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Lesiones musculares de lucha y
su relación con las técnicas de lucha
Injure muscular of fight and their relationship with the techniques of fight

   
* Médico del Deporte de la Federación Española de Lucha.
** Entrenador de Lucha.
*** Luchadores de la Federación Murciana de Lucha.
(España)
 
 
Ana Félix Garnés Ros*
José Rabadán Ignoto**
Juan Carlos Leal García***
Alberto Martínez Abellán***

annaphelix@terra.es
 

 

 

 

 
Resumen
    La mayor parte de las lesiones de los luchadores/as afectan al sistema musculoesquelético. El tipo de lesión depende de varios factores: tipo de carga, capacidad del músculo para resistir la carga, de la magnitud, de la velocidad de carga, de la distribución de la energía, de las propiedades de los tejidos y del entrenamiento.
    Mediante la identificación de las lesiones mecánicas, los médicos del deporte pueden desarrollar una mejor compresión clínica de los procesos lesionantes, una mejora en la prevención de este tipo de lesiones, y una aplicación de tratamiento más adecuado al deportista.
    Palabras clave: Lucha. Lesiones. Técnicas. Prevención.
 
Abstract
    Most of the lesions of the fighters affects to the muscular and skeletal system. The lesion type depends on several factors: load type, capacity of the muscle to resist the load, of the magnitude, of the load speed, of the distribution of the energy, of the properties of the fabrics and of the training.
    By means of the identification of the mechanical lesions, the doctors of the sport can develop a better clinical compression of the processes you injure them, an improvement in the prevention of this type of lesions, and an application of more appropriate treatment to the sportsman.
    Keywords: It fights. Lesions. Technical. Prevention.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 80 - Enero de 2005

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Introducción

    La lucha es un deporte de contacto, completo, que utiliza la fuerza, la elasticidad, la potencia y la rapidez, que unido a un correcto entrenamiento técnico y estratégico minimizaría un gran porcentaje de lesiones. En la lucha estilo Libre olímpica, se tiene permitido utilizar las piernas tanto para la ejecución de técnicas y presas como para inestabilizar al adversario en el tapiz. Por ello son tan frecuentes las lesiones osteomusculares que afectan a las extremidades inferiores, sobretodo a la articulación de la rodilla, y a los músculos del deportista.

    En un luchador/a deben de concurrir dos tipos de cualidades, las cualidades que definirían su condición: de fuerza, de resistencia y de velocidad y las cualidades coordinativas: de movilidad y de agilidad.

    Entendemos por resistencia muscular a la capacidad de un músculo o de un grupo muscular para sostener ejercicios de alta intensidad, repetidos o estáticos, este tipo de resistencia está representado por el halterofilico y por el luchador. El ejercicio puede ser de naturaleza rítmica o repetitiva, como el press banca, o la actividad puede ser más estática, como por ejemplo la acción muscular sostenida cuando un luchador intenta movilizar a un oponente contra el tapiz, realizar una presa o un agarre, en ambos casos, la fatiga resultante esta referida a un grupo muscular especifico y la duración de la actividad no suele ser superior a 1 o 2 minutos. La resistencia tiene una fuerte relación con nuestra fuerza muscular y nuestro desarrollo anaeróbico.

Fuerza: desde la fisiología, es la capacidad de producir tensión que tiene el músculo al activarse. Resistencia: capacidad para soportar la fatiga a esfuerzos prolongados y/o para recuperarse. Velocidad: capacidad de conseguir, máxima fuerza volitiva y funcionalidad del sistema neuromuscular, una rapidez máxima de reacción y de movimiento en determinadas condiciones.

Flexibilidad: Capacidad de desplazar una articulación o serie de articulaciones, sin restricción ni dolor.


Síndromes por abuso en la lucha

    Los síndromes por abuso son el resultado de una actividad cíclica crónica. Pueden estar producidos por cargas poco repetidas pero de gran magnitud o por cargas normales muy repetidas. El término "fatiga", se utiliza para describir el fallo del material por cargas y descargas repetidas de una magnitud en los límites de tensión del material. La carga se halla por debajo del punto de ruptura del tejido y puede estar en los límites de la zona elástica. A menor carga, mayor cantidad de ciclos se necesita para producir el fallo del tejido. En la mayoría de los tejidos existe una carga límite por debajo de la cual un número infinito de ciclos no producirá el fallo. Un factor común a todos los tipos de carga repetitivos es que se producen microtraumatismos repetidamente. Las lesiones por abuso pueden relacionarse de varias formas con un aumento de la intensidad de la actividad. Es posible que ocurran como resultado de la repetición excesiva con una anatomía normal, por muchas repeticiones con desequilibrios o enfermedades anatómicas, por técnicas de entrenamiento inadecuadas o equipos o servicios impropios, como calzados o superficies de juego.

    Las lesiones pueden afectar a los tendones, las articulaciones, ligamentos y huesos. Las cargas suelen producirse por presión, compresión e inclinación. Las tensiones de presión se suelen producir en apófisis óseas al cargarse de forma crónica la interfase osteotendinosa. Si la carga es suficientemente grande, se producirá la fractura. En las actividades atléticas existen diversos ejemplos de este tipo de lesiones crónicas.

    El correr y el saltar crean contracciones musculares repetitivas que provocan tensión en las inserciones musculares de las extremidades inferiores. Se producen síndromes dolorosos, siendo los más frecuentes la apofisitis de la de la tuberosidad tibial (Enfermedad de Osgood- Schlatter, o del polo inferior de la rótula (síndrome de Sinding-larsen-Johannsson, de la apófisis del calcáneo, enfermedad de Sever, o la tendinitis anserina (semimembranoso, sartorio y recto interno). La carga repetida e intensa sobre estas áreas puede producir fallo por tensión de la interfase osteotendinosa.

    La tracción de las zonas de inserción de los músculos tibial anterior y posterior puede producir dolor. Otra importante lesión por abuso incapacitante es la fascitis plantar. La tensión repetitiva de la fascia plantar se produce por la carga cíclica del calcáneo y las cabezas metatarsianas. En la interfase fascia- hueso se produce inflamación y dolor. La carga por compresión repetitiva produce varios ejemplos de síndromes por abuso. Las reacciones de proliferación debidas a la carga por compresión pueden conducir finalmente a problemas articulares degenerativos. La carga crónica sobre las articulaciones puede provocar microfracturas de las trabeculas seguidas de remodelamiento y rigidez del hueso subcondral. Esta situación se presenta con mayor frecuencia en los tobillos, codos, rodillas, y articulaciones intervertebrales. Uno de los problemas más comunes del síndrome por abuso es el síndrome tensional repetitivo, que parece producirse secundariamente a la carga combinada de compresión y de cizallamiento. La carga insuficiente en una cara y la sobrecarga en la otra cara de la superficie rotuliana posterior puede producir reacciones proliferativas con reblandecimiento y erosión del cartílago rotuliano. La compresión unida a la fricción también crea situaciones molestas, tales como el síndrome de compresión de la fascia lata, cuando la fascia iliotibial fricciona sobre el cóndilo femoral o sobre el trocanter mayor. Los momentos de inclinación y la carga por torsión aumentan las fuerzas sobre los tejidos localizados, los cuales suelen fracasar ante la tensión. Las fracturas por tensión son las lesiones por abuso más frecuentes. Pueden estar relacionadas con cargas anormales aplicadas al hueso normal (fractura por fatiga) o con cargas normales sobre un hueso con poca resistencia elástica (fractura por insuficiencia). La principal causa contribuyente puede ser la absorción de energía del medio. Los músculos ayudaran a absorber parte de esta energía. Esto al propio tiempo, requiere otros tejidos blandos y huesos para que se absorba la energía. En estos huesos como los metatarsianos y el peroné, el tipo de carga es la inflamación con patrones cíclicos de presión y compresión. Este proceso provoca una serie de situaciones que pueden llevar a la fractura. El proceso empieza con una deformación elástica excesiva, seguida del retroceso del hueso. Las láminas circunferenciales se desorganizan y se inicia la reabsorción del hueso, seguida de la restitución con hueso osteoide. Durante esta actividad de remodelamiento, la reabsorción de hueso, progresa más rápidamente que la formación de hueso, por tanto el hueso se debilita, provocando una mayor probabilidad de que se produzcan pequeñas fracturas. La carga continuada puede provocar fracturas más complicadas. Los lugares más frecuentes de las fracturas por presión son los metatarsianos la tibia, el peroné, y las zonas interarticulares de las vértebras.

    Como podemos observar en las imágenes de ejecución de algunas técnicas de lucha, cualquier traumatismo de partes blandas que rodean una articulación puede limitar el movimiento, por lo tanto, la lesión del cartílago articular, de la sinovial, de la cápsula articular, de los músculos, tendones o ligamentos de una articulación puede dificultar los movimientos de forma significativa. La lesión de cualquiera de estas estructuras producirá inflamación y tumefacción. La ruptura de la cápsula, ligamentos y/o tendones puede producir la inestabilidad articular. El derrame sinovial puede ser otra causa de disminución del movimiento efectivo.

    Los ligamentos y la cápsula forman el sostén estático de la articulación y están compuestos por fibroblastos alineados en las hileras paralelas a las fibras de colágeno. Las fibras de colágeno discurren paralelas al eje de tensión de la articulación.

    La contracta muscular también produce disminución del movimiento, pero afortunadamente, esto no produce un gran problema en el tratamiento de las lesiones deportivas. La contractura muscular se produce cuando durante la elongación, el músculo no esta suficientemente elongado para provocar una amplitud de movimiento completa. Se supone que se produce como resultado de los cambios en la longitud en el origen o en la inserción aponeurótica del músculo o en la longitud de la fibra muscular. Suele ser difícil comprobar si el movimiento esta disminuido por el acortamiento capsular o por la contractura muscular. En medicina deportiva, una sola articulación no suele inmovilizarse el tiempo suficiente para que produzca contractura muscular severa. La contractura muscular responde muy lentamente.

    La rodilla, como vemos en las imágenes, participa en la mayor parte de las técnicas y por ello, se permiten utilizar protectores de rodilla. El complejo articular de la rodilla esta formado por tres huesos, el fémur, la tibia y la rotula, entre los cuales forman dos articulaciones. Una de estas articulaciones es la femoro-tibial, que es una condiloartrosis y la otra, la femoro-rotuliana, que es una trocleartrosis, forman en su conjunto una articulación apta para la flexoextensión, es decir, una charnela, o bisagra modificada, reforzada por dos sólidos ligamentos laterales que en posición de rectitud impiden variaciones anómalas en el sentido de abducción o aducción de su eje, facilitando, en cambio, un arco bastante amplio de movilidad en la flexión.

    A su nivel se ubican los extremos articulares de las dos palancas más largas y potentes del esqueleto, es decir, el fémur y la tibia. Pese a ello, las luxaciones son raras, aunque esta expuesta y de hecho a traumas bruscos y repetidos o bien al uso y al abuso, por ello existen muy pocos deportes o procesos que no afecten a su estructura.

    Como articulación perteneciente al miembro inferior de soporte del organismo, frente a la acción de la gravedad y dedicada a las labores habituales de carga, de soporte de peso y de deambulación e incluso de esfuerzo en los deportes, resulta muy susceptible a la acción de los microtraumatismos, por ello posee el cartílago más grueso que todas las restantes articulaciones, siendo además muy rico en células, matriz y en sustancia fundamental.

    Para juzgar de su importancia no tenemos más que observar la participación que la rodilla tiene durante la marcha tanto en la fase postural de apoyo como en la de deambulación o marcha. Así en la fase postural de apoyo, al producirse el choque del talón, la rodilla está en extensión total y reciben el golpe directamente ambas extremidades condrales; mucho más intenso será el microtraumatismo si la musculatura idónea es débil. En la fase intermedia, antes de pasar al impulso con el que finaliza la fase postural de apoyo, al contraerse el cuadriceps para mantener estable la rodilla, no solo sigue soportando la presión de las fuerzas musculares, sino también el peso del cuerpo. Por ultimo al realizar el impulso para adelantar el cuerpo, a las anteriores presiones musculares ha de añadirse la de los músculos gemelos, soleo y flexor largo del dedo gordo, elementos fundamentales. En la fase de deambulación la rodilla juega un papel más importante y de mayor trabajo, tanto en fase de aceleración como en la de desaceleración.

    Los elementos limitantes para la seguridad funcional de la rodilla son los ligamentos, así, los que aseguran la íntima y firme conexión del fémur con la tibia son los ligamentos cruzados, los laterales se comportan como férulas externas.


Prevención

    En la medicina deportiva, la flexibilidad se refiere a dos fenómenos diferentes: la flexibilidad que se produce por el entrenamiento para una cierta competición atlética, que puede muy bien superar lo que se considera amplitud del movimiento normal y la pérdida de la flexibilidad que se produce por una lesión. La flexibilidad es el resultado combinado de la situación de las partes blandas que rodean a la articulación. La configuración de la articulación puede limitar los extremos del movimiento. La situación de los ligamentos, los tendones, la cápsula articular y músculos también afecta a la flexibilidad. Esta guarda relación con la edad, el género y el nivel de actividad. El mantenimiento de una buena flexibilidad permite que el atleta compita de forma confortable y con un mínimo de riesgos de lesión. El desarrollo de la flexibilidad es un proceso lento que requiere una dedicación diaria y un esfuerzo continuado por parte de los deportistas a base de realizar ejercicios durante 15 o 20 minutos de calentamiento y estiramientos, para que tanto las articulaciones, como el resto de componentes, músculos y ligamentos favorezca la prevención de lesiones, adaptándose a las características especiales y particulares de este tipo de deporte.


Conclusiones

    Hasta cierto punto, la incidencia de lesiones agudas puede ser alta, puesto que el luchador/a tiene en juego todo su cuerpo, en las preparaciones de las competiciones y en la misma competición el luchador/a puede lesionarse porque practica las mismas técnicas, agarres y candados que aplicará a su adversario, pero si su preparación física y psíquica es adecuada evitará las caídas y no forzará alteraciones en su patrón de movimiento, un buen luchador/a sabe cual es la mejor forma de caer en el tapiz, a no ser que su adversario le supere en la técnica.


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