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El deporte de alto rendimiento y la formación de valores

 

Universidad de las Ciencias

de la Cultura Física y el Deporte, Cienfuegos

(Cuba)

Oscar Muñoz Hernández

omunoz@ucf.edu.cu

 

 

 

 

Resumen

          El presente artículos articulo propone una serie de caracterizaciones que deben tenerse en cuenta a juicio del autor al momento de reflexionar sobre la deporte de alto rendimiento y la formación en valores.

          Palabras clave: Deporte. Alto rendimiento. Formación en valores.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 166, Marzo de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El deporte es un espectáculo público y es, sin dudas, una de las manifestaciones de la cultura que mayor arraigo tiene en la población; en este sentido es una de las actividades de masas más importantes de la actualidad, de las que mayor cantidad de personas reúne en una instalación y es la preferida por una gran parte de la población independientemente del país donde vive, su nivel escolar o su religión. Esto es así porque la calidad estética de las actividades deportivas ha ido en aumento lo que le ha permitido adueñarse del protagonismo en los medios de comunicación masiva gracias, entre otras cosas, a la espectacularidad de las marcas mundiales, a la belleza de los movimientos que se ejecutan durante el desarrollo de la función deportiva y a la funcionalidad de las instalaciones modernas.

    La gran cantidad de artículos especializados o periodísticos que ven la luz en las miles de revistas y otras publicaciones que circulan por todos los países del mundo y las innumerables horas de transmisión televisiva que pueden observarse desde cualquier continente son ejemplos, más que fehacientes, del nivel que el deporte ha alcanzado como espectáculo. Por ejemplo, la calidad de las transmisiones televisivas, debido a la aplicación de los últimos adelantos de la tecnología, permite que todos observemos las mejores competencias del mundo y que lo hagamos de una forma, tan detallada y bella, que nos motive a continuar viendo las siguientes.

    Toda esta situación es posible debido a que el deporte de alto rendimiento, sus competencias, records y exhibiciones se han convertido en una característica de la vida del mundo actual. La mayoría de los habitantes del planeta gustan de ver su deporte preferido ya sea desde la propia instalación o desde el televisor que tiene en la sala de su casa.

    Los Juegos Olímpicos, los Campeonatos Mundiales, las Copas, etc., son el marco propicio para que niños, jóvenes y adultos se adentren en todo un sistema divulgativo universal que lleva a la actividad deportiva de alta competición hasta todos los rincones del mundo, la promueve y al mismo tiempo permite la posibilidad de evaluarla no sólo por sus resultados sino también por la calidad externa de su movimiento ya que las acciones se ven desde diferentes ángulos, a distintas velocidades y se repiten todas las veces que lo deseemos.

    Otra particularidad muy específica de la esfera del deporte actual es que la calidad de los deportistas se va emparejando sin importar la zona geográfica de dónde procedan; así como que los sistemas de entrenamiento se igualan debido a la elevación del intercambio de información bibliográfica o electrónica existente en la mayoría de los países del mundo.

    En este sentido, la realización de eventos científicos del deporte que se dedican al estudio de las características y condiciones de los atletas y a las particularidades de los sistemas de entrenamiento ha contribuido a la promoción mundial de los diferentes sistemas y métodos de entrenamiento. Por otra parte, el aumento de las competencias y de las reuniones internacionales también permite un fructífero intercambio de opiniones entre entrenadores y preparadores deportivos.

    Hasta aquí hemos caracterizado al deporte actual de la manera en que lo pueden hacer los espectadores, mediante lo que sus ojos pueden ver, o sea, hemos planteado el punto de vista del público en general que recibe al deporte de calidad máxima como un entretenimiento para su tiempo libre. Esto no quiere decir que los entrenadores y especialistas del deporte no vean su belleza estética ni que comprendan lo artístico que hay en un movimiento atlético porque no es así.

    Todos los que trabajamos en este medio disfrutamos el arte que hay en el deporte y comprendemos su belleza estética, pero también debemos dedicar nuestras miradas, principalmente, a los sistemas de preparación que han dado lugar a desempeños de alta calidad deportiva y estética.

Desarrollo

    La situación no es la misma cuando la vemos desde otro ángulo o sea desde el punto de vista de los deportistas de alto rendimiento que dedican toda su vida a la preparación deportiva y a la competencia y que, por ello, están sometidos a intensas sobrecargas deportivas o sufrimientos personales, dicho en el tono más real posible. El deportista de alto rendimiento tiene que sacrificarse, diariamente, en pos de alcanzar un resultado, una medalla, una marca y a ello dedica los mejores años de su juventud y las mejores capacidades de su organismo. Recibe las cargas de entrenamiento, las lesiones, las privaciones, los golpes, las críticas y los elogios con su mejor disposición porque su meta final, su objetivo, es el resultado deportivo y hacía él están encaminados sus esfuerzos.

    Pero nadie nace deportista de alto rendimiento. Es reconocido el hecho de que existen muchas condiciones sociales y económicas que marcan el surgimiento de grupos de atletas así como que éstos se hacen por los efectos de años de entrenamiento y competencias. No obstante, se nace con ciertas características naturales que cuando son debidamente trabajadas y guiadas pueden dar lugar a la formación de un atleta de nivel mundial. Por ello, otra particularidad del deporte actual es la búsqueda de jóvenes talentos, con capacidades y aptitudes suficientes, para que sean las canteras, o sea, el relevo de los deportistas de alto rendimiento. Pero esta búsqueda no se hace desordenadamente y según el criterio personal de los entrenadores sino que se realiza cumpliendo una serie de requisitos técnicos y metodológicos que garanticen un buen resultado y le dan carácter científico a la misma.

    Detectar estos niños y jóvenes con talento para el deporte, o sea formar nuestras reservas deportivas, se ha convertido, hoy en día, en una de las tareas de mayor responsabilidad para nosotros porque es la que garantiza el futuro del deporte en las instituciones y en los países a que pertenecen. Poseer una buena reserva deportiva es garantía de calidad actual y de un futuro competitivo superior.

    Hablar de reservas deportivas es referirnos a la regulación de la preparación de los atletas durante períodos que abarcan muchos años.

    Tenemos que recordar que, en la actualidad, el atleta es un artista del músculo que tiene que poseer aptitudes para luego entrenarlas, trabajarlas y perfeccionarlas y después utilizarlas en su actividad para obtener resultados que se puedan exhibir y compartir con todos. La particularidad en el deportista estriba en que el atleta tiene que entrenar mucho más para poder mantenerse y que su sacrificio en pos del triunfo es mucho mayor porque casi siempre su acción se realiza contra un rival que lucha por no dejarlo vencer.

    En el deporte hay una ley inviolable que podemos resumirla en la idea de que sin planificación no hay resultados y es por ello que una de las acciones principales de los entrenadores es planificar el programa de entrenamiento ya que el organismo de los atletas tiene limitaciones lógicas, desde el punto de vista biológico, que impiden el mantenimiento de la forma deportiva por mucho tiempo y en este sentido hay que establecer las etapas necesarias para alcanzar, mantener y después perder la forma deportiva. Obviamente, para elaborar el programa de entrenamiento primero hay que definir los períodos que conforman la estructura general de los programas que son el período preparatorio, el competitivo y el transitorio teniendo en cuenta que cada uno de ellos tiene sus propias características que dependen de las características del deporte, el calendario de competencias, el nivel de los atletas y de los factores organizativos que influyan sobre la elaboración del programa que pueden ser horarios, tiempos de trabajo, instalaciones deportivas asignadas

    Para nosotros, una de las tareas indispensables en la elaboración, ejecución y control de los programas de entrenamiento de todos los deportes es tener en cuenta el proceso de formación de valores de los atletas. Esto es así porque, como hemos planteado, el deportista es un artista que tiene fama y seguidores y por tanto debe ser un ejemplo dentro y fuera del terreno de competencias. Por este motivo se dedican múltiples estudios y trabajos científicos a la formación de valores en los deportistas y este aspecto ha alcanzado una gran importancia en la actualidad. Nuestro propósito, por tanto, es el de aportar algunas ideas sobre este tema, ideas que sean de utilidad para los entrenadores sin pretender proponer recetas porque esta labor no admite recetas de ninguna índole; solamente brindamos ideas que pueden servir de punto de partida para el trabajo en la preparación de atletas.

    En este sentido, la formación de valores de los deportistas es un reto que todos debemos afrontar, iniciando por el atleta y su entrenador y continuando con la familia, la escuela y la sociedad en sentido general. Hay que tener en cuenta que, hoy en día, el proceso de formación de los atletas adquiere otras dimensiones por cuanto el proceso de la globalización con su consecuencia de internacionalización deportiva, unido a las crisis económicas, está influyendo sobre las vidas de los atletas, particularmente sobre los que pertenecen a países subdesarrollados. A esta globalización inevitable se unen las transformaciones que se producen por los avances de la ciencia y la técnica así como los cambios en las relaciones económicas globales que dan lugar a modificaciones significativas en el sistema de valores sociales e individuales.

    Este proceso es muy profundo y complejo y nos obliga a replantear los conceptos sobre planificación del entrenamiento deportivo para perfeccionar nuestro trabajo y estar a la altura de los requerimientos actuales y de los retos futuros.

    En este sentido debemos recordar que para lograr atletas de alto rendimiento hay que desarrollar un proceso largo y caro que merece, en sí mismo, que lo hagamos lo mejor que podamos. En este sentido hay que empezar por una adecuada detección y selección de talentos deportivos para poder continuar realizando el proceso del entrenamiento deportivo para todas las categorías de edades y de calidad. A esto hay que unir la asistencia a competencias oficiales o amistosas para evaluar el nivel de preparación que han alcanzado nuestros atletas y, además, debemos garantizar una buena calidad de vida de los deportistas donde podemos incluir su educación, atención médica, alimentación, higiene, etc.

    En la actualidad hay que renovar algunos de los conceptos sobre la preparación de nuestros atletas. Hay que pensar en que la formación de valores se debe integrar, como un elemento fundamental, a la preparación deportiva de nuestros alumnos, y debe determinar en la evaluación del aspecto educativo. En este sentido, el trabajo conjunto con la escuela, la familia y todo lo que rodea al atleta es un elemento muy importante.

    Los entrenadores deberán planificar un grupo de actividades que permitan la inclusión de influencias educativas que actúen sobre los atletas. Las reuniones con los padres y con los otros profesores, los paseos en grupos, las visitas a museos y lugares de interés, la observación de juegos, fiestas, celebraciones de cumpleaños, análisis de calificaciones y otras, pueden ser marcos idóneos para la realización del trabajo en la formación de valores.

    Otro aspecto que merece nuestro análisis es el referido a los principios del entrenamiento deportivo. Hoy en día hay que tener en cuenta el nacimiento de un nuevo e indiscutible principio que se refiere a la unión entre la calidad deportiva y la integralidad de los atletas a partir de un adecuado y sistemático trabajo en la formación de sus valores. No puede existir un buen atleta con deficiencias como persona; no habrá un buen atleta si no tiene, primero que todo, valores que lo hagan acreedor del respeto y la admiración de todos. Esto es así porque los atletas, mientras mejor preparados estén desde el punto de vista educativo, mucho mejor serán en su desempeño atlético.

    Debemos contar con atletas disciplinados y puntuales, con alto sentido del compañerismo y del trabajo en equipo. No deseamos atletas envueltos en broncas masivas en las que, lejos de ganar, todos perdemos. No podemos convivir con atletas deshonestos o que no aprueben las asignaturas en las escuelas donde cursen sus estudios.

    Nuestros atletas no deben presentar deficiencias de expresión oral o escrita, ni de estudio individual y mucho menos en sus normas de educación. Tienen que conocer cuestiones fundamentales sobre el arte y sus diferentes manifestaciones, especialmente el arte cubano con sus características principales.

    Tenemos, por tanto, que contar con programas de entrenamiento que además de lograr el estado de forma deportiva en los atletas coadyuven, junto a la acción de la escuela, la familia y de los otros factores de la sociedad, a alcanzar la integralidad en cada uno de ellos para que estén preparados no solamente para la práctica del deporte sino, también, para la vida.

    Por otra parte, no cabe dudas de que en la actualidad habrá que pensar, también, en un nuevo medio para la preparación deportiva y nos referimos a la preparación integral que se compondría de acciones que sustenten la formación de los atletas, teniendo en cuenta, lógicamente, los valores que asumen y defienden. Conversaciones y debates sobre actualidad nacional e internacional, sobre elementos de formación cívica, aspectos sobre normas de conducta en diferentes espacios y horarios, expresión oral y escrita, historia de la localidad y de su deporte, ética deportiva y otros contenidos son importantes para los entrenadores, para que los consideren necesarios dentro de la preparación integral de sus atletas. Estas acciones dentro de la preparación deportiva de los atletas, deben tener una importancia similar a la que tienen la preparación física, la técnica o la táctica y se pueden realizar mediante acciones dentro de los entrenamientos, en los descansos de las competencias, en las reuniones de atletas, así como en sus actividades de grupo en las escuelas o facultades.

    De este último aspecto se deriva la trascendencia que tiene la relación, cada vez mayor, entre el entrenamiento deportivo y la escuela donde los atletas estudian, entre los profesores de las mismas y los entrenadores deportivos. Esta es una relación tan obvia como necesaria porque todos son profesores ya que persiguen los mismos objetivos de educación de los alumnos, y aunque presentan diferencias en la especialidad o el tipo de métodos, medios y procedimientos, tienen similitudes en los propósitos generales de preparación integral individual de dichos alumnos.

    Ahora bien, aunque nos hemos referido a las acciones colectivas como vías y formas para la formación de valores hay que tener presente que ésta es principalmente, individual, y que los entrenadores deben tenerlo muy en cuenta.

    Por tanto, cada entrenador debe investigar y llegar al diagnóstico adecuado de sus atletas y a las conclusiones acerca de cómo realizar el trabajo con cada uno de ellos porque los valores son psicológicos y se manifiestan en la conducta de cada atleta y porque, además, la individualidad es un elemento muy importante en este trabajo.

    Estamos, solamente, dando ideas para mejorar el proceso del entrenamiento deportivo y lo hacemos por nuestro convencimiento de que el proceso deportivo es el mejor escenario para desarrollar la labor en la formación de valores porque sus acciones tienen mas impacto en los alumnos ya que se realizan en actividades que son voluntarias, de su gusto y preferencia lo que permite la realización de un trabajo más dinámico y participativo así como más alegre.

    Primero que todo, pensamos que hay que lograr que el entrenamiento deportivo, las competencias y cualquier actividad, donde los atletas se encuentren bajo la presencia del entrenador, se conviertan en espacios donde el alumno sea capaz de obrar con entera satisfacción y se le respete su individualidad y donde sea capaz de compartir sus necesidades y motivaciones así como también sus reflexiones, sus criterios y pueda defender sus puntos de vista acerca de cualquiera de los temas que se traten. El entrenador deportivo, como los demás profesores, debe trabajar por lograr la comunicación más eficaz con sus alumnos, pero respetando sus opiniones porque comunicación no es convencer a alguien sino es darle la opción de que comprenda lo que le estamos explicando, pero desde su posición.

    En este trabajo de la formación de valores también hay que accionar, de manera indirecta, en los entrenamientos diarios y en las competencias. Para ello, todos los entrenadores deben trabajar para lograr mover las fibras más sensibles de los alumnos no solamente para defender su camiseta, sino también para no ceder al cansancio durante el entrenamiento o no dejarse vencer en las competencias, para luchar contra las inclemencias del clima o la rudeza del rival, para sobreponerse a las derrotas y al mismo tiempo para sentirse satisfecho con las victorias sin menospreciar al contrario.

    Hay que estimular la identidad, el sentido de pertenencia y el deseo de vencer, hay que mover los sentimientos en función de las metas deportivas y hacer comprender a los alumnos que, en el sacrificio, está el triunfo. Esto es trabajar, desde el punto de vista práctico, en la formación de valores dentro del ámbito deportivo.

    El entrenador debe estimular a los atletas a hacer sus propias valoraciones sobre los diferentes aspectos de la vida diaria y sobre la realidad que los rodea y debe, sobre todo, respetar sus criterios. Debe lograr un clima adecuado dentro de su equipo y tratar a todos por igual, sin preferencias y dándole participación a los atletas en los temas que tengan que ver con el desempeño del equipo. El entrenador debe ser un ejemplo ante sus alumnos, dentro y fuera del terreno, debe ser una fuente inagotable de valores y su conducta social debe ser la mejor; así mismo debe respetar a todos los atletas, árbitros y directivos y debe lograr que la ética deportiva esté presente en sus entrenamientos y, sobre todo, en su comportamiento en las competencias, ejerciendo, en todo momento, una influencia significativa sobre la conducta de los atletas.

    Finalmente, el entrenador debe contar con la preparación, tanto teórica como práctica, necesarias para enfrentar el reto de la formación de valores en los atletas, debe irradiar un espíritu de superación constante sobre sus alumnos para que ellos comprendan la importancia de la actualización y ésta sea una de las premisas de su conducta presente y futura. Los entrenadores no deben conformarse con una titulación porque eso les limitaría en el alcance de sus conocimientos; por eso si son técnicos medios o habilitados deben aspirar a la licenciatura para continuar la maestría o el doctorado. Mientras más conocimientos posea un entrenador, mucho mejor será su labor técnica y educativa y eso es a lo que todos aspiramos, a tener entrenadores deportivos de elevado nivel y preparación tanto teórica como práctica.

Conclusiones

  • La formación de valores es un elemento primordial dentro del proceso del entrenamiento deportivo.

  • En el sistema de preparación deportiva de cada equipo hay que identificar el sistema de valores que se adecue a las características de los atletas, su contexto social, educativo y familiar y definir las vías y formas en que será trabajado y evaluado.

  • El sistema de valores de cada equipo deportivo debe incluir valores humanistas, éticos, estéticos y universales.

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