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Valores sexistas y androcéntricos en la 

educación de los deportes de combate

 

Lic. en Cultura Física en la Facultad de Cultura Física

Universidad de Matanzas “Camilo Cienfuegos”

Profesora de Deporte en el área de Gimnasia Rítmica

Lic. Ariadna Quintana Díaz

ariadna.quintana@umcc.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          Los estudios desde una perspectiva de género nos permiten dar respuestas sobre el comportamiento de Hombres y Mujeres, esto han sido realizados en diferentes esferas de nuestra sociedad, donde podemos destacar a la esfera del deporte. A pesar de que se habla de igualdad de género en el plano deportivo, aun hoy en día existe una percepción errónea sobre la participación de las mujeres en los deportes de combate. La presente investigación tiene como propósito poder evidenciar los valores existentes en la educación de las mujeres que practican deportes de combates, en la EIDE matancera, desde una perspectiva de género. A través de los instrumentos aplicados a las mujeres que practican deportes de combates en dicha institución, así como a las/os compañeros/as de deporte como de escuela y también a sus entrenadores/as, se pudo evidenciar la presencia de sesgos sexistas y androcéntricos en el currículo oculto de la formación de estas muchachas deportista. Este trabajo a permitido ser plenamente consientes de que no todo está bien cuando nos referimos de mujeres dentro del mundo de los músculos e incitar a la generalización de los estudios de género en la enseñanza deportiva.

          Palabras clave: Educación. Valores sexistas y androcéntricos. Deportes de combate. Perspectiva de género.

 

Abstract

          The studies from a gender perspective allow us to give answers on the behavior of Men and Women; this has been carried out in different spheres of our society, where we can highlight to the sphere of the sport. Although it is spoken of gender equality in the sport plan, an erroneous perception even nowadays exists on the participation of the women in the combat sports. The present investigation has as purpose to be able to evidence the existent values in the education of the women that you/they practice sports of combats, in EIDE of Matanzas, from a gender perspective. Through the instruments applied to the women that practice sports of combats in this institution, as well as to those / you sport partners / ace as of school and also to their trainers / ace, you could evidence the presence of sexist biases with man like de center in the hidden curriculum of the formation of these girls sportsman. This work had allowed to be fully consents that not everything is well when we refer of women inside the world of the muscles and to incite to the generalization of the gender studies in the sport teaching.

          Keywords: Education. Sexist and androcentric values. Combat sports. Gender perspective.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 18 - Nº 181 - Junio de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El deporte, es un agente socializador por naturaleza, ya que es, “todas las formas de actividades que, a través de una participación, organizada o no, tiene como objetivo la expresión o la mejora de la condición física o psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales y la obtención de resultados en la competición.” (Carta Europea del Deporte). En todas sus modalidades presenta un carácter competitivo, aunque resulta más evidente e importante unas, más que, en otras. Hoy en día, se convierte en una de las actividades sociales que generan mayor interés en la población de todo el mundo, lo cual se ha manifestado en la creciente expectación que genera ante las multitudes y que puede interpretarse como uno de los rasgos más auténticos de la identidad nacional.

    Fue ideado por hombres y para hombres, como vía de transmisión de terminados valores y para el desarrollo de sus capacidades físicas, promoviendo sobre todo, valores como, la competencia, la fortaleza física, o la agresividad, basadas en capacidades motrices, como la fuerza, la potencia o la resistencia.

    Por lo que podemos apreciar, las prácticas deportivas llevan implícita la presencia de conductas y características propias del modelo de masculinidad hegemónica impuesta, cultural e ideológicamente por esos grupos de hombres que detectan el poder social en cualquier contexto.

    Resulta lógico que aquellas mujeres que participan en el mismo, se les incorpore códigos y patrones propiamente masculinos a sus vidas percibiéndolo así como una imposibilidad de colegiar su feminidad en este mundo.

    Esto ha conllevado que su participación en el universo deportivo sea todo un reto y más cuando hablamos de deportes de combates, tales como el Karate, la Lucha y el Judo. Estos se caracterizan, por ser deportes donde sus practicantes tienen que enfrentarse directamente a un adversario con el cual interactúa cuerpo a cuerpo, de ahí que tenga que superar no solo la fuerza física que el contrario antepone a este, sino también la táctica que el mismo utiliza, aquí encontramos conductas tales como la agresividad, la potencia y acciones violentas, así como tantas otras.

    Las escuelas son consideradas también, unos de los principales agentes socializadores que influyen en el proceso de formación y desarrollo de la personalidad durante gran parte de la vida del ser humano.

    Investigaciones realizadas han demostrado que en las instituciones escolares reproducen una visión androcéntrica y sexista de la sociedad, así como estereotipos de género (Reinoso Castillo, 2011; González y Castellanos, 2003; Ruiz Gamio, 2008). Por lo que las escuelas deportivas no dejan de estar exentas de este fenómeno y más cuando nos referimos a esta enseñanza y principalmente cuando hablamos de la educación de los deportes de combates.

    Considerando que los estereotipos de géneros tienen un fuerte arraigo subjetivo, aún hoy en día, que existe una aparente equidad, las personas continúan dando evidencia de una cultura patriarcal y machista, pues lo significativo de este fenómeno recae en su sutileza y carácter solapado, de modo que escapa muchas veces del campo consiente, de ahí la importancia de la reflexión crítica y autocrítica del quehacer diario en las clases de entrenamiento deportivo, así como de esta investigación que tiene como intención abordar la problemática de género desde una arista de las instituciones escolares deportivas, trabajado en la educación de las mujeres que practican deportes de combates en la EIDE matancera.

    Por lo tanto es conveniente realizar una investigación científica que fundamente la necesidad de evidenciar la presencia de los valores en la educación de las mujeres que practican los deportes de combates antes mencionados, en la EIDE matancera, desde una perspectiva de género

    Los resultados de este trabajo investigativo podrían convertirse en instrumentos para futuras investigaciones en el ámbito deportivo. Su utilidad, está en la posibilidad de que las partes del proceso docente educativo en las escuelas deportivas concienticen no solo que reproducen sesgos sexistas y androcéntricos, como estereotipos de géneros, sino también algunos elementos a través de los cuales los perpetúan, para de esta manera, contribuir en la perfección del trabajo de los profesores deportivos.

Desarrollo

    ¿Qué es género?, pues no es más que, "la categoría que nos posibilita designar el orden sociocultural configurado sobre la base de la sexualidad, la cual a su vez está definida históricamente por el orden de genérico. Es una construcción simbólica que integra los atributos asignados a las personas a partir de su sexo.” (Fernández Ruiz, 2005: 152)

    La categoría género se conciben como “un conjunto de rasgos, cualidades, modos de comportamientos que distinguen socialmente al hombre y a la mujer, y que agrupa todas las manifestaciones biológicas, psicológicas y sociales designados por cada cultura como lo masculino y lo femenino.” (González y Castellanos, 2003: 96)

    Una definición general pudiera llevarnos a considerar al género: “como una construcción histórica y socio-cultural que adjudica roles, identidades, valores y producciones simbólicas a hombres y mujeres, incorporados a estos/as mediante el proceso de socialización.” (González Pagés, 2010: 6)

    ¿Existe distancia o relación entre mujeres y hombres en cuanto a su desarrollo personal y social? ¿Hay o no hay una relación entre la diferencia biológica y la diferencia sociocultural? ¿Posibilita el orden patriarcal la contribución al desarrollo de los derechos humanos y la calidad de vida? ¿Por qué la diferencia sexual implica desigualdad social?

    La perspectiva de género nos brinda la posibilidad de poder dar respuesta a las anteriores interrogantes, ya que, “uno de sus fines es, contribuir a la construcción subjetiva y social de una configuración que resignifique la historia, la sociedad, la cultura, y la política desde el género. Reconoce la diversidad de géneros, la existencia de mujeres y hombres en la construcción de una sociedad humana, diversa y democrática. Acentúa que la construcción de género desde la ideología patriarcal impide este diálogo en la diversidad y democracia, sino que más bien produce exclusión, dicotomías y opresión.” (Fernández Ruiz, 2005)

    Llevar a cabo estudios e investigaciones sociales desde una perspectiva de género implica realizar un análisis objetivo de las relaciones entre los géneros, indagar en los factores que inciden en esa opresión; de las instituciones que sancionan o legitiman las normas, los deberes y los límites de género, así como la evaluación de las mujeres y los hombres como seres sociales inmersos en un conjunto de relaciones, condicionados socialmente y como resultado de una sociedad concreta.

    Estas investigaciones han sido dirigidas hacia diferentes esferas de nuestra sociedad, donde se destacan, la económica, la política, la familiar, la educacional, entre otras, que por el simple hecho de no mencionarlas no dejan de ser significativas.

    La escuela como importante agente de socialización, conjuntamente con la familia tiene el encargo social de educar en la cultura de paz y en la igualdad entre los géneros, trasmitiendo valores y patrones no sexistas en sus educandos; los docentes deben evitar que por medio del lenguaje, los juegos, el trato y otras prácticas se refuercen los estereotipos de género.

    Hombres y mujeres somos diferentes, pero no por ello superiores o inferiores; respetar esas diferencias y las opiniones divergentes y enriquecernos de ellas significa ser abiertos a la diversidad.

    La institución escolar como centro más importante en la formación integral de la personalidad del individuo, debe ser el espacio fundamental para la educación en igualdad de género y de esa manera corregir cualquier tipo de inequidad social, incluyendo aquellas que se producen por razón de sexo.

    Es tarea de la escuela trasmitir saberes desprovistos de estereotipos de género, una educación no sexista en sus educandos, y lograr el crecimiento personal de los individuos despojados de todo tipo de prejuicios.

    El término sexismo apareció en los Estados Unidos a mediados de los años sesenta, por analogía con el término sexismo, con el propósito de demostrar que el sexo constituye para las mujeres un factor de discriminación, subordinación y desvalorización. Este término fue utilizado por grupos de feministas que en aquella época estaban surgiendo.

    El sexismo es una concepción ideológica y una práctica que legitima la subordinación de la mujer y la excluye de participar en igualdad de derechos y oportunidades, que el hombre, limita su acceso a los mismos lugares, desempeñar las mismas tareas. Asigna roles rígidos, así como características y formas de comportamiento a uno y otro sexo; se manifiesta en la discriminación por razones de sexo.

    En virtud del sexismo las mujeres caen en un plano inferior a los hombres, por los ataques a los que son sometidas, ataques indirectos, que son resultado del sistema social. Todo esto provoca que las mujeres, a consecuencia del género, enfrenten situaciones que les impiden participar con plenitud en las sociedades donde viven.

    Una educación sexista es aquella en que existe una clara y rígida división entre lo que se espera de los hombres y de las mujeres de acuerdo a las generalizaciones o estereotipos presentes en una sociedad o cultura determinada. Es decir, una educación basada en los estereotipos de género.

    Este fenómeno se manifiesta a través de sus currículos, tanto en el currículo explícito como en el currículo oculto. En el explícito se puede percibir de distintos modos, como en el lenguaje sexista de los documentos oficiales, materiales didácticos, en los libros de texto, etc., y con relación al currículo oculto se puede apreciar en el conjunto de normas y valores inconscientes que perpetúan los estereotipos de género, es decir a través del trato diferenciado a mujeres y hombres por medio del leguaje, los gestos, tono de voz, la frecuencia y la duración de la atención proporcionadas unas y otros, el tipo de preguntas y respuestas, el chiste, la caricatura y el sarcasmo al alumnado por parte del profesorado.

    Las instituciones escolares deportivas tienen como su principal propósito la formación deportiva de sus alumnos y alumnas, en ellas se practican la mayoría de los deportes existentes en nuestro país, clasificados en deportes con pelotas, acuáticos, de pista y campo, de arte competitivos, y de combates, siendo este último interés, de nuestro trabajo investigativo.

    A pesar de los grandes éxitos alcanzados por las mujeres en el mundo de las prácticas deportivas y de las muestras de que las mujeres pueden realizar disímiles de tareas dentro de este ámbito, la participación de las mismas conlleva a que se les incorpore a sus vidas códigos y patrones totalmente masculinos, ante la supuesta imposibilidad de colegiar su feminidad en ese mundo.

    La presencia de las mujeres en los deportes de combates lleva implícito la existencia de prejuicios determinados por un imperante régimen patriarcal en nuestra sociedad.

    Para el desarrollo de este trabajo investigativo se utilizó una población de 61. De las cuales 35 son mujeres que practican deportes de combate en la EIDE matancera, con un promedio de edad de 14 años y de experiencia deportiva de 5 años (Judo, Lucha Libre, Karate). También fueros encuestados todos/as los/as entrenadores/as de estos deportes, la mayoría son Licenciados en Cultura Física y el promedio de años de experiencia es de 12 años, 13 compañeras/os que comparten vida social dentro de la escuela (Tenis de Mesa, Baloncesto, Karate, Clavado), así como sus profesores/as docentes.

    Los instrumentos realizados estuvieron encaminadas en un primer momento a: explorar la percepción existente con respecto a la práctica de las mujeres en los deportes de combate y en un segundo momento determinar la existencia de sesgos sexistas y androcéntricos en el currículo oculto en la formación de las mujeres que practican deportes de combates en la EIDE matancera, desde una perspectiva de género.

    De las encuestas utilizadas se pudo obtener los siguientes datos:

    La propagando que se lleva a cabo en el país con respecto a la incorporación de las niñas a los deportes de combates es totalmente diferente a otros deportes, se percibe los malos manejos por parte de los medios masivos de comunicación, la TV, la radio y hasta en el trabajo que se les da desde la base, quiere decir, desde las aéreas de iniciación deportiva, donde predomina la participación masculina. Esto influye notablemente en la familia, que cuando la niña plantea la posibilidad de practicar estos deportes se niega rotundamente.

    Más del 75% plantea que aun hoy en día existen prejuicios a la hora de que se habla de la mujeres en los deportes de combates, se afirma de manera errónea que la practica a estos deportes estimula la tendencia a actitudes homosexuales o que ocasiona cambios en el cuerpo que no corresponden con los patrones de belleza establecidos para las mujeres o son de la opinión que el sexo femenino es débil para estos deportes tan fuertes y rudos.

    Dentro de las modalidades de los deportes de combate (Karate-Do, Taekwondo, Lucha, Judo y Boxeo) la sociedad le incorpora mayores prejuicios, dentro de estos se encuentran el Judo, la Lucha y el Boxeo femenino, no pasa así con el Karate-Do y el Taekwondo. Su explicación recae que en que estos deportes requieren de mayor fuerza y capacidad, que alteran el físico de la atleta, y esto conlleva a que pierdan su femineidad. Más del 50% de los encuestados coincidieron en que la práctica de estos deportes de combate afecta los patrones establecidos del sexo femenino, al incorporarse a estos entrenamientos.

    En el momento que se les pedía a sus compañeras/os que creían de estas muchachas que practican estos deportes el 69% expreso de que ellas son buenas, abnegadas, tratables, que se esfuerzan hasta el máximo en el deporte, que pueden alcanzar un excelente éxito deportivo, así como otros tantos criterios que por simple hecho de no mencionarlos dejan de ser significativos.

    A la hora de asociarlas con un animal, estos fueron, las leonas, las osas, los leopardos, las monas, la gallina, la elefanta, la cocodrila, la gorila, la pantera y el tigre, los animales subrayados so los que se repitieron en alguna que otra ocasión, sus explicaciones estuvieron dadas a que son agresivas, que son toscas, fuertes, grandes, que son rápidas y ágiles.

    Cuando se les solicitaba que realizaran un pequeño párrafo con el siguiente título “La mujer en los deportes de combate”. Predominaron los criterios negativos con respecto al tema que se les pedía, mencionaban que estos deportes no son tan agradables para las mujeres, porque hay mucha tosquedad, fuerza, que no les agrada esto, son fieras en las competencias y que son peligrosas.

    Para este momento se tomó en cuenta los Indicadores propuestos por las investigadoras Alicia González y Beatriz Castellanos que dan muestra de una Educación Sexista en las instituciones escolares, claro está, adaptados a la formación en los deportes de combate.

    Para estas muchachas las expectativas de éxito deportivo, son las mismas que para sus colegas varones de deporte. De esta forma también lo expresa sus profesores los cuales creen que ellas, tienen las mismas oportunidades de éxito dentro del deporte que los varones.

    A la hora de realizar las actividades la mayoría de ellas lo ejecutan en conjunto con los varones, principalmente si es en el momento de entrenar, existen otras actividades donde si se presencia una separación en dependencia al sexo de cada cual. Las actividades orientadas dentro de la clase deportiva, estas se efectúan la mayoría de las veces en conjunto, está en dependencia al objetivo a seguir dentro del entrenamiento.

    Los juegos propuestos por sus entrenadores/as están en dependencia al deporte con que se trabaje, la gran totalidad de ellos son los mismos para hombres y mujeres. Estos están dirigidos en consecuencia con el programa del deporte.

    Las muchachas perciben que en el momento que su entrenador/a establece un dialogo lo hace en dependencia al sexo de cada cual, con las niñas la comunicación es más despacio, pero con los varones son más fuertes. En este aspecto coincide los criterios dados por sus entrenadores/as, ya que en el momento de establecer un dialogo con sus alumnas/os, está en dependencia a su sexo, para el sexo femenino la comunicación debe ser más pausada y sencilla, en caso del sexo masculino debe ser más exigente.

    El apoyo emocional que les ofrece sus profesores/as, ellas expresa que no encuentran diferencia alguna en el momento que se les realiza, quiere decir, que para ellas el apoyo emocional brindado por sus entrenadores/as es el mismo para ambos sexos, claro está en la situación que lo requiera. En este indicador no coincide en lo planteado por sus alumnas, ya que estas expresan que el apoyo emocional que brindan lo hacen teniendo presente el sexo de estos.

    El 74% de las deportistas encuestadas expresaron que a la hora de controlar la disciplina por parte de sus entrenadores/as en el equipo, este se diferencia en cuanto al sexo de sus deportistas, plantan que para los varones es más fuerte el rigor de las medidas disciplinarias. Así de esta forma lo exponen sus entrenadores/as, donde coinciden en que el control de la conducta del equipo está en dependencia al sexo de sus alumnos/as, por ejemplo para ellos/as, las mujeres tienen otras cualidades diferentes a la de los varones, porque a estos se les debe ser más directo y estricto en la toma de una medida disciplinaria.

    Para distribuir las tareas o responsabilidades dentro del equipo deportivo, el 66% de las muchachas expresan que estas tareas son asignadas según el sexo de cada cual, porque a la hora de limpiar el colchón, área de entrenamiento, es dado en la mayoría de las veces a las niñas, esto no pasa así con los varones. En este indicador, se puede evidenciar la coincidencia entre lo expuesto por las muchachas y sus profesores/as deportivos ya que estos últimos dan fe de que las tareas y responsabilidades orientadas, está dada por la condición sexual de cado uno de sus alumnos/as. En el caso de los ejercicios deportivos a realizar en el entrenamiento, plantean que hay algunos ejercicios que las mujeres no deben de hacer.

    “El Judo hace más Fuerte y Capaz a la Mujer” mensaje expuesto en una de las paredes del área donde se entrena este deporte.

Conclusiones

Bibliografía

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