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Hidratación en actividades de media y alta montaña

 

*Técnico en Media Montaña. Nivel II. Kirolene. Gobierno Vasco

**Centro Público de Enseñanza para los Deportes. Kirolene

(España)

Asier Madrid*

asierma@gmail.com

Aritz Urdampilleta**

aritzurdampi@hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          Los deportes de montaña son ampliamente practicados en nuestro entorno. Como en todo deporte, en la montaña, hay que seguir una serie de pautas y recomendaciones para tener una buena nutrición e hidratación que permita obtener el mayor rendimiento deportivo. En el alpinismo, practicado además a elevadas altitudes, los riesgos aumentan, incluyendo los riesgos para la salud por deshidratación. Sin embargo, no todos los alpinistas conocen los riesgos que puede ocasionar la deshidratación, ya que gran parte de ellos obtienen la información de lo que oyen a su alrededor, lo que acarrea estar malinformados. Según algunos estudios, gran cantidad de los participantes en carreras de montaña tienen un conocimiento muy bajo sobre la deshidratación. Por todo ello, saber cómo y cuánto hidratarse es fundamental para el buen funcionamiento del organismo ya que la deshidratación no solo afecta a rendimiento, sino que también altera el funcionamiento de organismo y puede llegar poner en riesgo vital al deportista. La altitud a la que se desarrollan las actividades de montaña, además, altera sensiblemente los procesos fisiológicos del deportista ayuda a esta deshidratación y dificulta enormemente la obtención de agua durante la actividad. Por si esto fuera poco, empeora la oxigenación de las células, provoca la retención de altos niveles de lactato muscular que favorece la aparición de fatiga, y las bajas temperaturas también inciden en la facilidad para poder sufrir congelaciones. En definitiva, en altitud, la hidratación es más importante si cabe y, por tanto, una buena ingesta de agua es muy importante para la salud del deportista. El alpinista que quiere los mayores éxitos, tendrá que beber antes, durante y después del ejercicio. La hidratación, además de evitar problemas de salud, permite aportar un complemento energético de hidratos de carbono (HC), sales y otros nutrientes que beneficiarán en gran medida a nuestro organismo. Saber cuánto y cómo beber es fundamental en un buen alpinista y por eso, en este trabajo, se pretende dar a conocer los puntos clave sobre la hidratación.

          Palabras clave: Agua. Hidratación. Deporte de montaña. Alpinismo. Deshidratación.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 18 - Nº 182 - Julio de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La preocupación en la imagen corporal es un factor que incide de un modo muy determinante en los hábitos alimentarios y en la práctica deportiva (Espeitx, 2006). La montaña resulta una actividad muy atractiva, especialmente gracias a su especialidad más asequible como es el senderismo/trekking, permitiendo ser un buen medio de iniciación a la práctica deportiva.

    La montaña en general es un deporte muy extendido y de cada vez mayor participación en nuestro entorno, como se puede apreciar en los datos federativos de la FEDME (Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada).

Tabla 1. Licencias Federativas FEDME. Datos: Anuario FEDME 2011. Fuente: Elaboración propia

    A pesar de ese arraigo, es importante no dejar detalles a la improvisación lo relativo a la alimentación e hidratación. En las montañas de elevada altitud, baja notablemente la temperatura, aumenta la exposición al viento y se limita en gran medida la capacidad de obtener agua o alimentos (Urdampilleta, 2012).

    Por tanto, el deportista requiere de una información adecuada de cara a la correcta alimentación e hidratación. Sin embargo, esto puede ser un problema, ya que la mayoría de los deportistas suelen recibir información nutricional inadecuada, debido principalmente a que ésta información viene de su entorno más cercano (amigos, familia,…) habitualmente poco cualificado (Alonso, 2006).

    Por si esto es poco, estudios recientes constatan que un gran número de deportistas más especializados, como pueden ser los participantes que participan en carreras de montaña de larga distancia tienen un conocimiento muy bajo de las recomendaciones nutricionales, lo que en ocasiones puede llevar a situaciones de riesgo como deshidratación severa o hiponatremia. (Martínez-Sanz, 2012)

    Por otro lado, todo deportista busca obtener un mejor rendimiento y está demostrado que uno de los pilares fundamentales para conseguir los mayores resultados es la nutrición. Lo que un deportista come y bebe puede afectar a su salud, peso y composición corporal, disponibilidad de sustratos, tiempo de recuperación post-esfuerzo y, en definitiva, a su rendimiento. (Manonelles, 2012)

    La falta de hidratación en alpinistas provoca alteraciones hidroelectrolíticas y disminuye la termorregulación corporal. Además, debido a las bajas temperaturas que se soportan a más de 4500m, puede haber mayor riesgo de congelaciones. (Martínez-Sanz, 2011)

    Un organismo sano, en un estado óptimo, se encuentra euhidratado, es decir, con un volumen de líquidos normal y estabilizado, a pesar del intercambio de líquidos que se mantiene con el exterior y entre sus tejidos como la sudoración. La pérdida de líquidos en el esfuerzo depende de la duración e intensidad del mismo, siendo mayor la pérdida cuanto mayor es el esfuerzo. (Manonelles, 2012)

    Un buen indicador práctico del estado de hidratación es a través de la orina, que debe ser de un color amarillo pálido. Si ésta se vuelve más oscura y concentrada es un indicador de deshidratación (Buss, 2006)

    El objetivo del estudio es plasmar las buenas prácticas de hidratación en una actividad física moderada en actividades de montaña, proponiendo una serie de recomendaciones y teniendo en cuenta la peculiaridad de los deportes de montaña, en los que la altura y la poca disponibilidad de agua, pueden ser determinantes para el correcto transcurrir de la misma.

Método

    Para la elaboración del presente estudio se han utilizado diversos estudios relacionados con hidratación, nutrición y deporte. Sin bien el objeto del estudio es la hidratación en montaña, el volumen de estudios enfocados en actividades de montaña es escaso, y es por ello que se han analizado otros estudios más generales dedicados al deporte. Las búsquedas de los distintos estudios ha sido mediante los buscadores Google Académico y el de la Fundación Dialnet de La Rioja.

    Dichos estudios se han recopilado con las siguientes combinaciones de palabras clave:

  • Agua montaña

  • Hidratación montaña

  • Hidratación alpinismo

  • Agua deporte

  • Hidratación deporte

  • Nutrición montaña

    Asimismo, y a través de los mismos buscadores Google Académico y Dialnet, en ocasiones se han realizado búsquedas por título de referencias que están dentro de los estudios previamente encontrados, en lo que se da por llamar técnica de bola de nieve. El periodo de búsqueda ha sido de 2001 a 2013, si bien se ha dado mayor peso a estudios a partir de 2006.

Resultados

    A gran altura existe una menor presión barométrica que conlleva una serie de efectos y adaptaciones fisiológicas que pueden tener gran influencia sobre el cuerpo, su rendimiento físico y alterar la sensación de apetito. (Urdampilleta, 2012).

    Los líquidos en el alpinismo pueden emplearse como un suplemento energético de hidratos de carbono. En altura es recomendable el consumo de, por lo menos, 3 a 5 litros al día que contengan entre 200 y 300 gramos de hidratos de carbono adicionales. Y resulta muy importante mantener el consumo de líquidos durante el transcurso de la actividad y en la fase de recuperación. Esta adición de carbohidratos, promueve la ingesta de líquidos y mejora su palatabilidad, lo que beneficia claramente a la hidratación (Buss, 2006).

    El estado inicial óptimo de hidratación se denomina euhidratación. En una actividad intensa pueden perderse 500-2000 ml de fluidos, llegando hasta 3 litros en casos extremos. Si no se toman medidas, y no se mantiene una hidratación correcta, el deportista comienza a deshidratarse. (Manonelles 2012)

    A partir de una pérdida del 2% del peso corporal el cuerpo ya empieza a sufrir los efectos de la deshidratación, descendiendo la funcionalidad celular, la presión arterial media y el gasto cardíaco. Esto conlleva una peor oxigenación corporal que provoca una activación temprana de las vías anaeróbicas, aumentando el lactato y provocando antes la fatiga muscular. Afecta también a los sistemas cardiovascular, termorregulador, metabólico, endocrino y excretor, y provoca la aparición temprana de fatiga física y mental durante el ejercicio. Si la deshidratación se agudiza y alcanza niveles próximos al 7%, puede llegar a provocar un paro cardíaco. (González-Gross, 2001)

Imagen 1. Hidratarse es fundamental para evitar los efectos negativos de la deshidratación

    En resumen, la deshidratación afecta el rendimiento deportivo porque:

  • Disminuye la obtención de energía por vía aeróbica a los músculos.

  • El ácido láctico no puede ser expulsado lejos del músculo.

  • Disminuye la fuerza.

    Dependiendo de la proporción de líquidos perdidos se pueden producir alteraciones en el organismo como las reflejadas en la siguiente tabla:

Tabla 2. Alteraciones por pérdida de líquidos. Datos: Palacios, 2008. Fuente: Elaboración propia.

    Por todo ello, en actividades de montaña, al igual que en cualquier otro deporte, no se debe descuidar la hidratación acompañada con una buena alimentación que promueva la ingesta y retención de fluidos y que permita reponer las cantidades perdidas de sodio y potasio.

    La bebida utilizada en las actividades de montaña será preferentemente bebida isotónica, con un 6-7% de HC y, debido a las deshidrataciones intensas que podemos sufrir en la montaña y por las muchas horas de actividad, con alto contenido de sales, entre 0,7-1g de sodio por litro. También son muy recomendables las sopas, que además de ser ricas en sodio y aportar sales, también nos permiten termorregular el cuerpo al tomarlas calientes. Además, cuando se tenga que hacer acopio de agua en el medio natural, las pastillas potabilizadoras de agua nos evitarán las diarreas. (Martínez-Sanz, 2011)

    Por otro lado, a más de 4000 metros, la altitud o hipoxia, la intensidad del ejercicio aumentado por transportar la mochila, las pendientes y el incremento de la frecuencia cardíaca hace que el alpinista hiperventile durante las ascensiones y por ello se hace necesaria la ingesta de 1 litro de agua a la hora durante el día y especialmente durante la actividad. Esta hiperventilación hace que tengamos un mayor riesgo de deshidratación y por todo ello la hidratación en altura es uno de los riesgos nutricionales más relevantes que deberá tener en cuenta el alpinista. Por si esto fuera poco, una mala reposición de líquidos disminuye el volumen sanguíneo, lo que provoca que el organismo sea más ineficiente y que haya un menor suministro sanguíneo a las partes más frías del organismo como orejas, pies o nariz, aumentando el riesgo de congelaciones, algo muy frecuente en ascensiones de más de 8000 metros. (Urdampilleta, 2012)

    La cantidad de líquido recomendada antes, durante y después del ejercicio será la siguiente:

Tabla 3. Ingestión recomendada de líquido antes de la actividad 

Datos: González-Gross, 2011. Fuente: Elaboración propia

 

Tabla 4.  Ingestión recomendada de líquido durante la actividad

Datos: Martínez-Sanz, 2012. Fuente: Elaboración propia

 

Tabla 5. Ingestión recomendada de líquido después de la actividad

Datos: González-Gross, M, 2011 y Martínez-Sanz, 2012. Fuente: Elaboración propia

    Si tras finalizar la actividad de la jornada, la disminución del peso ha estado por encima del 2%, es recomendable salar los alimentos para favorecer la retención de líquidos, así como beber aunque no se tenga sed, al menos un 150% de la pérdida de peso en las primeras 6 horas tras el ejercicio. (Manonelles, 2012)

    A pesar de todo lo comentado hasta ahora, sin embargo, un exceso de hidratación a base de reponer mayor cantidad de líquido en relación con el aporte de sodio, provoca hiponatremia, que igualmente puede ser muy peligroso e incluso puede llegar a producir la muerte súbita. (Manonelles, 2012)

    Por último cabe destacar, que independientemente del motivo de la deshidratación, los datos científicos existentes permiten demostrar que durante la actividad física una mejor hidratación mejora el rendimiento deportivo y previene posibles problemas de salud que pueda tener el deportista, lo cual es el aspecto que más en cuenta tienes que tener el deportista y servicios médicos. (Murray, 2007)

Conclusiones

    En consecuencia, la hidratación es una cuestión fundamental que debe saber todo deportista, y sobre todo los practicantes del montañismo y alpinismo, debida los agravantes del propio medio.

    Se debe hidratar correctamente el cuerpo tanto antes, como durante, como después de la actividad física.

    Una mala hidratación altera notablemente el buen funcionamiento del organismo e incluso puede provocar problemas de salud graves.

    Por el contrario, una buena hidratación aumenta el rendimiento y mejora la capacidad del alpinista.

Notas

  1. Para algunos autores, se deben ingerir 350-600 ml en las 4 horas anteriores (Manonelles, 2012).

  2. Para algunos autores, en caso de estar en ambientes cálidos y húmedos, se recomienda ingerir 200 ml. cada cuarto de hora (Manonelles, 2012).

Referencias bibliográficas

  • Alonso, J. (2006) Trastornos de la conducta alimentaria y deporte. Trastornos de la conducta alimentaria 4, Unidad de Nutrición y Cineantropometría, Centro Andaluz de Medicina del Deporte. 386-385.

  • Buss, C., Álvaro de Oliveira, R. (2006) Nutrição para os praticantes de exercício em grandes altitudes. Revista de nutrição v.19 n.1. 77-83.

  • Espeitx, E. (2006) Práctica deportiva, alimentación y construcción del cuerpo. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, vol. LXI, nº 2. 79-98.

  • González-Gross, M., Gutiérrez, A., Mesa, J.L., Ruíz-Ruíz, J., Castillo, M.J. (2001) La nutrición en la práctica deportiva: Adaptación de la pirámide nutricional a las características de la dieta del deportista. Archivos latinoamericanos de nutrición. Vol. 51 nº 4. 321-331.

  • MacMillan, N. (2006) Nutrición deportiva. Ediciones Universitarias de Valparaíso Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Inscripción Nº 148.

  • Manonelles P. (2012) Utilidad en el deporte de las bebidas de reposición con carbohidratos. Archivos de medicina del deporte: revista de la Federación Española de Medicina del Deporte y de la Confederación Iberoamericana de Medicina del Deporte, 147. 542-553.

  • Martínez-Sanz, J.M., Urdampilleta, A. (2011) Planifica tu nutrición para la montaña. Sport Training Magazine, ISSN 1885-4443, Nº 39. 50-53.

  • Martínez-Sanz J.M., Urdampilleta A. (2012) Alimentación y riesgos médico-nutricionales en las carreras de montaña. Sport Training Magazine, ISSN 1885-4443, Nº. 45. 46-51.

  • Murray, B. (2007) Hydratation and Physical Performance. Journal of the American College of Nutrition, vol. 26 no. suppl 5. 542-548.

  • Palacios, N., Franco, L., Manonelles, P., Manuz, B., Villegas, J.A. (2008) Consenso sobre bebidas para el deportista. Composición y pautas de reposición de líquidos. Archivos de medicina del deporte: revista de la Federación Española de Medicina del Deporte y de la Confederación Iberoamericana de Medicina del Deporte, 126, 245-258.

  • Urdampilleta, A., Martínez-Sanz, J.M. (2012) Riesgos médico-nutricionales y planificación dietética en el alpinismo. Motricidad. European Journal of Human Movement, 28, 35-66.

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