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La música como recurso didáctico

 

Universidad Andrés Bello - Viña del Mar

(Chile)

Lic. Nicoll Ceriani Lolas

Lic. Stephanie Hidalgo Rubio

Lic. Dayana Leverton García

Dra. Alda Reyno Freundt

areyno@unab.cl

 

 

 

 

Resumen

          La presente investigación corresponde a un estudio descriptivo de análisis bibliográfico, de tipo Informativo. Profundiza y amplía el conocimiento en relación a la utilización de la música como recurso didáctico en las clases de Educación Física. La música es un estímulo que influye en el campo perceptivo del individuo, afectando las emociones de manera positiva o negativa y generando múltiples reacciones en las personas. Según Rodrigo (1999) citado en García, Ureña & Antúnez (2004), la música es una variable que puede ser utilizada para generar sentimientos y emociones diversas, relaja o inhibe, excita o activa al organismo. Es así como las personas se involucran con la música de tal manera que, con sólo escuchar alguna melodía, pueden llegar a recordar situaciones, pensamientos o emociones que sintieron en momentos anteriores, volviendo a recordarlos como si estuvieran en el presente (Vernon, 1993, citado en Learreta & Sierra, 2003). Tal poder tiene la música en el individuo que es necesario aprovechar los beneficios de estas reacciones para provocar efectos positivos en los alumnos dentro de una clase de Educación Física, para ello es necesario saber cómo y en qué momento utilizarla, dado que además es un recurso barato y muy asequible. La utilización de la música en la clase de Educación Física, favorece en la didáctica del profesor, en la dinámica de la clase, en la disposición de los alumnos, en su motivación, en su desarrollo corporal, espacial, expresión, imaginación y ritmo, de esta manera se aprovecha la música como recurso que puede ayudar a facilitar la correcta realización de la tarea.

          Palabras clave: Educación Física. Recurso didáctico. Música.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 176, Enero de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Objetivos de la investigación

Objetivo general

  • Analizar la utilización de la música como recurso didáctico en las clases de Educación Física.

Objetivos específicos

  • Describir los elementos constitutivos de la música.

  • Describir las características de los componentes de un recurso didáctico.

La Música y sus componentes

    La música es un arte que acompaña la vida del ser humano desde los comienzos de su historia. Ciertas teorías explican que su origen tuvo lugar a partir de imitaciones de los sonidos existentes en la naturaleza y los sonidos provenientes de la parte interna del ser humano, como el ritmo natural de los latidos del corazón, según Devia (2000), citado en Astudillo (2004). Dar una definición exacta de música no resulta fácil, ya que puede ser enfocada hacia diferentes ámbitos.

    Pitágoras relaciona la música con los números afirmando “los números son las cosas; ahora bien, la música es número. El mundo es música; el cosmos es una lira sublime de siete cuerdas”, en cambio para el filósofo alemán Krause, la música es una imitación inconsciente de las leyes eternas del mundo, reflejadas en el alma humana.

    A pesar de tantas definiciones existentes sobre la música, Castro (2003), es enfático en señalar que, por más completa que sea la definición, ésta no tendrá sentido para las personas si no experimentan lo que es la música.

    Solamente con las propiedades físicas atribuibles al sonido no se lleva a cabo la música. Borrero (2008), establece tres elementos que se entrelazan para alcanzar esta expresión artística: el ritmo, la melodía y la armonía.

El Ritmo

    El ritmo está presente en los seres humanos, incluso se encuentra en los procesos fisiológicos del cuerpo como respiración, latidos del corazón, marcha, debido a que son involuntarios y periódicos (Willems, 1967, citado en Consejo, 2012).

    Borrero (2008), señala que el ritmo es la ordenación en el tiempo. Y éste puede ser más o menos simétrico y en células rítmicas extensas, que pueden repetirse o no sucesivamente, pero entre las cuales la mente tiende a establecer un orden durante su percepción.

    Devia (2000) citado en Astudillo (2004), menciona que el elemento más básico del ritmo es el pulso, organizando el tiempo en partes iguales con la misma duración y la misma acentuación. Este patrón ayuda a controlar el movimiento de la música y con esto controlar de manera rítmica el movimiento corporal. Esta misma autora, añade que generalmente este pulso se da explícitamente en las composiciones musicales de manera consecutiva y manteniendo siempre la misma velocidad e intensidad y en otras ocasiones de manera implícita, pero son las menos frecuentes, ya que se torna dificultoso trabajar la expresión motriz mediante un ritmo que no es notorio, en cambio en una canción que mantiene un pulso marcado, va a ayudar a que los oyentes lo identifiquen rápidamente y lo puedan marcar con su cuerpo, ocupando éste como un acompañamiento de la pieza musical, por ejemplo aplaudiendo, chispeando los dedos, golpeando los pies en el suelo.

    Según Tort (1995), uno de los elementos más eficaces para fomentar el desarrollo del niño es el ritmo, siendo un factor de gran seducción infantil. Ayuda a la comunicación del grupo y a la creatividad, puede llevarlos a estados de éxtasis y autohipnosis, ya que estimula y también relaja.

    El ritmo es de utilidad al momento de implementar la música dentro de la clase de Educación Física, ésta debe ser muy marcada y como se dijo anteriormente ser muy explícita para los oyentes, de manera que se pueda trabajar mediante el pulso, manteniendo cierta ritmicidad al momento de realizar cualquier actividad.

    Según López, López, Quintana, Medina, Fernández & Viera (s. f), “ La música ayuda en la época escolar, a que el niño conozca su cuerpo y utilice sus posibilidades de movimiento de manera responsable, otorgándole diferentes experiencias motoras, contribuyendo a la adquisición de conocimientos, destrezas, actitudes y hábitos que le permitan mejorar sus condiciones de calidad de vida y salud”.

    El ritmo se presenta en la notación musical como compases, división regular del tiempo musical mediante la alternancia de pulsos acentuados y no acentuados. Las notas musicales representan el sonido que se quiere lograr en la composición musical, son siete notas las cuales están ordenadas de grave a agudo, estas son: DO, RE, MI, FA, SOL, LA SI, DO.

La Melodía

    Borrero (2008), define melodía a una serie de sonidos, generalmente de distinta altura y duración, que expresa una idea musical, por lo que simplemente se puede identificar como una sucesión de sonidos que no precisa de algún acompañamiento musical. Este mismo autor señala que la más pequeña parte de una melodía se considera como una célula rítmica, porque el ritmo y la acentuación tienen una gran importancia en el contexto melódico. Concluyendo así, que el ritmo es un elemento fundamental en la estructura de la melodía, hasta el punto de poder ser difícilmente alguna de ellas, si la alteración rítmica ha sido muy grande.

La Armonía

    Borrero (2008) diferencia dos aspectos en una audición musical: la audición de sonidos sucesivos y la sucesión de sonidos simultáneos. Ambos suelen coexistir, porque si antes se señaló que la melodía no precisaba de acompañamiento instrumental alguno, lo cierto es que se acostumbra escuchar las melodías con algún acompañamiento instrumental y ello da paso al concepto de a armonía. Por lo tanto, éste define la armonía en la música, como la parte dedicada al estudio de los acordes, de su formación y empleo dentro de la música tradicional. Forma parte de los estudios de composición musical.

    La música que acompaña a una melodía produce una serie de entidades sonoras simultáneas, son estas entidades sonoras o acordes lo que es propiamente la armonía.

    En la actualidad, la pasión por la música en el ser humano, ha sido avivada aún más por medio de una serie de innovaciones tecnológicas. Sin mencionar a los dispositivos de reproducción, la tecnología de almacenamiento ha sufrido una increíble revolución con el desarrollo de la computación y en particular el formato MP3, que se ha masificado permitiendo a los individuos guardar en computadoras y dispositivos especializados una gran cantidad de obras musicales, siendo accesibles para cualquier eventualidad.

Recurso Didáctico

    Según Kalkanis, García & Rodríguez (2010), citando a Grisolia (2009), los recursos didácticos son todos aquellos medios empleados por el docente para apoyar, complementar, acompañar o evaluar el proceso educativo que dirige u orienta.

    Estos deben ser dinámicos, flexibles, multifuncionales y se encuentran en todas partes, pueden ser de cualquier tipo u origen, no existe límites en cuanto a su utilización (Calvo, 2005).

    Un recurso didáctico abarca una amplia variedad de técnicas, estrategias, instrumentos y materiales que van desde la pizarra y el marcador hasta los videos y el uso del Internet. Según Aparici & García (1988), es cualquier material que se ha elaborado con la intención de facilitar al docente su función y a su vez la del alumno, utilizándolo en un contexto educativo.

    Las principales funciones del recurso didáctico son: proporcionar de mejor manera la información al alumno, guiar sus aprendizajes, ejercitar, desarrollar habilidades, motivar, proporcionarle la libre expresión y evaluar formativamente al alumno (Aparici y García,1988). Conforme a esto, los criterios que deben ser considerados para seleccionar el recurso didáctico adecuado son los siguientes:

    Es importante considerar que el material utilizado debe ser seleccionado, según la etapa de aprendizaje en el que se encuentre el alumno. Si el material se utiliza en la etapa de introducción, los fines serían determinar los conocimientos previos de los alumnos, para motivarlos. Si el alumno está en la etapa de desarrollo, cumplen la función de trabajar los contenidos y tareas asignadas. En la etapa de consolidación, los recursos didácticos se utilizan para aplicar los aprendizajes obtenidos. En caso de que el alumno requiera de mayor ejercitación, o haya que estimular de distintas maneras, los recursos didácticos están para manipularlos de manera de refuerzo. También podrían ser utilizados de modo de ampliación, para intentar lograr la perfección. Y por último los recursos didácticos pueden ser utilizados en la etapa de evaluación, para visualizar el progreso que obtuvo el alumno en su aprendizaje (Ruiz, García, Gutiérrez, Márquez, Román & Samper, 2003).

    Es importante tener en cuenta a que sentidos se dirigen los estímulos del recurso didáctico, debido a que varía el aprendizaje según el o los sentidos estimulados, la pirámide de aprendizaje que investigó Blair (s. f.), citado en Rodríguez (2012), indica los siguientes porcentajes: escuchar 5%, leer 10%, utilizar material audiovisual 25%, demostrar 30%, argumentar 50%, realizar práctica 75%, enseñar a otros 90%, por lo que clasifica la estimulación auditiva como pasiva y la cenestésica como activa, mientras más completa sea la estimulación en cuanto a los sentidos reclutados, el aprendizaje será de mejor calidad.

La música como recurso didáctico en clases de Educación Física

    García, Ureña & Antúnez (2004) señalan que la utilización de la música puede ayudar a alcanzar los objetivos propuestos para la clase, siendo la selección de la misma de vital importancia. Barta & Durán (1998), recomiendan que la utilización de la música cumpla con las siguientes características:

    Es recomendable tener conocimiento acerca de la tendencia del estilo de música que escuchan los alumnos y la edad de los mismos para que sea de su agrado. La música según Learreta y Sierra (2003), no se puede ocupar en cualquier situación, por ende debe ser elegida con minuciosidad. Para lograr elegir la música adecuada, López, López, Quintana, Medina, Fernández & Viera (s. f.), mencionan dos aspectos que se deben tener en cuenta: la parte de la sesión a tratar (inicio, desarrollo, final) y el grupo con el que se trabajará. Al inicio de la clase se deberá usar una música que sea motivadora, es decir que incite o anime a realizar el movimiento, en el desarrollo, una música que permita cumplir los objetivos específicos de la sesión y si es al final deberá ser una música que permita a los alumnos volver a la calma.

    Como señalaron Learreta & Sierra (s. f.), una vez elegida la música puede usarse de diversas maneras como:

    La música no sólo favorece el área del aprendizaje en cuanto al desarrollo de habilidades, sino que también fomenta la socialización e interacción entre los alumnos, trabajando el respeto hacia los demás, aceptando y escuchando ideas. Esto promueve la comunicación, surgen líderes naturales, desarrollan la creatividad y resuelven problemas o conflictos, obligándolos a trabajar de manera colaborativa (Bueno, 2010). Es por esto, que la música es una buena herramienta para trabajar en clases, ya que no importa la edad, el género, ni el nivel socioeconómico. Es un recurso accesible, barato y de fácil utilización, como lo señala Learreta & Sierra, (s. f.). Strachan & Hamilton (2003), explican que la música aumenta la motivación del los alumnos al trabajo motor, sirve como estímulo sonoro capaz de incidir en acciones organizativas, favorece el clima de trabajo entre los alumnos en cuanto al trabajo en equipo, ya que crea un sentimiento de unidad, mejora la estructuración temporal y el ritmo.

    La música es un instrumento útil en la Educación Física debido a que ayuda a:

    La educación a través del cuerpo y el movimiento no se reduce exclusivamente a aspectos perceptivos y motrices, si no que se aplica a otros de carácter expresivo, comunicativo, afectivo y cognitivo, los cuales podrían ser trabajados ligándolo a la música. Viciana & Artega (2004, p. 46), al analizar el currículo de Educación Física de España, afirman lo siguiente: “El movimiento y sus características se asocian al dominio de posibilidades perceptivas y de coordinación, impulsan las capacidades expresivas del alumno y favorece la sociabilización entre ellos”. El cuerpo, la expresión corporal, expresión facial, el movimiento con su fuerza y velocidad conforman la interpretación y permiten la comunicación no verbal. Los alumnos deben experimentar distintas posibilidades y técnicas de expresión. La incorporación de la música permite adaptar el movimiento a tiempos determinados, supone ajustes corporales a diferentes frecuencias, ritmos variados, bailes, etc. Trabajar el tempo personal y la adaptación de los movimientos, permite mejorar la relación entre el ritmo y los movimientos, las danzas populares y bailes con ritmos sencillos. Observar y participar en interpretaciones de danzas y mimo, inventadas o sugeridas, contribuirá la valoración del movimiento. Además, contribuye al área cognitiva y trabaja la memoria motriz al ejecutar secuencia de pasos o seguir un libreto. El alumno de manera lúdica desarrolla sus habilidades corporales, intelectuales y sociales.

    En Chile, los planes y programas del Ministerio de Educación (2005), con respecto a este tema, plantean que “los instrumentos de percusión son los más aconsejables de utilizar para que los alumnos asocien determinados ritmos, a ciertos movimientos y formas de desplazamientos habituales”.

    Los profesionales de Educación Física deben trabajar el ritmo y el movimiento en Expresión Corporal. Esta unidad está compuesta por subcontenidos los cuales requieren desarrollar habilidades y conocimiento del mismo niño, que sin lugar a duda la música serviría como un facilitador del aprendizaje para incrementar sus capacidades.

    “Si el establecimiento no cuenta con un recinto techado para ser usado en los días de lluvia, la sala de clases se puede transformar en un pequeño gimnasio que permita desarrollar aquellas actividades que se relacionan con la expresión corporal” (MINEDUC, 2005, p. 343). Según lo señalado, esta unidad no requiere mayormente de importantes estructuras o implementos, trabajar esta unidad con música o con otro recurso didáctico es accesible.

    Se puede apreciar con estas afirmaciones, tanto en España como en Chile, que la música está inserta en la asignatura de Educación Física como medio para optimizar el aprendizaje, sin embargo, utilizar música por solo utilizarla, no ayudaría de la manera más eficiente, es más, podría ser incluso un distractor, por lo que el profesional deberá escoger la música, el momento y las actividades adecuadas para lograr los objetivos propuestos.

    Según lo mencionado por Albuja (2007), la música es fundamental en el desarrollo social del ser humano, y se ha descubierto que el simple hecho de escucharla influye en los procesos de aprendizaje. Winberger (1998), confirmando lo anterior, indica que la música mejora el desarrollo cerebral y las habilidades del lenguaje, matemáticas y en las clases de Educación Física. Si el escuchar música puede alterar funciones orgánicas, ¿Por qué no tenerla en cuenta a la hora de preparar programas educativos, para innovar en las clases y aprovechar su multidisciplinariedad?

Conclusiones

    García, Ureña & Antúnez (2004), señalan que la música ayuda a alcanzar los objetivos que se han propuesto para cada clase, por lo que es necesario su uso para facilitar el proceso de enseñanza- aprendizaje.

    Learreta & Sierra (2003), precisan que la música debe ser elegida de acuerdo a los objetivos que se quieren alcanzar, porque no se puede ocupar en cualquier situación, por ello debe ser elegida con minuciosidad para que sea acorde y conveniente en cada situación.

    Los planes y programas chilenos y españoles, declaran la utilización de la música como herramienta pedagógica para alcanzar los objetivos de la clase y los aprendizajes esperados en las clases de Educación Física.

    La música es un instrumento útil en la Educación Física debido a que ayuda a marcar los tiempos respiratorios, seguir las pautas de cada ejercicio y hace más llevaderos los esfuerzos.

    La música puede utilizarse como: recurso organizativo, recurso motivacional, apoyo al movimiento o como acompañamiento de fondo.

    Barta & Durán (1998), recomiendan que la utilización de la música debe ser de tempo vivo (130-150 pulsaciones/minutos), basada en estructuras simples, repetitivas, con referencias fácilmente reconocibles e idealmente con una resonancia en lo cotidiano del niño.

Bibliografía

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