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Hitos de la historia de la fisiología del ejercicio

 

*Maestro: especialidad en Educación Física por la Universidad de Murcia. Graduado

en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Pontificia de 

Salamanca Máster de Investigación en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

por la Universidad de Murcia. Maestro de Educación Física

en el C.E.I.P. Micaela Sanz Verde de Archena (Murcia)

**Maestro: especialidad en Educación Física por la Universidad de Murcia. Maestro

de Educación Física en el C.E.I.P. Micaela Miguel Medina de Archena (Murcia)

Andrés Rosa Guillamón

Gustavo Saorín Avilés

andres.rosa@um.es

(España)

 

 

 

 

Resumen

          La fisiología del ejercicio, como ciencia que ha contribuido a la mejora del rendimiento en el deporte, se ha forjado a través de las investigaciones y descubrimientos de numerosos autores. En el presente trabajo, se presentan el consumo máximo de oxígeno y la potencia funcional como hitos de la historia de la fisiología del ejercicio.

          Palabras clave: Fisiología del ejercicio. Entrenamiento. Rendimiento.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 188, Enero de 2014. http://www.efdeportes.com/

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1.     Introducción

    El análisis del comportamiento funcional del organismo durante el ejercicio físico, y las consecuencias que el entrenamiento tiene a nivel estructural y funcional sobre el cuerpo humano, debe ser un objetivo compartido por fisiólogos y profesionales del ámbito de las ciencias de la actividad física y el deporte.

    Durante décadas, han sido los fisiólogos del ejercicio los encargados del estudio y promoción de investigaciones que aportasen conocimiento sobre la respuesta orgánica frente al ejercicio. El estudio de parámetros, variables o indicadores relacionados con la respuesta orgánica al ejercicio físico, tales como el consumo máximo de oxígeno (VO2máx) o el umbral funcional se han mostrado a lo largo de décadas como grandes hitos que además han forjado la historia de la fisiología de ejercicio. La determinación del rendimiento en la práctica física a través del consumo máximo de oxígeno (VO2máx), y su relación con otros indicadores como el umbral anaeróbico o la potencia funcional ha sido trascendental en el mundo del deporte durante más de 80 años.

    En la actualidad, más allá del ámbito de la medicina, han sido los profesionales de la actividad física y el deporte, con sus conocimientos en materia de entrenamiento deportivo, prescripción de ejercicio físico saludable o diseño de programaciones de educación física de base, los que también han colaborado en el estudio, análisis, proyectos y ejecución de experiencias que aportan conocimiento al comportamiento del organismo cuando es sometido a un tipo de práctica física concreta, y de esta manera han seguido contribuyendo a la construcción como ciencia del entrenamiento de la fisiología del ejercicio.

    De esta manera, la fisiología del ejercicio ha asumido diversas competencias relativas a diferentes campos de intervención dentro del ámbito de la actividad física y el deporte. Así, dentro del área deportiva contribuirá a mejorar el rendimiento; en el marco de la salud, se preocupará por la prescripción de ejercicio físico como medida preventiva de patologías o como elemento coadyugante en tratamientos médicos; y dentro del espacio escolar, favorecerá la adquisición de hábitos de práctica física dentro de un estilo de vida saludable.

    La fisiología del ejercicio es por tanto, una materia de vital importancia dentro del ámbito ciencias de la actividad física, el deporte, y la educación, ya que ha contribuido durante décadas a la comprensión del funcionamiento orgánico, el cual puede considerarse un elemento de base sobre la que se apoyan diferentes teorías vinculadas al entrenamiento deportivo o a la educación física escolar.

    Asimismo, la fisiología del ejercicio es una ciencia relevante para cualquier profesional del ámbito de la actividad física y el deporte debido a que la optimización de los procesos relacionados con las materias que son responsabilidad de estos profesionales (entrenamiento deportivo, fitness, actividad física y salud, educación física o actividad física en poblaciones especiales), es posible a partir de los conocimientos que promueve la fisiología del ejercicio. 

2.     Hitos de la fisiología del ejercicio 

2.1.     El consumo máximo de oxígeno

    El consumo máximo de oxígeno (VO2máx) es un parámetro que refleja la máxima capacidad de trabajo físico de un individuo, y valora de forma global el estado del sistema de trasporte de oxígeno (O2), desde la atmósfera ambiental hasta su utilización en el músculo, integrando el funcionamiento de los aparatos respiratorio y cardiovascular, así como del metabolismo energético. 

    El consumo de oxígeno (VO2) se encuentra estrechamente vinculado a diversos factores centrales (corazón y pulmones), y a otros factores periféricos como la diferencia arterio-venosa de oxígeno (d (a-v) O2) que a su vez, condiciona el contenido de O2 en la sangre arterial (ventilación, difusión, trasporte de O2 desde los pulmones hasta la células), y en la sangre venosa (extracción de O2 por los tejidos). El VO2 (VO2= Q x D(a-v) O2) es el resultado del producto entre el gasto cardiaco (Q) y la diferencia arterio-venosa de oxígeno (dif (a-v) de O2).

    El origen y posterior evolución de estos parámetros fisiológicos, se ha producido a través de las investigaciones realizadas por autores como Hill et al., realizadas desde principios del Siglo XX. 

    Hill, Long & Lupton (1924), en un trabajo denominado “El ejercicio muscular, el ácido láctico, y el suministro y utilización de oxígeno”, fueron los primeros en describir con claridad el concepto de VO2máx,y lo describen como la noción de un límite superior en el cuerpo en la capacidad de tomar O2 durante el esfuerzo. En este mismo documento, estos autores señalan que en la gestión de la demanda de oxígeno, el VO2máx aumenta de manera continuada a medida que se incrementa la velocidad de la carrera, alcanzando los mayores valores en las velocidades más altas, obteniéndose un valor máximo más allá del cual ningún esfuerzo se puede mantener por mucho tiempo, debido a las limitaciones del sistema circulatorio y respiratorio.

    En la Universidad de Manchester, Hill, Long & Lupton (1924) realizaron una serie de investigaciones de tipo experimental, en las cuales midieron en sí mismos el VO2máx corriendo alrededor de una pista de hierba de 85 metros. Las muestras de aire espirado se recogieron en una bolsa de Douglas, que llevaban atada a la espalda. Las bolsas de Douglas fueron luego, cuidadosamente analizadas para comprobar el porcentaje de O2 y CO2 mediante el uso de un analizador de gases de Haldane. El volumen de la bolsa se ​​midió por medio de un gasómetro Tissot. El VO2 se calculó utilizando los datos aportados por el analizador de gases Haldane utilizando la ecuación de Fick, (VO2= Q x D(a-v) O2), y una regla de cálculo. Al replicar este experimento varias veces, fueron capaces de estudiar la evolución temporal en el aumento de VO2 en los diferentes regímenes de ejecución (Gráfico 1).

    Posteriormente, Hill, Long & Lupton (1924), mostraron los datos que verificaban empíricamente la relación entre velocidad de carrera y VO2 (l /min) (Gráfico 2). 

    Astrand (1952), más tarde examinó la relación entre VO2 y velocidad de carrera. Esta vez la prueba experimental se realizó a ritmos de carrera diferentes. Encontraron que la tasa de aumento en el VO2 es un factor que determina la intensidad de rendimiento en una prueba de carrera, y más allá de un ritmo de carrera determinado, el VO2 no se puede elevar a niveles más altos. Esto confirmó la hipótesis de Hill, Long & Lupton (1924), de que existe un límite superior en la capacidad de un individuo de consumo de O2, y hoy en día este concepto es aceptado en general por la comunidad científica.

    Siguiendo a Hill et al. (1924), se sugieren cinco factores determinantes del VO2máx:

  1. La saturación arterial de O2

  2. La saturación venosa mixta. 

  3. La capacidad de transporte de O2 de la sangre. 

  4. La tasa de circulación sanguínea.

  5. El gasto cardiaco (Q), añadido posteriormente por Hill et al. 

    Aunque ya en 1915, Lindhard había establecido la relación entre rendimiento físico y capacidad cardiovascular en estudios realizados con atletas, fueron Hill et al., en 1924 los que corroboran empíricamente gracias a los avances tecnológicos de la época, que los atletas entrenados tienen un corazón con mayor capacidad de bombeo que los sujetos no entrenados. Posteriormente, Rowell et al. (1966) determinaron en diversos estudios que en aquellos estados donde el gasto cardiaco máximo se encuentra alterado, el VO2máx se muestra en la misma dirección, es decir, se encuentra en valores elevados.

    Hill, Long & Lupton (1924), plantean asimismo la posibilidad de una limitación pulmonar que puede condicionar el VO2máx. Sin embargo, creían que en la mayoría de las personas los pulmones realizan su trabajo de oxigenación de la sangre arterial de forma eficaz. En este sentido, señalan que nunca, incluso en los ejercicios más duros, se muestran todos los signos de cianosis. Esta fue una idea revolucionaria para aquella época, ya que llegó a esa conclusión utilizando el color de la cara, los labios y los lechos de las uñas en lugar de un oxímetro de pulso. 

    Sin embargo, Hill, Long & Lupton (1924), advirtieron que sí se asume la existencia un completo equilibrio entre los pulmones y la sangre arterial en el trabajo máximo, debido a la rapidez del paso de la sangre a los capilares pulmonares. Esta hipótesis fue confirmada años más tarde, cuando los investigadores mostraron que los atletas de élite con alto gasto cardíaco pueden experimentar una caída en la saturación de O2 arterial debido a una disminución en el tiempo de tránsito medio de células rojas.

    Se ha descrito la presencia de una limitación en la difusión de oxígeno en el músculo periférico (Honig). Este hecho fue previsto por Hill, Long & Lupton (1924), que señalaron que por más que la velocidad de carrera aumentase más allá de un límite, no había un incremento en el consumo de oxígeno que pudiese producirse a través del corazón y los pulmones, ya que la circulación y la difusión de oxígeno a los fibras musculares activas habían alcanzado su máximo nivel de saturación.

    En este sentido, Robinson, Dill, Tzankoff, Wagner & Robinson (1975), concluyen que no hay limitación en el VO2máx. a partir de un solo factor, y que es importante tener en cuenta todas las variables que influyen en el transporte de O2

    Aunque, la evidencia empírica muestra de manera inequívoca la enorme relevancia en conjunto de cada uno de estos factores sobre el rendimiento físico, la importancia relativa de cada una de estas variables, en virtud de un determinado conjunto de circunstancias sigue siendo un tema objeto de estudio.

    El debate en el ámbito de las ciencias de la actividad física y el deporte en torno al concepto de VO2máx y su influencia sobre el rendimiento en el deporte, ha generado la realización de estudios en relación a otras posibles variables que aporten una mayor claridad sobre la fisiología del ejercicio físico. De esta manera, investigadores como el Dr. Andrew Coggan se han centrado en un concepto conocido como umbral funcional.

2.2.     El umbral funcional

    El umbral funcional es un concepto asociado sobre todo al ámbito del ciclismo de competición. Este término fue definido como la máxima potencia promedio que el atleta puede sostener durante una hora, y es una medida directa del rendimiento en el ciclismo (Coggan, 2006). 

Potencia funcional

    Uno de los indicadores dentro del concepto de umbral funcional es el de potencia. Coggan (2006), define la potencia en el umbral funcional de un ciclista (FTP por sus iniciales en inglés), como la máxima potencia promedio que puede sostener un ciclista durante 1 hora, o a los efectos prácticos en una contrarreloj de 40km (50-70 minutos).

    La introducción de la presentación de su sistema de entrenamiento de ciclismo basado en la medición de potencia en el umbral funcional (“Threshold power: what is it, why is it important, and how do I measure it?”), permite apreciar los principales argumentos de este sistema.

    Siguiendo a Coggan (2006), desde hace más de 30 años los fisiólogos del ejercicio han verificado que la intensidad a la cual el lactato comienza a acumularse en la sangre del atleta (es decir, su umbral de lactato, LT por sus siglas en inglés), es un predictor fiable de su capacidad de rendimiento en pruebas de fondo. Esto se debe a que, si bien el acondicionamiento cardiovascular (consumo máximo de oxígeno – VO2máx) establece el límite superior de capacidad de producción de energía por medios aeróbicos, es su acondicionamiento metabólico (es decir, su LT), lo que determina el porcentaje o fracción del VO2máx que puede ser utilizado para una determinada duración de la prueba. Las variables fisiológicas que determinan el LT son complejas, pero en este contexto, el nivel de lactato en sangre actúa como un marcador indirecto que determina la mezcla de sustratos energéticos (Ej. carbohidratos vs. grasas) que se utilizan y el nivel de fatiga muscular.

    Por consiguiente, el LT –especialmente cuando se expresa como potencia dado que tiene en cuenta la eficiencia del ciclista- es un factor fisiológico individual determinante del rendimiento en pruebas ciclistas que van desde la persecución en pista, que dura unos pocos minutos, a las pruebas por etapas que duran varios días. Adicionalmente y debido a que el impacto metabólico que se produce cuando se entrena a una determinada intensidad depende fundamentalmente de la potencia producida relativa a la potencia al LT, este parámetro provee una base fisiológica consistente sobre la cual diseñar una planificación de entrenamiento basada en la medición de potencia.

    Además, la investigación de laboratorio ha verificado que la potencia que un ciclista puede producir durante 60min se correlaciona fuertemente, pero es algo superior, con su potencia al LT (definido como la intensidad a la que se produce un incremento de 1mmol/L de lactato en sangre respecto al nivel base)
y tiende a coincidir con la potencia al MLSS.

    El valor preciso obtenido por este método variará ligeramente según la duración exacta de la prueba y el nivel de motivación y la habilidad del atleta de seleccionar un ritmo adecuado, etc. Sin embargo, esta variación es pequeña con relación a la amplitud con la que se definen los niveles de entrenamiento.

    Un método aún más sencillo para estimar la potencia al umbral consiste en medir la potencia que el atleta puede producir habitualmente durante los entrenamientos de intervalos largos orientados a mejorar el LT (Ej. 2x20’), esto típicamente estará muy cercano (digamos dentro de un 5%) de la que puede producir durante una contrarreloj de 40km en carrera, la duración más corta y el o los períodos de recuperación compensan parcialmente el diferente nivel de motivación entre ambas situaciones (aunque la FC promedio es probable que sea significativamente más baja en entrenamiento que en carrera), la principal ventaja de este método es que permite un monitoreo habitual sin necesidad de una prueba formal.

Potencia crítica

    Otro método más complejo de medir el umbral funcional es el basado en la idea de Potencia Crítica (Critical Power Model, Scherrer y Monod). Conceptualmente la potencia crítica es una potencia que puede ser mantenida por “muy largo tiempo sin fatiga”, y es “una característica inherente del sistema aeróbico de producción energética”, experimentalmente se ha demostrado que la potencia crítica (CP) está fuertemente correlacionada con la potencia al LT aunque es algo más elevada, en el rango de la potencia al MLSS/OBLA/IAT.

    La expresión matemática más sencilla del modelo es:

    Donde W es el trabajo total (en julios) producido durante el ejercicio de alta intensidad sostenido hasta la fatiga, CP es la potencia crítica en (en watios), t es tiempo (en segundos) y AWC es la capacidad de trabajo anaeróbico (en julios).

    Esta ecuación describe una recta que puede ser fácilmente ajustada a las mediciones de dos o más pruebas de distinta duración usando una planilla Excel. En esta formulación la pendiente (CP) refleja la tasa máxima de producción de energía en forma aeróbica sin fatiga mientras que la ordenada al origen (AWC) es la cantidad total de trabajo que se puede producir sobre la base de fuentes anaeróbicas de energía (ruptura de ATP y PCr más la producción y acumulación de lactato) (Gráfico 3).

    Asimismo, los valores exactos de CP y AWC (especialmente este último) dependen parcialmente del protocolo de prueba. Por esta razón es conveniente estandarizar las condiciones de prueba y utilizar datos de esfuerzos entre 3 y 30 minutos, ya que durante esfuerzos de menos de 3’ existe la posibilidad de que la capacidad anaeróbica no se haya utilizado completamente y la pérdida de linealidad es más evidente a partir de los 30 minutos. 

    Considerando sus limitaciones, el concepto de potencia crítica es útil si se aplica con precaución, y además provee un marco teórico para entender los factores básicos que influyen sobre el rendimiento, es decir la producción aeróbica y anaeróbica de energía, y como su contribución relativa varía en función de la duración de la prueba.

3.     Importancia de la determinación del umbral funcional en la práctica física

    Aunque la aplicación práctica del umbral funcional se ha centrado de manera directa en deportes como el ciclismo o la natación, su utilización también se ha derivado a otros deportes donde estas disciplinas tienen presencia como el triatlón o pruebas como el Ironman.

Umbral funcional en disciplinas deportivas de carrera y natación

    Para la carrera a pie o la natación en piscina, si se sustituye el término “potencia” por velocidad de carrera/natación, los argumentos anteriores son igualmente válidos, y numerosos entrenadores y fisiólogos del ejercicio han reconocido y utilizado este hecho en la planificación y control del entrenamiento.

    El prestigioso entrenador de atletismo Jack Daniels (2005), definió esta misma noción de umbral funcional (T-Pace) como el ritmo que es posible mantener durante 1h, y recomienda su determinación mediante sus tablas a partir de resultados de carreras en pista o calle correctamente medidas cuya duración se aproxime a los 60' (de 10km a media maratón, según el nivel del corredor).

    En natación la realización de esfuerzos continuos tan prolongados es menos frecuente, siendo más común la utilización del T30 (ritmo sostenible por 30') o pruebas por distancia de 1500, 2000, 3000 metros, según el nivel del nadador. Una alternativa interesante es el cálculo de la velocidad crítica a partir de dos pruebas más cortas. Este concepto es análogo al de potencia crítica antes descrito. 

Aplicaciones del concepto de umbral funcional

    Como se ha descrito a lo largo de este apartado, el concepto de umbral funcional tiene diversas aplicaciones. Tal vez la más importante sea su empleo como base de un sistema coherente de niveles de intensidad de entrenamiento en deportes como ciclismo, natación y carrera a pie.

    Otras aplicaciones interesantes están relacionadas con la cuantificación de la carga de entrenamiento y la estimación de la intensidad relativa del esfuerzo sostenible en función de la duración de la prueba.

4.     Importancia de la determinación del umbral anaeróbico en la práctica física

    En todos las pruebas deportivas en las que se realizan esfuerzos de media y larga duración, la utilización del oxígeno va a ser un elemento que va a condicionar en gran medida, las posibilidades de rendimiento del sujeto en el la práctica física planteada.

Consumo de oxígeno en esfuerzos de intensidad ligera/moderada

    Como se ha descrito anteriormente, cuando se realiza un esfuerzo físico de cierta intensidad, se puede apreciar cómo se establece paulatinamente un aumento del consumo de oxígeno. También se puede observar que, cuando ha transcurrido cierto tiempo, se produce una nivelación o estabilización del consumo de oxígeno (plateau), para la carga de esfuerzo aplicada. Y, tras un periodo de tiempo, una vez que ha cesado el esfuerzo, de nuevo el consumo de oxígeno vuelve a estabilizarse en los niveles de reposo.

Consumo de oxígeno en esfuerzos de alta intensidad

    De la misma manera que en el caso anterior, se va a ir produciendo un aumento paulatino del consumo de oxígeno; pero, llegado un momento, observamos una estabilización que en este caso, supone un falso estado estable de consumo de oxígeno, ya que lo que se ha alcanzado es el máximo consumo de oxígeno del individuo que realiza el esfuerzo. De nuevo, en la fase posterior a la realización de la actividad, se produce un restablecimiento del consumo de oxígeno a sus valores de reposo, siendo necesario un margen de tiempo superior que en el caso anterior para volver a los mismos valores.

    Es importante tener en cuenta que, para poder consumir el oxígeno necesario en la realización de un esfuerzo, es preciso recogerlo del exterior, y poder conducirlo adecuadamente a los lugares en los cuales va a ser utilizado. En este sentido, hay que hacer especial hincapié en este apartado, a los sistemas encargados del suministro de oxígeno, y a su influencia, cuando las exigencias del esfuerzo superan sensiblemente a las existentes en el reposo. Es necesario, por tanto, hacer mención del sistema cardiopulmonar como elemento abastecedor de oxígeno para nuestro organismo.

    En todo esfuerzo físico, se debe establecer una cooperación entre el sistema respiratorio y cardiovascular, para poder facilitar el oxígeno necesario, según las necesidades de trabajo muscular. El consumo de oxígeno supone una medida de aporte de oxígeno (respiración), de transporte de oxígeno (sistema cardiovascular), y de utilización de oxígeno (célula muscular), en un organismo que realiza esfuerzo.

    Dentro del sistema cardiopulmonar, se pueden considerar una serie de parámetros que podrían influir, en mayor o menor medida, para la facilitación de oxígeno en situaciones de esfuerzo.

A.     Dentro del sistema respiratorio

    Parece demostrado que, la ventilación pulmonar y la capacidad difusora de oxígeno en la pared alveolar, no limitan el rendimiento físico en personas sanas hasta la edad adulta media (30-45 años), pues sabemos que, cuando el sistema cardiovascular trabaja al 100%, el sistema respiratorio desarrolla su actividad al 70%.

    Sin embargo, se ha llegado a argumentar que, a ciertas intensidades de trabajo máximo (entre 3-6 minutos), el tiempo de contacto de los glóbulos rojos en la pared alveolar disminuye por debajo de 0,3 segundos, siendo los valores normales de 0,8 segundos, pudiendo ser este hecho un factor de cierta limitación. No obstante, parece ser que, salvo en circunstancias de trastorno u obstrucción de las vías respiratorias, el sistema pulmonar no ofrece dificultades de poder aportar el suficiente oxígeno.

B.     Dentro del sistema cardiovascular

    Parece ser que, el sistema cardiovascular, tiene un peso específico importante como abastecedor de oxígeno para el organismo, y en este sentido, sí se puede considerar como un elemento limitador o facilitador del proceso de transporte de oxígeno hasta las células musculares, para su utilización.

    El gasto cardiaco (volumen/minuto), va a determinar que el organismo pueda emplear mayor o menor cantidad de sangre oxigenada, esta posibilidad viene ofrecida por la capacidad y potencia de eyección que tenga la pared cardiaca. Del mismo modo, la capacidad de transporte de oxígeno por parte de la sangre, también se configura como elemento esencial, que viene determinado, por su mayor o menor cantidad de hemoglobina. La riqueza de capilarización que posean los territorios periféricos, es una circunstancia que influirá decisivamente, en la mayor o menor utilización del oxígeno circulante.

    Una vez que el sistema de aporte nos ha facilitado el oxígeno para su utilización, es importante determinar, qué fracción de oxígeno ha podido ser utilizada por la célula muscular, para la realización del esfuerzo. Este dato, puede ser facilitado por medio de una serie de análisis, que verifiquen la denominada diferencia arterio-venosa de oxígeno. De esta manera, se obtiene la porción de oxígeno que accedió a los tejidos, y la que ha salido de los mismos por vía venosa, determinándose en la diferencia el oxígeno que está siendo utilizado. Éste, es un dato importantísimo, que viene a demostrar la capacidad enzimática del tejido muscular, para el empleo del oxígeno facilitado.

    Así, en situaciones de alta exigencia aeróbica, cuando el curso de la glucólisis es muy acelerado(curso de la glucólisis rápido), la mayoría de dificultades vienen dadas ante la imposibilidad, por parte del sistema muscular, de emplear el oxígeno que le está siendo facilitado; es decir, el oxígeno está presente, pero no puede ser utilizado. Por el contrario, cuando existe una alta capacidad enzimática, los valores de consumo de oxígeno se elevan de manera sorprendente, en relación a la cantidad de ácido láctico que se está produciendo por vía anaeróbica.

    Cuando el individuo ha conseguido su consumo de máximo de oxígeno, podemos decir que, la capacidad de ajuste del organismo para su transporte y posterior utilización, ha alcanzado su límite, pero, esta circunstancia, no determina que el sujeto no pueda ejecutar cargas de trabajo superiores, sino que todo el incremento de energía que necesita, debe de obtenerlo por vía exclusivamente anaeróbica, con la consiguiente producción de ácido láctico y sus consecuencias de cara a la fatiga.

Consumo máximo de oxígeno absoluto y relativo durante la práctica física

    El volumen de oxígeno que un individuo es capaz de movilizar, queda establecido por el producto entre el volumen minuto cardiaco y la diferencia arterio-venosa de oxígeno que es capaz de obtener (como se ha descrito anteriormente). Existe una gran diferencia en los valores registrados de volumen minuto cardiaco entre sujetos entrenados y no entrenados.

    La diferencia arterio-venosa de oxígeno es la diferencia en contenido de oxígeno entre la sangre arterial y la venosa. En reposo, se dan valores aproximados de 50 ml de oxígeno por cada litro de sangre, suponiendo un aprovechamiento del 25% del oxígeno que llega a los tejidos. En esfuerzos máximos en sujetos no entrenados, este aprovechamiento es de un 50%, duplicándose los valores de reposo, mientras que en sujetos entrenados, es posible conseguir un rendimiento aproximado del 75% del máximo (180-190 ml de O2/l de sangre).

Consumo de oxígeno en relación con el ritmo de acumulación de ácido láctico en la práctica de actividad física

    Es obvio que la circunstancia de poseer unos altos valores de consumo de oxígeno, es importante de cara a la respuesta frente a un esfuerzo físico. Sin embargo, es conocido que en la mayoría de ocasiones, se establece una interrelación entre el empleo de las vías aeróbicas y anaeróbicas.

    El hecho importante sucede cuando un atleta es capaz de realizar esfuerzos de alta intensidad aeróbica, alcanzando altos porcentajes de consumo de oxígeno sin que se produzca una gran acumulación de ácido láctico en la musculatura activa que en realidad, va a constituir la piedra angular que determinará sus posibilidades de seguir manteniendo un cierto ritmo de esfuerzo.

    Es posible encontrar a dos sujetos con valores idénticos de consumo máximo de oxígeno que cuando realizan una prueba aeróbica de cierta intensidad, y al ir aumentando progresivamente la velocidad de carrera, se van incrementando a su vez, los valores de consumo de oxígeno. Sin embargo, paralelamente, si estudiamos el ritmo de acumulación de ácido láctico, se puede observar que ante idénticos valores de consumo de oxígeno para una velocidad dada, uno de los sujetos mantiene estable su acumulación de lactato, mientras que el otro presenta un ritmo de acumulación descompensado.

    El sujeto que mantiene estable su acumulación de lactato, podrá mantener el ritmo de carrera durante un largo periodo de tiempo. Sin embargo, aquel que mantenía su ritmo de acumulación claramente descompensado, tendrá que disminuir su velocidad carrera o detenerse, producto de la fatiga por los valores elevados de acidez muscular.

    Esta experiencia demuestra, la gran importancia de considerar el consumo de oxígeno en relación al umbral anaeróbico. Se puede comprobar que aunque se mantenga un estado estable de consumo de oxígeno ante una determinada velocidad de carrera, puede que no exista un estado estable en cuanto al ritmo de producción de ácido láctico. En este sentido, los sujetos entrenados pueden trabajar a porcentajes más altos de su VO2máx, sin acumular ácido láctico.

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