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La actividad física del adulto mayor

 

*Licenciada en Educación, en la especialidad de Educación Física. Profesora Asistente

de la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte de Granma

**Licenciado en Cultura Física. Master en Longevidad Satisfactoria

Profesor Auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas de Granma

***Licenciado en Educación, en la especialidad de Educación Física

Master en Longevidad Satisfactoria

Profesor Auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas de Granma

MSc. Lic. María Elena Pérez Rosabal*

MSc. Lic. Dixan Alba Martínez**

MSc. Sabino Enrique Alba Martínez***

dixan7@yahoo.es

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          El presente artículo aborda como tema central la actividad física del adulto mayor y la clase de cultura física para el adulto mayor en los Círculos de Abuelos. Existen muchos criterios con relación a las formas de aplicar y desarrollar las actividades físicas que se realizan con el adulto mayor, se sugieren indicaciones a tener en cuenta para la realización de las clases en el contexto de los Círculos de Abuelos, al igual que los principales objetivos que distinguen estos grupos etáreos.

          Palabras clave: Adulto mayor. Actividad física. Círculos de Abuelos.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 187, Diciembre de 2013. http://www.efdeportes.com/

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La actividad física del adulto mayor

    El ejercicio físico representa uno de los fenómenos más estudiados dentro del campo de la actividad física, Espinosa López, citando a Garcés Carracedo lo define como “…Las acciones motoras que realiza una persona y que demanda de un aumento del gasto energético debido al movimiento de los músculos del cuerpo…” Dentro de estas actividades, se pueden mencionar algunas de poca complejidad como caminar, subir escaleras, hasta las más complejas tareas laborales o del hogar y que influyen sobre el organismo en dependencia de los objetivos individuales de salud y que implican un gasto de energía importante.

    El ejercicio físico se considera como el medio fundamental de la Actividad Física y según Ruiz Ariel, citado por Espinosa López “…Es un acto motor repetido que posibilita la ejecución de disímiles actividades que propician el dominio de habilidades, mejoramiento de las capacidades y los índices de salud de las personas...”.

    Existen muchos criterios con relación a las formas de aplicar y desarrollar las actividades físicas que se realizan con el adulto mayor. El investigador francés Jean Deboise, por ejemplo, argumenta que “…Es importante tener en cuenta que después de los 60 años no se trata de practicar deportes de competición, sino un ejercicio adaptado a las posibilidades de cada uno para conservar todas las posibilidades el mayor tiempo posible…” Se está de acuerdo con este planteamiento, porque en sentido general, las actividades físicas en estas edades están encaminadas a: activar las funciones de los sistemas debilitados; reducir el deterioro de los sistemas y del organismo en general; disminuir el surgimiento de las discapacidades tan frecuentes en el anciano y de esta forma evitar las complicaciones que puedan aparecer.

    Por su parte Garcés Carracedo refiere que “…La Educación Física a través de sus ejercicios debe proporcionar conocimientos y desarrollar habilidades y capacidades sobre la base del perfeccionamiento morfológico y funcional del organismo, destacando su proyección personalizada en la relación sujeto-objeto que fluye a través de los modos de conducta, la comunicación, las relaciones interpersonales y comunitaria, teniendo en cuenta los intereses de los participantes.”

    Autores como Ruiz Pérez, Wexford, Sargeant señalan que en estas edades para lograr una práctica sistemática y con calidad, en las actividades físicas hay que elevar la competencia motriz, pero sin establecer tareas con ritmos impuestos desde el exterior, sino de acuerdo a las posibilidades y particularidades de cada anciano. Se debe trabajar con esfuerzos elevados, controlar el proceso de ansias y evitar desórdenes psicomotores.

    La Actividad Física adaptada para estas personas debe corresponderse con las características de los sujetos a la que va dirigida, con un tratamiento específico, acorde a sus necesidades y capacidades y poder satisfacer las necesidades individuales teniendo en cuenta qué se puede hacer, hasta dónde se puede llegar, qué se va a exigir, cómo se van a plantear las ejecuciones, cuál es la dosificación más acertada para de esta forma evitar afectaciones en el organismo del anciano.

    Con este grupo de personas, los ejercicios ha emplear deben ser fundamentalmente variados, entre ellos, los que ejerzan influencia sobre los distintos grupos musculares; los de movilidad para todas las articulaciones; los que emplean medios auxiliares; las marchas; los respiratorios y los de relajamiento, unido a juegos variados; las caminatas, la gimnasia y actividades recreativas.

    Martha Scharll refiere que “…Las actividades físicas en estas edades se deben distinguir por la alternancia entre tensión y relajación en intervalos rítmicos, sin perder el desarrollo dinámico, esto ayuda al funcionamiento de los órganos de la circulación. Debe entenderse que al principio se ejecutan los ejercicios con un ritmo lento y de poco esfuerzo, seguidamente de un ritmo más rápido con un mayor consumo de energía, para finalmente disminuir lentamente el ritmo y el esfuerzo.”

    Esta autora sugiere que “…Las distintas actividades con las personas de la tercera edad se desarrollen en forma de gimnasia, resaltando que en el fomento de los movimientos hay que tener en cuenta los cambios normales producto a los años vividos, así como sus consecuencias, dada la influencia que tienen estos sobre el aparato motor. No recomienda la gimnasia matutina, pues el organismo de estas personas necesita un tiempo relativamente largo antes de estar dispuesto y capacitado para funcionar plenamente.”

    De ahí la necesidad de planificar los ejercicios utilizando diferentes posiciones iniciales: parados, sentados y acostados; de esta forma se incide en el funcionamiento del sistema circulatorio. Surge entonces el inconveniente que en las posiciones de sentado, semiacostado y acostados necesitan condiciones adicionales que no siempre están presentes en el área donde se realizan los ejercicios, entonces el profesor pueden orientarlos como autoentrenamiento.

    La actividad física sistemática resulta necesaria en cualquier período etáreo por todos los beneficios que reporta desde un enfoque integrador bio-psico-social. En las primeras edades la actividad física prepara el organismo para las funciones de la vida adulta y el mantenimiento de las mismas. En edades posteriores coadyuva al desarrollo de las capacidades funcionales, la movilidad física, el mantenimiento de la estabilidad psicológica, en particular, la lucidez mental y el equilibrio emocional, así como en todas las etapas de la vida contribuye al desarrollo del proceso de socialización y de integración social de las personas.

    Como vía práctica de promoción de salud, desarrollo psicológico y de integración social se han desarrollado los que se denominan “programas de actividad física”, entre los que se encuentran: Programa para el Adulto mayor, Programa de Gimnasia para Embarazadas y diferentes programas profilácticos y terapéuticos para diversas patologías como, hipertensión arterial, obesidad, asma bronquial, así como programas de atención terapéutica para personas con diferentes necesidades especiales.

    El Programa de Actividad Física para el Adulto Mayor se realiza esencialmente a través de los Círculos de Abuelos constituidos a lo largo de todo el país y atendidos por profesionales de la salud y la cultura física.

    Sánchez y González señalan una serie de indicaciones a tener en cuenta para la realización de las clases en el contexto de los Círculos de Abuelos, entre las cuales se encuentran:

    Existen además orientaciones metodológicas para el trabajo con el adulto mayor, las cuales se han denominado programa y en las que se indican elementos generales para el desarrollo de las clases con los practicantes de la tercera edad, tales como:

La clase de Cultura Física para el adulto mayor en los Círculos de Abuelos

    El progresivo aumento de la población senil es uno de los fenómenos demográficos más significativos a nivel mundial en los últimos decenios. Esta situación hace necesario el desarrollo de la atención integral a los ancianos, y por ello se realizan grandes esfuerzos en la atención geriátrica. Una efectiva experiencia para la atención a la población de la tercera edad en Cuba, ha resultado en la práctica la introducción del ejercicio físico en los denominados Círculos de Abuelos y los grupos de salud, los cuales se crearon desde 1984 con vista al incremento del régimen motor y la capacidad de trabajo físico e intelectual de las personas de estas edades el cual se desarrolla en coordinación con el Médico de la familia y que cuenta ya con más de 192 749 practicantes activos en todo el país incorporados a los 8.507 Círculos de Abuelos o en Casas de Abuelos y 126 hogares de ancianos.

    Entre los principales objetivos que distinguen estos grupos se encuentran:

    Este programa va dirigido a aquellos ancianos que radican en sus propios hogares y en horas de la mañana o en horas que el grupo decida se trasladan a parques, solares, o instalaciones deportivas a recibir las clases de ejercitación física por medio de instructores de cultura física o monitores miembros del propio grupo.

    Las actividades con que cuenta dicho programa son esencialmente: ejercicios generales para las distintas partes del cuerpo intercalados con la respiración, marchas, caminatas, excursiones y paseos, tablas gimnásticas, juegos de participación, acampadas, actividades en la naturaleza.

    No debe propiciarse en estas actividades el espíritu competitivo entre grupos de abuelos o de forma individual y no se entregará ni a modo de estímulo ropa deportiva a grupos o individualmente, ya que el principio de este plan es la realización del ejercicio físico con los recursos que cada uno posea haciéndose un uso racional de aquellos con los que cuente la comunidad.

    Los círculos están compuestos por veinte abuelos como promedio pudiendo variar las cifras en correspondencia con las características de cada grupo. La frecuencia de las clases será preferiblemente de 5 veces por semana o no menos de 3. En el caso de que el Círculo cuente con más de 25 participantes el trabajo se realizará con un técnico y activistas.

    De acuerdo a los criterios de Ceballos y Díaz (2003) la clase de cultura física para el adulto mayor que se desarrolla en el contexto de los círculos de abuelos debe poseer las siguientes características:

    En cuanto a su estructuración la misma debe plantearse sobre la base de 3 partes: Parte Preparatoria o Inicial, Parte Principal, Parte Final.

    El contenido de la parte preparatoria o inicial es el siguiente: Presentación del grupo, control del pulso, calentamiento, que Incluye ejercicios de lubricación para todas las articulaciones, marcha suave, respiración, el ritmo de ejecución debe ser lento y el tiempo de duración de 10 a 15 minutos.

    Por su parte la parte principal se caracteriza por: Ejercicios para el desarrollo físico general, especialmente para la amplitud de los movimientos, coordinación de movimientos, respiratorio y de relajamiento, así como juegos, el ritmo de ejecución debe ser moderado, y el tiempo de duración de 15 a 20 minutos, la caminata máxima debe ser de 5 km. y mínima de 3 km.

    En cuanto a la parte final su contenido esencial se basa en: Ejercicios de recuperación con marchas lentas combinadas con ejercicios respiratorios y de relajamiento, juegos calmantes o relajantes, se debe realizar además en esta etapa el control del pulso y el pase de lista, en este momento se debe disminuir el esfuerzo paulatinamente y el tiempo de duración del mismo es de 5 minutos.

    Los métodos a utilizar según Ceballos y Díaz son el denominado Ejercicio Estrictamente Reglamentado y el Método de juego. Asociados a este método se encuentran los siguientes procedimientos: los de trabajo en grupo- círculos, frontal, ondas y otras que por sus características puedan ser utilizadas en las clases para la tercera edad.

    Ceballos también ofrece, de manera general, consideraciones importantes acerca del trabajo con el adulto mayor a través de la actividad física, las que esta autora asume a modo de resumen.

    Según este autor “…Los programas de actividades físicas, mediante un trabajo corporal adecuado, pueden servir de gran ayuda para aquella persona que participe, abriendo nuevas perspectivas, potenciando una relación y comunicación que no se da en otro tipo de actividades ayudando a que se sientan integrados a un grupo social. La actividad física como alternativa a la soledad, al sedentarismo, a la incomunicación que padece gran número de personas mayores…” Señala además que “…En el trabajo corporal con personas mayores lo primordial no es solamente mejorar o mantener en óptimas condiciones los aspectos físicos, psíquicos y socio-afectivo, sino también poder ofrecerles la posibilidad de que experimenten con su cuerpo, que tengan sensaciones agradables y gratificantes, nuevas o desconocidas para la mayoría de las personas que acuden a un centro o Círculo de Abuelos a realizar actividad física…”

    Recalca que “…Cuantas más alternativas de experimentar movimientos se propongan, más conocerán su cuerpo y sus posibilidades. Mas disponibles estarán para realizar nuevas tareas, mas enriquecerán su vocabulario textual y ganarán en seguridad, autoestima y en definitiva en su autonomía…”

    Indica además la necesidad de disponer no solamente de técnicas corporales, sino también de otros recursos materiales y la música, la utilización de estos recursos va a significar una ayuda para potenciar estos aspectos. La inclusión de una gran variedad de medios, y la realización de actividades en interacción con el Medio Ambiente en un programa de estas características servirá para enriquecer sus contenidos y conseguir una relación positiva entre los alumnos y el profesor.

    Por supuesto la dosificación de los ejercicios estará acorde al nivel de preparación y posibilidades físicas que tenga cada participante y será la interrelación del médico y el profesor lo que permitirá determinar el nivel o el paso de un nivel a otro de estos, este binomio profesional debe estar presente en todo momento del trabajo.

Bibliografía

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