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Efectos físicos y modificaciones orgánicas agudas en el organismo
de nuestros escolares cuando realizan actividad física
a medianas y grandes alturas: recomendaciones

   
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte
Profesor de Educación Física en el I.E.S.
"Tomás y Valiente" de Peñaranda de Bracamonte, Salamanca
 
 
José Carlos Tejedor
jtejedor@platea.pntic.mec.es
(España)
 

 

 

 

 
Resumen
    Desde tiempos remotos el hombre ha luchado por alcanzar cotas altas, conquistar cimas, contemplar el mundo desde distintos miradores... En este empeño se han puesto de manifiesto diversos datos y observaciones que reflejan las distintas modificaciones orgánicas que se producen en condiciones de altura, siendo estas muy complejas y conllevando en ocasiones riesgo físico y psíquico para quienes se encuentran en dichas condiciones cuando no han realizado la correspondiente aclimatación orgánica.
    Muchas de las actividades en el medio natural que realizamos con nuestros escolares se desarrollan por encima de los 900 m de altitud llegando en ocasiones a encontrarnos en parajes situados por encima de los 2.400 m. Ascender a Peña Zapatera (2.401 m), El Morezón (2.393 m), El Calvitero (2.402 m), La Ceja (2.428 m)... son algunas de las cimas que realizamos con alumnos de secundaria y bachillerato. Realizar una salida al medio natural por esas alturas ¿genera cambios orgánicos?, ¿qué factores físicos hemos de tener en cuenta cuando llevamos escolares a esos parajes?... El medio natural es cambiante pero la altitud genera mayor incertidumbre por los factores físicos que tienen lugar por encima de los 900 m. Si a esto añadimos que con los grupos de bachillerato realizamos dos salidas en invierno se hace necesario al menos revisar qué ocurre en ese medio natural para poder acudir a él con garantía de disfrutar del mismo evitando en la medida de lo posible cualquier situación que nos sitúe ante un riesgo evidente.
    El objeto del presente artículo será el estudio de la altitud, haciendo una revisión de las modificaciones y adaptaciones agudas que la altura provoca en el funcionamiento orgánico de nuestros escolares cuando realizamos actividades en el medio natural en esas cotas durante el desarrollo de una jornada diaria. Para ello, primeramente estableceremos una clasificación de la altitud en función de los efectos que ésta genera sobre el organismo. Seguidamente, señalaremos los efectos físicos que tienen lugar conforme nos elevamos sobre el nivel del mar. Posteriormente explicaremos las modificaciones fisiológicas agudas (puntuales y en el mismo instante en que alcanzamos dichas cotas), que tienen lugar en el organismo estando en reposo y en movimiento. Finalizaremos con unas recomendaciones que debemos aplicar cuando salimos con nuestros escolares al medio natural y nos movemos en esas altitudes. Ampliamos el abanico de temas que pueden ser susceptibles de tratarse en colaboración con otras materias -interdisciplinariedad- cuando optamos por realizar actividades físicas en el medio natural en altura. No serán objeto de revisión en este artículo las modificaciones orgánicas a largo plazo que tienen lugar en el organismo cuando permanecemos en esas alturas periodos de tiempo superiores a tres días puesto que es una actividad que a día de hoy no llevamos a cabo con nuestros escolares.
    Palabras clave: Presión barométrica. Altitud. Gasto cardiaco. Hiperventilación. Hipoxia. Taquicardia. Sensación térmica. Hemoglobina. pH. Hormonas.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 11 - N° 98 - Julio de 2006

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Introducción

    Desde tiempos remotos el hombre ha luchado por alcanzar cotas altas, conquistar cimas, contemplar el mundo desde distintos miradores... En este empeño se han puesto de manifiesto diversos datos y observaciones que reflejan las distintas modificaciones orgánicas que se producen en condiciones de altura, siendo estas muy complejas y conllevando en ocasiones riesgo físico y psíquico para quienes se encuentran en dichas condiciones cuando no han realizado la correspondiente aclimatación orgánica.

    A medida que tomamos altura, sobre todo a partir de los 2500m algunas tareas habituales y con poco coste energético en nuestro hábitat, se tornan dificultosas y necesitan un elevado esfuerzo físico, produciéndose un desequilibrio en la homeostasis de nuestro organismo.

    La vida cotidiana en cotas elevadas es casi imposible y únicamente soportan y subsisten en dichos enclaves geográficos (por encima de los 4500m) determinados grupos humanos. Lo llevan haciendo desde hace mucho tiempo y, por tanto, poseen unas características orgánicas muy peculiares.

    A raíz de los Juegos Olímpicos celebrados en la ciudad de Méjico (a 2240 m. de altitud) en 1968, surgirán multitud de estudios que ponen de manifiesto los distintos efectos de la altitud sobre los organismos entrenados y no entrenados.

    Muchas de las actividades en el medio natural que realizamos con nuestros escolares se desarrollan por encima de los 900 m de altitud llegando en ocasiones a encontrarnos en parajes situados por encima de los 2.400 m. Ascender a Peña Zapatera (2.401 m), El Morezón (2.393 m), El Calvitero (2.402 m), La Ceja (2.428 m)... son algunas de las cimas que realizamos con alumnos de secundaria y bachillerato. Realizar una salida al medio natural por esas alturas ¿genera cambios orgánicos?, ¿qué factores físicos hemos de tener en cuenta cuando llevamos escolares a esos parajes?... El medio natural es cambiante pero la altitud genera mayor incertidumbre por los factores físicos que tienen lugar por encima de los 900 m. Si a esto añadimos que con los grupos de bachillerato realizamos dos salidas en invierno se hace necesario al menos revisar ¿qué ocurre en ese medio natural? para poder acudir a él con garantía de disfrutar del mismo evitando en la medida de lo posible cualquier situación que nos sitúe ante un riesgo evidente.

    El objeto del presente artículo será el estudio de la altitud, profundizando en las modificaciones y adaptaciones agudas que ésta provoca en el funcionamiento orgánico de nuestros escolares cuando acudimos con ello a un entorno natural situado a casi 3000 metros de altitud. Para ello, primeramente estableceremos una clasificación de la altitud en función de los efectos que ésta genera sobre el organismo que se encuentra en reposo y cuando este realiza movimiento. Posteriormente, señalaremos los efectos físicos que tienen lugar conforme nos elevamos sobre el nivel del mar en cualquiera de las múltiples salidas que realizamos con nuestros escolares. Una vez conocemos las distintas alteraciones y cambios físicos que se dan a distintas alturas, explicaremos las modificaciones fisiológicas agudas (puntuales y en el mismo instante en que alcanzamos dichas cotas), que tienen lugar en el organismo. Finalizaremos con algunas recomendaciones a tener en cuenta cuando nos movemos con escolares por el medio natural en ese rango de altura por encima de los 2.000 m llegando en ocasiones a estar próximos a los 3000 m.


Aproximación a la clasificación de la altura

    Trasladar a nuestros escolares de una comarca rural "La Guareña", donde la altitud media se sitúa cercana a los 800 m. pero sin existir grandes desniveles y llevarlos a 2.400 m implica una ascensión vertical de 1600 m. y ubicarlos en un entorno natural muy distinto al suyo. Trataremos definir el medio natural en que nos situamos en función de la altitud para poder analizar las situaciones que tienen lugar en el mismo.

    Desde el inicio de los estudios acerca de los efectos de la altitud sobre el organismo humano, se han llevado a cabo numerosas clasificaciones. No obstante, éstas son imprecisas por ser dependientes de multitud de factores: latitud, temperatura ambiente, adaptación del sujeto, ascensiones previas... Al llegar a elevaciones de 2300m. o más se van a producir unas modificaciones y ajustes fisiológicos rápidos como consecuencia de las condiciones ambientales del medio natural en que nos movemos.

    Haciendo eco de los estudios llevados a cabo por TERRADOS CEPEDA y GUTIÉRREZ SAINZ (1) podemos realizar una clasificación atendiendo a factores biológicos.

    Hablamos de BAJA ALTITUD cuando nos situamos a una altura de hasta 1000 m. sobre el nivel del mar. En ella las persona sanas no van a sufrir ningún tipo de modificación tanto en reposo como en ejercicio.

    Haremos referencia a MEDIA ALTITUD cuando los valores oscilan entre 1000 m y 2000 m. En estas cotas tienen lugar determinados efectos físicos que afectan al rendimiento deportivo.

    Podemos hablar de una ALTA ALTITUD para referirnos a cumbres situadas entre 2000 y 5000m sobre el nivel del mar. Cuando nos encontramos en estos enclaves, se producen diversas modificaciones fisiológicas en reposo, siendo estos más acentuados durante el esfuerzo físico. De estas modificaciones nos ocuparemos más tarde.

    Para concluir, nos referiremos a MUY ALTA ALTITUD para señalar alturas que superan los 5500m. en las que los cambios fisiológicos serán muy acuciantes y el efecto perjudicial y los riesgos de lesiones físicas y psíquicas para el organismo están muy elevados. Este nivel no está al alcance de todos y no tiene cabida en el entorno escolar.

    A partir de esta clasificación vemos como con nuestros escolares nos vamos a encontrar en bajas, medias y grandes alturas. Pero además, hemos de ser conscientes que ese medio natural va a producir una serie de cambios sobre el organismo. ¿Qué cambios orgánicos van a tener lugar cuando planificamos la ascensión a un pico de 2400m?... La respuesta a esa pregunta va a venir muy condicionada por los factores físicos que tienen lugar cuando nos encontramos en un paraje alto.


Efectos físicos de la altitud

    Si el medio natural es siempre cambiante y variable, cuando éste medio se encuentra en zonas altas la incertidumbre del medio crece y algunos de los factores físicos que tienen lugar en el mismo van a dar como resultado la dificultad y en ocasiones la imposibilidad de desarrollar la actividad prevista en dicho medio.

    Veamos de una forma sencilla cuáles son las características físicas que el medio natural posee cuando nos adentramos en él encontrándose éste por encima del nivel del mar.

a. Presión barométrica

     La composición química de la atmósfera permanece invariable, con las mismas proporciones de los distintos componentes a medida que nos elevamos, hasta alcanzar los 20.000 m. A medida que nos elevamos la presión y densidad atmosféricas serán menores. Esta característica hace que exista una menor presión parcial de oxígeno a medida que nos elevamos y, por ello, una menor presión de oxígeno en la sangre arterial. Será este efecto físico el responsable de la mayoría de las modificaciones que van a tener lugar a nivel fisiológico como consecuencia de la permanencia en determinadas altitudes.

b. Temperatura

    Si bien la latitud influye de manera clara en las modificaciones de la temperatura con la altitud, los datos que revela la Organización de la Aviación Civil Internacional (Montreal), en GONZÁLEZ GALLEGO (2) ponen de manifiesto que:

  1. Cada 150 m aproximadamente que se asciende, la temperatura disminuye 1 grado centígrado por encima de los 1000m.

  2. Por encima de los 3000m sobre el nivel del mar la temperatura adquiere valores negativos.

  3. Cuando nos encontramos a 8000m de altitud (grandes cumbres) la temperatura va a ser del orden de -37 grados centígrados.

c. Humedad relativa del aire

     Al igual que ocurre con la presión atmosférica, a medida que nos elevamos también se produce una disminución de la humedad relativa del aire. No obstante, esta disminución será más rápida en el caso de la humedad relativa del aire que en el de la presión atmosférica. Así, cuando nos encontramos a 4.000m la presión atmosférica es 2/3 de la obtenida a nivel del mar, mientras que la humedad relativa representa 1/4 de la existente en esos niveles.

    Será esta disminución de la humedad relativa del aire la responsable de la rápida pérdida de agua corporal que se produce cuando se permanece en altitud y un factor muy importante a tener en cuenta cuando acudimos al medio natural en altura con escolares.

d. Radiaciones

    En general, a medida que ascendemos la exposición a irradiación solar aumenta debido principalmente a la mayor pureza del aire (aire menos contaminado), la disminución del vapor de agua en la atmósfera y la reflexión que en la nieve se produce de estas emisiones solares.

    Se manejan datos que ponen de relieve que estas emisiones aumentan entre 2-4% cada 100m. aproximadamente hasta alcanzar los 2000m y entre 1-1,5% cada 100m a partir de los 2000m. Este aumento en cantidad de emisiones de radiaciones afecta tanto a las denominadas infrarrojas como las ultravioleta (estas últimas responsables de quemaduras solares e inflamaciones de cornea, con lo que se habrán de tomar las pertinentes precauciones).

e. Fuerza de la gravedad

    A medida que tomamos altura sobre el nivel del mar esta fuerza disminuye en proporción directa al cuadrado de la distancia con que nos alejamos del centro de la tierra. Esto implica que cualquier sujeto u objeto que se eleve del suelo, manteniendo una fase de vuelo a cierta altitud, permanecerá en fase de planeo o de suspensión durante mayor tiempo del que sería capaz de conseguir a nivel del mar, en iguales condiciones. Este va a ser uno de los factores físicos que menor influencia va a tener cuando acudimos con escolares al medio natural. F= G. (M.m)/r2

f. Resistencia del aire

    Con la altura, y como consecuencia de la disminución de la presión atmosférica conforme vamos adquiriendo altura, traducida en una disminución de la densidad del aire, se produce una disminución en la resistencia del aire. Como consecuencia, el trabajo a realizar por los músculos respiratorios para poder vencer las resistencias de las vías aéreas cuando el organismo se encuentra a cierta altura, será menor que sobre el nivel del mar. Esto efecto teórico en la práctica no se produce puesto que la exposición aguda a la altura produce hipertensión pulmonar debida a vasoconstricción al nivel precapilar, inducida directamente por el estímulo hipóxico o indirectamente a través del incremento de los niveles de endotelina plasmática, dando lugar al aumento de las resistencias pulmonares. Es por ello que en esfuerzos físicos importantes sentimos una sensación incómoda al respirar.


¿Cuáles son las reacciones fisiológicas agudas producidas por la altitud?

    Cuando un organismo comienza a tomar altura se producen en él una serie de respuestas o mecanismos fisiológicos de manera inmediata. Estos cambios provocados por la exposición súbita a la altitud hasta el tercer día aproximadamente se conocen como "respuesta fisiológica aguda", denominándose "respuesta fisiológica crónica" a las adaptaciones que tienen lugar en aquellos organismos que permanecen en zonas elevadas durante períodos de tiempo superiores a tres días.

    Con objeto de clarificar cuáles van a ser estas respuestas fisiológicas agudas, analizaremos por un lado aquellas que se producen en estado de reposo y por otro, las que tienen lugar durante el ejercicio.

a. Modificaciones agudas en reposo

    Como primera respuesta aguda con la altura hemos de destacar el aumento de la ventilación pulmonar. Como consecuencia de esa menor presión atmosférica a medida que nos elevamos, se produce una menor presión parcial de oxígeno, con lo que el gradiente de presión entre la sangre venosa del capilar y del alvéolo disminuirá con la correspondiente reducción de la presión parcial de oxígeno arterial. Esta modificación de la presión del oxígeno arterial es captada por los quimiorreceptores aórticos y carotídeos, (muy sensibles a las modificaciones de la presión de oxígeno), estimulando la ventilación pulmonar.

    Por debajo de los 1800 metros la caída de la Presión parcial de oxígeno inspirado no es suficiente para estimular a los quimiorreceptores y aumentar así el caudal ventilatorio. Entre los 2500 y 2700 meros se puede observar hiperventilación transitoria que por lo general no dura más de 10 minutos. Por encima de los 3000 metros la hiperventilación ya es permanente

    Para compensar esa disminución de presión arterial de oxígeno y, por consiguiente, el menor aporte del mismo a los distintos órganos, se aumenta el gasto cardíaco (volumen de sangre que el corazón expulsa durante un determinado tiempo; referido a un minuto será el volumen minuto cardíaco). Para ello el corazón debe procurar que a los tejidos les llegue mayor cantidad de sangre. La forma que tiene de hacerlo es aumentando la frecuencia cardiaca (nº de latidos cardíacos por minuto), como consecuencia de una activación del sistema nervioso simpático. Hay que señalar que se trata ésta de una respuesta aguda pues, el gasto cardíaco cuando el período de estancia en altitud es superior a tres días disminuye, como consecuencia de la disminución del volumen sistólico.

    Con relación a las respuestas fisiológicas agudas a nivel hematológico producidas por la altitud, se podría hablar primeramente de una reducción del volumen plasmático (hipovolemia). "Esta hipovolemia parece causada por una serie de factores entre los que se encuentran el aire frío y seco, que aumentará la pérdida de agua por las vías respiratorias asociado a la hiperventilación y un posible aumento de la permeabilidad de la pared capilar" TERRADOS CEPEDA (1).

    Hay que señalar también el consiguiente aumento del pH de la sangre, consecuencia directa de la masiva expulsión de CO2 al exterior por estimulación de la ventilación pulmonar (hiperventilación).

    Una de las respuestas agudas más importantes por exposición del organismo a ciertas alturas es la disminución de la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno. La disminución de la presión parcial del oxígeno propia de estos enclaves geográficos genera una menor predisposición de la hemoglobina (verdadero vehículo de transporte), por el oxígeno como consecuencia del aumento del 2,3-difosfoglicerato (2,3- DPG).

    A nivel hormonal nos vamos a encontrar con que la altitud juega un papel diferente dependiendo del grupo de hormonas que se analicen :

  1. Se observa un aumento en los niveles de catecolaminas, corticosteroides, hormona antidiurética, hormonas tiroideas y glucagón.

  2. Por otro lado, se produce una disminución en los valores de aldosterona y renina.

  3. Sin embargo, la concentración de insulina en sangre durante los tres primeros días en que el sujeto permanece en altura, va a ser invariable. De igual forma, parece ser que los diversos estudios llevados a cabo demuestran y ponen de manifiesto la no modificación de los valores de testosterona y hormonas gonadotróficas cuando el individuo permanece escaso tiempo en cotas elevadas.

b. Modificaciones agudas en ejercicio

    El músculo en ejercicio necesita un mayor consumo de oxígeno que cuando está en reposo para poder realizar sus tareas. La altura (en reposo) provoca una disminución en la presión parcial de oxígeno y, por consiguiente, una disminución del aporte de oxígeno a los tejidos, estimulando los quimiorreceptores aórticos y carotídeos y generando una hiperventilación y taquicardia. Esta respuesta del organismo para intentar mantener niveles de oxígeno normales es más acuciante y en mayor grado cuando se realiza algún tipo de ejercicio físico. La utilización de un mayor número de grupos musculares y, por tanto, la necesidad de mayores niveles de oxígeno para que se produzcan las consiguientes oxidaciones, requiere de envíos más frecuentes de sangre por parte del corazón (taquicardia), acompañada de una hiperventilación para poder eliminar el aumento de CO2 e introducir mayores cantidades de oxígeno. A pesar de la reacción del organismo en favor de la desaparición de la hipoxia (disminución de oxígeno), en altitud estas modificaciones y respuestas fisiológicas no logran erradicar ese déficit de oxígeno. Como resultado de esta disminución en el aporte de oxígeno, el rendimiento aeróbico está limitado cuando se realiza ejercicio físico en altitud.

    Durante bastante tiempo se ha tratado de encontrar la relación entre el entrenamiento en altura y el consumo de oxígeno. Los datos actuales concluyen que la altura provoca una disminución progresiva en la capacidad aeróbica estimándose que existe una reducción entre el 1,5 y 3,5 % del VO2 máx. cada 305 m por encima de los 1.524 m. Lo que se ha demostrado es el aumento de la eficiencia energética mucho mayor en deportistas entrenados que en sedentarios para una misma carga de trabajo.

    La estancia en cotas elevadas, por encima de los 3.000 m, durante los primeros días genera una sintomatología peculiar caracterizada por la presencia de dolores de cabeza, una mayor dificultad para respirar, falta de apetito, nauseas, mareos e insomnio. Todos estos efectos transcurrido el quinto o sexto día de permanencia en dichas zonas desaparecen, pudiéndose mantener el insomnio. Es el llamado "mal agudo de las montañas" . Si bien no queremos entrar en el tema de al aclimatación por no ser el objeto de este artículo, si queremos reflejar un dato referente a los 2300m, por ser esta una altura que alcanzamos con nuestros escolares. Se requiere hasta dos semanas para adaptarse a 2300m. Después para cada 610m adicionales de altura se requiere una semana adicional completa hasta una altura de 4.572m. Mac ARDLE (3)


Conclusiones y recomendaciones cuando realizamos actividades en el medio natural con nuestros escolares en esas altitudes

    Una vez hemos realizado una breve revisión de los cambios orgánicos y físicos que se producen conforme vamos tomando altura queremos señalar algunas medidas a contemplar cuando llevemos a cabo salidas al entorno natural con nuestros escolares por parajes relativamente altos, entre los 900m y 2500 m.

1. La disminución de la Presión Parcial de O2, debería ser tenida muy en cuenta con los chicos que tienen asma cuando realizamos una ascensión. En todos los centros nos encontramos con alumnos/as que padecen esta patología. La temperatura baja y el ambiente seco son un desencadenante de las crisis asmáticas por esfuerzo con lo que deberíamos de insistir en que ningún escolar acuda a la salida al medio natural sin el broncodilatador que use habitualmente. Estudios llevados a cabo por BLASCO REDONDO (4) reflejan que un las crisis asmáticas por esfuerzo la padecen un 80% de los asmáticos y un 40% de los pacientes con síndromes alérgicos estacionales. En los JJ.OO. de 1984 se describió que un 11,4% de los deportistas lo presentaban. Es por ello importante que en la lista de material a llevar el niño/a asmático/a incluya su broncodilatador.

2. Como cada 150 m aproximadamente que se asciende, la temperatura disminuye 1 grado centígrado. Sería conveniente que antes de ascender conociéramos la altitud de la que partimos y a la que vamos a llegar reflejando la temperatura de partida y la prevista de llegada. A esto hay que añadir el concepto de "sensación térmica". La podríamos definir como el grado de incomodidad que un ser humano siente como resultado de la combinación de la temperatura, humedad relativa del aire, nivel de radiación y velocidad del viento, cuando se encuentra en un lugar determinado. Creemos que sería conveniente manejar sobre todo la velocidad del viento y su influencia en la sensación térmica. Para ello adjuntamos la siguiente tabla que surge a raíz del índice Paul Siple (1948) y que ha sido modificada para dar origen a la tabla denominada WindChill. Calcular la sensación térmica puede ser una buena actividad para aprender a manejar la tabla de Windchill y para establecer una relación real entre los conceptos (sensación térmica) y las vivencias de esos conceptos ¿nos encontramos cómodos?... Es esta sensación térmica la responsable de que en alguna ocasión hayamos tenido que desistir en realizar una ruta determinada que culminaba en un pico y plantearnos una ruta alternativa porque las condiciones a esa altura eran peligrosas. (Ejemplo: Punto de partida: Plataforma del Travieso a 1900m; marzo de 2003, grupos de 1º de bachillerato; velocidad viento=12 km/h; Ta= - 1 º C; sensación térmica= -9º C). Por tanto, cuando planeamos una salida al entorno natural en altura, en invierno debemos prever que puede ocurrir que las condiciones no sean aptas para realizar la ruta en esa altitud pudiendo realizar otra por el valle o los alrededores.

3. Para contrarrestar el efecto de las radiaciones ultravioletas debemos protegernos la piel, labios, ojos y la cabeza. No podemos acudir a realizar una invernal por encima de 2000 m y que algún escolar carezca de gafas de sol homologadas, protector labial, crema de protección para la piel y gorro. Es un buen campo de trabajo interdisciplinar para compartir con el área de biología.

4. El efecto de la sudoración excesiva fruto de la disminución de la humedad relativa del aire y el esfuerzo físico realizado debe ser compensado con una buena hidratación es importante señalar el efecto del agua en el organismo e insistir en las necesidades reales de rehidratación orgánica. Muchos de nuestros escolares acuden a una jornada de un día por un paraje situado a 2400 m y nos llevan como bebida para toda la jornada una lata de Coca-cola. Situados a esa altura con aire fresco y seco la pérdida de líquido corporal conducen a una deshidratación moderada que podemos detectar por la sequedad de los labios, garganta y boca. Es por ello que debemos de insistir en el hidratación y sobre todo en aquellas personas muy activas y que pierden gran cantidad de líquido corporal. Existe una creencia popular bastante extendida de no beber agua en las marchas porque se cansa uno más. Es necesario erradicar dicha idea y máxime cuando realizamos rutas en altura por encima de los 1.800m. Deberíamos insistir en la necesidad de hidratarse antes, durante y después de la actividad física.

5. La disminución de la temperatura debe ser contrarrestada por la ropa de abrigo. Es necesario insistir en que la vestimenta en el medio natural debe ser en forma de "capas de cebolla". Varias capas de ropa ligera proporcionan mayor aislamiento que una única prenda de invierno voluminosa. Las prendas deben ser transpirables para que faciliten la evacuación del sudor y la humedad e impermeables al movimiento del aire, (que corten el viento) para evitar pérdidas de calor. Cuando se carece de estas prendas insistir en llevar varias camisetas para poderse cambiar. En invierno un gorro de lana puede contribuir a mantener el calor ya que entre un 30 y 40 % del calor corporal se pierde por la cabeza.

6. El incremento del gasto cardiaco y respiratorio implica un mayor desgaste energético y por tanto una reposición del mismo a través de la ingesta calórica. Insistiremos también en el tipo de nutrientes más adecuados para cuando nos encontremos en altura. Este tema podría servirnos para trabajarlo junto al área de biología.

7. El calor metabólico generado por el ejercicio, como puede ser en el caso de una ascensión, generalmente mantiene la temperatura corporal en ambientes fríos incluso cuando se lleva poca ropa pero cuando se cesa la actividad, descansos y paradas, este calor se disipa y disminuye la temperatura con rapidez. Hemos de insistir en que durante las paradas prolongadas y las comidas nos abrigaremos para evitar esa pérdida de calor.

8. Una hiperventilación y taquicardia son frecuentes cuando nos desplazamos en esas cotas realizando esfuerzos físicos viéndose incrementadas cuando el escolar fuma habitualmente. A partir de 1.800 metros se observa un aumento de 10 pulsaciones por minuto, en personas jóvenes y se incrementa, conforme se va ascendiendo a mayor altitud, aunque por encima de los 4.000 metros se observa en vez de taquicardia, algunas veces una arritmia sinusal o bradicardia. Sería una buena manera de aplicar el concepto "conozco cómo soy" anotar el pulso medio en reposo en casa y también cuando estamos a 2400 m.

    Salir al medio natural en altura conlleva una mayor incertidumbre que cuando estas salidas se realizan en un entorno natural situado a pocos metros a nivel del mar. Es por ello que en estas ocasiones debiéramos extremar las precauciones y cerciorarnos de que nos llevamos a los escolares en condiciones de poder disfrutar en ese medio natural evitando sorpresas desagradables. Todos hemos conocido algún caso de alguna persona que después de haber realizado una ruta de seis horas en altura con mucha nieve sin gafas de sol sufrió de una ceguera temporal, una conjuntivitis... sin olvidarnos de las quemaduras solares que todos los años se suceden por acudir al medio natural en altura sin aplicarse protector solar. Es por ello que este tipo de actividades con alumnos requiere de la entrega de una lista de material obligatorio a llevar antes de realizar la actividad así como la preparación de dicha actividad en el centro insistiendo en las recomendaciones anteriormente señaladas. De igual manera, dado que nos desplazamos con los escolares normalmente un día que hemos concertado con antelación, hay que prever alternativas a la ruta inicial en altura por lugares cercanos más bajos, en el caso en el que las condiciones climáticas nos impidan realizar la ruta inicial.

    Para concluir, queremos señalar que a medida que transcurren los días de permanencia en altura se producen las adaptaciones orgánicas a largo plazo, las que los deportistas van buscando cuando realizan entrenamientos en altitud. Estas modificaciones no son el objeto de revisión de este artículo pero para mayor profundización en el tema recomendamos la bibliografía consultada que posteriormente reseñamos.


Bibliografía consultada

  1. TERRADOS CEPEDA N, GUTIÉRREZ SAINZ A. Fisiología de la actividad física y el deporte. Ed. Interamericana. BARCELONA, 1992. Pág.286, 288, 290

  2. MIGUEL AGUADO A. Actividades Físicas en el Medio Natural en la Educación Física Escolar. Cuadernos Técnicos Nº 4. Ed. Patronato Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Palencia. Palencia 2001

  3. McARDLE WD et al. Fisiología del Ejercicio. Energía Nutrición y Rendimiento Humano. Ed. Alianza Deporte. MADRID, 1990. Pág.462,

  4. BLASCO REDONDO R. Algunas consideraciones sobre sistema cardiorrespiratorio y actividad deportiva. Revista de Salud Pública. Ejercicio Físico y Salud. Volumen nº 4. Número 1. Ed. Conserjería de Sanidad y Bienestar Social de la Junta de Castilla y León. VALLADOLID, 1998. Pág.58

  5. BARBANY CAIRÓ JR. Fundamentos de Fisiología del Ejercicio y del Entrenamiento. Ed. Barcanova S.A., 1990.

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