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La condición física en edad infantil y adolescente

 

Facultad de Cultura Física de Cienfuegos

(Cuba)

Fernando Del Sol Santiago

fdsol@ucf.edu.cu

 

 

 

 

Resumen

          La condición física presenta un componente genético, pero indudablemente, también es susceptible de ser mejorada con más actividad física y con ello, alcanzar niveles superiores. El recurso que emplean las personas para mejorar la condición física es el movimiento intencionado, esta mejora se concreta por medio del ejercicio físico o el deporte, aunque es susceptible de mejorar con actividad física no intencional. Resulta muy importante destacar que, tanto la actividad física, como el ejercicio físico y la práctica del deporte son conductas, a diferencia de la condición física o forma física que es una serie de atributos que las personas tienen o logran y que se relacionan sobre todo con el estado funcional que el organismo posee o adquiere. Esto resulta de suma importancia para considerar los beneficios y efectividad de la actividad física para la salud, puesto que no se trata de conocer y medir la actividad física que el individuo realiza, sino lo que verdaderamente su organismo asimila.

          Palabras clave: Condición física. Edad infantil. Adolescencia.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 174, Noviembre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    ¿Qué se entiende por condición física? Consiste en un conjunto de atributos (estado funcional) que los individuos poseen u obtienen, y que están relacionados con la capacidad de desarrollar actividad física. El término condición física se deriva de la frase en inglés physical fitness, y viene a designar la vitalidad de la persona y su aptitud real para las acciones que emprende. Un propósito, bien diferente, resulta el de alcanzar una condición física saludable, esta puede y debe ser lograda con cargas físicas leves y moderadas, ajustadas a las posibilidades de cada individuo, según su edad y estado funcional actual. Otro aspecto a destacar es que, los componentes para una condición física saludable son también diferentes, y están bien definidos, su número resulta menor, solamente 5 componentes, ellos son: en primer lugar la capacidad aeróbica o de resistencia cardiovascular (considerada la más importante); fuerza muscular, resistencia muscular, flexibilidad y composición corporal, sus mediciones se realizan mediante la aplicación de test físicos y funcionales.

    Es un sinónimo de condición motriz, ya que es la habilidad de realizar un trabajo diario, con vigor y efectividad, que retarda la aparición de la fatiga, realizándolo con el menor gasto energético y evitando lesiones (Clarke, 1967).

    La condición física así definida, es susceptible de mejora, que tendrá lugar si se siguen los sistemas de entrenamiento apropiados, que ya han sido comprobados de forma científica a lo largo de los años de investigación. Hoy día, existen numerosos organismos que se ocupan de estos estudios, encaminados principalmente, a la búsqueda de:

  • La adquisición de capacidades funcionales necesarias para verse cómodamente envuelto en actividades diarias.

  • Recoger los resultados saludables de alto niveles de actividad habitual.

  • Emplear un lenguaje claro y fácil de ponerse en práctica por especialistas de la actividad física.

    Kirk (1990) destaca que la estrecha vinculación del desarrollo de la condición física con el rendimiento físico-deportivo y la enseñanza de las habilidades específicas, ha contribuido a que se ponga excesivo énfasis en la cuantificación en el rendimiento y la enseñanza de aquellas actividades físicas, cuyo rendimiento es fácil de medir.

    A partir de los 70 se produciría una reorientación del concepto de condición física que abandona el modelo de rendimiento para encauzarse hacia la búsqueda de la salud. Se generó un reajuste de los componentes de la condición física para adquirir una nueva visión basada en la salud (Landy y col., 1982; Shepard, 1989; Thomas, 1992; Marcos Becerro, (1994); Marsh, 1993; Devis y Peiró, 1993a).

    En la tabla 1, Pate establece una comparación entre los componentes de la condición física para rendimiento con relación a la condición física orientada hacia la salud, se puede observar la diferencia en la misma.

Tabla 1. Componentes principales de la condición física reorientada hacia la salud, según Pate (1988)

Condición física

Condición física/salud

Agilidad

Potencia

Resistencia cardiorrespiratoria

Fuerza y resistencia muscular

Composición corporal

Flexibilidad

Velocidad

Equilibrio

Resistencia cardiorrespiratoria

Fuerza y resistencia muscular

Composición corporal

Flexibilidad

Desarrollo de la condición física en edad infantil y adolescente

    El trabajo de condición física tanto en edad infantil como adolescente, se puede clasificar dentro de dos niveles:

  1. Un nivel con el propósito de alcanzar una condición física saludable, esta puede y debe ser lograda con cargas físicas leves y moderadas, ajustadas a las posibilidades de cada individuo, según su edad y estado funcional actual. Otro aspecto a destacar es que los componentes para una condición física saludable están bien definidos, su número resulta menor, solamente 5 componentes, ellos son: en primer lugar la capacidad aeróbica o de resistencia cardiovascular (considerada la más importante); fuerza muscular, resistencia muscular, flexibilidad y composición corporal, sus mediciones se realizan mediante la aplicación de test físicos y funcionales.

  2. Y otro nivel donde la condición física tiene como propósito lograr un alto rendimiento, como en el caso del deporte competitivo, necesitando para su desarrollo, cargas físicas muy vigorosas, generalmente al límite de las posibilidades, y lograr altos niveles en componentes tales como: velocidad; potencia, fuerza, resistencia a la fuerza, resistencia cardiovascular o aeróbica, agilidad, flexibilidad etc.

    Dentro del nivel 1, se debe dosificar en dos momentos, un primer momento donde la dosificación de los niveles del esfuerzo que requiere cada juego o cada actividad debe estar de una forma intuitiva.

    En estas etapas de edad debemos evitar:

  • Los esfuerzos anaeróbicos prolongados.

  • Las contracciones isométricas mantenidas.

  • Las sobrecargas excesivas en las posiciones estáticas.

    En el otro momento se comienza a conseguir la adaptación fisiológica al esfuerzo y garantizar un correcto desarrollo posterior. A continuación analizaremos de manera particular el trabajo a desarrollar según las diferentes capacidades.

    En estas edades la resistencia aeróbica acepta esfuerzos prolongados de baja intensidad que determinarán la resistencia cardiovascular.

    La flexibilidad al tratarse de una capacidad involutiva, en ésta edad comienza la reducción de la movilidad dorsal del tronco y la capacidad de separar las piernas en la articulación coxofemoral.

    La velocidad se ejecuta a través de un desarrollo indirecto mediante la inclusión de los juegos.

    En el nivel 2 el trabajo de condición física tiene el propósito de lograr un alto rendimiento para su desarrollo. No obstante, debemos respetar las orientaciones que en el nivel número 1 analizamos; evitando una generalización de las actividades y una excesiva especialización en cuanto al tratamiento de las cualidades físicas. Por todo ello, expondremos el trabajo específico por cada cualidad, sin olvidar nunca el periodo inicial de acondicionamiento físico general.

    La resistencia en este nivel debe basarse sobre trabajos de resistencia aeróbica, ya realizados en etapas anteriores, que es la que determina al acondicionamiento cardiovascular. Se debe comenzar el desarrollo de la resistencia anaeróbica debido a que los niveles de tolerancia de ácido láctico aumentan en esta edad, siempre de forma esporádica y con muchas precauciones. La especificidad del tratamiento debe ser postergado hasta los 15-16 años de edad.

    Siguiendo la línea de los niveles anteriores, el desarrollo de la flexibilidad debe estar orientado de forma estática, evitando siempre las sobrecargas sobre el aparato locomotor, previniendo las lesiones típicas en estas edades de crecimiento y desarrollo.

    La velocidad compuesta por los tres tipos (tiempo de reacción, rapidez de un movimiento simple y frecuencia de movimiento); deben estar incluidos en el desarrollo de las habilidades motrices por su relación con factores de aprendizaje y perceptivos.

    En este nivel podemos según (Fernández Pastor, 1990) iniciar el trabajo de fuerza, centrándose en un desarrollo general de la fuerza rápida (fuerza-resistencia). También podemos iniciar el desarrollo de los elementos básicos de la fuerza explosiva, teniendo en cuenta que éste debe fundamentarse orgánicamente sobre un desarrollo intenso de la fuerza resistencia.

Aspectos necesarios conocer para el desarrollo de las cualidades físicas

  1. La resistencia

    1. La resistencia aumenta hasta los 17 ó 18 años y después disminuye.

    2. La máxima capacidad de trabajo aumenta con el crecimiento sin que cambie la frecuencia cardiaca.

    3. Los latidos/minutos se elevan de 160-170, especialmente en el sexo femenino, mientras las carreras la hagan de forma suelta, fácil, sin signos de fatiga.

    4. Pulsaciones entre 160 y 170 latidos/minutos, no deben ser considerados como esfuerzos muy intensos de carácter anaeróbicos.

    5. Los esfuerzos anaeróbicos no deben ser emprendidos hasta los 15-18 años de edad y deben introducirse de forma progresiva.

    6. No es la duración, sino la intensidad del esfuerzo, la que puede ser más perjudicial.

      • En resumen, por estas características fisiológicas en este grupo de edades, son aconsejables el trabajo de tipo aeróbico, evitando trabajar con altas intensidades o actividades anaeróbicos.

  2. Amplitud de movimiento (flexibilidad y elasticidad)

    1. Para mejorar la elasticidad de un grupo muscular que es agonista, en determinados movimientos, es necesario realizar acciones contrarias a su agonismo (acortamiento), situándolo en funciones opuestas (antagonismo) o en contracciones excéntricas.

    2. Es aconsejable una ejercitación de actividades en las que se encuentran involucradas las articulaciones de la cadera, hombros, rodillas, tobillos y la columna vertebral.

    3. Se elegirá un número suficiente de ejercicios que serán practicados con frecuencia, y precedidos de un calentamiento.

    4. Los ejercicios deben realizarse tanto de manera activa y pasiva.

  3. La velocidad

    1. No son recomendables esfuerzos superiores a los 10 segundos.

    2. Los esfuerzos deben ser realizados a la máxima intensidad.

    3. Las recuperaciones entre esfuerzos serán totales.

    4. Los músculos deben estar preparados para acciones rápidas mediante ejercicios de calentamiento y de estiramiento (Neumann, 1990).

  4. La fuerza

    1. Entre los 8 y los 12 años se deben proponer trabajos poco específicos y variados, fundamentados en juegos de diferentes habilidades.

    2. Entre 12 y los 14 años son aconsejables ejercicios de saltos y lanzamientos de objetos pesados.

    3. Esta capacidad física básica puede ser trabajada en esta edades empleando cargas livianas y muchas repeticiones (fuerza-resistencia), o bien cargas más pesadas realizadlas a velocidad, pero con menor número de repeticiones (fuerza-velocidad).

    4. La acción del entrenamiento de la fuerza repercutirá no solamente sobre las fibras musculares, sino también sobre la mejora de coordinación inter e intramuscular.

Conclusión

    Todo esto de una manera u otra, lleva a los docentes relacionados con orientación o impartición de la actividad física a preocuparnos por la salud de nuestros alumnos en particular, y de la población de estas edades en general. Así, pensamos que es importante la realización de cursos de reciclajes, que vayan encaminados a conocer y ampliar sus conocimientos con juegos, habilidades y destrezas que motiven e inclinen a nuestros alumnos al desarrollo de buenos hábitos de salud en su vida diaria; lo cual tributará en una condición física saludable.

Bibliografía

  • CLARKE, K.S. (1967) Use of vernacular for sport injuries. Journal of the American College Health Association. 15:312-317.

  • CRUZ MÁRQUEZ, J.C.; CUETO MARTIN, B. y FERNÁNDEZ MARTÍNEZ, A. (1977). “Indicaciones médicas en el desarrollo de las cualidades físicas en el deporte de base”. Editado en: Promoción de la salud y actividad física. Serie Monográficos. Ed. Adhara. Págs. 99-118.

  • FERNÁNDEZ PASTOR, J.M. (1990). Capacidades físicas básicas en el escolar”. Enciclopedia de la Medicina Deportiva. Libro Olímpico de la Medicina Deportiva. C.O.I. y F.I.M.S. Ed. Doyma. Vol. 1. Cap. 9. Págs. 75-83.

  • MARCOS BECERRO, J.F. (1994). Ejercicio físico, forma física y salud: Fuerza, resistencia y flexibilidad. Madrid. Ediciones Eurobook. S.L.

  • NEUMANN, G. (1990). “Bases de la capacidad de rendimiento especifica”. Enciclopedia de la Medicina Deportiva. Libro Olímpico de la Medicina Deportiva. C.O.I. y F.I.M.S. Ed. Doyma. Vol. 1. Cap. 3.2 Págs. 99-110.

  • PATE, R.R. (1988). The Evolving Definition of Physical Fitness. Quest, 40, 174-179.

  • PEIRÓ, C. y DEVIS, J. (1991) Proyecto de Educación Física y Salud. España Ed.: Cuadernos de Pedagogía, 1991. 73 p.

  • SHERPHARD, R.J. (1990). Sport, Physical fitness and the cost of public health. Sport Science Review, 13, 9-13.

  • THOMAS, D.Q. (1992). Health-related fitness in first thought fourth grade students. Journal of Applied Sport Science Research, 6, 3, 165-169

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