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Fuerza funcional en los deportes

 

Universidad de Granada

(España)

José Manuel Rojo Lozano

José Antonio Lizana Linares

jose-rojo1@hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          Continuamente hablamos y escuchamos el concepto de “fuerza funcional”, pero que es realmente este tipo de fuerza o como se trabaja, para nosotros cualquier ejercicio puede lograrlo, todo depende de cómo se haga. En este artículo realizamos un acercamiento a este concepto a partir de la revisión de diversos estudios y autores y de nuestra propia visión. Todo reside en la eficiencia neuromuscular.

          Palabras clave: Fuerza funcional. Deportes. Eficiencia neuromuscular.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 188, Enero de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Desarrollo

    Para Cometti (2005), el aumento de la fuerza se da cuando el músculo crece. Pero según distintas investigaciones la fuerza aumenta mucho al inicio de los entrenamientos específicos de esta sin causar un aumento en la sección muscular es aquí donde debemos preguntarnos a qué se debe este aumento de la fuerza. Realmente este incremento se debe a mejoras de los factores nerviosos y no musculares.

    Este entrenamiento busca una mejora de la actividad de las unidades motoras de cara a producir un óptimo rendimiento muscular (Tous, 1999). Es lo que otros autores denominan entrenamiento de los factores nerviosos o neurales (Cometti, 1989). Estos autores se aproximan más al concepto de fuerza neural.

Esquema. Componentes básico del entrenamiento funcional (Tous, 1999)

    Mediate (1999) define el entrenamiento funcional como la creación de movimientos que imiten las posiciones y situaciones naturales que puede adquirir el cuerpo durante una situación real de juego. Para Julio Tous esto estaría más cerca de lo que se denomina entrenamiento cognitivo.

    Una buena aproximación a la definición exacta de entrenamiento funcional la encontramos con Domingo Sánchez, quien define entrenamiento funcional como tareas de ejercicios que se repiten de forma sistemática y continua para logar adaptaciones mecánicas desarrollando la activación neuromuscular y buscando una transferencia hacia la mejora de la relación del sujeto con el entorno de su vida real y cotidiana.

    Domingo Sánchez en su artículo nos habla que con entrenamiento estructural conseguimos músculos fuertes pero estos acoplamientos son débiles y con una estabilización subdesarrollada, así podíamos ver como personas con músculos desarrollados le dolían la espalda al coger las bolsas de la compra. Entonces acudíamos a la tan socorrida “higiene postural”. Esto era obviar el problema.

    No solo debemos conformarnos con que el sujeto sea capaz escuchar a su cuerpo y de estabilizarse estáticamente, el problema viene cuando está en movimiento, no olvidemos que el movimiento es el que nos comunica con el entorno, debemos buscar la estabilidad dinámica.

    El entrenamiento funcional sería el punto de encuentro entre los músculos y el movimiento. Es donde confluyen las órdenes del sistema nervioso como organizador y el sistema muscular como generador del movimiento.

    “Controla tu cuerpo, domina el movimiento, modifica el entorno”.

    Podemos resumir que para el entrenamiento funcional es muy importante tener en cuenta una serie de características como son las situaciones impredecibles ya que es lo que nos demanda la mayoría de los deportes, la búsqueda de la tridimensionalidad (ya que los movimientos los realizamos en los tres planos, cosa que con máquinas de gimnasio no se podría conseguir).

    Otro aspecto muy importante es que haciendo este tipo de entrenamiento se aumenta la musculatura sinérgica y estabilizadora. Conseguimos que intervenga los músculos de forma unilateral como ocurre normalmente, cosa que con máquinas no se consigue ya que lo aislamos.

    La especificidad gracias a que se crean situaciones y movimientos que encontramos en la realidad y esto hace que aumente la funcionalidad.

    Es verdad que es posible que con el entrenamiento funcional disminuya la fuerza máxima, pero sí es seguro que aumentamos la fuerza específica que es la realmente demanda la mayoría de los deportes como por ejemplo el fútbol.

    Por tanto podemos resumir que los tres pilares fundamentales del entrenamiento funcional son los siguientes:

    En cuanto al trabajar con material inestable, esto no quiere decir que ya sea fuerza funcional, pero si es un buen medio para conseguir este trabajo si se empleo de un buen modo. Como podemos ver en el artículo de Behm y Anderson (2006), sobre el entrenamiento de resistencia en inestabilidad nos dice que es verdad que cuando se utiliza superficies inestables la ganancia de fuerza puede disminuir, pero que el aumento de la activación de los músculos en inestables se puede atribuir al incremento de las funciones de estabilización.

    El aumento del estrés asociado provoca mayores adaptaciones neuromusculares tales como la disminución de cocontracción, una mejor coordinación, y la confianza en realizar una habilidad. Además, la alta activación del músculo con menos tensión en las articulaciones y músculos también podría ser beneficiosa para la salud general y la rehabilitación músculo-esquelético.

Referencias

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