FUTBOL, IDENTIDAD Y CIUDADANIA EN BRASIL EN LOS AÑOS '30 - Fábio Franzini     
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Como los estadios se volvían pequeños para soportar toda la popularidad alcanzada por el fútbol, no tardaría mucho para que los partidos enteros, y no exclusivamente los resultados e informaciones, fuesen transmitidos regularmente. A través de ondas de radio, la pelota alcanzaba no sólo apenas la audiencia local, de las ciudades donde se realizaban los partidos, sino también a un público cada vez más amplio, de regiones alejadas del eje Río-Sao Paulo, el centro futbolístico y radiofónico del país. Gracias a las transmisiones y al noticiero deportivo más amplio, realizados por los periódicos, revistas y por los propios programas de radio, un partido se prolongaba por mucho más tiempo que sus 90 minutos reglamentarios. Los simpatizantes pasaron a tener en los medios de comunicación una compañía esencial, que además de acercar el juego hasta ellos, también lo recreaba, a través de los relatos, comentarios y discusiones posteriores al respecto de lo ocurrido en el campo de juego.

De esta manera, en los inicios de la década del '30, fútbol, periódico y radio parecían indisociables, como lo demuestra una nota publicada en la Gazeta, Edición Deportiva del 8 de mayo de 1932 bajo el título "Recordando que será transmitido el juego de hoy":

"Recibimos una carta firmada por diversos deportistas recordando al Sao Paulo y al Palestra que permitan la transmisión de la contienda de hoy en Floresta debido al hecho que no todos podrán asistir al encuentro dada la capacidad insuficiente de Floresta para dar cabida a la gran cantidad de público que está interesado en el partido.
Millares y millares de deportistas de hecho no se aventurarán a asistir al estadio convencidos de que no encontrarán lugares. Transmitiendo la competencia se prestaría un gran servicio así los aficionados que no asistirán sin perjudicar de ninguna manera a los equipos rivales.
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Además de la prensa y la radio, también el cine, aunque en escala mucho menos que los otros dos medios de comunicación, no quedó inmune al "deporte bretón", que, nótese, aparecía con relativa frecuencia en los noticiarios y documentales de actualidad desde la década del '10. A medida que las productoras cinematográficas brasileñas descubren que el camino para hacer frente a los filmes extranjeros era invertir al gusto del gran público, la fórmula de la comedia popular carnavalesca (el sainete) se vuelve su gran filón; todavía orientándose por esa brújula, el fútbol también se convierte en tema de ficción cinematográfica, telón de fondo de películas como O Campeao de Futebol, de 1931 (que narra la participación del mayor ídolo de la época, Arthur Friedenreich), y Futebol em Família, de 1938.14 Es interesante señalar que este film llevó al celuloide el contexto que predominaba durante los años '20 en el escenario brasileño, por un lado, las dificultades en reconocerlo como profesión; por otro, su aspecto irresistiblemente seductor. En él, el personaje Leonidas Jaú "abandona las obligaciones escolares bajo la presión de la familia, que lo quería ver como profesor, para dedicarse al fútbol".15

Todo este panorama demuestra que el fútbol trascendía los límites de los estadios y se volvía un fenómeno social que no se limitaba a los aspectos emocionales y simbólicos, otorgando un principio de ciudadanía a un significativo sector de la población brasileña. Al final de un largo proceso de conquistas en el cual el principal papel fue desempeñado por las clases populares, la profesionalización vino a reconocer, al menos en el universo futbolístico, la igualdad entre pueblo y élite (muy a pesar de que los prejuicios -principalmente el racial- no habían desaparecido), además de incorporar al deporte como ideario del trabajo luego de los '30; aunque la profesión no fuese oficialmente reconocida -lo que sólo vino a acontecer en 1976-, el atleta, en la práctica, se transformase en trabajador. Y esto significaba mucho dentro del orden autoritario y corporativista de ese período, bajo el cual era la categoría "trabajo" y su legislación la que pretendía definir al ciudadano y a la ciudadanía.16

Para los que simplemente alentaban a su equipo, esto es, para la población en general, los medios de comunicación -principalmente la radio- actuaban de un modo decisivo para que se formase una comunidad imaginada17 en torno a la pelota. Si prácticamente todo el país ya conocía las emociones provocadas por el fútbol, a partir de esa época conocerá sus primeros ídolos populares nacionales, que movilizaron e integraron "litoral" y "sertao", como Domingos da Guia, Hércules de Miranda y, sobre todo, Leónidas da Silva. La diferencias sociales tan explícitas en otros niveles se van a minimizar bajo el efecto aglutinador del fútbol, brindando espacio para la formación de un sentimiento común de pertenencia a la sociedad brasileña, lo que coincidió con el proceso de reelaboración de elementos de reclamo popular promovido por el gobierno de Getulio Vargas con vistas a la unificación cultural del país, estableciendo una homogeneidad en medio de la diversidad.18

Si el país ya estaba con los botines puestos, la patria también luego se los pondría, gracias a la Copa del Mundo, competencia organizada por la FIFA cada 4 años y que comenzó a disputarse en 1930. En las dos primeras ediciones del torneo, realizadas en Uruguay y en Italia, respectivamente, la participación brasileña fue limitada, la primera vez, por conflictos de poder entre dirigentes de Río y Sao Paulo; en la segunda, por las luchas entre "amateuristas" y "profesionalistas". En 1938, sin embargo, con esas disputas resueltas, el sentimiento popular se encuentra con el nacionalismo del recién instaurado Estado Nuevo, y ambos convergen en la selección de fútbol. Tres meses antes del inicio de la competencia, realizada en Francia, buena parte de las expectativas y preocupaciones nacionales ya se referían al desempeño de aquellos que defenderían el nombre de Brasil en el exterior.19 Luego, la partida de la delegación para Europa sólo podría haber sido una "apoteosis", según la Gazeta:

"Millares de personas, enfrentando el mal tiempo se dirigieron a los muelles Mauá para decirle su adiós a los "ases" ilustres, dándoles un gran aliento en la hora en que partían hacia tierra extraña en busca de mayor gloria para el Brasil deportivo.
Desde medio día, por lo tanto dos horas antes de la "partida" del "Arlanza", el pueblo comenzó a acudir a los muelles, que cerca de las 14 horas presentaba un aspecto grandioso y un ambiente de intensa agitación. La multitud se apretujaba en la plaza Mauá, ocupando todos los lugares desde donde fuese posible ver mejor la llegada de los "ases". Estos, a medida que iban apareciendo, se volvían blancos por las entusiastas aclamaciones que surgían sinceras de aquella multitud. Un extenso cordón de vallas fue instalado bajo la fuerte vigilancia de un contingente de la Guardia Municipal, con el fin de evitar que el pueblo, llevado por su enorme entusiasmo, opusiese alguna dificultad al embarque de la delegación. (...)
El "Arlanza" zarpó a las 14.20 horas. Y mientras se alejaba el barco, la multitud, exaltada, ovacionaba frenéticamente a los "ases" brasileños que, desde la cubierta, retribuían las aclamaciones con un agitar de pañuelos. Sólo cuando el "Arlanza" desaparecía de la vista, la masa humana, dejó los muelles, segura de que, en tierras lejanas, los "ases" ilustres jugarán con el pensamiento en la patria distante, recordando, siempre, el grito de entusiasmo y de estímulo que partió de millares de brasileños en la hora del embarque y que es el grito unísono del país entero."
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Parecía la emocionante partida para una guerra; esa relación no es del todo incorrecta en la opinión de algunos autores, que sugieren que las naciones encuentran su plena expresión a través de dos formas: la guerra y el deporte.21 Ubicando a la patria por encima de todo, ambas comprenden la lucha, la competencia, contra un enemigo común, volviéndose así momentos de afirmación de las diferencias de un pueblo frente a otros (o a otro, o extranjero, o desconocido, o diferente) y promoviendo la autoidentificación entre los habitantes de un mismo país. En el caso de la Copa de 1938 y su impacto sobre el Brasil, se consolidaba así la idea de "pertenencia" a través de la identidad nacional representada por la selección de fútbol.

Con el auxilio de los medios de comunicación, se incorporó al equipo el ideario del Estado Nuevo, y ambos impregnaban a todo el país. Los jugadores eran representantes de Brasil en el exterior, y de ellos se esperaba lo mismo que de la nación: coraje, disciplina y, por encima de todo, patriotismo. Pero lo más importante era que la población brasileña veía que esos representantes no le eran extraños; por el contrario, habían salido de su seno: eran negros, mulatos, hijos de inmigrantes; precisamente aquellos que habían tomado el fútbol de los pies de la élite para transformarlo en una de las expresiones populares más enraizadas en nuestra sociedad. A pesar de la enorme importancia de la ideología nacionalista en ese momento, esa identificación primaria, de la población con los jugadores y de éstos con la nación, fue fundamental para promover la cohesión nacional en torno al fútbol.

En el '38, la selección llegó a la semifinal del torneo, pero no pudo superar a la poderosa Italia, cuyo equipo era prácticamente el mismo que ya había salido campeón en el '34; mientras los italianos, para alegría de Mussolini, se encaminaban hacia la conquista del bicampeonato mundial, el equipo nacional disputó el tercer lugar contra Suecia. Aún venciendo, y conquistando de esta manera la mejor ubicación brasileña en Copas del Mundo hasta entonces, el puesto parecía no interesar tanto a un país en el cual hasta el presidente dejó registradas sus impresiones respecto de los partidos del equipo y su impacto junto a la población. Luego de la derrota frente a los italianos, Vargas anotó en su diario:

"Despacho con los ministros militares. No tuve audiencias. El juego de football monopolizó las atenciones. La perdida del equipo brasileño contra el italiano provocó una gran decepción y tristeza en el ánimo público, como si se tratase de una desgracia nacional.22

"Desgracia nacional": la vinculación entre pueblo y fútbol era tan intensa que ni el presidente-dictador dejó de notarla en medio del expediente burocrático y graves rumores de conspiración contra su gobierno; esa percepción tal vez haya sido decisiva para la inclusión de los deportes en el proyecto de unificación cultural del Estado Nuevo. Luego de popularizarse, se volvió un medio de supervivencia y, luego, una forma de trabajo, el fútbol se transformará en "patrimonio nacional" por el régimen. Se puede decir que la Copa de 1938 marca un cambio en el rumbo del desarrollo del fútbol en Brasil, que llegará hasta ese punto como reflejo de su popularización; a partir de allí, el Estado asume el control, lo que queda explícito con la creación del Consejo Nacional de Deportes (CND) en 1941, cuya idea era estatizar, moralizar y disciplinar el deporte brasileño; lo cual significaba, adecuarlo al orden corporativo de entonces.23

Si el fútbol ya era popular y movilizador, a partir de los años '30 pasa a ser utilizado en forma sistemática por los gobernantes como forma rápida de llegar "a las masas". Es, sin duda, una apropiación ideológica condenable, pero eso no quiere decir que sea ésta su única dimensión sociopolítica; al contrario: mientras no se resuelva de otra manera, el fútbol continuó (y continúa) siendo una forma que tienen los sectores excluídos de nuestra sociedad de conquistar el acceso a bienes y derechos que les son contínuamente vedados; de los cuales el primero quizás sea el derecho a sentirse brasileños.



Notas
1 . Este texto es una versión ligereamente modificada de mi exposición presentada en el XIX Simposio Nacional de Historia de ANPUH, realizado em Belo Horizonte (MG) del 20 al 25 de julio de 1997.
2 . MURAD, Mauricio. Dos Pés à Cabeça. Elementos Básicos de Sociologia do Futebol. Rio de Janeiro: Irradiação Cultural, 1996. pp. 129-130.
3 . Cf. MAZZONI, Thomaz. "Ante a vitoria...". Problemas e Aspectos do Nosso Futebol. São Paulo: A Gazeta, 1939. p. 161.
4 . Cf. SANTOS, Joel Rufino dos. História Política do Futebol Brasileiro. São Paulo: Brasiliense, 1981. (Tudo é História, 20). p. 47.
5 . "Os jogadores da Apea estão tratando da fundação de uma entidade de classe". A Gazeta - Edição Esportiva. São Paulo, 29 de fevereiro de 1932, p. 7.
6 . Sobre el proceso de oficialización del profesionalismo en el fútbol brasileño ver: CALDAS, Waldenyr. O Pontapé Inicial. Memória do Futebol Brasileiro (1894-1933). São Paulo: IBRASA, 1990. Especialmente pp. 203-223. Lo mismo se puede encontrar en forma resumida en CALDAS, Waldenyr. "Aspectos sociopolíticos do futebol brasileiro". Revista USP - Dossiê Futebol, cit., pp. 44-45.
7 . ROSENFELD, Anatol. "O Futebol no Brasil". Negro, Macumba e Futebol. São Paulo / Campinas: Perspectiva / Edusp / Editora da Unicamp, 1993. p. 85.
8 . Cf. SUSSEKIND, Hélio. Futebol em Dois Tempos. Rio de Janeiro: Relume-Dumará / Prefeitura, 1996. (Arenas do Rio, 2). p. 22.
9 . MAZZONI, Thomaz. "A imprensa e os pequenos clubes". Op. cit., p. 64.
10 . Idem, p. 65.
11 . Cf. CALDAS, Waldenyr. Luz Neon: Canção e Cultura na Cidade. São Paulo: Studio Nobel / SESC, 1995. pp. 49-53.
12 . Cf. Programa comemorativo dos 44 anos da Rádio Record de São Paulo, presentado el 11/06/1975. Acervo del Museo de la Imagen e del Sonido de Sao Paulo (MIS/SP). Sector de Documentación - Cinta cassete tomo 31.1-3.
13 . "Lembrando para ser irradiado o jogo de hoje". A Gazeta - Edição Esportiva. São Paulo, 08 de maio de 1932, p. 7.
14 . Todo este párrafo debe mucho al texto de WOLF, José. "Cinema e futebol: uma história em dois campos". in: Cinema Brasileiro: 8 Estudos. Rio de Janeiro: MEC / Embrafilme / Funarte, 1980. pp. 209-212. Cabe notar que este fue el único texto encontrado respecto del fútbol como tema de cinematografía nacional, desde sus orígenes hasta la década de 1970.
15 . VIEIRA, João Luiz. "A chanchada e o cinema carioca (1930-1955)". in: RAMOS, Fernão (org.). História do Cinema Brasileiro. São Paulo: Círculo do Livro, s/d. p. 181, nota 26.
16 . Cf. SANTOS, Wanderley Guilherme dos. "Do laissez-faire repressivo à cidadania em recesso". Cidadania e Justiça. A política social na ordem brasileira. Rio de Janeiro: Campus, 1979; QUIRINO, Célia Galvão & MONTES, Maria Lúcia. Constituições Brasileiras e Cidadania. São Paulo: Ática, 1987 (Fundamentos, 20).
17 . Cf. ANDERSON, Benedict. Nação e Consciência Nacional. São Paulo: Ática, 1989. p. 14. En este libro, Anderson define "nación" como que es una "comunidad política imaginada, e imaginada como implícitamente limitada y soberana". Más allá de la importancia de los términos "limitada" y "soberana", lo que interesa aquí es la relación "imaginaria" presente en la construcción de las naciones, conforme el Autor la explicita: "Ella [la nación] es imaginada porque al igual que los miembros de las naciones pequeñas jamás conocerán a la mayoría de sus compatriotas, ni los encontrarán, ni siquiera oirán hablar de ellos, aunque en la mente de cada uno esté viva la imagen de su comunión". Cabe notar que Anderson destaca a la prensa (y, de modo general, a los medios de comunicación) como uno de los elementos fundamentales para a formación de esa imagen de comunión.
18 . Cf. VIANNA, Hermano. O Mistério do Samba. Rio de Janeiro: Editora UFRJ / Jorge Zahar Editor, 1995. p. 61. Respecto de los cambios en el campo de la cultura promovidos por el gobierno de los post '30, ver también CANDIDO, Antonio. "A Revolução de 30 e a Cultura". Novos Estudos CEBRAP. São Paulo, v. 2, no. 4, abril 1984.
19 . Cf. "Cuida-se com patriotismo e enthusiasmo da nossa selecção á 'Taça do Mundo'". A Gazeta - Edição Esportiva. São Paulo, 14 de março de 1938, p. 5. Uno de los subtítulos de ese texto demuestra el tono que ya predominaba entonces: "en minoría insignificante los inevitables derrotistas".
20 . "Uma apotheose o embarque da embaixada brasileira para a França!". A Gazeta - Edição Esportiva. São Paulo, 02 de maio de 1938, p. 2.
21 . Cf. DUKE, Vic and CROLLEY, Liz. Football, Nationality, and the State. Essex: Longman, 1996. p. 4. Sobre la experiencia de la guerra influyendo en la organización de las competencias deportivas internacionales (especialmente los Juegos Olímpicos), ver SILVA, Francisco Carlos Teixeira da. "Jogos do poder. O ideal olímpico resiste a manipulações, preconceitos e fanatismos". Ciência Hoje, vol. 20, no. 121.
22 . VARGAS, Getúlio. Diário. Rio de Janeiro / São Paulo: Editora FGV / Siciliano, 1995. Volume II (1937-1942), p. 140 (día 16 de junio de 1938). Las anotaciones sobre los demás partidos de la selección brasileña se encuentran en las páginas 138 (dia 5 de junio, Brasil 6x5 Polonia) y 140 (días 12, Brasil 1x1 Checoeslovaquia, y 14 de junio, Brasil 2x1 Checoeslovaquia, partido de desempate).
23 . Cf. MANHÃES, Eduardo Dias. Política de Esportes no Brasil. Rio de Janeiro: Graal, 1986.



Lecturas: Educación Física y Deportes.
Año 3, Nº 10. Buenos Aires. Mayo 1998
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