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Carga de entrenamiento y gasto calórico del
cicloturismo en carretera: estudio de un caso

 

INEFC Lleida

(España)

Alfonso Blanco Nespereira

ablanco@inefc.es

 

 

 

 

Resumen

          El objetivo de este estudio ha sido comparar a lo largo de toda una temporada la carga de las sesiones de entrenamiento del cicloturismo con el gasto calórico. Para ello se analizó a lo largo de 9 meses a un cicloturista amateur durante sus sesiones de entrenamiento de ciclismo en carretera. La carga, medida en base a la duración y frecuencia cardiaca de cada sesión, se correlacionó con el gasto calórico provocado. El cicloturista realizó 123 sesiones durante 202,5 horas de entrenamiento, cubriendo un total de 5839 km. La frecuencia cardiaca media fue de 124,6 (DE 9) lpm con una carga media diaria de 12.395 (DE 3.599) latidos totales y de 118,65 (DE 48,2) impulsos de entrenamiento. La carga de entrenamiento se correlaciona significativamente con el volumen de trabajo en tiempo y distancia. El gasto calórico medio de cada sesión [558,2 (DE 188,9) Kcal] se correlaciona significativamente con los latidos totales y los impulsos de entrenamiento. Ambos procedimientos permiten controlar la carga del entrenamiento de forma sencilla y económica, siendo una alternativa válida a la medición del gasto calórico.

          Palabras clave: Cicloturismo. Carga. Gasto calórico. Entrenamiento.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 175, Diciembre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El entrenamiento deportivo es un proceso que busca lograr en el organismo una serie de adaptaciones mediante la aplicación de diferentes estímulos que suponen una carga de trabajo. La carga representa “una categoría central del entrenamiento", al ser el componente principal de la preparación que puede modificar el entrenador para buscar una mejora en el rendimiento de sus deportistas (Tschiene, 1984).

    La carga de entrenamiento hace referencia al trabajo global que realizado por el deportista durante una sesión o en un ciclo temporal del entrenamiento (Czerwinski, 1993). Su magnitud viene determinada por las modificaciones causadas en los diferentes sistemas del organismo; entre ellas, el gasto calórico y energético provocado (González, 1991). Para el cálculo de la carga, generalmente, se emplean diferentes procedimientos basados en el producto del volumen por la intensidad del trabajo realizado: Index Overall Demand (Bompa, 1999); Training Impulses (Banister y Calvert, 1991; Hawley, 2002; Lucía y cols., 2003; Manzi y cols., 2009); frecuencia cardiaca total (Korcek, 1983); método del RPE de la sesión (Foster, 1998), índice subjetivo de fatiga (Rivas, Navarro, Muñiz, 2001) e índices de intensidad (Mújica, 1996) .

    La frecuencia cardiaca total (FC total), a partir de la suma de los valores de pulsaciones por minuto registrados durante el tiempo de esfuerzo, es uno de los procedimientos más sencillos para determinar la carga de entrenamiento, indicando la cantidad de trabajo cardiovascular realizado (Korcek, 1983). Los Trimp (“Training Impulses”) son un intento de cuantificar y comparar los efectos de sesiones de entrenamiento diferentes, proporcionando una medida del trabajo efectuado dichas sesiones (Hawley, 2002). Para su cálculo también se utiliza la frecuencia cardíaca, junto con el tiempo de duración de la sesión (Banister y Calvert, 1991). En ciclismo han sido especialmente utilizados para cuantificar el esfuerzo de corredores profesionales durante las etapas en línea y contrarreloj de las grandes vueltas (Padilla y cols, 2000 y 2001; Lucía y cols., 2003).

    Otros procedimientos empleados para la medición del esfuerzo de los deportistas durante las sesiones de entrenamiento, y/o las competiciones, son el consumo de oxígeno, el gasto calórico y el gasto energético. Para su medición directa se requieren aparatos especiales, generalmente de elevado coste económico, y que pese a su miniaturización casi siempre suponen una molestia para los deportistas durante su actividad.

    En la actualidad también se ha extendido el empleo de podómetros, monitores de ritmo cardíaco y acelerómetros para la medición del gasto calórico y de la energía consumida durante el entrenamiento deportivo. Dichos aparatos han sido validados al compararlos con procedimientos de calorimetría indirecta o con la medición directa del VO2 durante pruebas de laboratorio o en el propio terreno deportivo. Sin embargo, apenas se han realizado estudios que comparen la validez de la medición de los procedimientos de cálculo de la carga de entrenamiento con el gasto calórico determinado por alguno de estos aparatos.

    Por ello, los objetivos de esta investigación han sido:

Material y método

Sujeto

    El programa de entrenamiento fue realizado por un cicloturista amateur (46 años de edad; 1,76 metros de altura; 68 kilogramos de peso), con una experiencia previa de 20 años de entrenamiento y participación en pruebas de cicloturismo en carretera.

Procedimiento

    Se realizó el seguimiento durante nueve meses de entrenamiento para preparar la participación en una prueba amateur de 40 km de distancia, con una frecuencia de 3-5 sesiones semanales.

    Se registró la frecuencia cardiaca, la distancia y el tiempo invertido en cada una de las sesiones de entrenamiento con un monitor de ritmo cardiaco Polar 725X (Polar Electro Oy, Kempele, Finlandia) a intervalos de cinco segundos. Se calculó la frecuencia cardíaca media (FCm) y la FC total de cada sesión, mediante el programa informático Polar Precision Performance a partir del registro de FC de cada sesión. La FC total de la sesión fue calculada como la suma de los valores en pulsaciones/minuto del tiempo de duración de las sesiones de entrenamiento.

    Los Trimp fueron calculados a partir de la fórmula propuesta por Bannister (Mac Dougall, Wenger, Green, 2005) como el producto de A * B * C; siendo A el tiempo de trabajo en minutos; B el cociente entre [(FC trabajo – FC basal) / (FC máxima – FC basal)]; y C = 0,64 *e 1,92*B por tratarse de un deportista varón. La FC máxima fue determinada a partir del valor máximo alcanzado durante las sesiones de entrenamiento de mayor volumen y que incluían subidas en puertos de montaña con pendientes del 14%. La FC basal se determinó semanalmente mediante palpación por la mañana en reposo, tumbado, antes de levantarse tras el descanso nocturno.

    El gasto calórico fue determinado a partir del medidor portátil SenseWearTM Pro2 Armband (BodyMedia®, Inc., Pittsburgh, USA) con el programa informático Inner View 5.0. El SenseWear Pro ArmbandTM (SWA) es un acelerómetro con un sensor portátil que proporciona información del movimiento, flujo de calor, temperatura de la piel y ambiental cerca del cuerpo, y respuesta galvánica de la piel, que son empleados para estimar el gasto de energía junto con los datos de edad, género, estatura y peso corporal (Jakicic y cols., 2004). El SWA se coloca y transporta en el brazo, a media altura entre el codo y el hombro, capturando y almacenando los datos a cada minuto (figura 1).

Figura 1. Vista del SenseWear Pro ArmbandTM colocado en el brazo.

Análisis estadístico

    Los datos se trataron mediante procedimientos de estadística descriptiva e inferencial. Los resultados de la estadística descriptiva se expresan mediante la media aritmética, desviación estándar (DE) y rango (valores mínimo y máximo). La correlación entre variables fue determinada mediante el coeficiente de correlación de Pearson, siendo el nivel de significación elegido de p < 0,01; así como mediante el análisis de regresión lineal.

Resultados

    El ciclista realizó 123 sesiones durante los nueve meses de preparación, realizando 202,5 horas de entrenamiento y cubriendo un total de 5.839 km. En cada sesión se realizaron entre 17 y 75,87 km con un valor medio de 39,1 (DE 11,89) km. Para ello se emplearon tiempos comprendidos entre 41,5 y 180,75 min, con un volumen medio diario de 1 h 40 min (DE 26,06) min. La figura 2 muestra la evolución de los valores de volumen en tiempo dedicado al entrenamiento a lo largo de los nueve meses.

Figura 2. Evolución del volumen del entrenamiento durante la temporada

    La FC media de las 122 sesiones fue de 124,69 (DE 9,05) lpm, oscilando entre 103 y 148 lpm. La FC máxima alcanzada durante las sesiones de preparación fue de 178 lpm; mientras que la FC basal osciló entre 43 y 48 lpm. La relación FC media/FC máxima fue de 0,70. La evolución de la carga (FC total y Trimp) se presentan en la figura 3. En ella se aprecia una notable similitud entre los perfiles de ambos procedimientos de cálculo de la carga determinados por el volumen de trabajo de las sesiones.

Figura 3. Evolución de la carga de entrenamiento de las sesiones realizadas

    La carga media (en FC total del entrenamiento) fue de 12.395 (DE 3.599) latidos totales (variando entre 4.407 y 23.870) y de 118,65 (DE 48,25) Trimp (oscilando entre 26,92 y 253,78).

    El gasto calórico osciló entre 164 y 1.138 kcal con un valor medio de 558,2 (DE 188,9) Kcal. Su evolución a lo largo de la temporada se muestra en la figura 4. En ella se aprecia que su dinámica es similar a la FC total y los Trimp, dependiendo también del volumen de las sesiones realizadas, que varía muy ampliamente entre las diferentes sesiones.

    El gasto energético por unidad de distancia osciló entre 35,5 y 87,5 kJ/km; mientras que la energía total gastada en cada sesión varió entre 0,68 y 4,76 MJ, dependiendo del kilometraje y la duración de cada una de dichas sesiones.

Figura 4. Gasto calórico (kilocalorías) de las sesiones de entrenamiento

    En la tabla 1 se presentan las correlaciones entre las variables del entrenamiento registradas durante las sesiones. Todas las variables se correlacionan significativamente (p < 0,01) a excepción del tiempo de duración de la sesión con la FC media. La carga de entrenamiento (FC total y Trimp) se correlacionan significativamente con el volumen de trabajo (tiempo y distancia), al igual que el gasto calórico; siendo la magnitud de la relación ligeramente más elevada en el primero de ambos procedimientos de cálculo de la carga.

Tabla 1. Correlación entre las variables de entrenamiento analizadas (* p < 0,01).

    Las figuras 5 y 6 muestran los gráficos de regresión entre los valores del gasto calórico (kcal) y de la carga de las sesiones de entrenamiento realizadas mediante ambos procedimientos de cálculo (Trimp y FC total). Dicho gasto calórico puede ser estimado indirectamente a partir del valor de los Trimp por medio de la ecuación [gasto calórico (kcal) = 122,97 + Trimp * 3,669].

Figura 5. Representación gráfica de la regresión entre gasto calórico y Trimp

    A partir de los valores de la FC total, el gasto calórico también puede ser estimado indirectamente por medio de la ecuación [gasto calórico (kcal) = -75,396 + FC total * 0,05113].

Figura 6. Representación gráfica de la regresión entre gasto calórico y FC total

Discusión

    La carga del entrenamiento del ciclista, expresada mediante la FC total y Trimp, fue muy variable dependiendo del volumen de las sesiones efectuadas. El gasto calórico, también en dependencia del volumen, se relacionó significativamente con ambos procedimientos de cálculo de la carga de entrenamiento, especialmente con la FC total de la sesión.

    La práctica del cicloturismo puede considerarse como una actividad aeróbica moderada (70-80 % de la FC máxima) aunque se conocen pocos datos del esfuerzo cardiopulmonar que supone su realización. Se han registrado valores medios de 145 lpm en pruebas de gran distancia (230 km) con un ratio de 0,77 entre FC media/FC máxima (Neumayr y cols., 2002). Valores medios inferiores de 130 lpm (71% de la FC máxima) correspondientes al 47% del VO2máx. se obtuvieron en pruebas de mayor distancia (Neumayr y cols., 2003). La FC disminuye significativamente durante las largas distancias (un 23% de la FC máxima) desde el 86% del comienzo hasta el 66% al finalizar, con un valor medio de 126 lpm (68% de FCmáx) cuando la competición se prolonga durante 530 km (Neumayr y cols., 2004).

    En los ciclistas profesionales, valores también similares han sido encontrados durante el transcurso de las grandes competiciones por etapas como la Vuelta a España y el Tour de Francia, 133,8 (DE 17,9) lpm y 134 (18,6) lpm [con ratios de 0,51 (DE 7) y 0,61 (DE 5)], lo que sugieren también un nivel aeróbico medio como identificador del esfuerzo realizado por la práctica del ciclismo (Fernández-García y cols., 2000; Padilla y cols., 2001).

    Sin embargo, ha de considerarse que en este estudio se han analizado 122 sesiones de entrenamiento diferentes, ninguna superior a 80 km, mientras que los valores de FC media indicados corresponden a competiciones de ultradistancia comprendidas entre 200 y 500 km y con un gran desnivel total acumulado (> 11.000 m). Por ello, el valor medio de la FC (124,69 lpm) obtenidos es este estudio es claramente inferior. También debe considerarse que la edad del sujeto analizado es más elevada y su nivel de entrenamiento más bajo que en los cicloturistas de los estudios indicados; factores que influyen de forma determinante sobre la repercusión cardiovascular del esfuerzo.

    La FC máxima alcanzada en alguna de las sesiones de entrenamiento y, que se utilizó para el cálculo de los TRIMP, supera ampliamente los valores máximos que se obtienen de las ecuaciones de regresión en función de la edad. Esta FC máxima es indicativa de la elevada intensidad de algunos tramos de las sesiones realizadas en zonas de montañas, donde se subieron puertos con recorridos cercanos a los 15 km y con desniveles medios del 9%.

    En el entrenamiento de los deportes de resistencia, como el ciclismo, es habitual y fácil la medición de los volúmenes de trabajo en base a la distancia y/o el tiempo empleados; y de la intensidad mediante la velocidad y/o FC media. Sin embargo estas variables no definen de una forma clara y completa el esfuerzo realizado por el ciclista durante sus sesiones de preparación o competiciones. Mediante la medición de la carga (FC total y Trimp) se tiene una idea de la solicitación cardiovascular de las sesiones, como consecuencia del volumen y la intensidad de las mismas, junto a otros factores que la afectan (tipo de ejercicio, climatología, posición corporal, altitud, humedad, medicación, estado nutricional) (Janssen, 2001; Jeukendrup, 2002).

    Los Trimp han sido ampliamente utilizados para evaluar la intensidad del esfuerzo y la carga de competición durante las etapas de las competiciones ciclistas profesionales en carretera a partir de los registros de la FC obtenidos durante la prueba. Los valores disminuyen desde 215 (DE 38) Trimp en etapas montañosas (> 35 km de ascenso y > 2.000 m de desnivel acumulado), a 172 (DE 31) Trimp en etapas de media montaña (13-35 km subidos, 800 a 2.000 m de desnivel), y bajan hasta 156 (DE 31) Trimp en etapas llanas (< 13 km ascendidos y < 800 m de desnivel total acumulado) (Padilla y cols., 2001).

    En el presente estudio los valores de Trimp (entre 26 y 253) son netamente inferiores por la menor distancia y desnivel acumulado de las sesiones de entrenamiento efectuadas; así como por los factores mencionados de la mayor edad y menor nivel de entrenamiento del cicloturista comparados con los profesionales que participan en competiciones de elite.

    Korcek (1983) propuso la FC total de la sesión como un sistema de medición de la carga en sesiones de entrenamiento de futbolistas profesionales, dependiendo del objetivo y la duración del trabajo de las mismas. La facilidad de su medición y su sencillez como medida cuantitativa del trabajo cardiovascular realizado convierten a la FC total en un indicador muy adecuado para las sesiones de entrenamiento en ciclismo. En la actualidad algunos monitores de ritmo cardíaco y aplicaciones informáticas (como los softwares Polar Precision Performance y Polar Advisor) facilitan el registro de los datos de las sesiones de entrenamiento y calculan, de forma automática, una serie de variables relacionadas con el mismo, entre ellas la FC total.

    Mattson y Gallagher (2007) sugieren que el SWA es el aparato más adecuado para medir el gasto energético cuando la intensidad del esfuerzo es elevada, como sucede durante la realización de ciclismo al exterior. Ello se debe a que no se encontraron diferencias en la medición del gasto de energía con el SWA y un sistema metabólico portátil (Viasys) cuando la intensidad del esfuerzo era elevada (76,2 ± 22,4 % del VO2máx y 89,5 ± 3,1% de la FC máxima); pero sí cuando la intensidad era inferior (57,5 ± 19,6% del VO2máx y 74,5 ± 4,9% de la FC máxima). Tampoco se han encontrado diferencias significativas en el gasto energético total entre calorimetría indirecta y SWA [0,3 ± 11,3 kcal (0,9 ± 10,7%)] en cicloergómetro cuando se desarrollaron algoritmos específicos para este tipo de ejercicio físico (Jakicic y cols., 2004).

    A partir de los datos analizados se puede concluir, que determinar la carga (FC total y/o Trimp) durante las sesiones de entrenamiento y competición en cicloturismo, es un procedimiento eficaz para controlar la dinámica de la carga y el gasto calórico a que es sometido el ciclista y su respuesta a los entrenamientos planificados.

    Debido a la falta de trabajos de investigación en este sentido, especialmente con seguimientos prolongados del entrenamiento en el ciclismo y el cicloturismo, se hacen necesarios nuevos estudios que muestren y analicen las posibilidades de control de la carga, así como su influencia sobre el rendimiento en la competición.

Referencias

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