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Prevención y tratamiento de lesiones musculares en el fútbol: 

entrenamiento de fuerza, suplementación con 

creatina y estímulos de hipoxia intermitente

 

*Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

Universidad del País Vasco/ Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU)

**Asesor Nutricional y Deportivo. Estímulos de Hipoxia Intermitente

Centro Deportivo K2. Vitoria-Gasteiz

Iosu Gil-Flores*

Aritz Urdampilleta**

aritz.urdampilleta@ehu.es

(España)

 

 

 

 

Resumen

          En el fútbol la mayoría de lesiones que se producen son de tipo muscular, existiendo diferencias entre futbolistas jóvenes y futbolistas de edad regional; siendo a partir de cadetes-juveniles cuando se producen en mayor medida este tipo de lesiones. Para fortalecer la musculatura, especialmente de tren inferior (isquiotibiales) se puede emplear un plan de entrenamiento de fuerza específico y adaptado a la categoría del jugador y al propio jugador. Además, de un plan de prevención de lesiones en el que se introducirían ejercicios de propiocepción sumados a los de fuerza. Independiente entrenamiento de fuerza y propiocepción, la suplementación oral de hidratos de carbono y monohidrato de creatina parece ser que puede favorecer la prevención de lesiones de tipo muscular en los futbolistas y los estímulos de hipoxia intermitente combinado a plataformas vibratorias pueden ayudar a readaptar antes para volver a jugar rápido.

          Palabras clave: Lesiones. Fútbol. Prevención.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 17 - Nº 170 - Julio de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El fútbol es un deporte en el cual se requiere una base aeróbica, ya que el partido dura 90 minutos, pero con componentes anaeróbicos con un patrón de ejercicios interválico y acíclico. Las distancias medias que recorre un jugador a lo largo del partido varía entre 10-12km (Motta, 2006). Un jugador está parado o andando el 55-60% del tiempo, corriendo a ritmo moderado el 35-40%, corriendo a velocidad submáxima 3-6%, corriendo a máxima velocidad el 0,4-2%. Solamente el 2% del tiempo total el jugador está en posesión del balón y el 96% de los esprines son menores a 30m, la mayoría entre 5-15m. (Randers, 2010).

    Por otra parte, decir que las demandas y requerimientos del fútbol han cambiado en los últimos años. El número de sprints que se realizaban en los años 60 era mucho menor que los que se realizan en el futbol moderno actual. De hecho, éstos se triplican, contabilizándose unos 190 sprints (alrededor de 200-215 acciones explosivas) por partido (Dufour, 1990; Zubillaga, 2006), 29,5 ± 10,3 cambios de dirección bruscos y 8,5 ± 3,82 saltos por partido (Castellano, 1997).

    Así, podemos considerar al fútbol como un deporte de esfuerzos explosivos e intermitentes, en el que la capacidad de recuperación así como un plan de prevención de las posibles lesiones parece ser crucial para aumentar el rendimiento del equipo (Motta, 2006).

    El mayor número de lesiones que se producen en este deporte son de tipo muscular en los isquiotibiales y lesiones de torceduras y esguinces en el miembro inferior. Para prevenir este tipo de lesiones es necesario realizar un plan de prevención de lesiones. (Gómez Piqueras, 2008)

    Esta idea nace debida a que muchos jugadores a lo largo del año están un largo período de tiempo parados por lesiones musculares. Esta circunstancia ocurre tanto en juveniles de categorías inferiores (juveniles y cadetes) como en jugadores senior, por lo tanto es un problema que ocurre a multitud de futbolistas (González-Arganda, 2010).

    Una vez comprobado que el mayor tipo de lesiones en el fútbol son de carácter muscular surge la idea de crear un plan de entrenamiento específico de fuerza, ya que puede ser de utilidad para paliar y descender el número de este tipo de lesiones (Motta, 2006).

    Además del plan específico de fuerza, existen otros métodos para reducir el nivel lesional, como puede ser la suplementación de hidratos de carbono y monohidrato de creatina, que todavía necesitan ser estudiados más profundamente aunque de momento los resultados resultan ser muy prometedores (Bloomer, 2007; Greenwood et al, 2003; Hespel, 2006; Walden et al, 2005).

    Entonces adaptando a cada categoría, cada equipo y cada jugador este plan específico se buscaría la reducción de lesiones para que tomen parte en un mayor número de partidos a lo largo de la temporada. (Gómez Piqueras, 2008)

Metodología

    Destacar que se han realizado dos búsquedas diferentes, en primer lugar se ha realizado una búsqueda con las palabras clave: “lesiones, comunes y fútbol”; y una vez analizados estos artículos se ha realizado otra búsqueda con las siguientes palabras clave: 2prevención, lesiones, musculares y fútbol”.

    Se han utilizado las siguientes bases de datos: Google Académico, Dialnet y la revista electrónica EFDeportes.com como base y complementando con SportDiscus. En primer lugar se han consultado las tres primeras bases de datos y después de la búsqueda de artículos interesantes se ha seguido la estrategia de bola de nieve.

Resultados y discusión

    En el equipo juvenil nacional del Albacete el 64% de las lesiones sufridas por los futbolistas son de tipo muscular (64%) y se producen principalmente en el miembro inferior (69%) (Gómez Piqueras, 2008).

Tablas 1 y 2. Lesiones en juveniles (Gómez Piqueras, 2008)

    Atendiendo a los jugadores adultos de un club senior observamos que el mayor número de lesiones son igualmente de tipo muscular (42%) siendo las más comunes las de aductor seguidas muy de cerca por las de isquiotibiales (González Iturri, 1998).

Tabla 3. Lesiones musculares en fútbol (González Iturri, 1998)

    Viendo el alto grado de lesiones musculares una causa en la producción de estas lesiones es la falta de fuerza en la musculatura lesionada, para ello en el entrenamiento hay que incluir el trabajo de fuerza excéntrico y la propiocepción. Aparte de estos contenidos en el entrenamiento hay que atender a contenidos longitudinales, como son la fuerza específica, fuerza complementaria, control postural y flexibilidad entre otros; y a contenidos transversales como son calentamiento crioterapia e una hidratación adecuada (Ormedilla-Zafra et al, 2008).

Imagen 1. Programa de prevención de lesiones isquiotibiales-aductores (Beas et al, 2008)

    Tras la aplicación del programa de prevención en un equipo de la segunda división B de la liga se pudo observar que únicamente 5 jugadores tuvieron que parar a lo largo de la temporada por lesiones musculares, cumpliéndose así el objetivo de reducir las lesiones de tipo muscular a lo largo de la temporada. (Ávila, Jiménez Bonilla, Martín Olvera, Morcillo Losa).

    No todo lo que hay que controlar para evitar lesiones está dentro del entrenamiento, sino que además hay que tener en cuenta factores como la alimentación-hidratación fuera del entrenamiento, descanso-sueño, aspectos psicológicos y antecedentes lesionales (Motta et al, 2006).

    Aparte de las rutinas de entrenamiento existe otro aspecto que mejora el rendimiento deportivo y disminuye las lesiones musculares como es la suplementación de hidratos de carbono (bebidas isotónicas) y monohidrato de creatina. Por lo tanto, se puede decir que la suplementación con dosis bajas de monohidrato de creatina ayuda a la prevención de lesiones musculares en futbolistas, y ayudará a la recuperación de lesiones deportivas). (Beas et al, 2008).

    Por lo tanto es necesario un plan de prevención de lesiones en el fútbol, personalizado a cada jugador y a cada categoría. En función de las dos variables anteriores el programa tendrá un mayor o un menor número de sesiones semanales y tendrá mayor o menor número de contenidos (Solla et al, 2006).

    Además del plan de prevención de lesiones es muy importante que se controlen los hábitos de los jugadores fuera de los entrenamientos y la competición. Una buena dieta y un buen descanso favorecen notablemente que los jugadores sufran menos lesiones a lo largo de la temporada y por ello, se pierdan menos partidos a lo largo del año (Cometti, 2002; Walden, 2005).

Aplicaciones prácticas

    Para la realización del plan individual de cada jugador se realizará primero un análisis previo de cada jugador, en dónde se tendrán en cuenta antecedentes lesionales, movimientos y tipo de movimientos realizados por el jugador en función de la posición y el tipo de juego que realice y una revisión médica dónde se hará una valoración anatómica, funcional y condicional del jugador; además se realizará una entrevista con todos los jugadores para poder tratar aspectos que se queden fuera de rango o aclarar dudas acerca del plan de prevención que les puedan surgir. También se preguntará si además, del plan de trabajo de fuerza y de propiocepción, quieren suplementar el entrenamiento con monohidrato de creatina (Beas et al, 2008), que a la vez esta suplementación estará supervisado por el dietistas-nutricionistas del club de futbol.

    Una vez analizado cada jugador se creará el plan específico para cada jugador en el que aparecerá la rutina de entrenamiento de fuerza excéntrica y los ejercicios de propiocepción. Estos ejercicios tendrán en las primeras fases una mayor incidencia de trabajo en los músculos que se hayan lesionado previamente. El trabajo de fuerza y propiocepción irá teniendo una progresión en dificultad e intensidad.

    Tras analizar los índices de fuerza de las diferentes musculaturas del miembro inferior y tronco el plan de entrenamiento para la prevención de lesiones se realizará la planificación de ejercicios y su progresión; esta rutina constará de un mayor o menor número de ejercicios en función de estos índices y el número de lesiones que haya sufrido el jugador anteriormente en los diferentes músculos.

Imagen 2. Programa de prevención de lesiones (Beas et al, 2008)

    En la imagen anterior se puede observar como a partir de una situación real de juego en la cual se requiere el empleo de la fuerza específica, se han creado diversas tareas de entrenamiento diseñadas para trabajar en el programa de prevención de lesiones de forma específica. En este caso se trabaja la fuerza en situaciones de lucha contra un adversario tanto para disputar un balón que esta a distancia de ser jugado por dos o más jugadores como para ganar la posición a un adversario y proteger el balón.

Imagen 3. Programa de prevención de lesiones (Beas y colaboradores, 2008)

    En la imagen anterior se puede observar lo mismo a raíz de una situación de juego real en la que se requiere el trabajo de la musculatura aductora y la musculatura del miembro inferior tras la caída debida a un remate en el aire se realizan ejercicios para trabajar de forma preventiva los aductores.

Imagen 4. Programa de prevención de lesiones (Beas et al, 2008)

    En la imagen anterior se puede observar al igual que en las anteriores la situación real de juego y la tarea de entrenamiento que se realiza para prevenir lesiones de ese gesto deportivo. En este caso se ve como la musculatura implicada en el movimiento es la musculatura isquiotibial y como se buscan ejercicios para trabajar la fuerza específica de esta musculatura.

    A continuación se presenta un ejemplo de microciclo de prevención de lesiones presentado por Beas y colaboradores (2008).

Tabla 4. Microciclo de plan de prevención (Beas et al, 2008)

    Para entender lo que se presenta en la tabla anterior se van a definir qué significa cada abreviatura y que se trabajaría en cada momento.

Readaptación de los futbolistas

    Para terminar, decir que las últimas investigaciones sugieren que como tratamiento y readaptación ante las lesiones musculares producidas en el futbol, parece ser que un plan de entrenamiento isométrico mediante plataformas vibratorias y estímulos de hipoxia intermitente pueden mejorar la recuperación de los futbolistas (Urdampilleta et al, 2012)

Imagen 5. Tienda de hipoxia intermitente (G2Altitude) y plataforma vibratoria (Vibralaster) utilizadas en el estudio de Urdampilleta

 y colaboradores (2012) para la readaptación de los futbolista después de 3 semanas de una lesión de rotura fibrilar en futbolistas.

Conclusiones

Referencias bibliográficas

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