluso trastornos inmunológicos con descenso de las defensas orgánicas ante infecciones. Finalmente Pérez (2002) afirma que los distintos niveles de maduración temprano, promedio y tardío desempeñan un papel fundamental en los deportes. Es así como los maduradores tempranos o adelantados tienen una ventaja inicial para algunos deportes, en los que la estatura, el peso, la fuerza, la potencia y la resistencia cardiovascular desempeñan una función primordial. Se debe tener presente que el niño no es un adulto en miniatura, sino un ser humano en evolución, y que a cada etapa de su crecimiento y desarrollo propiamente tal corresponden características de maduración específicas y particulares, las cuales deben ser tomadas en cuenta en el momento de planificar los entrenamientos. Por lo tanto, el objetivo de la investigación fue determinar la relación entre rendimiento físico, antropometría y madurez sexual en niños y jóvenes futbolistas.

Métodos

    Veinte niños de sexo masculino de la escuela de fútbol infantil “Los Toritos”, de la categoría amateur, con edades entre 9 a 16 años (i.e. 4 niños de 9-10 años, 4 de 11-12 años, 4 de 13-14 años y 4 de 15-16 años de edad). Todos los futbolistas, sus apoderados y su entrenador, dieron su consentimiento firmado para participar en la investigación. Solo fueron incluidos futbolistas de sexo masculino, que entrenaran al menos 3 horas/semana, en periodo competitivo, con al menos 1 año de experiencia competitiva y entrenamiento regular; libre de lesiones que le impidan completar test de esfuerzo físico de alta intensidad.

Mediciones

    Todas las pruebas fueron realizadas bajo con condiciones climáticas (temperatura, humedad y presión) similares. Se otorgó máxima motivación verbal a los futbolistas durante el desarrollo de las pruebas de rendimiento físico. Un calentamiento general se llevó a cabo antes de las mediciones de rendimiento físico (10 minutos de trote, movilidad articular), junto con un calentamiento específico antes de cada prueba. Todas las mediciones fueron realizadas mientras los sujetos vestían zapatillas, short y polera deportiva.

  • Masa Corporal. Se determinó mientras el futbolista vestía ropa ligera y se encontraba descalzo. Se utilizó una balanza digital con precisión de 0.1 kg. Recomendaciones previas (Malina, 1995) fueron consideradas para la determinación de esta variable.

  • Talla. Se determinó mientras los deportistas se encontraban descalzos. Se consideró la distancia entre el suelo y el vértex craneal, mientras el futbolista permanecía erguido, con la posición de la cabeza en el plano de Frankfort (i.e. la línea imaginaria que pasa por el borde inferior de la órbita ocular y el punto más alto del conducto auditivo externo debían estar paralelos al suelo). El evaluador se ubica delante del sujeto y solicitaba al evaluado colocar los pies y las rodillas juntas, con los talones, cara posterior de glúteos y cabeza adheridos al plano posterior del estadiómetro utilizado para la medición. Posteriormente el evaluador tomaba al sujeto con las manos colocando los pulgares debajo de la mandíbula y el resto de los dedos tomando la cabeza por los costados. Luego se solicitó al deportista respirar hondo, mientras se produce una suave tracción hacia arriba, solicitando relajación y estiramiento En ese momento se procedió al posicionamiento del borde superior del estadiómetro sobre el vértex, leyendo y registrando el valor de la talla en centímetros.

  • Pliegues cutáneos. Los pliegues del tríceps, bíceps, subescapular y suprailíaco fueron determinados mediante calibre Gaucho Pro. El evaluador sostuvo el calibre con la mano derecha, y con el dedo pulgar e índice de la mano izquierda generaba el pliegue cutáneo (i.e. doble porción de piel y de tejido celular subcutáneo subyacente), excluyendo tejido muscular; comprimiendo firmemente el pliegue generado. Una vez generado el pliegue el evaluador colocaba el calibre sobre el pliegue, permitiendo que los platillos de compresión de los extremos comprimieran firmemente el pliegue. La lectura en el dial se llevó a cabo dos segundos después de aplicada la presión, evitando que, de continuar la presión, la elasticidad del tejido se alterara (i.e. valor menor). Los platillos de presión del calibre se aplicaron a 1cm por debajo de los dedos que generaban el pliegue. Todos los pliegues cutáneos se midieron en el lado derecho del cuerpo. Para la medición del pliegue tricipital se ubicó la parte posterior del brazo, por sobre el músculo tríceps, a mitad de camino entre los procesos de olécranon (en el codo) y acromial (en el hombro).El pliegue bicipital se determinó en la parte anterior del brazo, por sobre el músculo bíceps, al mismo nivel que le pliegue tricipital. El pliegue subescapular se midió en la espalda, justo por debajo del ángulo inferior de la escápula. El pliegue suprailíaco se midió inmediatamente por encima de la cresta ilíaca, en la línea medio axilar (Malina, 1995).

  • Madurez sexual. Se determinó mediante el diagrama de Tanner, previo consentimiento de los padres, y en presencia de uno o más apoderados. Para el test se contó con una planilla de imágenes y datos, las cuales fueron completadas por los deportistas en forma individual y separada del resto de los deportistas. Las planillas mostraban imágenes grafica de los genitales (madurez sexual genital) y vello púbico (madurez sexual pubiana), de acuerdo a 5 etapas de maduración sexual estándares. El futbolista debía reconocer a cuál de esas 5 etapas correspondía su desarrollo (Rodríguez).

  • Salto horizontal bipodal. El test permitió determinar la fuerza explosiva de los miembros inferiores. Para realizarlo se utilizó un foso de arena y una cinta métrica de metal. El sujeto se situó con los pies ligeramente separados y paralelos, a la misma distancia de la línea de partida. Con ayuda del impulso de brazos y un contramovimiento ejecutó un salto hacia delante sin carrera previa, impulsándose con ambos pies a la vez y sin pisar la línea de salida. La medición se desarrolló desde la línea de impulso hasta la huella más cercana dejada tras el salto por cualquier parte del cuerpo (Martínez, 2003). Se efectuaron 3 intentos, utilizándose el mejor de ellos para el análisis estadístico. Entre cada intento los deportistas descansaban 60 segundos.

  • Salto horizontal unipodal: las mismas instrucciones señaladas para el test anterior fueron utilizadas para el test de salto horizontal unipodal, salvo que en este último la fuerza explosiva de ambos miembros inferiores fue determinada por separado, para lo cual los sujetos se ubicaban detrás de la línea de parida parados en un solo pie, mientras que la pierna contralateral debía estar en flexión de 90° (Fort Vanmeerhaeghe et al. 2008). Se efectuaron 3 intentos, utilizándose el mejor de ellos para el análisis estadístico. Entre cada intento los deportistas descansaban 60 segundos.

  • Lanzamiento de balón medicinal: el test permitió cualificar la fuerza explosiva de las extremidades superiores. Se usó un balón medicinal de 3 kg (Martínez, 2003). El futbolista sujetaba el balón con ambas manos y se ubicaba detrás de la línea de lanzamiento, manteniendo posición erguida. Desde esta posición lanzaba el balón (acción concéntrica) con la instrucción de alcanzar la mayor distancia horizontal posible. Se efectuaron 3 intentos, utilizándose el mejor de ellos para el análisis estadístico. Entre cada intento los deportistas descansaban 60 segundos.

  • Test de agilidad de Illinois. Para la realización de este test se usaron conos, cinta métrica de metal y fotocélulas eléctricas (ErgoTester, Globus, Codogne Italia). El test se completó bajo techo, en un gimnasio con suelo de madera. El protocolo del test fue el mismo señalado previamente por otros autores (Sanabria, 2012). Se efectuaron 2 intentos, utilizándose el mejor de ellos para el análisis estadístico. Entre cada intento los deportistas descansaban al menos 120 segundos.

  • Test Naveta. El test se completó bajo techo, en un gimnasio con suelo de madera, de acuerdo a especificaciones señaladas previamente (Martínez, 2004). Cada futbolista realizó un intento máximo hasta fatiga voluntaria, o hasta que el evaluado no pudo mantener el ritmo de carrera en 2 periodos consecutivos.

Análisis estadístico

    Los datos fueron analizados en cuanto a su normalidad con el test de Shapiro-Wilk y Levene respectivamente. Debido que los datos no tuvieron una distribución normal, se aplico el test de Spearman para correlacionar las variables. Se estableció significancia estadística en p<0.05.Los análisis estadísticos se realizaron con el programa Statistica versión 8.0.

Resultados

    La tabla 1 muestra los valores de edad cronológica, edad biológica (i.e. madurez sexual), características antropométricas y rendimiento físico de los futbolistas evaluados.

Tabla 1. Madurez sexual, características antropométricas y rendimiento físico de futbolistas entre 9 y 16 años de edad.

    La edad cronológica y la edad biológica se correlacionaron significativamente con todas las variables de rendimiento físico (desde r = -0.59 a 0.87; y desde r = -0.73 a 0.72, respectivamente), y algunas variables (peso, talla, pliegue bicipital) antropométricas (desde r = 0.88 a 0.94; y desde r = -0.63 a 0.69, respectivamente). Mientras que el rendimiento físico se correlacionó significativamente con la antropometría (desde r = -0.76 a 0.80). Con respecto a esto último, interesantemente todas las variables de rendimiento físico se correlacionaron significativamente con la talla y el pliegue bicipital. El detalle de las correlaciones encontradas se muestra en la Tabla 2.

Tabla 2. Correlación* entre variables de edad cronológica, edad biológica, rendimiento físico y antropometría en futbolistas de 9 a 16 años de edad

Discusión

    Nuestros resultados muestran que la maduración sexual se relaciona significativamente con el rendimiento físico en niños futbolistas. Específicamente, el desarrollo genital y de vello pubiano (aunque este último en menor grado) se correlacionó con el rendimiento de lanzamiento de balón medicinal, test naveta, salto horizontal unipodal-bipodal, y agilidad. Así, a mayor desarrollo sexual, mejor rendimiento físico en estas pruebas. Estas relaciones se podrían explicar por aumento de la testosterona conforme al niño que avanza en su edad (Cruz, 2010), ya que la testosterona tiene una relación directa con el desarrollo de la fuerza del niño (Kraemer et al. 1989).Los resultados también muestran que las características antropométricas se relacionan significativamente con el rendimiento físico en niños futbolistas. Específicamente, la talla se correlacionó con el rendimiento de lanzamiento de balón medicinal, test naveta, agilidad y salto unipodal-bipodal. Cabe señalar que la talla se correlacionó con la madurez sexual de los futbolistas (tanto genital, como de bello púbico), por lo que la relación observada entre talla y rendimiento físico también podría explicarse por las características del ambiente hormonal que presenten los jóvenes deportistas, similar a lo señalado en previos estudios, donde el aumento de potencia se relacionó con el pico de velocidad de crecimiento (PVC) (Sepúlveda, 2012; Leite et al. 2012).

    Por otra parte las variables pliegue bicipital y tricipital se correlacionaron negativamente con el rendimiento físico, es decir, a mayor pliegue bicipital y/o tricipital, menor rendimiento físico. Esto no ocurrió con las variables pliegue subescapular o suprailíaco, lo cual puede estar indicando que los pliegues apendiculares podrían ser un mejor indicador del desarrollo antropométrico en relación al rendimiento físico en jóvenes jugadores de futbol. Los resultados obtenidos son similares a los obtenidos en investigaciones previas (Almalgia et al. 2009). Debido a que la velocidad, resistencia, agilidad y fuerza son cualidades físicas importantes en el fútbol infantil, la preparación física de los deportistas debería tener en consideración las características antropométricas del jugador, y su relación con el desempeño físico, lo cual podría permitir un mejor control y programación de las cargas de entrenamiento. La antropometría también tiene una importancia especial durante la adolescencia porque permite vigilar y evaluar los cambios mediados por las hormonas de crecimiento y la maduración de este periodo, además proporciona indicadores del estado nutricional y riesgo para la salud y aporta al diagnóstico de obesidad (Vidaillet et al. 2003).

Conclusión

    En niños futbolistas, la madurez sexual se relaciona con las características antropométricas y de rendimiento físico, así como también estas últimas se relacionan con el rendimiento físico.

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