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El envejecimiento cognitivo, trastornos

 

*Profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte. Universidad de Vigo

Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

AFIPEMA. Asociación para el Fomento de la Investigación en Personas Mayores.

**Doctoranda en ciencias de la Actividad Física por la Universidad de Vigo.

Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Por la Universidad de Vigo.

Suficiencia investigadora mediante el Diploma de estudios avanzados.
Departamento de Didácticas Especiales.
Rama de Actividad Física, Salud y Personas Mayores.

AFIPEMA, Asociación para el Fomento de la Investigación en Personas Mayores. Socia fundadora.

***Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de Vigo.

José María Cancela Carral*

chemacc@uvigo.es

Sonia Pariente Baglietto**

soniapariente@uvigo.es

Carlos Iglesias Piñeiro***

krlosiglesias@gmail.com

 

 

 

Resumen

          El pasar de los años ocasiona indudablemente un proceso de evolución-involución psicomotriz que está siendo estudiado desde múltiples vertientes. En un intento de enfatizar la existencia de un envejecimiento no sólo físico sino que también cognoscitivo, en este artículo se trata de introducir al profesional de la actividad física para la salud en el campo del deterioro cognitivo así como de sus trastornos y características.

          Palabras clave: Envejecimiento. Trastornos cognitivos. Deterioro.

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 13 - N° 122 - Julio de 2008

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El envejecimiento cognitivo

Aspectos cognitivos del envejecimiento

    Las funciones cognitivas (atención, orientación, percepción, fijación, memoria, etc.) establecen procesos por los que el individuo recibe, almacena y utiliza la información de la realidad y de sí mismo. En consecuencia, si con la edad se producen cambios relacionados con las funciones anteriores, estos afectarán al conjunto de procesos, funciones y capacidades psicológicas fundamentales para nuestra vida. Hasta hace poco tiempo las modificaciones en 1as funciones cognitivas se asociaban a un proceso de deterioro irreversible, que hoy se ha desechado gracias a los avances en el conocimiento de las mismas y a la existencia de diferentes técnicas y programas de intervención que hacen posible, al menos en algunos casos, frenar y modificar estos procesos (Yanguas, J., Sancho, M. & Leturia, F. 2004).

    En el ámbito del funcionamiento intelectual se sabe que, si bien es cierto que las personas mayores, como grupo de edad, presentan un cierto declive en algunas funciones relacionadas con el rendimiento intelectual, éste no aparece hasta el final de los 60 años y no se trata de una disminución generalizada ya que un importante porcentaje de sujetos no sufre merma alguna. No obstante, sabemos que ciertos elementos moduladores personales, socioeconómicos y educativos influyen en el funcionamiento intelectual de la vejez, así como la salud en general. En contrapartida, el organismo humano tiene capacidades de reserva que pueden ser activadas durante la vejez y que permiten compensar, e incluso prevenir, e1 declive (Belsky, J. 1996).

    Desde una interpretación bifactorial de la inteligencia, podemos distinguir entre:

  • Inteligencia fluida, directamente relacionada con los aspectos biológicos, en la que se incluyen capacidades como adaptación, agilidad mental, capacidad de combinación, razonamiento inductivo, etc., que reflejan nuestra capacidad instantánea de razonamiento, independientemente de la experiencia. Es decir, tareas con muy poca carga cultural que disminuyen claramente con la edad.

  • Inteligencia cristalizada, formada por actitudes como vocabulario, información general, razonamiento constructivo, conocimientos generales, etc., que no decaen con la edad, sino que incluso algunas se incrementan a lo largo de los años. Todas ellas son tareas de alto significado cultural y educativo.

    En cuanto a la memoria, es necesario distinguir dos tipos:

  • La memoria primaria, entendida como almacén transitorio de la información, con una capacidad limitada y considerada el centro de la atención consciente.

  • La memoria secundaria, que constituye el almacén de información permanente, con una capacidad ilimitada, y a la que se transfiere la información procedente de la memoria primaria. (Durante, P. & Pedro, P. 2004)

    Con el avance de la edad, la primera modalidad no sufre prácticamente deterioro, excepto en cuanto a la rapidez en la recogida de información. Por el contrario, la capacidad de procesamiento y retención de la memoria secundaria, se puede ver seriamente afectada (Charchat-Fichman, H., & col. 2005).

    Los problemas relacionados con la memoria provocan en las personas mayores sentimientos de pérdida de control sobre el medio y el propio comportamiento, atribuyéndolos frecuentemente a la edad. Este tipo de atribución provoca, a su vez, un peor resultado en la ejecución de tareas relacionadas con la memoria, con lo cual se produce un círculo vicioso que no siempre es fácil de romper. No obstante, como se ha comentado anteriormente, existen determinadas variables individuales, ambientales y de la propia tarea que influyen directamente en su ejecución, por lo que una vez más es necesario no hacer excesivas generalizaciones en ésta como en otras áreas del funcionamiento intelectual (Yanguas, J., Sancho, M. & Leturia, F. 2004).

    Debemos tener en cuenta que los aspectos motores están condicionados, en parte, por los procesos psicológicos; mantener funcionales estos procesos supone mantener en gran medida funcional la motricidad del sujeto.

    Los datos históricos, antropológicos y, particularmente, los estudios psicológicos, muestran que los ancianos pueden mantener sus capacidades psicológicas a un buen nivel si no dejan de estimularlas. (Oña, A. 2002). Pero la situación normal de aislamiento del anciano en nuestras sociedades provoca un empobrecimiento estimular que deteriora gravemente las funciones psicológicas

Trastornos cognitivos

    A grandes rasgos, basándonos en la clasificación de Duarte, P y Pedro, P. (2004) podemos resumir estos trastornos en:

  • Olvido Benigno. Son fallos de memoria de una persona normal (no se considera patológico) cuyas facultades son comparables a las de una población de la misma edad y del mismo nivel cultural. Son olvidos momentáneos, cuya información generalmente es accesible en otro momento.

  • Demencia. Es un trastorno cognitivo (los procesos cognitivos son aquellos que tiene que ver con el conocimiento, p. ej., aquellos que intervienen en el procesamiento de la información, atención, aprendizaje, memoria, el pensamiento, el razonamiento, las atribuciones, etc.,) Se caracteriza por la pérdida de memoria, deterioro de la capacidad de juicio, dificultad en el aprendizaje de nuevos contenidos, deterioro en el razonamiento de diferentes funciones corticales, como habla (afasia), marcha, reconocimiento (agnosia), manipulación de elementos (apraxia) etc., pero tratable en algunos casos. Existen diferentes tipos de demencia, siendo la más común la enfermedad del Alzheimer.

  • Delirio-confusión. Trastorno caracterizado por un comportamiento caótico en un marco angustioso a nivel subjetivo. Ante la incapacidad de respuesta en una situación de crisis, se tiende a generar mayor angustia. Para romper este proceso de feedback será necesario ofrecer al enfermo un marco de contención que reduzca el nivel de angustia.

    En relación con las demencias, y de máximo interés en este apartado, está el problema del llamado deterioro cognitivo leve, que puede ser heraldo de una demencia y, por tanto, ser susceptible de intervenciones preventivas. Se trata de una entidad clínica controvertida y debe distinguirse del declive fisiológico, normal, de las funciones cognoscitivas en los ancianos.

    Deterioro significa, lógicamente, pérdida de algo que anteriormente se poseía. La disminución cognoscitiva se refiere a la pérdida de las facultades intelectivas. La realidad clínica indica que algunas personas en edad geriátrica, sin cumplir los criterios diagnósticos de demencia, se quejan de su memoria y, además, se puede objetivar en ellas un leve deterioro cognoscitivo en pruebas psicométricas (Lobo, A., Saz, P. & Roy, F. 2000).

    Estas situaciones clínicas han recibido diversas denominaciones. Alteración de la memoria asociada a la edad (AMAE): quejas leves de memoria, con rendimiento por encima del punto de corte en los test cognoscitivos breves y actividades cotidianas preservadas. Deterioro cognoscitivo asociado a la edad (DECAE): defectos leves de memoria y de otras funciones cognoscitivas, con rendimiento borderline en las pruebas psicométricas. Se objetivan problemas o deterioro sólo en tareas complejas (Duarte, P y Pedro, P. 2004).

    Se considera que las personas que padecen Deterioro Cognitivo Leve, o Deterioro Cognoscitivo Leve (más conocido por sus siglas en inglés, MCI, por Mild Cognitive Impairment), se encuentran en un estado transaccional entre el envejecimiento normal y la demencia leve.

Bibliografía

  • Belsky, J. K. (1996). Psicología del envejecimiento. Teoría, investigaciones e intervenciones. Barcelona. Editorial Masson.

  • Charchat-Fichman, H., Caramelli, P., Sameshima, K. & Nitrini, R. (2005). Decline of cognitive capacity during aging. Rev Bras Psiquiatria. 27 (12), pp. 79-82.

  • Durante, P. & Pedro P. (2004). Terapia ocupacional en geriatría: principios y práctica. 2ª Edición. Editorial Masson. Barcelona

  • Lobo, A., Saz, P. &. Roy, J.F. (2000) Deterioro cognoscitivo en el anciano. Medicina Interna. Barcelona. Editorial Hartcourt.

  • Oña, A. (2002). Longevidad y beneficios de la Actividad Física como Calidad de Vida en las Personas Mayores. I congreso Internacional de Actividad Física y Deportiva para Personas Mayores. Libro de Actas. Málaga. Ed. Servicios de Juventud y Deporte. pp. 13-36.

  • Yanguas, J., Sancho, M. & Leturia, F. (2004). Aspectos psicológicos del envejecimiento. Terapia Ocupacional en geriatría: principios y práctica. Barcelona. Editorial Masson.

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