JEAN-JACQUES ROUSSEAU Y LA EDUCACION DEL CUERPO
Silvana Vilodre Goellner1 (Brasil)
goellner@nutecnet.com.br

Traducción realizada por:
Silvina Clara Franceschini
Profesora de Filosofía
e-mail: demattei@cvtci.com.ar
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La educación del cuerpo, una preocupación emergente de la sociedad capitalista, tuvo a partir del siglo XIX un gran impulso en lo concerniente a la sistematización de las actividades físicas, cuyos objetivos procuraban fundamentalmente: una mejoría de la condición de salud de las personas, la preparación para los soldados combatientes que enfrentaban las guerras, en función de disputas territoriales y políticas y la preparación de un cuerpo fuerte y ágil capaz de corresponder a las necesidades del trabajo industrial.

Es desde los fines de la Edad Media, en que hubo un interés creciente en el cuerpo, en que se esbozan preocupaciones, en el sentido de percibir la importancia de las actividades físicas también como un medio de educación, en el sentido de una formación del hombre, para vivir en sociedad.

Pensando en las primeras sistematizaciones de las actividades físicas - los métodos gimnásticos- como aquellos que estructuran la denominada Educación Física, no hay cómo escapar de la influencia que Rousseau ejerció sobre la construcción de este área de conocimiento, visto que los idealizadores de los métodos gimnásticos identificaron en él el aporte pedagógico para pensar en la educación del niño, más específicamente, en el cuerpo del niño.

Así, si por un lado las ideas de educación expresadas por Rousseau en lo atinente a los cuidados corporales fueron importantes para traer a colación, la necesidad de una preocupación en ese sentido, por otro, hay que pensar hasta qué punto lo que el autor abordó en relación al cuerpo, corresponde al mérito que tan fácilmente le es atribuido: el de haber sido un revolucionario, puesto que inauguró una propuesta pedagógica que tomó en cuenta la educación del cuerpo, buscando la autonomía, la libertad y la formación del "hombre integral", esto es integrado en cuerpo y mente2. Teniendo presente esa cuestión, trataré de realizar un análisis del pensamiento de Rousseau, acerca de la educación del cuerpo, a través de su obra "Emilio o la Educación", más específicamente en los capítulos I , III y IV, procurando identificar sus principales ideas. Antes, desenvolveré una sucinta reflexión sobre la Educación Física como posibilidad reguladora de las potencialidades humanas, a través de su trabajo, respecto de la educación del cuerpo.

Las actividades físicas como un medio de educación para el trabajo
La identificación de las actividades físicas como un medio de educación, ha sido propagada desde hace mucho tiempo.

El Renacimiento, se constituyó en un momento particularmente interesante para esa observación, pues al redimensionar la comprensión acerca del ser humano, lo percibió como sujeto a una educación que, necesariamente, debería abarcar todos sus aspectos. O sea, una educación integral, donde se insertarían también las prácticas corporales. Dadas las condiciones económicas y sociales que precedieron a este período- en el que se evidenció la crisis del modo de producción feudal, surgimiento de los burgos, economía monetaria en sustitución de la de subsistencia, crecimiento del comercio- se presentó con el movimiento renacentista, un impulso a la madurez de la burguesía como clase social, firmándose los principios del liberalismo, como la concepción burguesa del mundo, cuya sustentación presupuso un falseamiento de la realidad basada, entre otras, en la premisa de la igualdad de oportunidades, en la realidad cotidiana.

Este nuevo orden social, al desenvolverse y legitimarse, terminó también por incurrir en la misma valorización por la sumisión del individuo, solo que no más frente a la fuerza divina, aunque sí frente al poder del capital, puesto que comenzaba a gestarse el modo de producción capitalista.

Este conjunto de circunstancias, valorizó el culto a la razón, que como consecuencia, trajo un perfeccionamiento de la técnica y la práctica de observar la naturaleza, de manera metódica, presentando como objetivo primero, la obtención del máximo dominio sobre el medio natural, a fin de explotarle hasta los mínimos recursos, en provecho de los lucros del mercado. A esta observación correspondió una actitud, que posteriormente fue denominada científica.

Dentro de ese contexto, fueron abordadas nuevas perspectivas acerca de la formación del ser humano, centrada ahora en sus propios valores y potencialidades, lo que favoreció un repensar la educación de su cuerpo entendida, a partir de entonces, como necesaria para el pleno desenvolvimiento de la personalidad del individuo.

Aliado a otros acontecimientos de la época, como la Reforma y el advenimiento de los grandes inventos, el Renacimiento propició el emerger del racionalismo y del pensamiento humanista moderno. Del racionalismo, surgió la idolatría por el cientificismo y la experimentación, de la que resultó el desarrollo de los métodos experimentales, el empirismo, la observación científica y la comprobación. Del humanismo, surgió el culto al cuerpo como un instrumento del alma, retornando a la máxima de Juvenal "mens sana in corpore sano", pues al rescatar la cultura greco-romana, hizo renacer su espíritu antiguo, despertando, todavía más el gusto por la ciencia y por el saber- cuyas influencias posteriores, fueron fundamentales para la Educación Física.

En ese período, se diseña otro mirada sobre el cuerpo, promoviendo una cierta revitalización del interés por la cultura corporal, aunque no se hubiera presentado como una propuesta metodológica sistematizada, la práctica de actividades físicas.

La preocupación por la salud, impuso determinados cuidados que variaban desde la atención por la alimentación, vestido, hábitos y costumbres, buscando el fortalecimiento de la conciencia moral individual, facilitando también su auto-control correspondiéndoles a los médicos y educadores, una acción fundamental para su concreción.

La gimnasia apareció, entre tanto, como un elemento esencial para la educación del hombre total, pues servía para enriquecer el espíritu, ennoblecer el alma y fortalecer el cuerpo. Se buscaba la formación del individuo sano, de cuerpo y espíritu, capaz de enfrentar las vicisitudes de una vida activa. Las actividades físicas, deberían ser aplicadas de forma de lograr fines éticos, sociales e higiénicos. Eticos porque eran consideradas como un válido instrumento de disciplina y formación de la juventud; sociales, preminentemente militares, porque fortificaban el cuerpo, tornándolo más resistente a las fatigas de la guerra y por consiguiente, útiles a la patria; higiénicos porque eran tratadas como un indispensable medio para fortalecer el organismo y mantener la salud corporal3.

A la ciencia, le era reservada una tarea significativa en el devenir de este proceso, en la medida en que el empirismo, abría nuevas perspectivas de conocimiento del mundo, en función de la atenta observación que este hacía sobre la naturaleza.

Asimismo, pensadores empiristas como Francis Bacon (1561-1626) y John Locke (1632-1704), contemplaron en sus escritos, algunas consideraciones acerca de las actividades físicas como constitutivas de un proceso de preservación de la salud. Bacon, veía en el ejercicio físico, un medio de prolongar la vida, puesto que podría corregir cualquier tendencia al mal y la debilidad. Locke, al escribir sobre cuestiones relacionadas con la higiene, salud y educación física de la juventud, en su libro "Pensamientos sobre Educación", percibía en la práctica de actividades físicas, un modo de fortalecer el cuerpo, que debería estar al servicio del espíritu. De acuerdo con su pensamiento, el objetivo de la Educación Física, sería el de "propiciar a través de la conservación de la salud y del desenvolvimiento de destrezas corporales, la formación del carácter y de la moralidad"4 Entretanto, es en Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) que aparece de modo un poco más delineado, lo que sería esa preocupación por la educación del cuerpo y cómo ella se podría manifestar. Rousseau entendía que la educación debería promover el desenvolvimiento espontáneo de la sensibilidad, al punto de que el ser humano viera con sus propios ojos, sintiera con el corazón y no fuera gobernado, a no ser más que por su propia razón. Entendía que las pasiones enraizadas en las necesidades corpóreas en su estado natural o modificadas por las circunstancias (estaban) en la base de todo acto humano, impulsando la razón. Así, inspirado en el deseo de retorno a la pureza de la vida natural, Rousseau, a pesar de no pensar en una metodología para la Educación Física, apuntó a una significación del trabajo corporal. En Emilio, previó la continua ejercitación de su cuerpo, con el objetivo de volverlo robusto y vigoroso, para que obedeciese a su alma, pues entendía que un cuerpo débil, fatalmente debilitaría al alma del individuo.

Este carácter funcional del ejercicio físico en favor de la educación intelectual, contemplado por Rousseau, sirvió de rumbo para pensadores de distintas áreas y en diversos países que, influidos por sus ideas, elaboraron proyectos educacionales como, por ejemplo Basedow5 y Pestalozzi6. En el campo de la Educación Física, ejerció gran influencia por la importancia de le otorgó en su obra a las actividades físicas. Rousseau, fue uno de los divulgadores de la práctica de muchas de las ancestrales actividades físicas de Grecia Antigua y de los juegos de la Edad Media, que estaban destinados a la desaparición, además de haber alertado sobre la importancia de las prácticas higiénicas.

Adquirió cierto reconocimiento, por parte de algunos exponentes de la Educación Física, como Salzmann7 , Guts-Muths8 y Nachtegall9 , que ora más, ora menos, se nutrían de sus ideas, fundamentando la implantación de Educación Física en el contexto escolar.Estos autores, iniciaron sus obras en el siglo XVIII, es decir, tuvieron una mayor proyección en el siglo XIX, volviéndose los antecesores directos de los fundadores de dos grandes métodos gimnásticos de los tiempos contemporáneos, que fueron Friedrich Ludwing Jahn10 , el precursos del Método Gimnástico alemán, y Pehr Henrik Ling11 , del método gimnástico sueco.Se estructuró, entonces, la Educación Física que es marcada por el surgimiento de cuatro grandes escuelas: la alemana, la nórdica, la francesa y la inglesa. Esas escuelas, bajo ciertos aspectos, tienen fundamentación en las ideas rousseaunianas, con mayor influencia en la alemana, especialmente, en lo que se refiere a la dimensión pedagógica, que acabó perdiendo fuerza, debido al carácter nacional-patriótico, que posteriomente dominó la intencionalidad de esos movimientos, en función de aspectos políticos.

Por la propia grandiosidad de acción de esas escuelas, en el ámbito de las actividades físicas, es posible verificar que ellas no se restringían al continente europeo. Los métodos gimnásticos de las escuelas alemana, nórdica y francesa y el método deportivo de la escuela inglesa, se expandieron hacia otras tierras, llegando a Brasil, a través de misiones militares, cuyos presupuestos se acabaron insertando en las currículas escolares, prioritariamente a través de los métodos gimnásticos.

Es pertinente recordar que en los siglos XV y XVI, se moldeaban las bases del modo de producción capitalista, que tuvo su desenvolvimiento mayor, a partir del siglo XVII y que, al solidificar, transformó las relaciones humanas, como también las relaciones del individuo con su corporeidad. El cuerpo humano gradualmente, pasó a ser encarado como útil al capital, dado que su fuerza y resistencia serían el primer motor del sistema industrial; el instrumento por el cual se concretaría el trabajo productivo12. La burguesía naciente, en posesión de esta comprensión, al vehiculizar su ideología, bregaba por una valorización del trabajo como propiedad del individuo. Así, la expresión clásica del liberalismo, al defender la idea de igualdad entre los hombres y de libertad, que ellos poseerían para decidir acerca de su propia vida, visualizaba en el trabajo, la instancia donde se manifestaba la diferenciación entre ellos. O sea, la igualdad era rota en función de los dotes naturales o talentos que cada uno traía en sí, manifiestos por la acción del trabajo sobre la naturaleza. La ideología de las aptitudes naturales, inscripta en la dimensión biológico-hereditaria, representaba groseramente, la diferenciación entre los individuos, manifiesta no tanto en las condiciones objetivas de la realidad, cuanto por su condición natural e individual. Esta concepción está muy ligada a la convicción de que la evolución humana, obedeciendo a las leyes biológicas, se extiende a todas las etapas de su desenvolvimiento en el seno de la sociedad13 y, por tanto sirve para justificar y legitimar las desigualdades sociales, dotándoles de una carácter de inmutabilidad.Con el modo de producción capitalista, el trabajo dejó de servir a la satisfacción de las necesidades vitales inmediatas y pasó a constituirse en tanto mercancía y valor de cambio que el individuo produce con el fin de vender. La fuerza de trabajo es, por lo tanto, un modo de subsistencia para unos y perspectiva de acumulación, para otros.

Frente a estas condiciones, se hacía imperioso una calificación del trabajo, aunque fuese mínima. La escuela figuró, entonces, como un espacio para actuar en ese sentido, no solo a nivel de instrucción, sino también capaz de forjar una interiorización de hábitos y valores afines a la ideología liberal; una escuela, capaz todavía de preparar físicamente a la masa constituyente de la fuerza de trabajo, motivo por el cual la atención se volvió hacia la Educación Física, entendida como parte integrante del proceso educativo.

Todo el énfasis en la utilización de los ejercicios físicos en el contexto escolar, trajo consecuencias para la Educación Física, que pueden ser observadas, a partir de dos ángulos distintos: si por un lado representó avances para la educación, en la medida en que se constituía en un elemento laico más, en su estructuración, por otro, representó atraso, significando disciplinarización de movimientos, domesticación, en la medida en que se constituía en un canal más absolutamente dominado por la burguesía para vehiculizar su modelo de cuerpo, de actividad física, de salud... su visión del mundo.

La disciplinarización de los cuerpos, se hacía preminentemente en función "del mundo de trabajo", que comenzaba a exigir del individuo, una redefinición de su propia vida como hábitos, valores, creencias, y otros, una vez que el capitalismo y la consecuente exaltación del trabajo, no encontró al trabajador ya hecho, tuvo que formarlo.

El cuerpo, percibido como blanco del poder, se volvió objeto de un minucioso control sobre sus movimientos, gestos, actitudes y comportamientos, cuyos resultados fueron consagrados, no tanto con la profundización de la sujeción y con el aumento de las habilidades, sino con el hecho de establecer una relación, donde se privilegió la rapidez y la eficacia. El modo de producción capitalista, trajo una ruptura de las relaciones del individuo con su cuerpo y con la naturaleza, pues la reducción del trabajo humano, a la fuerza de trabajo, en el sentido fisiológico trajo consigo, una disociación de la fuerza creativa espiritual del individuo y su fuerza fisiológica corporal, generando un cuerpo autómata, desprovisto de subjetividad. La fuerza muscular del trabajador, su energía y resistencia pasaron a ser objetos de exploración capitalista. Su cuerpo pasó a ser un cuerpo oprimido, manipulable, un instrumento para la expansión del capital.

La escuela figuró como una institución donde también se hizo presente ese control disciplinario, que fue efectivizado a través de la distribución del espacio, control de tiempo, inculcación ideológica y otras, donde la formación de una cuerpo disciplinado pasó a representar la base de un gesto eficiente.

En lo concerniente a las actividades físicas y su inserción en el contexto escolar, los métodos gimnásticos alemán, sueco y francés que surgieron en el siglo XIX, se tradujeron en las primeras sistematizaciones de ejercicios físicos, presentando como objetivos, resguardadas las especificidades de cada país: la regeneración de la raza, la promoción de la salud y la formación del hombre fuerte y valiente, útil a la nación, tanto por el desempeño en las guerras, como por la actuación en la esfera de la producción industrial. Acrecentadas esas intenciones estaban presentes todavía, aquellas destinadas a la perpetuación de la mujer como generadora de hijos para la patria, para las cuales se establecía un trabajo corporal específico, para la plena consecución de ese fin.

En todo ese conjunto de objetivos estaba implícito un riguroso control disciplinar manifiesto en los desdoblamientos de cada método y en la concepción de ser humano(biológico) y de movimiento (anátomo-mecánico) que estos sustentaban y para los cuales la Educación Física, dirigió su atención.

Aunque esta área se haya desarrollado a mediados del siglo XIX, valorizando una relación más explícita entre educación del cuerpo y formación del trabajador productivo -portador de un movimiento económico y eficiente- es propicio recorrer el pensamiento de Rousseau, porque han sido sus ideas, las que influyeron directamente sobre las primeras sistematizaciones acerca de las actividades físicas, explícitas, como ya fue citado, en los métodos gimnásticos.

Esto es, fue su preocupación acerca del cuerpo de Emilio, que inspiró a muchos de los pedagogos, médicos, fisiólogos y hasta militares para elaborar propuestas metodológicas para la práctica de ejercicios de forma sistematizada y, por lo tanto, educativa.


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Lecturas: Educación Física y Deportes.
Año 2, Nº 8. Buenos Aires. Diciembre 1997
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