Juan Manuel Fangio fue un apasionado por la mecánica. Desde los 11 años asimiló las enseñanzas recibidas.y aprovechó de la propia experiencia.
Con sus amigos del fútbol comenzaron a atender a algunos clientes y arreglaban autos en la puerta de la casa de Juan Manuel. Junto a ellos había un terreno baldío que don Loreto les ofrece y allí edifican el primer taller. Unos chasis de autos viejos soportan las chapas del techo "conseguidos" de noche en una casa abandonada. Uno hace la carpintería, mientras Juan Manuel y José Duffard, ahora socios, cavan la fosa para ese taller de piso de tierra. Otros amigos juntan 80 pesos que necesitaban para comprar las herramientas.
Fangio nunca pudo olvidar aquel primer cliente que cruzó el portón, colocando su vehículo sobre la fosa.