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Los adolescentes que practican deporte y sus padres

   
Psicólogos del Deporte
*Psicólogo de la Selección Argentina Juvenil de Fútbol
**Psicóloga de la Selección Argentina de Hockey, Las Leonas
**Psicólogo del Club de Amigos
(Argentina)
 
 
Marcelo Roffé*
Nelly Giscafré**
Alfredo Fenili***

mroffe@sion.com
 

 

 

 

 
    Extraído de los capítulos 2 y 3 del libro "Mi hijo el campeón: las presiones de los padres y el entorno"
Lugar Editorial (2003 1ª edición, hoy ya publicada la 2ª edición), con prólogo de José Pekerman
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 79 - Diciembre de 2004

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Mi hijo el campeónDe los 3 a los 13 años, amé cada minuto que pude jugar, y eso se lo debo a mi padre. El tiene mucho que ver con mi éxito actual...pero en la adolescencia sentía que mi padre ponía muchas expectativas en mí. Nuestra relación se basaba exclusivamente en el tenis. Yo quería que el fuera mi papá, no mi entrenador".
André Agassi. Clarín, 29-1-01

    "Éramos demasiado ansiosos y autoritarios...nos esforzábamos demasiado... lo abrumábamos...lo corregíamos constantemente... esperábamos demasiado de él... no lo dejamos ser niño...".

    Con frecuencia los padres se sienten culpables de los malos momentos que les hicieron pasar a sus hijos (las cosas que hicieron o no hicieron, las cosas que dijeron o no dijeron) y que posteriormente reconocen y lamentan (pág. 198 y 199 del libro "Padres e hijos").

    Si como padres sentimos que no los dejamos ser niños: ¿qué adolescentes derivarán de esos niños?, ¿Cómo condicionamos su crecimiento futuro?, y ¿qué lugar positivo puede ocupar el deporte en ese camino de crecimiento?

    Adolescencia deriva del verbo adolescer. Adolescer significa sufrir. Y sufrir es crecer. Sufriendo se forma el carácter y se pule la personalidad.

    La adolescencia es el puente comunicador entre la niñez y la vida adulta, entre la dependencia y la independencia, entre la necesidad y la autoestima.

    La adolescencia es también una etapa de "transición" comúnmente denominada "la edad del pavo".Y siguiendo a Francoise Dolto "si mientras son vulnerables reciben golpes, quedan heridos para siempre". Este estado de debilidad que deben atravesar puede llevarlos a estados depresivos, paranoicos o simplemente, a realizar actos de agresión gratuitos. "En estas crisis, el joven se opone a todas las leyes, porque le ha parecido que alguien que representa la ley, no le permitía ser ni vivir". ¡Ni más ni menos que la rebeldía!

    En el plano de las emociones, dijimos, predomina la inestabilidad y la labilidad. A veces parece de una manera, a veces de otra. Puede cambiar sus conductas en un día, en horas, en minutos: ¿quién soy?, ¿qué quiero hacer?, ¿adónde voy? En ese plano, por momentos confesional, en la búsqueda de una verdad, puede aparecer el deporte.


Marcelo Roffé, Nelly Giscafré, José Pekerman (DT Selección Argentina de Fútbol), Marcelo Gantman (periodista) y Alfredo Fenili
Presentación del libro en el Club de Amigos, Buenos Aires, mayo de 2003

    Pero, ¿qué deporte?: deporte de equipo o individual, recreativo o competitivo, para sentirse bien o para ganar. El deporte que seas capaz de hacer.

    Hay personalidades (aún conformándose), más dispuestas al deporte de equipo y están las otras. En ese camino de sufrimiento, de angustia, de altibajos aún con los matices propios de cada edad (12 años es diferente de 18 y 14 de 16), el deporte nos puede conectar con el placer y con el disfrute, con el ocio creativo, con la salud física y mental, con la pertenencia a un equipo. Nos permitirá desarrollarnos como personas, sintiéndonos útiles. No es una solución mágica ni un milagro, pero ayuda a prevenir males como el acceso a las drogas "sociales", a la pérdida de valores, al ocio improductivo (como la adicción a la computadora), al alcoholismo, a las malas juntas.

    Ahora bien, si el deporte competitivo o de alto rendimiento te agrega estrés, presiones, ansiedad y angustias, que como adolescente no podés controlar, estamos en la misma. Fuimos de Guatemala a Guatepeor.

    Por eso buscarás el deporte que seas capaz de hacer, en el nivel que te sientas cómodo, sin mayor anhelo que un momento de placer.

    La edad adolescente conlleva los típicos cambios y los altibajos de un sujeto que está conformando y definiendo su personalidad y carácter.

    Esto tiene consecuencias inevitables y variables en la performance de un deportista de alto rendimiento, al punto que sus entrenadores creen desconocer al jugador o atleta que habían elegido o convocado.

    Esta "labilidad" puede producir fastidio y elevar los grados de irritabilidad de padres y maestros, quienes de no estar advertidos de esto, lo "culpabilizan" en muchas ocasiones.

    El enojo de los padres se relaciona directamente con los propios ideales, no alcanzados por los hijos...es un enojo con uno mismo que se transfiere a lo que "uno mas quiere y protege".

    Es por esto que es muy importante diferenciar los ideales, las metas, las pasiones y los deseos de cada uno: vos sos vos y yo soy yo.

    Y darse cuenta que bajo presión o la exigencia, es muy difícil sentirse y a gusto con la actividad deportiva que uno desarrolla, tenga la edad que tenga y al nivel de competencia que Ud. elija....

    "Presión es exigirle al otro mas de lo que el otro puede dar"

    "Doce mil ilusiones a prueba en Palermo" tituló La Nación o "Doce mil chicos y un solo sueño: ganar en un reality show de fútbol" tituló Clarín. La noticia se completaba con el dato de que se trataba de adolescentes de 14 a 19 años y que el premio era un auto 0 km, dinero en efectivo y una prueba en el glorioso club Real Madrid de España. Todo esto para el elegido. Uno en doce mil.

    "Buscamos a un jugador talentoso, pero también a un buen deportista y un buen compañero".

    Los padres, amigos y familiares quedaron afuera del Campo de Polo donde se realizó la prueba. Seguramente no les habrá gustado nada a la mayoría de ellos pero reglas son reglas. Algunos se trepaban al alambrado para ver....

    Algunas preguntas y reflexiones nos surgen de esta selección que sucedió un 13 de julio del 2002, aquí en Argentina.

¿Cuántos de estos chicos asistieron impulsados por sus padres?
¿Cuántos verdaderamente creen en sus posibilidades reales?
¿Cuáles son los criterios de los examinadores en esos 15 minutos?
¿Cuántos de estos chicos sintieron la presión de pasar la prueba?
¿La fama y el dinero, son valores primordiales para nuestros jóvenes de hoy?

    Cuestionador de los reality-shows por los valores que hace circular y que de hecho se consumen hoy en nuestra sociedad moderna, nadie dudará de que los creadores de EL BAR 1 y 2 y SUPER M 2002, vieron en el fútbol una nueva chance de impacto mediático y negocio asegurado.

    Está claro que en este país se vive y se respira fútbol... Está claro que la crisis social, el altísimo dígito de desocupación reinante, la crisis de valores, y la falta de futuro vía el estudio preparan el caldo de cultivo para que este tipo de propuestas sean tan exitosas. De hecho uno de los chicos declaraba "pensé que en mi posición era el mejor. Ni siquiera pasé a la segunda ronda, me voy a tener que poner a estudiar...".

    Esos son los mensajes que hace tiempo están consumiendo nuestros jóvenes: no estudies que no hay futuro en este país, fijate todos los que se están yendo, si tenés un título vas a manejar un taxi, mi viejo estudió y está sin trabajo, te quemas las pestañas estudiando... ¿y quién te devuelve las horas que la pudiste haber pasado bien a esta edad?, con esta manga de políticos corruptos nada vale la pena.....etc.

    Ilusiones y sueños reales de chicos que se levantaron a las 2 de la mañana para esta prueba que sucedió 12 horas después en algunos casos....

    Adolescentes numerados como mercancías y apoltronados en la tribuna esperando su turno....

    Asignatura pendiente de algunos de edades más avanzadas -18 y 19 años- que ya se habían despedido de la posibilidad real ya que, es cierto, que a esa edad es casi imposible conseguir una prueba seria aun con representante....

    Al menos en algunos, más allá de la tristeza, la tranquilidad de haberlo intentado. El conductor diciendo que no es la muerte de nadie, que habrá otras oportunidades, pero ¿quién los contiene a esos chicos? Nadie y en eso no difiere del fútbol en general...cuando van a una prueba y no quedan, tampoco los contiene nadie....o tal vez el padre si no se enoja con su hijo por el resultado obtenido, que en realidad es enojarse con su pobre destino y con seguir cargando con su propia frustración...

    Chicos que pidieron dinero prestado para venirse del interior del país, había a montones y hasta escuché a un padre hablando de esta posibilidad como una "salida laboral" para el hijo (yo me pregunto ¿si el padre tuviera trabajo lo hubiera acompañado? y ¿hablaría de esa manera?).

    En el Bar, la gente pagaba 3 ó 4 veces más el valor normal de una consumición después de una larga cola solo para estar 10 segundos en pantalla... a eso hemos llegado.

    Tal vez a muchos padres haya que enseñarles que la fama es puro cuento y que los milagros no existen... y que la gloria es otra cosa, que no se la encuentra por ese camino (el programa se denominaba "Camino a la Gloria").

    Ah...!!! Y lo más importante para transmitirles a sus hijos: en este tipo de pruebas, casi nunca gana el mejor....

    "Si Ud. quiere un campeón en su familia, vaya y entrénese. Mientras tanto deje que su hijo disfrute y juegue feliz". (Extraído de un cartel del Club Estudiantil Porteño)


Los modelos de padres: para armar y desarmar

Modelo para desarmar

    Nadie enseña a ser padre. Eso está claro. Desgraciadamente (o por fortuna), no hay una escuela donde aprender el ABC para mantener todos los días de nuestra vida un trato ideal con nuestros chicos.

    Se hace lo que se puede que a veces es mucho y otras poco. El equilibrio en nuestra relación entre calidad y cantidad dará el resultado deseado. En eso del equilibrio andamos a los tumbos cuando nos enfrentamos a un hijo que practica algún deporte, y si no lo hace, seguramente vamos a buscar la forma que lo haga. Tema de largas charlas y debates de sabios y novatos, ha sido la relación padre - hijo deportista. Y tenemos ejemplo de todas las clases y colores. Desde la esperanza sin fin de la salvación familiar frente a un incipiente talento futbolístico hasta la indiferencia total y plena de desmesura.

    Es de comprender como básico, que el discurso de los libros hace bien en referirse al deporte infantil como una etapa lúdico formativa que debe ser acompañada por los padres y docentes. Debería ser el axioma de referencia, la verdad indiscutible. Todo esto tiene tres etapas: primero es la de deseo. El deseo de los padres (especialmente del padre) de la corona de laureles en las sienes y los millones en la cuenta bancaria. En fin, el deseo del campeón, con el orgullo y la vida mejor que ello conlleva. La segunda etapa es la de descubrimiento. ¿Tiene talento?; ¿puede ser campeón?; también de las siguientes afirmaciones: "haceme caso a mí, yo de esto sé" (acordarse de que todos somos técnicos); "vamos, vamos...no te distraigas"; "hacé la gambeta como vos sabés"; "hoy ganás seguro". Frases célebres dichas desde el costado de la cancha sin ánimo de herir a nadie pero con una carga de compromiso terrible. Shakti Gaguain en su libro "Visualización creativa" nos plantea el siguiente dilema: nosotros queremos TENER muchas cosas, y éxito, para poder HACER lo que querramos y así SER felices. Sin embargo ella plantea la ecuación a la inversa: lo primero es SER, yo mismo, encontrar mi camino para poder HACER aquellas cosas que nos gustan. Como conclusión de ello vamos a poder TENER las cosas y el éxito que deseamos. Para llegar al éxito primero hay que ser, no hay otro camino. Los niños y los jóvenes deben tener la libertad de encontrarse a si mismos y los padres debemos ser los garantes y los guardianes de ese camino.

    La tercera fase es la de decepción, salvo que salga un Maradona. Una de las causas principales del abandono deportivo temprano es la presión que reciben los niños y jóvenes del entorno que los rodea. El deporte es una actividad lúdica, libre, competitiva y voluntaria, donde se juega el deseo propio y no el deseo del otro. Muchas veces los chicos miran aterrados las caras de sus padres y entrenadores después de haber cometido un error de juego. Los niños descubren en el gesto de los mayores el error de ellos y eso los pone mal. No pueden equivocarse libremente y sin conflicto, como debería ser. El tamiz impiadoso de la mirada del adulto califica y sentencia. Como consecuencia, el pibe largó o no llegó a lo que nosotros queríamos.


La pregunta clave

    Sirve como test de evaluación de si estamos en esta categoría de padres. Nos enseñó Carlos Kenny (maestro de la vida y profesorazo en la cancha) que si ponemos la oreja y escuchamos la pregunta ¿te divertiste?, que el padre le hace al chico cuando termina: ALELUYA. Pero si escuchamos ¿ganaste?, bueno, caerá una de las siete plagas de Egipto, no tenemos consuelo. Este es el modelo de padre que no queremos ser, el que presiona, obliga, se dedica a ser entrenador de su hijo, lo reta cuando hace algo mal, vive los triunfos y las derrotas de su hijo como si fuesen propias y como si el orgullo familiar se pusiera en juego en un partido de tenis o algo así.


La paradoja

    Tiger Woods tiene en su padre uno de estos modelos. Lo presionó y lo cargó de responsabilidades de resultado desde temprana edad. Hay muchos ejemplos donde los grandes, los campeones han tenido este modelo de padre. Vaya paradoja, aquello que criticamos es justamente lo que hay que hacer para sacar un campeón. Contra el campeón no discutimos. Pero de cada Tiger Woods, que a fuerza de soportar presiones desde chico se hace invencible y resistente a las balas, hay un millón de frustrados en el camino. Este libro no es para el papá de Tiger, es para el del millón que quedó en el camino por, entre otras cosas no soportar la presión. A veces el camino de la salvación nos confunde. Acaso ¿alguien podría criticarle al padre sin un mango y sin proyectos, que transforma a su hijo en "ese proyecto"?. Seguramente la dificultad radique en ese punto: él debe hacer su propio proyecto.


El cementerio del deporte está lleno de talentos.

    Talentos que no fueron; o mejor dicho talentos que quedaron en el camino por diferentes motivos: falta de interés, falta de oportunidades, problemas económicos, etc... Y presión excesiva por parte de los padres.


Semblanza

    Podríamos hacer un test para detectar a estos padres. O poder dar características que se repiten:

  • Se hacen entendidos y especialistas en el deporte de su hijo

  • Saben todo

  • Van a todos los partidos y a muchos entrenamientos

  • Andan averiguando toda información que sea útil

  • Insultan al árbitro

  • Son abonados de la "viveza criolla" y catalogan de "tonto" a su hijo cuando no hace uso de ella.

  • Le compran la mejor ropa y lo llevan a que le hagan test, dietas, etc.

  • Se sienten parte integrante de la "comunidad deportiva".

  • Están de mal humor cuando su hijo pierde.

  • Piensan en cambiar de entrenador o club cuando esto pasa porque el técnico no sabe.

  • Está exultante cuando gana y si gana medalla se la cuelga en el pecho.

  • Habla con vos con lenguaje "técnico" y creen que todos saben y están interesados acerca de las hazañas de su pollo.

  • Palmea la espalda de su hijo (que se pone colorado), cuando cuenta los triunfos de este frente a sus amigos.

  • Le controla los horarios al hijo

  • No se preocupa demasiado por el tema estudio, "ya va a estudiar".

    Bueno faltarán algunas, pero me parece que no aproximamos al perfil del padre "modelo para desarmar".


Los padres doble mensaje

    El desvalimiento que tiene el bebe cuando nace la falta de posibilidad de satisfacción de sus necesidades por bastante tiempo en su infancia determina que sus padres o sustitutos tengan una importancia fundamental en su vida, su supervivencia esta determinada por esos grandotes que lo cuidan y tal es la necesidad que la mirada del niño, siempre para arriba porque allá arriba están los que lo saben todo, los que pueden asegurarle la comida, el calor la seguridad, si ellos son hagan lo que hagan los dueños de la verdad porque son la única referencia posible y son hasta que el chico llegue a la misma altura (posibilidad de autoabastecerse) quienes lo determinan en lo que esta bien o lo que esta mal.

    Los padres a pesar de que han tomado la responsabilidad de traer un hijo al mundo, no vienen armados con todo el conocimiento del mundo y además como si fuera poco cada uno carga tomando los conceptos psicológicos de Erik Berne con el niño que cada uno tiene adentro con los deseos, con los anhelos y con las necesidades que en su momento no pudieron ser satisfechas y ahora este chiquito que trajimos al mundo puede al fin cumplir todos aquellos deseos que entonces no pudieron ser satisfechos. Al mismo tiempo sabemos, lo hemos leído en todos lados. Lo hemos visto por TV en los programas de interés general que al chico hay que dejarlo desarrollar en lo que le gusta, también sabemos que debemos darle seguridad, brindarle a través de nuestro mensaje confianza en si mismo. Y si todo eso lo sabemos, por lo cual una parte adentro nuestro nos dice lo que DEBEMOS DECIR, este es el origen del doble mensaje.

    Por un lado esta el niño con su dependencia natural, su necesidad de cuidado, amor, reconocimiento y por el otro los padres, con sus propias necesidades insatisfechas y las ganas de que el chico sea el mejor, el que cumple lo que ellos no pudieron, el que lo puede todo porque ellos le dan todo y lo apoyan ¿que le puede faltar? si además le dimos todo lo que no tuvimos. Y por otro lado, la voz de lo social de la sociedad psicologizada que nos dice lo que debemos decir, que esta bien que el chico escuche Vos podes sino no importa, lo importante es que te sientas bien que estés tranquilo.


Llevemos esto a un ejemplo del deporte

    Lucas tiene 12 años juega al tenis, hace un tiempo comenzó a competir y quiere dedicar su vida al tenis, empezó muy chiquito, la verdad es que le gustaba mas jugar al fútbol pero un día un entrenador descubrió sus condiciones y le sugirió que se dedique al tenis. Su papá que tuvo que dejar la carrera deportiva para casarse, acompañó muy de cerca la actividad, de su hijo, estando siempre presente. Para Lucas su padre, un campeón, el mejor, siempre con la mejor palabra de aliento antes de comenzar el partido, siempre transmitiendo toda la confianza, pero cuidado, es inexplicable como Lucas, cuando está en el medio del partido cuando se equivoca tira la raqueta, se pone frenético quiere dejar el tenis. Hay alguien de afuera que siempre esta mirando y alguien que adentro de la cancha también mira. En los ojos del padre se muestran una tras otra las verdades que surgen de adentro, lo posible y lo imposible que suceda. ¿Cómo pudiste pegarle así? ¿Cómo se te ocurre hacer ese drop en este momento? ¿En qué estás pensando tonto? Aparece que no estas apareciendo si ese es un ganso sos vos el que le regala el partido. Esto no me puede hacer mi hijo. Al final del partido la furia. Lucas frustrado, su papá con su boca dice lo esperable, no estuvo tan mal, hiciste lo que pudiste y en los ojos la furia no condice con las palabras. Lucas se odia a si mismo, como puede odiar a su papá que es tan bueno que siempre lo acompaña que siempre lo alienta. Pero los ojos lo que le transmite el padre, Lucas no lo entiende, cree en lo que el padre le dice no en lo que ve.


El caso de Luciana

    Luciana tiene cuatro años y el papá ve que tiene condiciones extraordinarias para jugar al tenis. Pasa la pelota del otro lado y tiene una coordinación y cualidades muy raras a su edad. Los padres especialmente el padre adoran el tenis y le encanta la posibilidad de una campeona. Qué bueno una campeona en la familia, va a salir en todos los diarios como Gaby Sabatini y viajar por el mundo, nosotros también regocijados vemos a la pequeña como una gran posibilidad para cumplir su sueño. Así Luciana llega a los cinco y a los seis llega al club un entrenador que ve en Luciana lo mismo que ven los padres, una gran posibilidad y con el llega la planificación del trabajo necesario para que Luciana materialice el sueño ahora de tres. Sus padres y el entrenador. El plan es trabajar duro ya que así llegan los campeones. Entrenar todos los días incluso sábado y domingo y cumplir las rutinas de entrenamiento al pie de la letra.

    Así Luciana, de seis años entrena todos los días tenga ganas o no porque llegar es importante. Como se cansa empieza a quejarse, con su entrenador y con su mama. El entrenador la mira fijo y le dice NO seas protestona y trabaja duro porque sino no vas a jugar bien al tenis Pero estoy cansada dice Luciana. No. Vos no estás cansada, vos sos quejona… ¿Me entendiste? Luciana mira para arriba, ese señor grandote parece que sabe entonces no estoy cansada voy a seguir. Mama, me siento mal. Pero Oscar ya habló con la mamá y le explico que para llegar hay que hacer esfuerzos máximos y Luciana es quejona.

    La mama respalda a Oscar y le dice a Luciana: aguanta que es importante para llegar y no te quejés tanto sos una nena valiente y fuerte. Pero mamá me duele la pierna. No te parece es porque no tenés ganas de entrenar. Oscar me duele la pierna. Uh... otra vez vos con tus mariconadas no te duele nada y no pares. Así Luciana tuvo la primera lesión de su vida a los 7 años. A pesar de esto y fruto del entrenamiento Luciana tuvo grandes logros en los campeonatos infantiles, sumado a su talento natural, el entrenamiento al que era sometida hacía que le ganara a todas. Campeona no solo de su categoría sino que le ganaba a la categoría superior de niñas mas grandes. Así Luciana siguió ganando y lesionándose alternativamente y perdió el registro del dolor, ya no se daba cuenta cuando el cuerpo le anunciaba agotamiento de alguna parte…

    Repasando la excelente película "Little girls in pretty boxes" vuelven a nuestras mentes palabras como proteger, renunciar a todo, amor por lo que uno hace, enceguecimiento, responsabilidad en la toma de decisiones, etc.

    Hay en ese film dos diálogos aleccionadores que citaremos y nos sirven de introducción del punto que queríamos desarrollar: los tipos de padres.


Dialogo 1

Madre: no quiero que sigamos con esto...
Hija: ya tú no mandas.
Madre: ¿quién sino?
Hija: yo y Greg (el entrenador).

La hija era una adolescente que hacia gimnasia acrobática y la madre había dejado su trabajo, su ciudad y su marido para ir tras ella.


Diálogo 2

Madre: eres el entrenador y sabes más que yo, pero ella tiene miedo...
Greg: va camino a ser una campeona...
Madre: no quiero que lo intentes.
Greg: tú no decides eso...
Madre: no quiero que se convierta en un curso de supervivencia... y que termine como Dana... el médico dijo que se retire y no te importó y ahora se lesionó... está fracturada y no puede competir más...
Greg: no es mi responsabilidad, no soy el médico ni el padre...y además su desarrollo emocional no me concierne...
Madre: ¿cómo puedes decir eso?

    Finalmente la madre toma la decisión y se vuelven, aun con el odio de su hija a cuestas y con el peso de la frustración de la medalla soñada sobre su cuerpo.

    Viendo este tipo de entrenadores, que los hay, nos resulta más fácil entender este tipo de padres que posibilitan estas instancias destructivas... este entrenador presionaba a su dirigida a mas no poder, sin límite alguno y sin hacerse responsable de las consecuencias... y los padres confiaron en él mucho tiempo antes del adiós... tal vez persiguiendo el propio sueño de la medalla dorada.

    La película finaliza diciendo que de 50.000 niñas adolescentes que había en EEUU solo 7 fueron a los Juegos Olímpicos 2000!!! Todo dicho.

    Retomando "FUTBOL DE PRESION" en los que Roffé cita 3 tipos de padres, nos situaremos en esa clasificación para ampliarla.

Padres indiferentes: son aquellos que nada saben de sus hijos, que poco se preocupan, que no les preguntan nada, no como estrategia para no presionarlos sino por falta de interés y porque están con la cabeza en sus problemas y/o intereses y/o negocios. Ppreguntar, interesarse por el otro es dar afecto y de eso saben muy poco.

Padres equilibrados: aunque parezca mentira existen...se meten lo justo y necesario. Ni muy muy ni tan tan: el preciado y buscado equilibrio. Padres que se preocupan por sus hijos, no realizan preguntas por la eficacia, padres que confían (no depositan) en los entrenadores de sus hijos. Padres que no exigen ni presionan. Padres que disfrutan yéndolos a ver cada tanto y que son felices de verlo bien al hijo/a y que gracias al deporte, tengan cosas para contar. Acompañan.

Padres sobreprotectores: pesados, invasivos, presionantes. "Tanto que lo quiero, tanto lo aprieto" (y sin querer le quito el aire).

Buscan la simpatía del entrenador, están en todos los detalles, no terminan de confiar en el DT.
¡Invaden, queriendo ayudar!
¡Presionan, queriendo ayudar!
¡Malogran a lo que mas quieren, sin querer queriendo! (pueden venir de padres indiferentes y con tal de no repetir y diferenciarse, se van al otro extremo...)

Siguiendo a Smoll

  • Padres vociferantes

  • Padres entrenadores en la banda

  • Padres hipercríticos

Y nosotros agregamos:

  • Padres agresivos

  • Padres exitistas


Guiarlos, descubrir y aprender con él

    Ivan Lendl, múltiple campeón de tenis, confiesa algunas cosas muy interesantes respecto de este punto:

"Creo que mis padres se portaron muy bien conmigo cuando me inicié en la vida tenística. Me presentaron este juego como una opción, como una actividad que a ellos les encantaba y que quizás me gustaría a mí también. Cuando empecé a Jugar un poco en serio me animaron a que hiciera lo que pudiese...al principio la mayor parte del apoyo lo colocaba de ellos. Sin embargo, poco a poco fui depositándolo en preparadores y amigos. Mis padres acertaron en dejarme soltar amarras.... Por ejemplo, cuando derroté a mi madre por primera vez, no volvimos a jugar en forma competitiva nunca. En cambio pasé practicando muchas horas mis golpes con ella".

    Estas palabras auto-referenciales en el capítulo "Canalizar la presión", hay varias palabras claves:

  • Opción

  • Quizás

  • Animarme

  • Competencia no

  • Con ella

    Los padres pueden ser una guía y un agente motivador o un agente de presión. Lendl no habla que fue obligado en ningún momento. Sus padres le plantearon el deporte como una opción que luego EL eligió, pudiendo hacer otra cosa.

    Con la madre jugaba para divertirse y ese es un aprendizaje por hacer, que requiere transformar el en contra en con.

    Para crecer (soltar amarras), también hacen falta padres inteligentes que le den opciones a su hijo/a y que sepan correrse de cierto lugar.

    Los niños y adolescentes participan en el deporte por razones relacionadas con el desarrollo de la competencia, la afirmación de las amistades, la mejora de la forma física y la consecución de la diversión. Son los padres y sus "sustitutos", los entrenadores, los que pueden equivocar los objetivos. A ellos hay que sumar los organizadores de las competencias deportivas. Ellos son los agentes motivante y de "socialización". Los que dictaminan el cuando, el cómo, el dónde, con quién, en qué circunstancias y con qué consecuencias empieza el niño o el joven a practicar deporte (J. Feliú).

    El Barón de Coubertin ha subrayado que el deporte sería un entorno positivo que contribuirá a la educación social y moral de los jóvenes.

    ¿Qué puede decirse de la victoria? En deporte es común igualar la noción de éxito a la victoria. Sin embargo en una filosofía en dónde el ganar lo es todo, los deportistas más jóvenes pueden perder oportunidades de desarrollar sus destrezas, disfrutar con la participación y, sobre todo, formarse como personas (Smoll).

    Cuando un padre pone a su hijo frente a un deporte a edad temprana, solo él sabe que es lo que quiere: a) fabricar un futuro campeón, induciéndolo desde pequeño, b) que se divierta y disfrute de los amigos, del aprendizaje de las reglas y del sol y el aire libre.

    Si la opción es b), puede guiarlo sin saberlo todo, darle la linterna para que intente alumbrar solo, "acompañarlo" en su deseo, compartir y descubrir con él fomentando la calidad de vida y la actividad en común. Después a su tiempo, el hijo/a decidirá si quiere practicar deporte o elegir la posibilidad de ser deportista.

    El libro tiene testimonios de deportistas exitosos como Javier Saviola, Alejandro Domínguez, Vanina Oneto y Anabel Gambero entre otros.

Los autores


Bibliografía
Roffé M. Giscafré N. y Fenili A. (2003) Mi hijo el campeón. Las presiones de los padres y el entorno. Buenos Aires, Lugar Editorial.

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