Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital


INTRODUCCION A LA TOPOGRAFIA.
ORIENTACION Y LECTURA DE MAPAS

Walter A. Martínez (Argentina)
wmartine@fibertel.com.ar

Autor del libro Manual de Supervivencia.
Librería y Editorial Alsina, Buenos Aires, Argentina.


Generalidades
Todas las temporadas en la amplia geografía de Sudamérica, salen al monte o a la montaña miles de cazadores, pescadores o turistas de aventura. Lo más normal es que regresen agotados y satisfechos de haber logrado sus propósitos. Pero también otros volverán defraudados por una suerte adversa, aunque debemos reconocer que las situaciones de peligro que se presentan en la naturaleza en un 90% dependerá de nosotros evitarlas.

Saber orientarse en cualquier región es una virtud tan remota como la misma humanidad. Normalmente las personas cuando se trasladan lo hacen por el conocimiento de la zona y algunas por instinto, lo que no suele ser muy seguro. Ud. habitante de la gran ciudad, puede caminar por un alejado paraje boscoso, disfrutando de una diáfana mañana hasta que al intentar regresar no puede encontrar la senda original. Inmediatamente busca ubicar el cerro que tenía a su espalda pero ahora ve dos más. "Alguien puso otro" masculla con fastidio. Empieza a pensar que las sucesivas vueltas que dio lo han desorientado. Quiere regresar apresuradamente. Tal vez ésta sea la huella....., no, mejor intento por aquella otra..... Sólo se confunde más y comprueba que está definitivamente perdido. Pasan los minutos y la preocupación inicial se convierte en angustia. ¡Se viene la noche!.

La ignorancia asociada con la imprudencia hace que de vez en cuando aparezcan en los diarios noticias sobre personas extraviadas en alejados parajes. Sin duda, es una situación muy desagradable que paraliza y hasta puede generar pánico especialmente en personas habituadas al "asfalto". Naturalmente esa sensación de temor se acentúa con la llegada de la noche, el frío y al tomarse conciencia de la considerable distancia que nos separa de la civilización.

Es lamentable la poca importancia que se le suele dar al legendario mapa y a su compañera la brújula. En tal sentido pude comprobar que la mayoría de las personas desconocen las más elementales normas para interpretar y leer un mapa que contiene valiosa información. Por lo general los individuos que viven en las grandes urbes con enormes edificios, desconocen la ubicación de los puntos cardinales y si uno de improviso les pregunta ¿donde está el norte? Es muy probable que no sepan como responder. Es obvio que ellos no lo necesitan conocer; pues en las ciudades se estila llegar a un determinado punto por medio del conocimiento de las calles o preguntando. Pero esta circunstancia cambia abruptamente y hasta podría pagarse muy caro cuando se transita por terrenos desconocidos y solitarios.

Las posibilidades que tiene una persona de extraviarse o verse imposibilitada de regresar, son bastante altas en los departamentos de algunas provincias argentinas. En especial aquellas que tienen una muy baja densidad de población y están en zonas limítrofes. Para dimensionar mejor esto, sólo diré que casi 900.000 Km2 de la Patagonia están considerados como semi desierto. Para comprender mejor la vastedad de los enormes territorios que posee Sudamérica, únicamente mencionaré que existieron casos de aviones extraviados que aparecieron luego de más de 30 años y otros aún son buscados. Pero no es necesario alejarse tanto para desorientarse. Hace algunos años en Sierra La Ventana (Provincia de Buenos Aires), se perdió un nutrido grupo de escolares con sus profesores. Por fortuna fueron rescatados dos días después sin consecuencias. Cuando sucede algo así, la irresponsabilidad con la ignorancia van tomadas de la mano. No existen excusas.


Cómo perderse


Lectura de mapas
Un mapa es la representación gráfica de una porción de la superficie terrestre. Para un cazador, deportista, etc. lo mejor para orientarse son las cartas topográficas que imprime el Instituto Geográfico Militar Argentino. Estas cartas constituyen maravillosos planos de precisión, son elementos primarios de orientación y si se saben usar, juegan un papel vital. En ellas encontramos signos convencionales llamados topográficos que asocian características de diversas representaciones y están indicados en los márgenes de la hoja. El conocimiento de estos símbolos cartográficos nos permitirá leer un mapa con absoluta facilidad asociando dichos símbolos convencionales con casas, caminos, montañas, etc. Básicamente se dividen en dos grandes grupos:
  1. Los elementos planimétricos, que representan caminos, vegetación, hidrografía y construcciones.
  2. Los elementos altimétricos, que representan los desniveles del suelo. Para representar las alturas (montañas), el mejor sistema es el de curvas de nivel y consiste en líneas representadas en el papel que unen puntos terrestres de una misma altura. Una verdadera carta topográfica debe expresar la planimetría y la altimetría del terreno que representa.

Estas cartas topográficas, poseen una red de cuadrículas formadas por líneas que corren de norte a sur y de este a oeste. La distancia entre esas líneas representan 1000 ó 4000 metros según la escala de que se trate y nos permiten señalar un determinado lugar geográfico. No es serio un mapa que carezca de escala. Para definirla podemos decir que es la permanente relación de la distancia real del terreno con la correspondiente en el papel. Esto nos ayudará a determinar distancias. Sólo los mapas y las cartas topográficas tienen escalas precisas que aparecen al final de la hoja, lo que no ocurre con algunos folletos de rutas. Aquí debo reconocer que los mapas de caminos que edita el Automóvil Club Argentino, por ser específicos, están más actualizados con relación a las rutas y caminos, pero no son precisos topográficamente.

a. Serranía. b. Estribación

Vista panorámica de un terreno y su represención en una carta topográfica

Con la escala gráfica, podemos medir directamente distancias del terreno sobre el propio mapa. Simplemente habrá que medir la distancia que se desea y luego transportarla sobre la escala gráfica para obtener la distancia. En cambio la escala numérica, aparece escrita con números arábigos. Por ejemplo: 1:25.000 significa que, un metro en el papel equivale a 25.000 metros en el terreno. El desdoblamiento de una escala consiste en dividir el metro (1:...), en centésimas y milésimas partes simplificando. Supongamos una escala de 1: 100.000. Para desdoblarla debemos proceder de la siguiente manera:


La localización de dos puntos, la toma de mediciones entre ellos y el cálculo de tiempo que demandaría un recorrido es fundamental previo a cualquier excursión. Pero qué pasaría si en esa trayectoria existiera un cordón montañoso. Esa irregularidad terrestre deberá ser interpretada y comprendida la configuración de cada cerro, como así su altura. Es decir, mediante estos símbolos convencionales Ud. podrá leer un mapa, sea este impreso en Japón, EE.UU. Alemania, Argentina o cualquier otro país. Como se comprenderá esto adquiere una importancia fundamental.

Si Ud. sabe leer, podrá disfrutar con la lectura de un buen libro. Lo mismo ocurre con los mapas; los signos cartográficos a que hemos hecho referencia conforman un conjunto de información que, para quien pueda interpretarla son de inestimable utilidad. El aprendizaje para leer un mapa debe ser progresivo y con la ayuda de alguien que sepa. Al principio puede ser algo aburrido pero no difícil. ¡Animo! Primero la teoría y luego con la práctica. Para ello compremos una carta topográfica de una zona ya conocida por nosotros, de forma tal que no nos podamos perder. Tracemos un itinerario en el papel. Luego poco a poco iremos avanzando, reconociendo y asociando las distintas características del terreno con las que leemos en el papel. Es importante hacerlo despacio, manejando la brújula y la carta topográfica con cuidado para asimilar la enseñanza. Esta práctica, muy útil por cierto, nos permitirá leer de un "vistazo" cualquier mapa y recorrer terrenos desconocidos por nosotros sin cuidado de extraviarnos. Es verdaderamente fascinante salir de un apuro gracias al simple hecho de saber aprovechar la valiosa información que siempre nos brinda un mapa. No intente ninguna travesía sin conocimientos de topografía y de orientación. ¡Recuérdelo...!


La brújula
Un rumbo equivocado que nos aparta por algunas horas de la senda principal. La llegada de la noche, el frío y la angustia de no saber regresar, son algunas enseñanzas que nos da una experiencia desafortunada. Esta situación suele ser más frecuente de lo que se supone y ocurre todos los años en distintas regiones. En este estudio nuestro personaje invitado es la brújula, cuya vital importancia es demasiado obvia para quienes se alejan de zonas pobladas. Según se cree la brújula ya era conocida por los chinos unos mil años atrás de la era cristiana. Luego fueron los árabes los que la usaron y enseñaron ese descubrimiento a los occidentales durante las cruzadas. Básicamente consiste en una diminuta barra metálica imantada que invariablemente indica el norte. Las de mejor calidad poseen en su interior un limbo graduado en un disco numerado giratorio que aumenta de cero a los 360° de la siguiente manera:


N = 0°, E = 90°, S = 180°, W = 270°.
El norte se denomina 360° ó 0 indistintamente.


La brújula magnética o el compás náutico son los instrumentos más sencillos y precisos para obtener rumbos y junto con la carta topográfica del lugar constituyen elementos básicos de orientación. Son necesarios para la navegación, obras civiles, etc. Orientarse con una brújula es muy fácil y hasta un niño de corta edad lo puede hacer. Simplemente habrá que depositarla sobre una superficie plana no metálica, esperar que se detenga la aguja o el disco graduado y luego leer el rumbo buscado. Es decir, nos indica solamente la dirección de marcha no la deriva que tengamos respecto al lugar donde debamos ir. Por ejemplo, con mi lancha navego directamente hacia el norte donde debo llegar a una isla, pero los vientos me desvían al este. En este caso la brújula me seguirá marcando el norte, aunque tenga que corregir el rumbo para llegar al lugar propuesto. Para ello necesariamente tendré que disponer de puntos geográficos identificables que me adviertan dicha deriva.

Con cierta sorpresa pude comprobar que algunos excursionistas que se aventuran por solitarios parajes no incluyen en su equipo la tan mentada brújula. El error de pensar que se conoce bien el terreno, no pensar en una imprevista marcha nocturna o la simple negligencia, influye para que esas descuidadas personas olviden tan útil instrumento. Existieron casos de quienes debieron regresar de urgencia de noche o sobre terreno nevado que cubre referencias geográficas. En estas circunstancias la orientación es sólo posible con una brújula de buena calidad. Las brújulas manuales tipo militar con lente son muy prácticas. Con ellas podemos hacer navegación terrestre, medir rumbos de día o de noche y hasta admiten un trato rudo.

También existen brújulas donde la aguja magnética está suspendida en un líquido especial que impide que ésta baile bruscamente cada vez que intentamos leer la graduación. Son de usos común pero requieren un cuidado mayor. Los modelos descriptos son los indicados para nuestros fines de usos terrestre y nos pueden sacar de apuro tanto caminando como en una embarcación no metálica. Una brújula militar con lente, se empuña de la siguiente manera: Abra la tapa superior hasta que ésta forme una línea recta con la base y se abra el ocular hasta su apertura máxima. Luego introduzca el pulgar de su mano derecha en el anillo de bronce y con los otros dedos forme una base firme. Apoye todo el conjunto con la otra mano y junte los codos contra el cuerpo. Espere que el limbo graduado se detenga. Luego con la brújula a la altura de la barbilla lea por intermedio de la lente el rumbo marcado. Cuando se desee medir un rumbo hacia un punto geográfico, apunte cuidadosamente el instrumento como se indicara. Finalmente mediante la línea de guía lea el acimut como el caso anterior.


Orientación
La base para orientarse en el terreno es la determinación de los puntos cardinales. Aunque esté desorientado y molesto por ello, no camine sin rumbo definido; invariablemente terminará extraviado, sediento, agotado y habrá empeorado su situación. Una antigua pista para retomar el rumbo puede ser conocer que el sol sale por el este y se pone al oeste, indicando el norte al mediodía. En Sudamérica, de noche, con un poco de práctica es muy fácil orientarse por el método de "La Cruz del Sur". Corresponde a un grupo de estrellas que pueden verse perfectamente en toda época del año y en especial a mediados de mayo. Están dispuestas en forma de cruz. Prolongando imaginariamente el eje mayor de éstas, tres veces hacia abajo, es posible obtener el rumbo sur.

Existen otros métodos. Pero supongamos que Ud. es una persona precavida y sacó de su mochila la brújula y la carta topográfica de la región. Como primer medida, deposite ambas cosas sobre una superficie plana y haga coincidir el norte del lugar con el de la hoja impresa o sea donde se lee el título. Para ello ponga en paralelo el norte del mapa con el de la aguja magnética. Luego habrá que reconocer visualmente la zona y ubicar los accidentes naturales del área en la carta (montañas, ríos, etc.). Es decir, en base a ellos, se determinará en la carta topográfica el lugar donde Ud. se encuentra. Luego determine el camino a seguir.

Cuando maneje la brújula, aléjela de cualquier masa metálica o campo magnético que necesariamente alterará cualquier medición. No es nada raro que algún "despistado" intente orientarse con una brújula manual dentro de un automóvil o al lado de un transmisor de radio. Aleje dicho instrumento de cualquier masa metálica como armas, linternas, cuchillos, etc.


Cálculo de distancia
En numerosas oportunidades durante las travesías siempre habrá necesidad de saber la distancia que se encuentra un determinado punto de referencia que observamos. Como se supone que nadie de nuestro grupo lleva instrumento alguno de medición, lo mejor será recurrir al siguiente sistema: cada uno de los integrantes deberá individualmente apreciar la distancia que interpreta se encuentra el referido punto que se observa a la distancia. Luego Ud. sume todas esas cantidades y divídalas por el número de personas que participaron en el cálculo. De esa manera se obtendrá un promedio muy aproximado de esa distancia. Se tendrá en cuenta que las condiciones atmosféricas inciden en los cálculos de distancia. Tanto es así que, un observador terrestre aprecia distancias diferentes según determinadas circunstancias.

Se aprecian distancias mayores a las reales Se aprecian distancias menores a las reales
Con el sol de frente
Con tiempo lluvioso
Nublado
En los crepúsculos
En superficies rectas (caminos, costas)
En cuestas ascendentes.
En los días claros y diáfanos
Con el sol detrás
En planos lisos (playas, salinas, agua, nieve)
En cuestas descendentes.


Navegación terrestre
El limbo graduado de una brújula como se explicó es un disco cuya numeración aumenta conforme a los grados. Para hacer una navegación terrestre a pie, sólo debemos disponer de una brújula del tipo militar y un papel para anotar el azimut (grados que marca la brújula) y los pasos que damos al caminar. No es imprescindible un mapa. Se registrará el "punto inicial" (PI) y el "punto terminal" (PT). Para ello tendremos que apuntar en la dirección de nuestra marcha hacia un objeto algo lejano. Una vez detenido el limbo graduado, se podrá leer con sólo mirar hacia abajo. Ejemplo: PI rumbo 40°. Se caminará hacia dicho punto contando los pasos. Al llegarse al mismo o al primer cambio obligado de dirección, mida como en el caso anterior el nuevo azimut, anote los grados y la cantidad de pasos. Así sucesivamente cada vez que haya un cambio de rumbo. Mejor aún si anotamos el tiempo tardado.


Lectura de rumbos

Como se explicó no haga mediciones cerca de metales, líneas de alta tensión, etc. El sistema de navegación terrestre, es útil para señalar una senda que luego nos llevará a un determinado lugar muy difícil de encontrar.

Como interesante motivo de enseñanza, consiga una brújula y una carta topográfica del lugar donde pasará sus vacaciones. Después ubique el punto donde se piensa llegar. Practique estas enseñanzas. Desdoble la escala, mida distancias, calcule tiempos de marcha y compruébelos.

Esta ejercitación le permitirá leer un mapa de un simple vistazo, adquiriendo conocimientos de orientación muy útiles. Desde hace algunos años la orientación por mapa es un deporte popular en Europa y en los EE.UU. donde se organizan con gran entusiasmo competencias al aire libre.


Global positioning system (GPS)
Constituye un excelente sistema para ubicar rápidamente la longitud, latitud y la altimetría de quien posea este maravilloso instrumento y cuente con un transmisor para pedir auxilio. Pero es un error pensar que un GPS. puede reemplazar al uso cotidiano de la cartografía como se explicó anteriormente. Básicamente, una carta topográfica, una brújula y un GPS. conforman un excelente equipo, pero con diferentes funciones.


El cuidado de la cartografía
Personalmente respeto a todo aquel que al igual que un libro cuida el material cartográfico. En tal sentido debo recordar que basta solamente una breve salida para que el mapa que nos acompaña se deteriore rápidamente. El viento, la lluvia y el trato en campamento estropean un plano aún antes de finalizar nuestro viaje. Lo más indicado es introducirlo en una bolsa rectangular hecha por nosotros mismos de buen plástico transparente. Se deben coser los bordes a máquina dejando un costado abierto para ir poniendo nuevos mapas. De esa manera podremos leer dos planos de ambos lados de la funda, marcar rumbos y otras escrituras hechas sobre el plástico a la vez que el papel estará protegido de cualquier inclemencia.


Unos consejos
Hago notar que, como no existe un manual de supervivencia aplicable para todo el planeta, es fundamental obtener bibliografía específica de la zona elegida. A todos recomiendo la sana costumbre de informar a la autoridad jurisdicional más cercana respecto a nuestras intenciones: ruta elegida, campamentos, etc. Además de asesorarse sobre la factibilidad de sus proyectos, este simple trámite podrá evitar serios inconvenientes. Finalmente, si planea un viaje de aventuras, consiga una carta topográfica del lugar y una brújula buena. De lo contrario busque un baqueano de la zona. No tiene otra alternativa.


Lecturas: Educación Física y Deportes
Revista Digital

http://www.efdeportes.com/
Año 3. Nº 11. Buenos Aires, Octubre 1998.