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Fútbol y ocio en Piracicaba al inicio del siglo XX:
relaciones sociales y poder local

   
Licenciado en Educación Física por la Universidad Metodista de Piracicaba UNIMEP
Maestro en Filosofía de la Educación por la UNIMEP;
Doctor en Ciencias Sociales por la Pontificia Universidad Católica de São Paulo - PUC
Coordinador del Grupo de Investigaciones en Sociología de
las Prácticas Corporales y Estudios Olímpicos del CEFD/UFES.
Director del Centro de Educación Física de la UFES.
Miembro del LESEF Laboratorio de Estudios en Educación Física del CEFD/UFES.
 
 
Prof. José Luiz dos Anjos
jluanjos@terra.com.br
(Brasil)
 

 

 

 

 
Resumen
    El estudio trata del fútbol, al inicio del siglo XX, en la ciudad de Piracicaba, en el período de 1903 a 1930. Tiene como objetivo levantar informaciones y datos del fútbol en esa época, buscando identificar las relaciones y los grupos sociales que ocurrían en los espacios de ocio y del fútbol. Se limitó a analizar los principales hechos ocurridos en el fútbol, por tanto, los primeros partidos oficiales en Piracicaba. Los partidos del E. C. XV Novembro de Piracicaba con equipos de la región y de la Capital y las relaciones sociales existentes entre los dirigentes de los clubes de fútbol. El estudio analizó que, el fútbol, al inicio del siglo XX, en Piracicaba, no apuntó diferencias en sus relaciones sociales - practicantes y espectadores - con otras regiones del interior como: Campinas, Rio Grande (RS) y Pelotas (RS). La media burguesía de la época fue quien inició la práctica de ese deporte construyendo relaciones sociales no gratuitas, sin embargo el fútbol no fue el único deporte o práctica de ocio en el municipio, en ese período.
    Palabras clave: Piracicaba. Fútbol y Ocio. Relaciones sociales.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 88 - Setiembre de 2005

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Introducción

    El estudio tiene como objetivo analizar el inicio del fútbol en Piracicaba, en los primordios del siglo XX, comprendiendo el período de 1903 a 1930, discutiendo las relaciones sociales que se trababan en la ocasión de partidos y las relaciones entre dirigentes piracicabanos con los clubes de la Capital Bandeirante. Para tanto, hace referencias a los primeros partidos de fútbol en Piracicaba y, en un segundo momento, discutir las relaciones que permitían identificar un clima de oposición existente en el propio municipio entre los equipos de fútbol. El estudio es relevante, pues viene a mostrar que, ya en los primeros años del siglo XX, el fútbol en Piracicaba se estaba organizando. Conforme análisis bibliográfico, fue unas de las primeras regiones pioneras del interior a constituirse en la organización del fútbol.


El primer juego de pelota en Piracicaba

    Si el primer "juego de pelota", en Brasil, aconteció en el día 14 de abril de 1895, en São Paulo, en la Várzea do Carmo, pasados no más que ocho años, fue la vez de la pelota rodar, por la primera vez, oficial e históricamente, en solo piracicabano. Todo comenzó en el día 15 de septiembre de 1903, cuando un [...] grupo de buenos muchachos y estudiantes de la Escuela 'Luis de Queiroz', hoy ESALQ, fundaron el primer club piracicabano que fue el punto de partida para el desarrollo del fútbol en Piracicaba: el 'Club Sportivo Piracicaba' (ROCHA NETO, 2000). Se percibe que el fútbol, en Piracicaba, se asemeja con el del inicio del fútbol de otras regiones en São Paulo, con la participación de estudiantes que mantenían relaciones con la Capital y conocían las reglas de ese deporte.

    El fútbol en Piracicaba nació juntamente con la creación de ese deporte en las grandes metrópolis brasileñas y centros del interior, que despuntaron luego al inicio del siglo XX. Analizando la bibliografía pertinente a la historiografía del fútbol, en Brasil, conforme Rigo (2001), Negreiros (1999) y Jesus (2001), Piracicaba es la segunda región del interior de São Paulo a desarrollar el fútbol con adeptos de diferentes estirpes sociales y equipos, pues la región de Campinas, en la última década del siglo XIX, ya poseía cerca de quince equipos formados, despuntando, entre ellos, la A. A. Ponte Preta. De 1872, en la vecina ciudad de Itu, ya existían las famosas "peladas" organizadas por los padres del Colegio São Luís, aunque no existiesen equipos formados, pero jugueteos con pelotas promovidas por los padres del colegio.

    Cuando se habla en fútbol en las ciudades del interior, de los Estados brasileños, solamente algunas regiones del Sur, como Pelotas y Rio Grande, ya poseían el fútbol en la virada del siglo XIX para el siglo XX, con equipos formados, observando los estudios de los profesores Rigo (2001) y Jesus (2001). La historia del fútbol, en Brasil, no avanzó a punto de determinar el desarrollo del fútbol de forma más abarcadora. Los estudios y las narraciones están concentrados fundamentalmente en el eje Rio-São Paulo interpretados en los libros de Mário Filho (1947 y 1964), El negro en el fútbol brasileño, que, en verdad, versa más sobre el fútbol en Rio de Janeiro y se circunscribe a los clubes de fútbol de la Capital carioca, y en Thomaz Mazzoni (1937), en Historia del fútbol brasileño, abordando un poco más el fútbol en São Paulo y dirigiendo los hechos para cuestiones administrativas.

    En el contexto estudiado, la fundación del Club Sportivo Piracicaba tenía como objetivo organizar diversos juegos atléticos, entre ésos, la natación, ciclismo, la carrera a pie y caminatas (JP, 1903). Por los estudios, podemos identificar la búsqueda por los jóvenes piracicabanos para que se asocien al nuevo club y participen de las prácticas atléticas. En las narraciones de Rocha Netto (2000), el club constituía un eslabón de ligazón entre los lazos familiares y la constitución de nuevas redes de relaciones sociales, identificando una posible herencia social de continuidad familiar.

    El estreno del Club Sportivo Piracicaba se dio en el día 11 de octubre de 1903, en clima de fiesta y, hasta ese momento, no se percibía división entre grupos practicantes de fútbol, hecho que vendrá a ocurrir desde la segunda década. El fútbol, en el contexto de la sociedad piracicabana, no se despuntaba como capaz de suscitar aglomerados de personas para su realización. Aparejaba con otros deportes ya de orientación y de dominio de la sociedad de la época para sus presentaciones. Rigo (2001), analizando ese fenómeno, llega a esa misma conclusión, cuando estudia el fútbol en el Sur. El ciclismo, la carrera a pie y el remo, en Piracicaba, al inicio del siglo XX, constituía los deportes de mayor aceptación en la sociedad local. Elias Neto (2002) analizando la sociedad piracicabana al final del siglo XIX apunta que un deporte/práctica de ocio de gran adhesión era las carreras a pie. Afirma incluso, la existencia de "un club especial de miembros asociados" de carreras a pie, lo que es inédito para la historiografía del deporte brasileño. En 1889, fue noticiada la primera carrera del año, "compuesta por ocho competiciones". El local fue "dotado hasta de gradas especialmente construidas para los socios y familiares de los participantes" (Elias Neto, 2002, p. 434). Entre las competiciones de carreras había niños hasta ocho años de edad. De ésa forma, el estreno del Sportivo se hizo con una gran carrera a pie, visto que esa práctica era determinante para quien jugase al fútbol. La carrera fue realizada junto a la "raya do salto" y se inscribieron asociados que, en la época, contribuían con mensualidad. En la oportunidad, la carrera a pie contó con jugadores del Sportivo Piracicaba y transcurrió en forma de fiesta, con bandas y músicas, según consta en el "Periódico", de 13 de octubre.

    El primer partido que, históricamente, marca el inicio del fútbol en Piracicaba, aconteció en el día 15 de noviembre de 1903, entre los socios del Sportivo, cuyos equipos formados pasaron por un entrenamiento previo. Hasta entonces, no había equipo constituido que jugasen entre sí, aunque el "bate-bola" ya existiese en algunas partes de Piracicaba (zona rural), según apuntan algunos estudios. El partido terminó empatado en 0 x 0.

    El fútbol merecía ser informado a la sociedad, pues constituía parte importante del ocio de la ciudad, donde los diversos grupos se encontraban y trababan relaciones de intereses y cambios sociales. Las informaciones del "Jornal" también destacaban los grupos que comparecían a los partidos. En la rígida vida cultural social existente, cada cual tenía su espacio. Así, era posible la identificación de medios propietarios de tierra y comerciantes de la ciudad cambiando relaciones que en el futuro lograrían su objetivo en las asociaciones de parentescos o en efectivos negocios comerciales. Los nombres de los primeros boleiros piracicabanos, quiénes, hoy, pueden ser vistos en las placas de calles y plazas de Piracicaba, diseña un linaje del perfil de la media burguesía-aristocrática, clase que viene administrando el municipio por más de un siglo.

    En Piracicaba, el público que convergía para el campo de fútbol, los domingos y feriados, no fue diferente de otros parajes brasileños, pues, en las gradas podía ser vista una elegancia del público femenino. "[...] en ése partido, se podía ver distintas familias y amabilísimas señoritas, que, en el fervor del partido, supieron con gallardía distribuir sus calurosos aplausos a los jugadores que más se distinguieron" (ROCHA NETO, 2000). Hechos y análisis del partido partían de la prensa con cierta cautela, no expresando tendencias.

    Los círculos eran conexos, rígidos, jerárquicos, no ampliándose además de las fronteras familiares o de las villas. El ocio se confinaba a los horizontes del grupo a que pertenecía (iglesia, villa etc.) alcanzando, a lo más, un otro grupo semejante.

    La necesidad de mantener lazos sociales con grupos de otras regiones hizo que los clubes de fútbol en Piracicaba buscasen por partidos con equipos de otros municipios que poseían equipos constituidos. Así, el primer partido entre municipios ocurrió en julio de 1906, cuando el Sportivo jugó en Piracicaba con el Limero Foot Ball Club, y enseguida, en ese mismo año, con el Jundiaí F. C., formado por brasileños y escoceses. Jesus (2001) enfatiza que los ferrocarriles, en el interior del Estado de São Paulo, fueron uno de los conductores del desarrollo del fútbol en el interior bandeirante. Piracicaba se sirvió de los ferrocarriles para emprender viajes a las ciudades vecinas, pues estaba rodeada por municipios que contaban con ferrocarriles. Las vías férreas fueron, históricamente, una herramienta significativa en el desarrollo del fútbol en el interior de São Paulo. Aunque, en Piracicaba, no se pueda responsabilizar el tránsito y la organización del fútbol por los ferroviarios, otros municipios en el interior contaron con las relaciones de asociaciones entre los ferroviarios para que diversos clubes viniesen a ser constituidos y formados, como el Botafogo de Ribeirão Preto, Noroeste de Bauru, etc.

    La estructura de equipos en la primera y segunda década puede ser identificada en las ciudades de Rio Claro, con dos equipos, y en los municipios de Bebedero, Americana, Santa Bárbara, Capivari, Itu y Campinas. En los años de 1910, había un gran número de clubes ya estructurados, aunque no oficialmente. Pocos documentos muestran ese escenario al inicio del siglo XX. Básicamente, son documentos de los propios clubes encontrados en las actas de fundaciones o en documentos registrados en la ciudad local.

    Desde 1910, la división en la ciudad se vuelve nítida. Había tres grupos: de un lado los estudiantes de la Escuela Agrícola, hoy ESALQ de la USP; el Gremio Normalista, formada por otro grupo de estudiantes, ésos del propio municipio: y el tercer grupo formado por equipos de las familias tradicionales. El objetivo de los equipos era formar un "team" para vencer a los estudiantes de la Escuela Agrícola que dominaban la práctica del fútbol y conocían sus reglas. Con la fundación del E. C. XV de Noviembre, con cierto aire nacionalista, pues no se adoptó el término británico "sport" en su nombre, surge la A. A. Sucreries, que, hasta los años de 1940, fue el contrapunto del fútbol en Piracicaba. El E. C. XV de Novembro y el ocio de la sociedad piracicabana

    En los primeros años del XV de Piracicaba la conmemoración de su fundación siempre precedía de programas deportivos. Una mezcla de fiesta, circo, actividades sociales y deportivas eran colocadas para la población. Los jugadores eran los protagonistas en casi todas las actividades desarrolladas. El fútbol tenía su espacio, pero dividía con otros atractivos. Tenía la fuerza física y la destreza como punto de admiración por los espectadores. El fútbol, aisladamente, aún no conseguía atraer contingentes de personas para sus partidos. Eso puede ser constatado en 1914 (JP, 19 jun.1914) cuando los programas de ocio contaban con diversas atracciones y, al final, había una presentación un tanto inusitada de un partido de fútbol. El propio "Periódico" destacaba que la gran atracción de aquella tarde estaba en la presentación del andariego uruguayo Cáceres, conocido como "El Hércules del Plata" que, acostado en el suelo, tendría sobre su cuerpo un automóvil cargado de personas, con el peso de 1.200 quilos, y la fiesta sería abrillantada por una banda musical. Otras actividades deportivas transcurrían paralelas y, ya en 1914, el XV de Piracicaba forma el primer equipo de baloncesto femenino constituido de alumnas normalistas. Notase, por tanto la influencia de los metodistas en Piracicaba, provenidos de Estados Unidos de América para evangelizar por la educación (ELIAS NETO y JP, 1914).


El ocio privado

    Los hechos apuntan un escenario donde el ocio estaba circunscripto a un club asociativo, organización que imperó en Piracicaba hasta los años 80. De un lado un club deportivo promoviendo y diseñando los encuentros sociales que se constituían en atractivos de grandes proporciones de públicos. De otro, la narración encontrada en los periódicos de la época proporciona interpretar que los espacios de ocio estaban circunscriptos a un club, hecho que nos lleva a reflejar sobre la ausencia del Poder Público en administrar el ocio de la época. De otro ángulo, esos espacios de ocio teniendo como protagonistas los jugadores constituyentes del club de la ciudad, inducen a una hipótesis de la construcción de nombres que en el futuro serían identificados como precursores de un estilo social, que perduró, en Piracicaba, hasta los años 80. Otro dato, en los análisis de estudios es que no encontramos organización de trabajadores en sus sindicatos que constituyesen ocio para sus sindicalizados/asociados.

    Piracicaba, en la época (1910/1930) presentaba en su contexto urbano constantes tránsitos sociales causados por los flujos migratorios, con la presencia de grupos étnicos en la zona rural e influencia de tradiciones religiosas. Pueden ser vistos, aún, diferentes niveles de acceso a la escolaridad, a la información, al consumo, lo que fragmentaba los diversos espacios en la urbe piracicabana. En ese sentido, el deporte y el ocio eran un gusto de una determinada clase, promovidos por grupos de actores que representaban un extracto mayor que detenía parte del dominio social de la ciudad. Esa representación, con el tiempo, necesitaba avanzar su poder de relaciones a los grupos de otras localidades. De un lado, el E. C. XV de Novembro promoviendo bailes, graduaciones y encuentros con equipos de la región y el intercambio de relaciones sociales, y de otro, A. A. Sucreries, que establecía fronteras de grupos sociales ligados a otra constelación de poder y hegemonía local.

    Según Simmel (1983) el número de diferentes círculos, en el cual el individuo se mueve, es uno de los indicadores del desarrollo cultural, pues permite que él ocupe distintas posiciones en la intersección de varios círculos. Ese alargamiento de círculos buscaba construir demandas de relaciones con grupos de las ciudades vecinas y en el futuro con grupos de la Capital. Relacionar con familias y grupos de la Capital era señal de indicadores del alargamiento de la sociabilidad y de distinción en el interior de la sociedad local.

    No había campeonatos regulares, en Piracicaba. Los juegos eran marcados y existía un cierto aire de fiesta en los juegos que se realizaban. Eso ocurría principalmente con los clubes de la Capital, constituido con de inmigrantes europeos, principalmente italianos. Mientras el club estaba sin participación en algún campeonato local o regional, juegos eran realizados, siempre en la disputa de alguna taza, homenajeando a una persona ilustre de la sociedad. Así publicaba el Periódico de Piracicaba, en julio de 1919: "Como el juego ocurrió en homenaje a una personalidad tradicional de la región, por la noche en el Teatro Santo Estevão, fue realizado un baile de gala ofrecida por la homenajeada. En el recibimiento de la taza, ocurrió en local preparado, donde discursos pueden ser registrados [...]". En Brasil, en la organización estatal y privada, no se vislumbraba diferencias en su conducción administrativa. Se suele llevar para la esfera de la afectividad y para el círculo de amistades aquello que se encuentra en el ámbito del público y del privado. Fue de esta manera que las grandes familias oligárquicas comandaron la política y la economía del País. La administración del club era una extensión de las haciendas, del privado, donde el círculo de los participantes era una persona para constituir en el futuro en parentesco o que pudiese sumar a los intereses personales y familiar.

    Las relaciones de los dirigentes de fútbol con la Capital se inician bien antes de 1948. Los partidos realizados con los clubes de la Capital partían de invitaciones aisladas, pues, antes de 1918, el interior no hacía parte de los clubes afiliados a la Asociación Paulista de Deportes Atléticos (APEA). De las tentativas de invitación hechas a los clubes de la Capital, muchas fueron rehusadas. La posibilidad de jugar con clubes de la Capital hizo con que se inaugurasen, en septiembre de 1925, los reflectores para iluminación nocturna, posibilitando partidos por la noche. El Corinthians de la Capital que, desde 1914 fue invitado por la directoria del XV de Piracicaba, sólo atendió a la invitación en febrero de 1920. Solamente en 1948, a los clubes del interior les fue posible disputar un campeonato con los clubes de la Capital.

    El Periódico de Piracicaba noticiaba el hecho en el día 14 de octubre de 1925 y destacaba que "no hubo concurrencia de público para el local". Una vez más, no se trató, únicamente, de fútbol. Fueron diversas opciones de ocio que el pueblo piracicabano de 1925 tuvieron: peleas de boxeo, peleas romanas entre varios piracicabanos. Corrida pedestre, cuerda-de-guerra, correo elegante, juegos lícitos, cine y pelota al cesto masculino y femenino. En la ocasión, el juego masculino disputado entre alumnos normalistas, el equipo ganador marcó 12 puntos contra 2 del equipo del mismo origen. En el femenino, el juego fue más equilibrado y terminó en 3 a 2. Aquí son identificadas dos situaciones diferentes. La primera muestra el fútbol construyendo historia en el escenario de la ciudad, inaugurando sus instalaciones eléctricas para juegos nocturnos. Hecho que, en muchas regiones y ciudades de gran porte, incluso Capitales sólo vino a ocurrir años más tarde. La segunda muestra el ocio y cuáles eran las prácticas y participación que la población de la época mantenía.

    En el transcurso de los años 20 y 30, el fútbol en Piracicaba iniciaba un proceso de estructuración urbana y, en el fútbol, nuevas orientaciones surgían en el escenario nacional. Ya al final de los años 20, el profesionalismo podría ser identificado en algunos clubes, principalmente los de la Capital, y las negociaciones ya tenían aliento propio, como destaca Malzoni (1936). El profesionalismo era inminente y los clubes del interior tomaban ciencia de la necesidad de saldar sus jugadores con alguna pecunia para que no ocurriese un éxodo para la Capital. Aunque incipiente, el profesionalismo en los clubes, tenía en el presidente del club, figura de un buen proveedor que suplía las necesidades financieras. Es posible acompañar, a lo largo de nuestra historia, y aún hoy, el predominio constante de las voluntades particulares que encuentran su ambiente propio en círculos cerrados y poco accesibles a una ordenación impersonal. El profesionalismo de 1930 sólo llegó a lograrse en los años de 1950, cuando un número mayor de jugadores externos al municipio pasó a defender el E. C. XV de Novembro.

    En Piracicaba, un número mayor de campeonatos regional y local garantizó partidos a los clubes de Piracicaba además de los amistosos acertados entre dirigentes. Así, el União Monte Alegre, A. A. Sucreries y A. A. Luís de Queiroz, juntamente con el XV de Piracicaba, garantizaron el desarrollo del fútbol en Piracicaba, hasta los años de 1950, cada cual con sus grupos e intereses diferentes. Puede ser observado que destaques emergieron en el fútbol piracicabano, no siempre proviniendo del XV de Piracicaba, pues los jugadores revelaron su fútbol en otros clubes de la ciudad. Los clubes de fútbol y asociativos mostraban sus distinciones, cada cual con sus intereses, manteniendo un cierto instinto de conservación.

    En el año de 1947, el XV de Noviembre aprobó su ingreso en la División Profesional, como uno de los fundadores del fútbol remunerado del interior. El XV y más los clubes del interior veían, día a día que sus mejores jugadores estaban siendo asediados y recibiendo mejores propuestas para jugar en la Capital, por tanto desfalcando sus equipos. Ser de la casa, jugar en el equipo de la casa era una actitud plantada en los discursos de buscó mantener por largo período, mismo en el profesionalismo del fútbol del interior.


Conclusiones

    En el día 10 de abril de 1947, el XV de Novembro disputaba su primero amistoso, como profesional, recibiendo el equipo del Flamengo, de Rio de Janeiro. El partido terminó en 4 x 2, para el equipo visitante y, en febrero de este mismo año, el Club Atlético Piracicabano (Ex Sucrecrie) recibía, en su campo, en la Villa Rezende, el Corinthians Paulista, en un partido mixto y vencía el Atlético por 4 x 2. Desde 1950, el fútbol gana espacio en el escenario piracicabano, sin embargo las características de administración del club remontan a los años iniciales de su fundación.

    Cada cual con su interés, el E. C. XV de Novembro de Piracicaba, continuó con su administración hasta los años 70, con dirigentes alcanzando el cargo por el poder carismático y social que a él la sociedad confería. El Ocio se constituía de espacios públicos, donde los grupos sociales de trabajadores y obreros podrían obtenerlo. Las opciones de ocio de grupos sociales estaban interiorizados en los clubes asociativos. Desde los años de 70, esas costumbres fueron siendo absorbidas y fragmentadas por el crecimiento urbano de la ciudad y surgieron nuevas políticas públicas de ocio y un nuevo panorama se inicia.


Bibliografías

  • ELIAS NETO. Cecílio. Memorial de Piracicaba. Piracicaba: 2002-2003, Periódico de Piracicaba, n. 19, nov. 2003.

  • JESUS. Gilmar M. A bola nas redes e o enredo do lugar: uma geografia do futebol e de seu advento no Rio Grande do Sul. 2001. Tese (Doctorado en Geografía Humana) Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo, São Paulo, 2001.

  • NEGREIROS. Plínio J. L. Construindo a nação: futebol nos anos trinta e quarenta. 1998. Tesis (Doctorado en Historia) Programa de Estudios Posgraduados de la PUC/SP, 1998. Pontificia Universidad Católica de São Paulo, 1998.

  • RIGO. Luís C. Memórias de um futebol de fronteiras. 2001. Tesis (Doctorado de la Facultad de Educación de la Universidad de Campinas). Campinas, 2001.

  • SIMMEL. Georg. Ensaios de Sociologia. MORAES FILHO, Evaristo (org.). São Paulo: Ática, 1983. Acervo histórico:

  • ROCHA NETTO. Delphim. História do XV de Piracicaba. Piracicaba, 2000.

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revista digital · Año 10 · N° 88 | Buenos Aires, Setiembre 2005  
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