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Diferencias de género entre la participación española 

y extranjera en competiciones populares de fondo

Gender differences between spanish and international participation in mass running competitions

 

*Doctor en Educación Física por la Universidad de Granada

Patronato Municipal de Deportes. Ayuntamiento de Granada

**Doctora en Sociología por la Universidad de Granada

Profesora de Sociología del Deporte. Universidad de Granada

Dr. Antonio Salguero Pérez*

Dra. Pilar Martos Fernández**

pmartos@ugr.es

(España)

 

 

 

Resumen

          Se ha considerado que la participación extranjera, en el maratón de Nueva York, puede ser un indicador para analizar la situación de igualdad de la mujer española dentro del contexto internacional. Los datos de participación (n=38.832) muestran que la participación española en cuanto a volumen es alta, ocupando el 9º puesto. Sin embargo, en comparación con los países que más participantes aportan, resulta que la situación de igualdad de la mujer española (proporción de hombres y mujeres) ocuparía el antepenúltimo puesto. Los porcentajes femeninos muestran que la mujer española (12%) se situaría a la cola, no sólo de la mujer europea (25%), sino incluso de la asiática (22%), anglosajona (43%) o iberoamericana (25%), de los países con un índice de desarrollo alto. Su baja participación se debe fundamentalmente a un carácter históricamente construido, fruto de situaciones de discriminación social que siguen arraigados en la cultura española.

          Palabras clave: Mujer. Participación internacional. Fondo. Análisis. Desigualdad. Carácter

 

Abstract

          We considered that New York City Marathon foreign participation may be an indicator to analyze the Spanish women equality within international context. The registration data (n = 38,832) show that Spanish participation is almost high (655), situated in 9th position. The Spanish women equality is situated at the 38th position of the 40th most participative countries. The female percentages show that the Spanish women (12%) is behind, not only European (25%), but even the Asian (22%), British (43%) or Latin American (25%) women, with a high development status countries. Spanish women low participation due to a historically constructed character, generated by social discrimination that are still present in Spanish culture.

          Keywords: Women. International participation. Running. Analysis. Inequality. Character

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 133 - Junio de 2009

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1.     Introducción

    Las competiciones populares de fondo, aunque sean pruebas competitivas, en realidad tienen un componente festivo y de diversión para la amplia mayoría de los participantes. Sin embargo, los porcentajes de participación femenina son menores que los masculinos, si bien hay importantes diferencias según el país donde se organice el evento. En España, la baja participación de la mujer se ha justificado como resultado de su carácter natural no competitivo, pero, realmente ¿es este el carácter genuino de la mujer española?, ¿hay tanta diferencia entre la mujer española y la mujer internacional? o ¿es la sociedad española la que ha cultivado esas diferencias?

    Este equipo inició una línea de investigación para caracterizar la participación de la mujer española en competiciones deportivas, llegando a la conclusión de que su menor motivación o su falta de competitividad no es su carácter genuino, sino el resultado de una limitación histórica y actual de oportunidades (Salguero y Martos, 2009a). No obstante, esta situación de desigualdad es en comparación con el hombre español, pero no se hace ninguna correlación a nivel internacional.

    El presente trabajo trata de profundizar, un poco más, en esta cuestión, comparando los hábitos competitivos de la mujer española con los de las mujeres de otras nacionalidades. Pero, dado que existen demasiadas especialidades, como para hacer un estudio generalizado, la comparación se realiza centrándose únicamente en el ámbito de las competiciones populares de fondo.

2.     Origen de las diferencias de género

    Históricamente, la mujer ha sido excluida del deporte por ser considerado como un espacio masculino y su presencia ha sido siempre testimonial. Su interés creciente por la práctica deportiva provocó reacciones masculinas contrarias. Aparecieron una serie mitos en relación al ejercicio físico femenino, como que las mujeres son inferiores o que el deporte masculiniza (Vázquez, 1991). El régimen franquista, aconsejaba deportes que estuvieran en consonancia con lo que se consideraba femenino como gimnasia, natación o tenis, y les prohibía otros como fútbol, remo, boxeo o ciclismo (Puig y Mosquera, 1998). Las pocas oportunidades del deporte femenino fueron creciendo a medida que estos mitos y barreras sociales fueron desapareciendo.

    Indudablemente, los medios han jugado un papel positivo en el proceso de difusión y cambio de percepción de la práctica deportiva, sin embargo, numerosos autores consideran negativo su papel educador. Para Pardo y Durán (2006), los valores que se transmitan a través del deporte dependerán del uso que de él se haga. González Ramallal (2004) afirma que los deportistas de élite, tal y como los presentan los medios, no son un modelo educativo a imitar, pero es lo que está ocurriendo. Barreto (2006) señala que, en la sociedad contemporánea, dominada por la imagen, poseer un cuerpo joven, sano, bello y fuerte, o parecerlo, se ha convertido en una prioridad.

    Actualmente, la cultura deportiva ya está firmemente asentada en los países industrializados, incluso, considerada como uno de las mejores formas de preservar la salud y aumentar la calidad de vida. Sin embargo, los datos de participación de la mujer española en competiciones (1%), están muy alejados, no sólo de los del hombre (6%), sino también de los países europeos con mayor cultura competitiva (10%-20%) (García Ferrando, 2006).

    Tradicionalmente, la mayor participación masculina en competición se ha justificado como consecuencia de una mayor necesidad de éxito o de logro. Mientras que la menor participación femenina se interpreta como resultado de sus características naturales (pasividad, sumisión, obediencia, dependencia, belleza), incompatibles con la rudeza de la competición. Macías y Moya (2003) comprueban que las mujeres se centran más en las metas personales en el deporte y en la ejecución que en las comparaciones interpersonales o en ganar. Blández, Fernández y Sierra (2007) observan que chicos y chicas encuentran dificultades al tratar de practicar actividades típicas del otro género, impedimentos sociales e incluso familiares. Además cuando superan estas barreras son objeto de comentarios sexistas y despectivos que crean situaciones de rechazo social.

    Salguero y Martos (2009b) han podido comprobar que los condicionantes sociales y los tratos discriminatorios que afectan, en mayor medida, a los hábitos deportivos de las mujeres, sólo son responsables de una pequeña parte (21%) del total de las diferencias que se observan en la participación femenina en competiciones populares de fondo. Pate y O’Neil (2007) señalan también que la mujer americana, a pesar de haber estado sometida a tratos discriminatorios, ha realizado grandes avances en relación a las competiciones de fondo en las últimas cuatro décadas.

2.1.     Diferencias de género en las competiciones de fondo

    La encuesta de hábitos deportivos de los españoles 2005, recoge que sólo el 5% de las mujeres que hacen deporte participan en competiciones regladas, frente a un 20% de los hombres (García Ferrando, 2006). Se ha podido constatar que, en pruebas españolas de media maratón, las mujeres representan casi siempre menos del 10% del total de participantes, situándose la participación media en un 8.0%. Esta participación media baja al 5% en el caso de las maratones (Salguero y Martos, 2009b). Sin embargo, el número de licencias femeninas de atletismo, susceptibles de participar en estas pruebas (+18 años), es superior al 20% (RFEA, 2008), lo que sugiere que los atletas masculinos deben competir en pruebas de fondo con más frecuencia que las atletas femeninas (Salguero y Martos, 2009a).

    Barrios (2001) realizó entrevistas sobre los motivos de incorporación y permanencia de los atletas cubanos en competiciones de fondo. Los resultados mostraron que las principales motivaciones eran: el logro de una meta personal, la interacción social, la atracción por el evento, el interés por el deporte, su satisfacción y su autoestima. Igualmente, Llopis y Llopis (2006:38) encuentran que la razón principal por la que corredores españoles participan en carreras populares tiene que ver con el placer de correr (disfrute), satisfacción con el logro de los objetivos propuestos (motivación) y comprobar su condición física (competitividad). Salguero y Martos (2009b) comprueban que la motivación por competir solo es responsable de una parte de las diferencias (20%) que afectan a la participación femenina en pruebas de fondo. Esos si, las mujeres, cuando compiten, prefieren hacerlo en las distancias cortas y en las pruebas con un claro componente festivo o multitudinario.

    Para Cauas (2008), correr es una actividad accesible a la población, para practicarla basta con unas buenas zapatillas, y proporciona bienestar físico y psicológico. A pesar de ello, Salguero y Martos (2009b) han podido constatar que las exigencias físicas son las que mayor discriminación crean (68%), llegando a explicar la mayor parte de las diferencias de género que se observan en la participación. La mayor o menor dureza de un recorrido puede tener un efecto discriminador que puede mermar hasta tres veces el porcentaje de mujeres participantes (15% a 5%).

2.2.     Participación en las competiciones populares de fondo

    Las manifestaciones deportivas de carácter popular constituyen un tipo de manifestación deportiva muy extendida a lo largo de todo el planeta, contando un gran número de participantes de todas las clases y niveles sociales. Así, entre las más populares se encuentra la ‘Vasaloppet’ en Suecia, prueba de esquí nórdico cuyo récord es de 143.584 esquiadores en 2004 (Vasaloppet, 2009). En el ámbito de las carreras de fondo destaca, la ‘Cursa El Corte Inglés’, en Barcelona, que alcanzó en el año 1994 la cifra de 109.457 participantes, un récord Guiness todavía no superado (CECI, 2009).

    Las competiciones populares de fondo se desarrollan en entornos urbanos, y constituyen una auténtica fiesta deportiva para sus ciudadanos, que tienen la ocasión de ocupar las calles sin molestias de tráfico. Así, maratones como el de Nueva York (38.832 participantes en 2008; 34% de mujeres), Berlín (35.731; 21%), Londres (34.405; 31%), Chicago (31.344; 44%), París (28.844; 26%), Tokio (27.500) o Boston (22.377; 41%), suponen grandes acontecimientos deportivos de renombre internacional cuyo impacto socioeconómico no es menor.

    En España, las competiciones populares con mayor participación son las que se organizan en las grandes ciudades. En su última edición destacan: Cursa el Corte Inglés (54.795), San Silvestre Vallecana (22.189; 18%), Behobia-SanSebastian (13.825; 14%), Ibercaja – Zaragoza (13.968), Cursa del’s Bombers (12.797; 18%). Y entre los maratones el de Madrid (7.716; 5%), el de Barcelona (7.609; 12%), Vallecas (2939; 5%) o Sevilla (2.328; 5%), en los que los porcentajes de participación femenina son muy bajos en comparación con los principales maratones internacionales.

2.3.     Participación en el Maratón de Nueva York

    A nivel internacional, cabe destacar el maratón de Nueva York, que nació en el año 1970, y contó con una participación inicial de tan sólo 127 atletas, entre los que únicamente había 1 mujer. En el año 1975, había ascendido a 534 atletas y 44 mujeres (8,2%). A partir de entonces ha ido creciendo espectacularmente, en 1980 la participación había subido a 14012 atletas, con 1962 mujeres (14%). En el año 2000, casi se superan los 30.000 atletas y cerca del 30% eran mujeres. En el año 2007, se alcanza la cifra más alta de participantes en una maratón, 39.265 atletas. En su última edición, 2008, ha sido el año con mayor presencia femenina hasta el momento, 13.163 mujeres, con un porcentaje del 34% de un total de 38.832 atletas (NYCM, 2009).

    Como señala Pate y O'Neil (2007), las mujeres han hecho grandes avances en las competiciones de maratón durante las últimas 4 décadas. Si bien las marcas de maratón masculinas se han mantenido bastante constante en los últimos decenios ([casi igual a] 2:10:00), las marcas femeninas han más de 15% durante un período de 30 años. Durante este mismo periodo, la participación de la mujer en el maratón ha crecido enormemente y el rendimiento femenino también ha evolucionado mucho. Igualmente, para Burfoot (2007), desde que en 1970, explotaron las pruebas populares a nivel mundial, el crecimiento de las mujeres y los grupos de edad de veteranos (> 40 años) en las carreras de maratón ha sido especialmente sorprendente en los últimos años.

3.     Planteamiento

    Desde la perspectiva deportiva, esta investigación parte de la hipótesis de que el carácter de la mujer española no es muy diferente al de la mujer extranjera. Siendo así, ante un evento de relevancia mundial, donde no haya cupos por nacionalidades, ni requisitos deportivos previos, las desigualdades de género que se registren en la participación internacional responderán, básicamente, a las diferencias socioculturales de género de cada país. Los factores de tipo político, económico, demográfico o geográfico de un país afectarán, por igual, a las oportunidades de participación de ambos sexos.

3.1.     Objetivos

    El objetivo de este estudio es hacer una comparativa internacional entre la situación de igualdad que se observa en la participación española y las de otras nacionalidades, en las competiciones populares de fondo. Se considera que los datos de participación del maratón popular de Nueva York – 2008 (N.Y.C. Marathon-08), pueden ser un indicador suficientemente válido para este estudio, dado que solamente se pretende discriminar si existen o no importantes diferencias entre los hábitos competitivos de la mujer española y la internacional.

4.     Método

4.1.     Características del caso

    En primer lugar, el maratón de Nueva York es el maratón que más participantes registra a nivel mundial; constituye una referencia internacional y una auténtica fiesta deportiva; y coincide que Nueva York es también una de las ciudades de mayor reclamo turístico. Estos incentivos favorecen una participación internacional muy diversa y constituyen un gran atractivo para cualquier aficionado al maratón.

    En segundo lugar, la prueba se organiza en Estados Unidos, siendo el país que más participantes aporta. Pero, ello no supone un mayor inconveniente pues coincide que Norteamérica es también la primera potencia económica y deportiva en el mundo.

    En tercer lugar, Nueva York se encuentra a la suficiente distancia del resto de países, como para obligar a utilizar el avión y alojarse, circunstancia que iguala, en gran medida, los condicionantes geográficos para la participación de los atletas extranjeros.

4.2.     Datos de participación

    Los datos de participación se han obtenido de las estadísticas y resultados oficiales del N.Y.C. Marathon-08, y corresponden a un total de 106 nacionalidades diferentes. Y son los siguientes: 

4.3.     Variables

    (V) Volumen de participantes, (H) hombres y (M) mujeres para cada nacionalidad.

5.     Análisis de la participación por género

    Este equipo ha analizado previamente la participación internacional registrada en el maratón de Nueva York 2008 (véase Salguero y Martos, 2009c). En dicho estudio, se señala que la participación española, en su conjunto, representa el 9º país con mayor aportación (655 corredores), detrás de EE.UU., Italia, Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, Canadá y Suiza, por ese orden.

    En este estudio solamente se utilizan los 40 países con mayor representación, relacionados en la tabla 1 y 2, dada la escasa participación del resto de países, descartando así grandes influencias de los condicionantes de tipo político y/o económico.

5.1.     Participación masculina vs femenina

Tabla 1. Clasificación de los países por su representación masculina (H) en el N.Y.C. Marathon-08.

Fuente: elaboración propia a partir de NYCM, 2009.

    En la tabla 1, quedan ordenados los países atendiendo al volumen de su participación masculina, y en la tabla 2, atendiendo al de participación femenina. Aunque, en general, estos datos indicarían que la participación española es buena en el contexto internacional, no lo es tanto en cuanto a la participación femenina, especialmente en comparación con los países más desarrollados.

Tabla 2. Clasificación de los países por su representación femenina (M) en el N.Y.C. Maratón-08.

Fuente: elaboración propia a partir de NYCM, 2009.

    En cuanto a la participación masculina, el orden de los países coincide básicamente con el de participación total, del estudio de Salguero y Martos (2009a). Las variaciones son pocas y a lo sumo de 2 puestos, exceptuando a Nueva Zelanda que baja 4. España sube dos posiciones, pasando del 9º a 7º puesto.

    En cuanto a la participación femenina, hay un poco más de variación. De entre todas las variaciones, sobresale España que es, con diferencia, el país que más desciende, pasado del puesto 9º al 17º. Por el lado contrario, Bermuda y Nueva Zelanda son los países que más puestos suben en mujeres.

5.2.     Participación vs. igualdad

    En la tabla 3, se proporciona una clasificación ordenada según la igualdad, utilizando como criterio la proporción de hombres y mujeres participantes de cada país (H/M). Los países con más igualdad son, en su mayoría, anglosajones: Nueva Zelanda, Canadá, EE.UU., Japón o Puerto Rico, cuyos porcentajes de participación femenina superan el 40%. Mientras que los que tienen menos igualdad son, en su mayoría, países hispanos: Portugal, Polonia, España, Guatemala, Argentina o Uruguay, con unos porcentajes de participación femenina inferiores al 15%.

    La situación de igualdad de la participación española, con una relación de 7,4 hombres por cada mujer, y un porcentaje de mujeres del 12%, estaría situada en la antepenúltima posición (38º de 40º), por delante únicamente de Polonia y Portugal, países que aportan pocos corredores. El porcentaje de participación femenina española no solo está alejado de la media internacional, que se sitúa en torno al 30%, sino de la mayoría de países seleccionados, pues el 82% de ellos tiene un porcentaje superior a 20%.

Tabla 3. Clasificación de los países según criterios de igualdad de género (Hombres/Mujeres).

Fuente: elaboración propia a partir de NYCM, 2009.

    En la tabla 4, se presenta una comparativa de la situación de igualdad según criterios territoriales, agrupando y sumando las participaciones de los países según su situación geográfica, cultura e índice de desarrollo. Se puede observar una clara diferencia entre los países de corte anglosajón (EE.UU., Australia, Nueva Zelanda, Canadá, islas y colonias…) cuya participación media es superior al 40%, y el resto de culturas analizadas, asiática, europea e iberoamericana, que tienen una participación media entre el 22% y el 25%. El porcentaje español de participación femenina (12%) vuelve a estar muy alejada de estas medias de tipo cultural.

Tabla 4. Igualdad de género en la participación agrupando países por criterios culturales.

Fuente: elaboración propia a partir de NYCM, 2009.

    Si tenemos en cuenta que todas las mujeres, en general, han sido excluidas históricamente del ámbito del deporte, las diferencias que se observan actualmente deberían obedecer a razones socioculturales propias de cada cultura. Así, Pate y O’Neil (2007) y Burfoot (2007) muestran el espectacular crecimiento que ha tenido la participación de la mujer americana en carreras de maratón, en los últimos 30 años, alcanzando porcentajes nacionales en torno al 40%. Sin embargo, no parece haber sucedido lo mismo con la mujer española, que sólo alcanza cuotas medias de participación en maratones nacionales en torno al 5% (Salguero y Martos, 2009b).

6.     Discusión y conclusiones

    En este estudio se ha considerado que la participación internacional el maratón de Nueva York 2008, puede ser un indicador para analizar la situación de igualdad de género de la mujer española dentro del contexto internacional, en el ámbito de las competiciones populares de fondo. No obstante, dado que hay variables políticas y económicas, no controladas, que limitan la participación de muchos países, sólo se han tenido en cuenta las 40 nacionalidades con mayor participación.

    En cuanto al volumen de atletas, los datos indican que la participación española es alta dentro de la representación internacional, con un 9º puesto, aunque lo es un poco menos para la femenina. Así, por sexos, los españoles ocuparían una 7ª posición, mientras que las españolas estarían 10 puestos más abajo, ocupando 17ª posición, y superadas por países como Méjico, Suecia, Noruega, Suiza, Irlanda o Venezuela.

    En cuanto a la igualdad, el panorama cambia radicalmente. Las comparaciones realizadas ponen de manifiesto que existen claras diferencias entre la mujer española y la mujer internacional, en el ámbito de la práctica competitiva popular. La situación de igualdad de la mujer española ocuparía el antepenúltimo puesto en la clasificación de los 40 países con más representación. Esta 38ª posición en cuanto a la igualdad de género en la participación, también se situaría muy por debajo de su situación de desarrollo de género según la clasificación de las Naciones Unidas, donde España ocupa la 12ª posición.

    Las pruebas populares, aunque sean competiciones, en realidad tienen un componente festivo y de diversión para la amplia mayoría de los participantes. Esta concepción parece mucho más enraizada en las demás culturas que en la española. Los porcentajes de participación en este maratón muestran que la mujer española (12%) se situaría a la cola, no sólo de la mujer europea (25%), sino incluso de la asiática (22%), anglosajona (43%) o iberoamericana (25%), de los países con un índice de desarrollo alto.

    Con estos datos, parece difícil sostener que la razón de todas estas diferencias de género se deba al carácter no competitivo de la mujer española, natural y diferente al resto de mujeres. Más bien parecen evidenciar lo contrario. Por tanto, consideramos que su baja participación, en competiciones populares de fondo, se debe fundamentalmente a su carácter actual, históricamente construido, fruto de tratos y situaciones de discriminación social, parte de los cuales siguen profundamente arraigados en la cultura española.

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