LAS DIMENSIONES PEDAGOGICAS DE LA ACTIVIDAD ACROBATICA
EN L'ACROBATIE ET LES ACROBATES (1903) DE STREHLY, G.

Mª Paz Brozas Polo


II. Elementos para una didáctica de la acrobacia
Strehly, más allá de la descripción de las técnicas tal y como aparecen en el espectáculo, se sitúa en la perspectiva del enseñante al abordar algunos de los aspectos propios del proceso de aprendizaje y del entrenamiento de las habilidades acrobáticas.


1. Descripciones técnicas, fases y progresiones para el aprendizaje
El detalle de las indicaciones técnicas adquiere un carácter marcadamente didáctico a partir de la descripción de las fases y en algunos casos de las etapas aconsejables para el aprendizaje.

Así, respecto al equilibrio invertido establece una clara distinción en tres fases -el ascenso, el mantenimiento y el descenso- en cada una de las cuales desarrolla un estudio sobre dificultades específicas, correcciones y variantes posturales. Además, en cuanto a la alineación corporal precisa para mantener el equilibrio sobre las manos, Strehly incide en que la vertical de un equilibrio bien hecho pasa necesariamente por brazos, hombros y rodillas. Es preciso recordar, a este respecto, que según el modelo técnico imperante en el momento, el tronco se mantenía totalmente arqueado y sólo en el caso del denominado equilibrio derecho, considerado una variante excepcional, se alineaba la cadera con los demás puntos señalados.

Por su parte, en un elemento dinámico como el mortal atrás se señalan los siguientes tiempos o fases:

  1. El saltador desde la posición de pie se eleva verticalmente por una flexión de rodillas.
  2. Una vez en el punto más alto, agrupa las piernas haciendo el gesto de coger las rodillas con sus dos manos y al mismo tiempo da un cabezazo atrás (un gesto que se trata de evitar según la técnica y la didáctica imperantes hoy).
  3. Cuando se completa el giro desagrupan las piernas para caer de pie sobre el suelo.

En relación al mortal atrás por parejas -Rigodon-, además de la descripción del movimiento se introducen unas orientaciones facilitadoras del aprendizaje: el portor adelanta la pierna derecha y con sus manos juntas forma una especie de estribo sobre el que el cascador apoya el pie derecho. El portor eleva con un ligero golpe de riñones al cascador quien por su parte impulsa la cabeza atrás con el fin de conseguir la rotación en el espacio. Sobre la dirección de las acciones de cada uno señala lo siguiente:

"Cada uno de los ejecutantes tiene que restringirse a sus atribuciones: el portor busca solamente el ascenso perpendicular del ágil y éste no ha de tener más preocupación que dar el tiempo del que depende su evolución" (Strehly, G. o.c. p.130)

En el caso de realizarse mortales sobre los hombros en una columna o pirámide, aparecen indicaciones sobre la colocación del portor para poder ayudar al ágil en el impulso y para poder equilibrarse en la recepción del salto:

“(...) el portor acrobático tiene siempre las rodillas semiflexionadas, para hacer de trampolín elástico cuando el cascador ha de elevarse y restablecer el equilibrio cuando vuelve a caer.” (Strehly, G. o.c. p.139)

Respecto a otros saltos con inversión como “la paloma”, las descripciones ponen de manifiesto cual ha sido el sentido de la evolución técnica y didáctica en la medida en que ciertos consejos de antaño -como la acentuación de la extensión lumbar-, pero no todos -como la realización con brazos bien extendidos-, se han convertido en contraconsejos o contraindicaciones hoy día:

“Se realiza con brazos bien extendidos acentuando la extensión lumbar. Los pies llegan casi al mismo tiempo que las manos.” (Strehly, G. o.c. p. 127)


2. Dificultades, errores y correcciones
Respecto al equilibrio invertido sobre manos, Strehly señala como principal dificultad técnica la consecución de la parada del movimiento ascendente en su justo punto, ya que si se prolonga más de la cuenta se expone a pasar al otro lado.

En cuanto al mortal son variadas las referencias a los errores y también las propuestas para conseguir la adquisición del gesto correcto. El primer defecto y más importante que se describe es la tendencia a girar antes de saltar, perdiendo altura y rotación y arrastrando la consecuencia de una mala recepción tanto en la posición -agrupada o de rodillas en lugar de extendida de pie- como en el espacio en el que se produce -más atrás del punto de partida:

"El defecto de todos los principiantes es querer girar al principio y por la flexión de las piernas, en lugar de subir perpendicularmente y de exigir el movimiento de rotación al golpe de cabeza y al balanceo de brazos. La consecuencia de esta falsa salida es la caída agrupado o de rodillas y mucho más atrás del punto de partida." (Strehly, G. o.c. p.116)

Hay que tener en cuenta todas las variaciones acrobáticas en las que se realiza el mortal en el contexto circense: sobre distintas superficies estáticas y dinámicas, inanimadas y animadas, para comprender el énfasis en la necesidad de la perfección en la recepción sin desplazamientos respecto del punto de despegue. A este respecto, Strehly se refiere al peligro y la incorrección de desplazarse hacia atrás y hacia los lados:

"Hay dos defectos que evitar en el mortal atrás. El primero es la caída más lejos del punto de partida. Es siempre una prueba de que la salida inicial se ha hecho más o menos mal y de que se ha girado antes de elevarse. El segundo, es la caída a la derecha o a la izquierda del punto de partida. Es signo de que en la batida de los dos pies, no han funcionado igual las dos piernas. No se puede presumir de realizar bien el mortal hasta que no se gire absolutamente encima del sitio." (Strehly, G. o.c. p.117)

Tan detalladas como las descripciones de los errores técnicos son las propuestas de solución y mejora del mortal. A este respecto, Strehly plantea dividir en fases el aprendizaje, siguiendo las fases del movimiento, incidiendo primero en el salto vertical y solo una vez asimilado este abordar el giro hasta que se dominen los dos momentos:

“Se aprende primero a dar el tiempo del salto vertical sin buscar el giro, para combatir la tendencia citada. Cuando se ha asimilado el primer tiempo, se intenta el segundo. El tercero es el más fácil de conseguir ya que se desagrupan instintivamente las piernas en el momento en el que se siente la atracción hacia el suelo. El que realiza bien el primer tiempo pero da insuficientemente el segundo se expone a caer sobre la nuca.” (Strehly, G. o.c. p.117)

En el caso del mortal atrás sobre el caballo la dificultad de la recepción aumenta ya que es preciso desplazarse hacia delante para no perder el lomo del caballo que sigue avanzando (Strehly, G. o.c. p. 298). En cuanto al casse-cou o mortal adelante se incide en su menor riesgo y en su mayor dificultad técnica respecto del mortal atrás en el suelo:

“A pesar del nombre, es menos peligroso que atrás. Sin embargo, ejecutado desde parado resulta más difícil hacerlo correctamente que hacia atrás y deja al ojo del público una impresión menos satisfactoria.” (...) “Hay que, al mismo tiempo que se hace la detente, coger las rodillas y hacer una flexión enérgica de cabeza hacia delante.” (Strehly, G. o.c. p.119)

Advertencias sobre el peligro aparecen específicamente respecto al trapecio volante en la descripción de las diferentes posiciones invertidas del portor, en la acrobacia ecuestre, en las pirámides -donde describe las lacras físicas de los portores como consecuencia del roce de los pies en la recepción de los mortales- y parecen también en la barra respecto del molino:

“El peligro serio que ofrece, es que en el momento en el que se ha pasado el punto muerto y cuando el cuerpo comienza a remontar, en virtud de la fuerza centrífuga se produce sobre las manos que sujetan el aparato una presión equivalente a cuatro veces y media el peso del cuerpo (...). Esta temible presión, no dura es cierto, más que un tiempo muy corto, si se prolongara ningún gimnasta podría resistir. Pero por poco que las manos se debiliten o que el sudor las vuelva deslizantes se produce una tendencia invencible a soltar el aparato” (Strehly, G. o.c. p. 216)


3. Las ayudas manuales y materiales
Dentro de un sentido marcadamente didáctico, Strehly se refiere a las ayudas manuales y materiales, como aspectos de gran relevancia en la práctica acrobática, incidiendo en los distintos detalles relativos a su utilización.


Las ayudas manuales
Las ayudas manuales se aplican sobre todo en la enseñanza de los mortales, que como su nombre en castellano y en francés -périlleux- indica, lleva consigo la advertencia de un peligro real:

"Hay que tener cuidado cuando se repite este movimiento de hacerse sostener por la cintura por un ayudante y de no arriesgar hasta estar perfectamente seguro." (Strehly, G. o.c. p.116)

En la enseñanza del mortal atrás Strehly señala dos tipos de ayuda, una de sujeción y otra de impulso para ayudar a completar el giro:

”No hay, por tanto, que dejar de recibir ayuda en este salto hasta después de muchos intentos con éxito. Incluso es conveniente recibir ayuda durante un tiempo à la claque, es decir, por un impulso de mano que ayuda y asegura el movimiento de rotación.”

Otro tipo de ayuda cercana al grupo de las manuales lo constituyen los avisos que se transmiten a través de movimientos en el seno de las pirámides. Así, el aviso del inicio del salto lo realiza el primer portor con un movimiento de hombro que se transmite a lo largo de toda la columna con el fin de sincronizarla.


Materiales de seguridad e impulsores
Entre las ayudas materiales que se mencionan a lo largo de la obra, podemos distinguir entre el grupo de los materiales de seguridad y el grupo de los materiales que ayudan a aumentar el impulso de los saltos acrobáticos. Por otra parte, también se hacen referencias a materiales que facilitan la ejecución o aminoran las molestias de la práctica, como es el caso de la almohadilla que se colocan los portores sobre la cabeza para el equilibrio cabeza-cabeza (Strehly, G. o.c. p. 94) o para sujetar algún objeto, o también los enganches en los botines para el trapecio con el fin de aumentar la estética de la figura y disminuir el roce directo con la barra.

En cuanto a los materiales de seguridad, destacan sobremanera los cinturones, los cuales se describen como elementos didácticos imprescindibles en las pirámides, donde se suele combinar con la polea y precede a la ayuda manual:

“Cuando está absolutamente seguro de su movimiento mil veces realizado, renuncia a la garantía de la cuerda. El ayudante se coloca a un lado para vigilar en el caso de una mala caída.” (Strehly, G. o.c. p. 141)

Pero la cuerda se utiliza desde el mortal atrás agrupado en el suelo:

"Para repetir el salto mortal se ata a menudo a la cintura a través de una cuerda que dos ayudante sostienen desde uno y otro lado."

De un modo similar se utiliza el cinturón con polea en la acrobacia ecuestre, cuando el principiante tiene más dominio se reduce la ayuda a un cinturón con cuerda sin polea, sólo para evitar las caídas excéntricas -fuera de la pista- que son las que se consideran realmente peligrosas.

“(...) cuando el principiante tiene más dominio se reduce la ayuda a un cinturón con cuerda sin polea, sólo para evitar las caídas excéntricas -fuera de la pista- que son las realmente peligrosas”

Se podrían considerar, asimismo, materiales de seguridad, la resina y las calleras -triángulo de cuero enganchado en el medio y el anular para soportar el roce-, que velan por la integridad de las manos y de todo el cuerpo del barrista evitando que se escape y salga despedido: una mínima cantidad de resina que impida escaparse pero permita girar sobre la barra. La resina también se aplica en los lomos del caballo cuando no se usa silla ni plataforma.

Por lo que respecta a los trampolines, se asocian a la acrobacia de suelo, aunque aparecen también en la acrobacia ecuestre para el salto de la entrada.

En todo caso hay que distinguir dos tipos de trampolín, el largo y el pequeño:


Notas

  1. Sobre las críticas y contracríticas entre los saltimbanquis y la Iglesia, véase asimismo Svamnström, S. (1983) Les interactions sociales entre saltimpbanques et public sur le plateau Beaubourg, p. 16.
  2. A propósito de las enseñanzas transmitidas en el circo de generación en generación véase Adrian (1973) En piste, les acrobates. Enciclopedie du cirque, París, p.11 yss.
  3. Sobre las categorías que se establecían entre los acróbatas Svamnström, S. (o.c. p. 18) distingue entre banquistas de gran banco y de banco pequeño; al segundo grupo pertenecían los nómadas que ejecutaban al aire libre o en pequeños espacios cubiertos que no tenían necesidad (ni apenas posibilidad) de renovar sus espectáculos, mientras que el primer grupo, de mayor categoría y especialización es el que ha permitido la evolución de la acrobacia y se corresponde con los acróbatas de los circos actuales.
  4. En castellano batuda se conoce también como serie de saltos mortales enlazados -Diccionario General Larousse Español-Francés1992, Madrid.


Bibliografía



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Lecturas: Educación Física y Deportes
Revista Digital
http://www.efdeportes.com/

Año 4. Nº 14. Buenos Aires, Junio 1999