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Postulados martianos referidos a la importancia de la 

educación en el fortalecimiento de los valores 

humanos en el profesional de la Cultura Física

 

*Máster en Actividad Física en la Comunidad

Metodólogo de la Facultad de Cultura Física de Pinar del Río

**Máster en Ciencias de la Educación
Metodóloga de la Facultad de Cultura Física "Nancy Uranga Romagoza" de Pinar del Río

(Cuba)

MSc. René Mesa Peña*

mesa@fcf.vega.inf.cu

MSc. María Ofelia Armas Álvarez**

ofelia@fcf.vega.inf.cu

 

 

 

 

Resumen

          El trabajo es fruto de una minuciosa revisión de los numerosos textos escritos por José Martí referidos a la Educación, vital y recurrente tema de su pensamiento, por haberle encargado la formación de los ciudadanos para la República y la América toda a quienes consagró su vida y su obra. En su libro “Guatemala”, en las revistas “La Edad de Oro” y “La América” y en los artículos “Tres Héroes” y “Maestros Ambulantes” por solo citar algunos ejemplos están reflejados los criterios y plena identificación del Héroe Nacional con el tema educacional y su decisivo papel en el logro de la libertad, justicia y emancipación económica y política de las clases populares. Este estudio también incluye análisis de la concepción que Martí tuvo acerca de la Educación y su importancia en el fortalecimiento de los valores humanos, mediante la recopilación de frases contenidas en su obra que expresan su preocupación constante por un porvenir luminoso para los pueblos y que constituyen postulados con plena vigencia en los programas revolucionarios que se llevan a cabo actualmente y en consecuencia en la formación de profesionales de la Cultura Física y el Deporte.

          Palabras clave: José Martí. Educación. Valores humanos.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 18 - Nº 181 - Junio de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Educar es crear cultura; la necesidad de saber por saber, para ganar algo, no es suficiente, hay que crear en el educando la necesidad de saber porque se ama, hay que educar con amor para desarrollar la capacidad de amar.

    Toda obra del Apóstol refleja este pensamiento, cada escrito, cada discurso, aún cuando el centro de su pródiga vida fuera la independencia de Cuba, del Caribe y América Latina.

    Este trabajo contiene algunas opiniones del Maestro tomadas de las Obras Completas acerca de la educación que muestran cuán abarcadora es su idea, sin necesidad de construir un concepto académico estricto referido al tema, pues nunca se dedicó a construirle conceptos a los temas, sino que poco a poco, escrito tras escrito, entre artículos, cartas y discursos iba sacando a la luz diversas aristas de ellos, porque para él no existía asunto lo suficientemente abarcado ni agotado, necesitaba constantemente acercársele con mirada nueva, desde otros ángulos, con nuevas perspectivas, muchas veces recurriendo a la sabiduría de otros pensadores universales.

    También la investigación hace referencia a la necesidad de remitirnos al pensamiento martiano en la formación los profesionales de la Cultura Física y el Deporte.

    Nuestro José Julián Martí Pérez concedió a la educación un papel preponderante en el desarrollo de la personalidad de todos los hombres y mujeres del mundo. Es por ello que en toda su vida y obra podemos hallar conceptos como los que a continuación detallamos.

    “¿Qué escuelas son esas donde solo se educa la inteligencia? Siéntese el maestro mano a mano con el discípulo y el hombre mano a mano con su semejante y aprenda en los paseos por la campiña el alma de la botánica, que no difiere de la universal, y en sus plantas y animales caseros y en los fenómenos celestes confirme la identidad de lo creado, y en este conocimiento y en la dicha de la bondad, viva sin la brega pueril y los tormentos sin espuma a que conduce aquel bestial estado del espíritu en que dominan la sensualidad y la arrogancia. ¡No sabe de la delicia del mundo el que desconoce la realidad de la idea y la fruición espiritual que viene del constante ejercicio del amor!“

    “Instrucción no es lo mismo que educación: aquella se refiere al pensamiento y ésta principalmente a los sentimientos. Sin embargo, no hay una buena educación sin instrucción. Las cualidades morales suben de precio cuando están realizadas por las cualidades inteligentes.“

    “El pueblo más feliz es el que tenga mejor educados a sus hijos, en la instrucción del pensamiento y en la dirección de los sentimientos. Un pueblo instruido ama al trabajo y sabe sacar provecho de él. Un pueblo virtuoso vivirá más feliz y más rico que otro lleno de vicios y se defenderá mejor de todo ataque.”

    “Impresionar la mente: dejar en ella la impresión: y en este trabajo se ha ido tan lejos que hay quien sostiene con ejemplos que los hechos generales de la botánica se aprenden mejor poniendo ante el niño las especies magnificadas en los versos de grandes poetas colectivos que en las enumeraciones descarnadas y antipáticas de un texto que no despierta los poderes de observación y curiosidad del niño en todo lo vivo.”

    “La educación ha de ir adonde va la vida. Es insensato que la educación ocupe el único tiempo de preparación que tiene el hombre en no prepararlo. La educación ha de dar los medios de resolver los problemas que la vida ha de presentar. Los grandes problemas humanos son: la conservación de la existencia y el logro de hacerla grata y pacífica; solo en la educación reside la fuerza definitiva.”

    “La enseñanza por medio de impresiones en los sentidos es la más fácil, menos trabajosa y más agradable para los niños, a quienes debe hacérsele llegar los conocimientos por un sistema que a la vez concilie la variedad, para que no se fatigue su atención y la amenidad, para hacer que se aficionen a sus tareas.”

    “Habituar al hombre a la utilización de sí y al comercio eficaz con la naturaleza productora, he ahí el que ha de ser objeto de los esfuerzos de los educadores nuevos.”

    “Que la enseñanza elemental sea ya elementalmente científica: que en vez de la historia de Josué, se enseñe la de la formación de la tierra.”

    “Contra Teología, Física, Retórica, Mecánica; contra preceptos de Lógica, que el rigor, consistencia y trabazón de las artes enseña mejor que los degenerados y confusos textos de pensar de las escuelas, preceptos agrícolas.”

    “Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podría salir a flote: es preparar al hombre para la vida.”

    “El hombre tiene que sacar de sí los medios de vida. La educación, pues, no es más que esto: la habilitación de los hombres para obtener con desahogo y honradez los medios de vida indispensables en el tiempo en que existen, sin rebajar por eso las aspiraciones delicadas, superiores y espirituales de la mejor parte del ser humano.”

    “La educación tiene un deber ineludible para con el hombre, no cumplirlo es crimen: conformarle a su tiempo, sin desviarle de la grandiosa y final tendencia humana. Que el hombre viva en analogía con el universo y con su época; para lo cual no le sirven el Latín y el Griego.”

    “Y detrás de cada escuela un taller agrícola, a la lluvia y al sol, donde cada estudiante sembrase su árbol.”

    “En campos como en ciudades, urde sustituir al conocimiento indirecto y estéril de los libros, el conocimiento directo y fecundo de la naturaleza.”

    “Educar no debería ser echarle al hombre el mundo encima, de modo que no le quede por donde asomar los ojos propios; sino dar al hombre las llaves del mundo, que son la independencia y el amor y prepararle las fuerzas para que lo recorra por sí, con el paso alegre de los hombres naturales y libres.”

    “El que no dispone la educación de modo que la escuela sea como el pórtico de la vida, de donde salga franco y fuerte, con el conocimiento de ella y el modo de subsistir con dicha y decoro, hará suicidas, pero no hombres.”

    “En las ciudades las escuelas deben volverse del revés; del banco de sentarse debe hacerse banco de herrador o carpintero: del puntero de pizarra debe hacerse arado: al patio debe mudarse la escuela en ciertas horas del día, para que asolen, vivan y funcionen los miembros entumecidos en la sala y la mente de los niños vea las ideas vivas en la naturaleza y no disecadas o vestidas de moños extraños, velos y caretas como las ven en la mayor parte de los libros.”

    “No enseñarse reglas sino resultados. Hay que crear, sí, escuelas normales, pero escuelas normales de pedantes, de retóricos, de nominalistas; sino de maestros vivos y útiles que puedan enseñar la composición, riquezas y funciones de la tierra y las maneras de hacerla producir y vivir dignamente sobre ella y las noblezas pasadas y presentes que mantienen a los pueblos, preservando en el alma la capacidad y el apetito de lo heroico.”

    “Se ve que la raza degenera y que la escuela no la ayuda. Si no fuera por el niño del campo, que injerta luego su originalidad en la vida urbana, no habría en la vida urbana más que amarilleces y momias: mucho ojo luciente, mucha cara pálida, mucha mano seca, mucha espalda encorvada, mucho frenético apetito; pero todo una mísera caterva, sin la generosidad, fuerza y poesía de quien conoce la hermosura del mundo y vive creando en el trabajo vivo de la naturaleza.”

    “El verdadero objeto de la enseñanza es preparar al hombre para que pueda vivir por sí decorosamente, sin perder la gracia y generosidad del espíritu y sin poner en peligro con su egoísmo y servidumbre la dignidad y fuerza de la patria.”

    El Maestro de maestros, dentro de las múltiples temáticas tratadas en sus obras hizo alusión a las bondades que brinda la práctica deportiva, como elemento fundamental en la educación y fortalecimiento de los valores éticos, estéticos y morales de aquellos que la realizan. En tal sentido en el artículo “El gimnasio en la casa“ aseguró: En estos tiempos de ansiedad de espíritu, urge fortalecer el cuerpo que ha de mantenerlo. En las ciudades, sobre todo, donde el aire es pesado y miasmático; el trabajo, excesivo; el placer, violento; y las causas de fatiga grandes, - se necesita asegurar a los órganos del cuerpo, que todas esas causas empobrecen y lastiman, habitación holgada en un sistema muscular bien desenvuelto, nivelar el ejercicio de todas las facultades para que no ponga en riesgo la vida el ejercicio excesivo de una sola, y templar con un sistema saludable de circulación de la sangre, y con la distribución de la fuerza en el empleo de todos los órganos del cuerpo, el peligro de que toda ella se acumule, con el mucho pensar, en el cerebro, y con el mucho sentir en el corazón, - y den la muerte. A los niños, sobre todo, es preciso robustecer el cuerpo a medida que se les robustece el espíritu. Hoy las pasiones se despiertan temprano, los deseos nacen desde que se echan los ojos sobre la tierra, y saben todos tanto que es fuerza aprender pronto mucho, por arte de maravilla, para no quedar oscurecido en la pasmosa concurrencia, y revuelto en el polvo en el magnífico certamen. Estas consecuencias de la vida moderna hacen urgente ese esparcimiento de la fuerza, aglomerada en llama en el cerebro desde los primeros años de la vida, y la preparación oportuna y previa del edificio que ha de sustentar tal pesadumbre – del cuerpo que ha de ser teatro de tales batallas del espíritu.

    Un gimnasio ha de ser mirado, más que como un renglón de comercio, como una buena obra. No tiene término la enumeración de sus bondades. Es útil, y es artístico, que es otra manera de ser útil. Hay en el ser humano deseos vehementes de gracia y armonía, y así como se lastima y queda herido de no verlas realizadas, así se alegra y queda fuerte, cada vez que las halla. Si se hicieran un hábito en nuestras niñas y entre nuestros jóvenes los ejercicios menos flores nos arrebatarían las enfermedades. Esta necesidad es especial en nuestras tierras, donde la preocupación por una parte, y las obligaciones familiares por otra, nos retraen de ejercicios y paseos, que al cabo ayudan a fortalecer el cuerpo y evitar el cuerpo pesado y enfermizo. Para los niños la ejercitación y los juegos son un deleite, aunque hagan temblar y llorar a los que los ven a veces colgarse o subir hasta alturas considerables. No hay escuela que no desee tener un gimnasio, no hay escuela que no pueda hacerse de un gimnasio. Un gimnasio es una buena acción, es preciso dar casa de buenos cimientos y recias paredes al alma atormentada, o en peligro constante de tormenta; bien se sabe lo que dijo el latino: “…ha de tenerse alma robusta en cuerpo robusto, mente sana en cuerpo sano…”. Tengo a la higiene por necesidad capital de la educación de los niños, y lo primero que les enseñaría acaso, y con más ardor, sería el desarrollo de sus músculos; pocos conocen la relación estrechísima que existe entre la debilidad física y la maldad moral, cuán imposible es la saludable energía de la voluntad sin que la sostengan los fuertes músculos que son sus naturales órganos, y cuánto dependen de un buen desarrollo muscular cualidades tan preciosas como la abnegación, el dominio de sí propio y la serenidad en las desgracias.

    En otro de sus escritos publicado en “Un cuerpo vigoroso“ testificó: “… mueren en flor en las tierras latinas, o se agotan prematuramente, por falta de fuerzas físicas que reparen los desarreglos y mermas que cause, hasta en hombres robustos, una excesiva actividad mental. Un cuerpo vigoroso es como un depósito de fuerzas, en que renueva su energía la mente exhausta. Es urgentísimo cultivar a la vez las dotes de la mente y las fuerzas del cuerpo. Debe declararse oficial la enseñanza del ejercicio deportivo e higiénico, y que se dé clase de ello en los Institutos de Enseñanza Superior, y en las escuelas normales de maestros y de maestras; que sea obligatoria la asistencia a estas clases y que no se pueda acreditar un título sin haber recibido un año de educación deportiva, que se convertirá luego en tres años, cuando parezca menos revolucionaria la costumbre, y hayan comenzado a estimarse sus incalculables beneficios. Ha de tenerse en cuenta que el espíritu es voraz, y es necesario darle qué roer. El espíritu se alimenta de aquel a quien anima”.

    En consecuencia con lo planteado por el Apóstol, en la carrera de Cultura física, focalizándolo en el quinto año de la carrera y en la disciplina didáctica del deporte, en la asignatura Pesas Aplicadas se materializa, lo cual ha tributado a un desarrollo de la cultura general integral del estudiantado y al fortalecimiento de sus valores humanos.

    Martí define a la educación como un arte que protege perseverantemente. Está presente en el proyecto de La Edad de Oro, vive y respira en las cartas a María Mantilla y en el ensayo Nuestra América. El Apóstol de Cuba, el político eminente, el orador por excelencia, el poeta cosmopolita, el hombre que trató temáticas universales en sus obras, asevera que la educación es la plataforma sobre la cual se instituyen los valores humanos.

Bibliografía

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