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El fortalecimiento del valor moral amor al

deporte en adolescentes de la comunidad

 

Licenciado en Cultura Física. ISCF Las Tunas

Master en ciencias de la Actividad física en la comunidad

Profesor de Educación Física en la Universidad

de Ciencias Pedagógicas “Pepito Tey“ de Las Tunas

Julio Antonio Gutiérrez Cruz

jgutierrez@ucp.lt.rimed.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          El presente artículo aborda el trabajo sobre el fortalecimiento de valores en adolescentes de la comunidad, teniendo en cuenta las exigencias planteadas por nuestra política educacional sobre la formación de valores en niños, adolescentes y jóvenes, partimos de la necesidad de una práctica sistemática, de actividades deportivas-recreativas, consciente, desde actividades planificadas, organizadas y dirigidas, den lugar al fortalecimiento de este valor moral. La importancia del documento está en su utilidad, para el trabajo de profesores de Educación Física y Deportes.

          Palabras clave: Adolescentes. Valores. Deporte.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 188, Enero de 2014. http://www.efdeportes.com/

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    La importancia dada al tema de la formación de valores tiene gran significación para la sociedad socialista al tener en cuenta la necesidad de interiorizar en aquellos aspectos que definen las actitudes, conductas y modos de actuación de los cubanos, sobre todo en la adolescencia. Por ello, se hace énfasis en fortalecer los valores aprovechando todas las potencialidades que brinda la comunidad.

    La teoría de los valores ha encontrado una aplicación especial en la ética, donde el concepto de valor posee una relevancia específica. Algunos filósofos como los alemanes Heinrich Rickert o Max Scheler han realizado diferentes propuestas para elaborar una jerarquía adecuada de los valores. En este sentido, puede hablarse de una ética axiológica, que fue desarrollada principalmente por el propio Scheler y Nicolai Hartmann.

    Aunque en los tiempos presentes se ha tratado de dar una orientación pedagógica y psicológica al tema de los valores, éste tiene un marcado carácter humanista, que se circunscribe fundamentalmente desde el punto de vista teórico al tema de la filosofía, sin perder la visión de la repercusión que por su propio peso tiene en la personalidad del hombre.

    En tanto resulta convincente el tratamiento dado a los valores desde el punto de vista filosófico por asociarlo a fenómenos que tienen lugar a nivel de la conciencia y luego se refleja en el modo de actuación del hombre como ser social. Desde esta arista, los valores constituyen aspectos esenciales para la vida en sociedad, pues ellos se convierten en una necesidad de la comunicación entre los individuos, los que pueden lograr altos niveles de interrelación en su sistema de actividades.

    Lo anterior tiene una relación directa con la psicología, tema que se ha abordado de diversos modos, con énfasis en que los valores constituyen una formación psicológica compleja surgidos en el proceso de la actividad y comunicación como resultado de la actuación, donde se presentan necesidad y motivación, que condicionan la aparición de cualidades y sentimientos, los cuales a partir del desarrollo de la personalidad conllevan a la formación de intereses, ideales y aspiraciones que posteriormente se consolidan en actitudes, que favorecen la organización de un sistema de valores.

    El autor de esta investigación, considera que cuando los valores pasan a formar modos de actuación, alcanzan un nivel superior y se convierten en convicciones como conocimiento que se interioriza y se pone en función de los actos. Relacionado con la necesidad de alcanzar la verdadera convicción moral se impone un sistema de valores que se jerarquice por su significación social en dependencia del lugar y el momento en que se desarrolla el hombre.

    Los valores constituyen una compleja formación de la personalidad, contenida no solo en la estructura cognitiva, sino en los profundos procesos de vida social, cultural y de concepción del mundo del hombre, como parte de la conciencia social, en estrecha correspondencia con el tipo de sociedad en que los niños, adolescentes y jóvenes establecen sus relaciones sociales.

    En correspondencia, los valores se forman y se desarrollan justamente en el marco de las condiciones socio-históricas concretas. Al respecto, Fabelo (1989) considera que para cada momento histórico y para cualquier sociedad concreta existe un sistema de valores objetivamente conformado, resultado de la propia estructura de las relaciones sociales lo que se define por interés, no de un individuo o clase, sino pora toda la sociedad según el nivel de desarrollo que haya alcanzado en ese momento.

    De ahí que las personas y los grupos configuran y construyen conscientemente su sistema de valores en el proceso de socialización, en el mismo proceso de formación del hombre, sujeto eminentemente social, cuyo crecimiento de personalidad se produce en el contexto del sistema de relaciones sociales de una sociedad determinada, por ello, la necesidad de proyectar el trabajo con los valores a escala de toda la sociedad a la que no está exenta la comunidad como contexto socializador del sistema de influencias educativas, a través de todas las vías posibles, con la consecuente aplicación de las aristas del proceso de fortalecimiento de los valores.

    En el proceso de fortalecimiento de los valores, y específicamente del valor moral Amor al deporte hay que tener en cuenta que cualquier experiencia que contribuya a este propósito, debe insertarse coherentemente en la labor que desempeñan los factores claves de la comunidad, profesores de Educación Física, técnicos y otro personal del INDER.

    La personalidad se forma y se desarrolla, no solo bajo la influencia de acciones dirigidas, sino también y de manera esencial, en un amplio contexto social, que constituye un proceso complejo donde están presentes una serie de factores tanto objetivos como subjetivos; en los subjetivos no se puede dejar de tener presente el sistema de influencias que recibe el hombre en el proceso de interrelación social que establece. La formación de la personalidad solo es posible en la actividad y la comunicación, en la actividad se establece y manifiestan las relaciones sociales.

    González Rey (1998) expresa que los valores se configuran mediante la experiencia de la personalidad que está en formación y desarrollo, lo que está determinado por el sistema de relaciones que establecen con sus coetáneos, su familia, el medio que le rodea, por la naturaleza de la actividad que realiza y el protagonismo que desempeñan.

    Por tanto el proceso de formación y apropiación de los valores constituyen un trabajo esencialmente educativo y un proceso básico en la elevación de la calidad educativa de la personalidad.

    Se asume el criterio de Báxter (2007:9), relacionado con la formación de la personalidad, el que permite considerar que los valores constituyen componentes esenciales en la estructuración de la personalidad, orientando y regulando sus actuaciones. Esto resulta posible cuando los valores sociales pasan a formar parte de la estructura interna de la conciencia en forma de orientaciones valorativas; formación en la que se integran lo cognitivo y lo afectivo-motivacional.

    Para Báxter (1989), los valores son todos los motivos que se constituyen y se configuran en el proceso de socialización del hombre, o sea, todas las relaciones humanas, potencialmente constituyen valores.

    Al referirse al proceso formativo expresa en este interactúan lo cognitivo, lo afectivo y lo conductual, donde existen motivos y aspiraciones, ideas, valoraciones y conductas que en gran medida conforman la formación de los valores como núcleo central de la personalidad humana. (Báxter, 1999).

    Al reflexionar sobre este planteamiento el autor considera que se aborda en el mismo los componentes tanto internos como externos que deben interactuar en el proceso de formación de la valores en la comunidad, ya que estos sobre la base de reflexiones y valoraciones son generadores de motivos, aspiraciones, estados de ánimo, sentimientos de Amor y de pertenencia con aquello que forma parte de su vida, de su entorno, razón que se asume en la presente investigación.

    Chacón (1999), expresa que los valores se dan en la dialéctica de lo objetivo y lo subjetivo y explica como estos son de naturaleza espiritual e ideológica y se manifiestan en forma de concepciones, sentimientos, puntos de vista, ideales y cualidades; criterio que es compartido por este investigador ya que estas cualidades desempeñan un papel fundamental en el comportamiento humano.

    De ahí, la comunidad, debe tener implicación en el encargo social de la formación de las nuevas generaciones para hacerlas capaces de participar activa y creativamente y ser depositarias de una adecuada conducta en la construcción de la sociedad.

    Es por ello que en los diferentes contextos, se concibe todo un sistema y es esencial para la labor que se realiza en la comunidad. Está claro que hay actividades cuyo contenido se acerca más a los valores morales, en especial las actividades deportivas recreativas, cuyas potencialidades hay que aprovechar al máximo.

    Por eso se considera que la efectividad de las actividades deportivo-recreativas en la comunidad deben apreciarse en un objetivo amplio, la formación de un hombre capaz de pensar, sentir y actuar integralmente en correspondencia con las necesidades de la sociedad en que vive y el marco concreto en el que se desarrolla, para contribuir a que el adolescente modifique sus modos de actuación, aprovechando el tiempo libre que tienen estos y las potencialidades que brinda la comunidad.

    Es a nivel de está, donde reciben de manera simultánea y singular, las influencias sociales inmediatas y es ahí en que actúa de manera individual o colectiva, reflejando los aspectos sociales más generales. Es un contexto privilegiado que conlleva a fuertes implicaciones socializadoras para sus miembros teniendo en cuenta que se habla no solo de un espacio geográfico sino, también demográfico en que cada persona tiene una historia, una cultura, intereses compartidos, y a través de sus interrelaciones son transmitidas. Es en el accionar continuo individuo-comunidad donde todos llegan a armonizar y establecer acciones permanentes que tienden a un mismo fin, se constituyen en unidad social tendientes a favorecer el crecimiento personal y social.

    Con tal propósito se aborda esta problemática para desde un marco teórico práctico contribuir a que estas actividades sean no por contacto circunstanciales entre los agentes de socialización, sino para que se establezca un accionar reciproco y sistemático. No cabe la menor duda que el deporte ha trascendido su papel meramente motriz para configurarse en uno de los elementos de mayor promoción política, social, económica y moral (Acuña, 1994).

    Por ello, para hablar de actividades deportivas recreativas, se debe trascender del aprendizaje meramente motriz para auspiciar otros ámbitos que tradicionalmente han sido soslayados como el cognitivo y, sobre todo, el moral. Y para que se dé una educación deportiva moral no podemos pasar por alto los factores que intervienen en dicha educación, así como asumir un compromiso que nos lleve ineludiblemente al trabajo sistemático de los valores en las actividades deportivas a través de los numerosos recursos que desde la educación deportiva se ponen de manifiesto. 

    De ahí que la comunidad, debe tener implicación en el encargo social de la formación de las nuevas generaciones para hacerlas capaces de participar activa y creativamente y ser depositarias de una adecuada conducta en la construcción de la sociedad.

    Es obvio abordar los métodos educativos para dar tratamiento a la problemática de los valores, específicamente el valor moral Amor al deporte. Se considera que los métodos y procedimientos propuestos por la doctora Esther Báxter en su obra “Educar en valores: Tareas y retos de la sociedad” son los adecuados para el trabajo, pues se ajusta a la realidad educativa del contexto social en que esta se ponga en práctica.

    Cuando este es el método que se utiliza prevalece el componente cognitivo, el conocimiento por parte de los que se educan, de lo que implica, actuar en un momento determinado en una u otra dirección.

    Los dirigidos a la actividad, están relacionados con la participación consciente, activa y reflexiva de cada uno de los implicados en la tarea a realizar y por consiguiente entran en comunicación, como producto de la actividad que realizan, aquí prevalece el componente afectivo-motivacional y volitivo. Estos métodos constituyen acciones encaminadas a la utilización eficaz de distintas actividades prácticas, para educar la conciencia y propiciar la conducta adecuada.

    Finalmente los contemplados en la valoración, busca que los adolescentes tengan la posibilidad de comparar lo que hacen con el modelo correcto propuesto, tanto en las tareas individuales como las colectivas, además toman en cuenta la posibilidad que tienen los estudiantes de analizar crítica y autocríticamente, lo logrado en las actividades desarrolladas, donde puedan expresar abiertamente su criterio, juicios, satisfacción o insatisfacción, así como la valoración de los resultados alcanzados.

    Aquí prevalece el componente axiológico y valorativo del sujeto que se educa, el que resulta de gran trascendencia e importancia en su formación, es necesario combinar la utilización de estos tres tipos de métodos, en todas y cada una de las actividades que realizan, bien sea en el desarrollo de las clases, las actividades culturales, recreativas, deportivas y productivas, entre otras, esto propicia la unidad de las influencias que actúan sobre el adolescente.

    Se asume lo dicho por la doctora Esther Báxter Pérez porque permite que los adolescentes realicen análisis y valoraciones con ayuda de los miembros de la comunidad para la asimilación de los conocimientos, acerca de los valores y formen un sistema de representaciones, conceptos, valoraciones y convicciones acorde al momento histórico-concreto y contextual, esta clasificación brinda la posibilidad de cambio y confianza de lo que se puede lograr.

    Por eso se considera que la efectividad de las actividades deportivo-recreativas en la comunidad deben apreciarse en un objetivo amplio, la formación de un hombre capaz de pensar, sentir y actuar integralmente en correspondencia con las necesidades de la sociedad en que vive y el marco concreto en el que se desarrolla para contribuir a que el adolescente modifique sus modos de actuación, aprovechando el tiempo libre que tienen estos y las potencialidades que brinda el contexto para su participación comunitaria.

    Para lograr la participación colectiva de los adolescentes, este proceso participativo necesita la sensibilización de todas las personas, es decir, querer, pero también saber y poder participar.

    Se debe considerar la participación en la comunidad como un proceso donde las personas se involucran con creciente responsabilidad y compromiso de su realidad, la toma de decisiones, planificación, valoración y reformulación de las decisiones, lo que promueve su auto transformación y la transformación cualitativa de esa realidad, lo que implica un crecimiento personal y social.

    La implicación voluntaria y activa de los adolescentes de la comunidad se convierte en estimulo para dar respuestas a las necesidades colectivas, a los problemas y expectativas de la propia comunidad, y que vean las actividades desde una óptica recreativa.

    "La Recreación es aquella actividad humana, libre, placentera, efectuada individual o colectivamente, destinada a perfeccionar al hombre. Le brinda la oportunidad de emplear su tiempo libre en ocupaciones espontáneas u organizadas, que le permiten volver al mundo vital de la naturaleza y lo incorporan al mundo creador de la cultura, que sirven a su integración comunitaria y al encuentro de su propio yo, y que propician, en última instancia, a su plenitud y a su felicidad".

    La forma en que los miembros de una comunidad participan en la formación de la joven generación, incide en forma determinante en la formación de actitudes y sentimientos de los que en ella se educan “…otorgando a la juventud las facilidades necesarias, cuando cada muchacho encuentre en la ciudad, en el pueblo, en el barrio, un lugar apropiado para desarrollar sus condiciones físicas y dedicarse por entero a la práctica del deporte de su preferencia, habremos visto satisfecho el deseo de todos los que hemos hecho esta revolución…” (Fidel Castro Ruz, 1959: 4).

¿Qué es la moral?

    Muchas han sido las interpretaciones que se le ha dado a la esencia de la moral. En el transcurso de la larga y contradictoria historia de la moralidad. Cada una de las actividades, hay que procurar adaptarla a los intereses, utilizarla en justificación de su modo de vida.

    Chacón (2002: 22) considera la moral como un reflejo en la conciencia de las condiciones materiales en que viven los hombres, a partir de la formación histórica en su relación entre sí, de las actitudes y conductas asumidas en el transcurso de sus vidas, que se expresan en forma de principios, normas, sentimientos y representaciones sobre el bien y el mal, el deber, lo justo o injusto, que en su conjunto, regulan y orientan la elección moral de cada individuo y el comportamiento humano en general.

    La moral se caracteriza por estar presente en toda actividad humana. Posee capacidad de penetración universal regula las relaciones humanas en cualquier esfera. Todo depende si se expresa la actitud del hombre hacia el sistema de valores vigentes en la sociedad.

    La elección moral es propia de la personalidad, de la historia, de la época y la personalidad alcanza su expresión en lucha constante no solo por cambiar las circunstancias sino también el mundo interior, sus pilares y valores morales.

    Es importante lo planteado por Chacón (1999), al definir que, el valor moral expresa la significación social positiva, buena, en contraposición al mal, en forma de principios o conductas, por lo que se infiere que los valores morales serán siempre positivos, representantes del bien, propulsores del sentimiento humano bueno que subyace en el sujeto. Es ante todo una relación, realización de un determinado sentido social, inseparable del acto, acción o fenómeno.

    Entre los valores morales a formar en la etapa de la adolescencia se inserta el valor moral Amor al deporte. Pero ¿qué es el Amor?

    Para el doctor Israel Fernández Hernández (1998) el Amor no es simplemente un deseo, una pasión, un sentimiento hacia una persona u objeto, sino una conciencia que a la vez es desinteresada y satisface al propio ser. El Amor basado en la sabiduría es verdadero Amor, no es un Amor a ciegas. Descubrir los secretos del Amor es observar cómo se revelan los secretos de la vida.

    Es importante definir ahora. ¿Qué se entiende por deporte?

    El deporte es toda aquella actividad que se caracteriza por: tener un requerimiento físico o motriz, estar institucionalizado (por federaciones, clubes), requerir competición con uno mismo o con los demás y tener un conjunto de reglas perfectamente definidas.

    De las definiciones anteriores se asume el valor moral Amor al deporte como una fuerte atracción hacia el deporte con gran contenido emocional, de compromiso, con incidencia individual y social que orienta y regula la actitud y conducta del individuo hacia su participación en forma sana.

    Este autor refleja como se pueden ver los valores educativos del deporte en la práctica diaria, consciente y dirigida hacia el logro de un fin determinado, la formación integral de la personalidad del individuo.

    El valor Amor al deporte ha sido abordado por algunos autores, coincidiendo sus planteamientos, lo que permite profundizar en su fortalecimiento. Los puntos comunes en las diferentes definiciones consultadas, giran alrededor de atracción emocional, sentimientos, que regulan la conducta y participación activa.

    La educación de los sentimientos, tal cual expresa Martí, debe responder a toda la intencionalidad que seamos capaces de asegurar: hay que promover en los hombres el florecimiento de la virtud, que no es natural ni espontánea, para evitar el surgimiento de lo torcido y mezquino.

¿Por qué educar en el Amor al deporte?

  • Porque implica formar sentimientos de patriotismo, de pertenencia, ser disciplinado.

  • Sirve de expresión sistemática para su exploración personal y como influjo que modifica su dinamismo personal.

  • Permite tomar decisiones propias con un alto grado de madurez personal.

  • Porque sólo si el adolescente es sensible, poseedor de sentimientos sanos, puros, puede mostrar una actitud de constancia y disposición a responder positivamente apelando a los valores.

  • Porque el adolescente debe saber identificar los valores a los que debe responder y no a todo lo que le llega del exterior.

  • Hace al sujeto portador de relaciones estables, depositario de confianza entre los demás miembros de un grupo social.

  • Porque es elemento capaz de potenciar la inteligencia y la capacidad de rendimiento.

  • El Amor al deporte es un valor importante, dentro de los restantes valores y hace al sujeto portador de relaciones estables, depositario de confianza entre los demás miembros de un grupo y en su familia, se observa ante cualquier deporte y en el contexto en que se expresa el sujeto; matiza su personalidad.

  • El Amor al deporte es valor esencial en la formación y desarrollo de la personalidad, se aprecia en el adolescente cuando:

  • Demuestra limpieza moral en su actuación durante las actividades deportiva-recreativas.

  • Se entrega con abnegación y esfuerzo a las actividades.

  • Su comportamiento es adecuado tanto en el proceder individual como colectivo.

  • Es capaz de hacer valoraciones de sí mismo y de los demás, asumiendo una posición crítica y autocrítica ante lo mal hecho.

  • Potencia el fortalecimiento de los valores morales, y específicamente el Amor hacia el deporte, es parte de la labor formativa e integral en los adolescentes, constituye un objetivo importante, debido a que los modos de actuación de estos dependen en gran medida de ellos. Su personalidad se va formando en la actividad, todos sus conocimientos, capacidades, aspiraciones, deseos, motivos e intereses se ponen de manifiesto en su actuación en las distintas actividades que realizan.

  • Se considera el fortalecimiento del valor moral Amor al deporte, como una vía indispensable para lograr el alcance de los objetivos de práctica del deporte con fines sanos.

  • Asumir el Amor al deporte como valor moral, nos permite considerar que lo es; en tanto satisface las necesidades humanas, contribuye a la realización de la actividad práctica del hombre y a la transformación del mismo. Con el devenir del hombre, el Amor al deporte se asume como expresión de educación, actividad que transforma al hombre y estimula el interés de toda la sociedad.

Actividades planificadas para fortalecer el valor moral Amor a Deporte

    Para diseñar las actividades deportivas-recreativas se tuvo en cuenta la concepción de Leontiev, quien considera que el concepto de actividad está indisolublemente ligado al de motivo, precisó que las características de toda actividad son su motivo, el objetivo y las condiciones necesarias para su realización. En la actividad el sujeto se relaciona con la realidad y adopta determinadas actitudes, desde esta perspectiva las actividades están encaminadas a que los adolescentes modifiquen sus actitudes en el accionar cotidiano.

Actividad 1

    Título: Vivencias de un activista del deporte (Arístides Torres)

Actividad 2

    Título: Jugando me recreo.

Actividad 3

    Título: Aprendiendo a jugar Ajedrez.

Actividad 4

    Título: El voli-recreativo.

Actividad 5

    Título: Juguemos a la pelota.

Actividad 6

    Título: Compitiendo en Baloncesto.

    Con este trabajo sobre el fortalecimiento del valor moral Amor al deporte en adolescentes de la comunidad, favorece una forma de estudio más acertada de este particular valor, para llevarlo a las diferentes comunidades, pudiendo adaptarse las actividades planificadas a cualquier comunidad o modificarla según las características particulares de cada lugar y región donde se quiera implementar.

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