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La especialización profunda y la formación
de los velocistas cubanos de 100 metros planos

   
Doctor en Ciencias de la Cultura Física
(Cuba)
 
 
Dr. Ariel Muñiz Sanabria
sanabria@iscf.cu
 

 

 

 

 
Resumen
    En el artículo se expone la especialización profunda en las edades tempranas de los talentos cubanos para los 100 metros planos, como una de las causas que ha desfavorecido la formación de especialistas de primer nivel mundial en el país.
    Sobre la base de investigaciones realizadas por el autor desde 1995 hasta la actualidad se argumentan las deficiencias fundamentales que se han presentado en el proceso de preparación de los atletas infantiles (8-12 años) y escolares (13-16 años).
    Entre los argumentos está el estudio descriptivo sobre la iniciación en el atletismo de los 50 corredores cubanos de 100 metros planos más rápidos de la historia. El mismo reveló, contrariamente a lo concebido en el proceso de preparación a largo plazo, que el mayor porcentaje de nuestros mejores exponentes de todos los tiempos no comenzó a practicar el atletismo desde las edades tempranas (categorías infantiles y escolares). Por lo que en esas edades de la niñez y la adolescencia no fueron influenciados directamente por el entrenamiento especializado. Contrariamente, decenas de brillantes campeones infantiles y escolares nacionales no llegaron a obtener en el curso de su carrera deportiva hasta las edades adultas los rendimientos de aquellos que se iniciaron tardíamente.
    Palabras clave: Velocistas. Cuba. Especialización.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 77 - Octubre de 2004

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Introducción

    Cuba fue por muchos años una potencia en los 100 metros planos. El primer gran resultado a nivel internacional lo protagonizó José Barrientos igualando el record mundial de 10.2 segundos en 1927. A él sucedieron otros que brillaron en los escenarios del continente americano y también en todo el mundo; entre ellos: Rafael Fortín, campeón panamericano en 1951 y triple campeón centroamericano, (1946, 1950, 1954); Enrique Figuerola, cuarto lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio 1960, campeón en la Universidad Mundial en Sofía 1961, campeón panamericano en 1963 y subcampeón olímpico en 1964. Otros de relevantes resultados fueron Pablo Montes, cuarto lugar en los Juegos Olímpicos de México 1968, campeón centroamericano en 1970, segundo del listado mundial de 1971 con 10.0 segundos; Hermes Ramírez, líder del listado anual mundial de 1969 con 10.0 segundos y segundo en la temporada de 1970 con tiempo de 10.1.

    A los éxitos de esos reconocidos atletas se sumaron en el transcurso de la década de los años setenta y mediado de los ochenta los protagonizados por Osvaldo Lara, séptimo del listado mundial de 1978 con tiempo de 10.11, quinto lugar en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980; Silvio Leonard, el más veloz de la década de los años 70, segundo hombre en la historia en vencer la barrera de los 10.00 segundos al cronometrar 9.98 segundos en 1977, campeón panamericano en 1975, 1979 y subcampeón olímpico en Moscú 1980; y Leandro Peñalver, campeón panamericano en 1983 con 10.06 tiempo que le valió para ubicarse en el sexto lugar del listado anual mundial de ese año.

    Sin embargo, en la segunda mitad de los años 80 comienza ha declinar el nivel de los especialistas cubanos. Mil novecientos ochenta y siete puede considerarse como el año que inicia la crisis que se ha hecho extensiva hasta el presente 2004. En los Juegos Panamericanos de 1987 celebrados en Indianápolis, Estados Unidos, los dos mejores representantes cubanos de entonces, Leandro Peñalver y Andrés Simón solo alcanzaron arribar a la meta en cuarto y quinto lugar respectivamente. También ese fue el último año en que un corredor cubano de la prueba reina se ubicó en el listado anual de los diez más rápidos del planeta.

    En el campeonato mundial del 1987 ni Peñalver ni Simón pudieron clasificar para la carrera final. En los restantes campeonatos del orbe celebrados (7), la carrera final tampoco ha sido accesible para los exponentes cubanos, como tampoco han sido las de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, Atlanta 1996, Sydney 2000 y Atenas 2004.

    Tampoco en los diez campeonatos mundiales juveniles celebrados desde 1986 se ha podido contar tan siquiera con un especialista en la fase final de la prueba.

    Esta lamentable decadencia en el sector de los 100 metros planos cubano ha generado entre los especialistas y aficionados del país la siguiente interrogante:


¿Por qué en el atletismo cubano se ha hecho imposible la formación de velocistas de 100 metros planos de primer nivel mundial?

    Esta pregunta tiene una respuesta multifactorial que ha podido se revelada científicamente por diversas investigaciones desarrolladas por A. Muñiz (1995-2004); pero por su amplitud y complejidad en este artículo solo se expondrán algunos de los resultados relacionados con el proceso de iniciación de los talentos velocistas cubanos.

    Los resultados fundamentan la necesidad de buscar soluciones metodológicas para eliminar o al menos contrarrestar el dañino campeonismo que se desarrolla en las edades tempranas, el cual deriva en la aplicación de cargas que tienen como resultante la especialización profunda.

    La especialización profunda en las edades tempranas de los talentos para las pruebas de velocidad planas, es la orientación del proceso de entrenamiento en las edades hasta 16 años, con el priorizado objetivo de lograr un rendimiento competitivo máximo y no óptimo, obviando el desarrollo biológico y psicológico de los atletas, resultando en un proceso de entrenamiento con cargas excesivas, priorizando aquellas destinadas para la mejora del rendimiento en distancias de carreras entre los 60 y 600 metros (A. Muñiz, 2004).

    Nacionalmente los más rápidos talentos a la edad de 11 años logran correr los 60 metros en 8.0 segundos, a los 14 los 80 metros en 9.4 segundos y a los 16 años los 100 metros en tiempos inferiores a los 10.7; sin embargo, la mayoría de esos grandes talentos no han podido desarrollar un lógica progresión de sus rendimientos en las edades juveniles y adultas, en esencia, han quedado en el camino hacia el alcance de un rendimiento élite. De esos que sorprenden por el alto desarrollo de sus capacidades en las edades tempranas muy pocos logran rendimientos de primer nivel nacional que les permita integrar el listado de los 50 más veloces de la historia del país.

    Según los datos investigativos (A. Muñiz, 1995-2004), en el proceso de preparación que se ha venido desarrollando con los talentos infantiles y escolares del país se han estado violando incontrolablemente premisas teórico-metodológicas establecidas para un exitoso entrenamiento en estas edades. Estas violaciones han sido detectadas por diferentes estudios que se han apoyado en diversas fuentes.

    Las encuestas y entrevistas aplicadas a entrenadores jefes de cátedras de las escuelas de iniciación deportiva escolar (EIDE), escuelas de perfeccionamiento atlético provincial y nacional (ESPA), metodólogos de la Federación Cubana, entrenadores de los equipos nacionales y catedráticos, permitieron hacer coincidir las siguientes consideraciones sobre el entrenamiento de los atletas escolares:

  • · La preparación técnica no alcanza el nivel de satisfacción que es necesario en estas edades.

  • Se subvalora el entrenamiento de la movilidad articular.

  • Se excede el entrenamiento correspondiente a la resistencia a la velocidad.

  • Se intensifica excesivamente el entrenamiento de fuerza con pesas.

  • Existe el consenso de que se queman etapas, se violenta la preparación, que el objetivo de ganar en las competiciones nacionales deriva en la agresión del organismo del atleta; el precio de entrenar para ganar en muchos casos es acortar la vida atlética de los talentos que por excesiva presión psicológica, o estancamientos en sus rendimientos en edades juveniles deciden abandonar el atletismo.

  • Recomiendan que una de las soluciones para incrementar la eficiencia en el proceso de formación de los talentos para las pruebas de velocidad planas es eliminar el campeonismo; y a partir de una profundización en la selección de talentos en todo el país entonces potenciar la metodología del entrenamiento en las edades tempranas, donde una tarea esencial ha lograr ha de ser la mayor eficiencia motriz de los atletas.

    Otros novedosos resultados investigativos fueron obtenidos con el estudio teórico de los sistemas de competición oficiales convocados para las diferentes categorías competitivas (10-11, 11-12, 12-13, 13-14, 14-15, 15-16) según las convocadas desde 1963.

    Se confirmó que los sistemas de competición constituyen una causa fundamental al incumplimiento de premisas teórico-metodológicas del entrenamiento, pues:

  • Los mismos han contenido niveles de riesgo para la eficiente preparación de los atletas, contradiciéndose con la lógica del desarrollo que se ha de procurar en estas tempranas edades, para garantizar un desarrollo a largo plazo apropiado a la aspiración de formar especialistas de élite mundial.

  • Los niveles de riesgo son de orden biológico, psicológico y didáctico. En lo biológico se propician el Nivel de sobreuso de sistema energético láctico, Nivel de lesiones y/o traumas musculares y articulares; en lo psicológico Nivel de stress, desmotivación y abandono de la practica del atletismo; y en lo didáctico Nivel de escasa atención a las capacidades motrices básicas que deben ser priorizadas para esas edades, y Nivel de especialización profunda.

    Estos niveles (A. Muñiz, 2004) son el resultado de la relación sistémica que se establece entre las pruebas-forma de competición de las pruebas-criterio de victoria individual-criterio de victoria por equipo. Por las características de estos componentes y la dependencia entre ellos, se ha estado estimulando a los entrenadores a que apliquen de cargas de entrenamiento altamente especializadas a los niños y adolescentes.

    Ejemplo de un subsistema de competición que ha posibilitado una inapropiada orientación del proceso de entrenamiento en los talentos escolares, es el aplicado para la categoría 15-16 años desde mediado de los años 80 hasta 1993. El mismo contenía como pruebas los 100, 200 y 400 metros planos, pero integradas en un triatlón, por lo que se precisaba a una preparación para rendir el máximo en las tres distancias, ya que la selección del ganador era por la máxima acumulación de puntos originados del rendimiento de las tres pruebas.

    El anterior ejemplo ilustra como las mismas bases de la competición orientan el proceso de entrenamiento hacia la aplicación de cargas altamente exigentes y especializadas en los atletas que aún se hayan en la etapa de preparación deportiva preliminar (EPDP) (Matveev, 1967).

    Mientras que el fundamento teórico de esta primera etapa del proceso de preparación a largo plazo plantea que el atleta debe comenzar a desarrollarse progresivamente y sin marcada acentuación en las pruebas de velocidad durante estas edades, el sistema de competición exigía un entrenamiento para un rendimiento máximo en las tres pruebas de velocidad planas, concebidas como oficiales en las máximas competiciones del atletismo.

    ¿Acaso existe alguna variante de entrenamiento que permite obtener un máximo rendimiento competitivo (ganar el título nacional) en un triatlón de 100, 200 y 400 metros que no sea la de un entrenamiento donde se profundice el trabajo específico para esas distancias? Esta claro que no, hay que acudir a métodos y contenidos con una orientación funcional y motriz de alta especificidad.

    Este fenómeno de un entrenamiento carente de eficiencia en las edades tempranas tiene otra respuesta en la investigación descriptiva relacionada con la iniciación en el atletismo de los más veloces especialistas nacionales de la historia. La misma presentó como Objetivos:

  1. Conocer las edades y categorías competitivas en las que ha predominado la iniciación a la práctica oficial del atletismo de los más veloces corredores cubanos de 100 metros planos de todos los tiempos.

  2. Conocer de los más rápidos velocistas cubanos de 100 metros planos de todos los tiempos, si al comenzar la practica oficial del atletismo habían practicado otro deporte.

    Para dar cumplimiento a los objetivos se consideraron los siguientes aspectos correspondientes a Materiales y Métodos.

    Para el desarrollo de la investigación se tomó como muestra el listado cubano de los 50 corredores más veloces de todos los tiempos, considerando los registros electrónicos. El listado fue confeccionado y avalado por el Centro de Investigación e Informática del Deporte "CINID".

    A los atletas se les aplicó una encuesta que interrogaba sobre los siguientes aspectos:

  • Edad inicio a la práctica oficial del atletismo.

  • Categorías competitivas en la que inició la practica oficial del atletismo.

  • Edad inicio de entrenamiento en el área de velocidad.

  • Otras disciplinas del atletismo entrenadas en el transcurso de su carrera atlética.

  • Otros deportes entrenados antes de dedicarse a la práctica oficial del atletismo y tiempo en ellos.

    La encuesta fue aplicada en las variantes personal, telefónica, por correo, y grupal. Una vez obtenida la información se realizó el procesamiento de los datos de los distintos indicadores explorados. El procesamiento se realizó considerando tanto la muestra total como la representación de los 25 y 10 más veloces; ello con el objetivo de ver como se comportaban los valores de los distintos indicadores con el aumento de la calidad de la muestra. A partir de los métodos del nivel teórico analítico-sintético, deductivo y generalización fue posible el Análisis de los Resultados.

    La aplicación de la encuesta fue posible a 42 de los 50 atletas que integraban el listado, más al hermano de uno que es fallecido, resultando un total de 43 atletas.

    De ese total el mayor porcentaje de los mismos no tuvo su inició en el atletismo en las edades tempranas, dígase, categorías infantiles (8-9, 9-10, 10-11,11-12, 12-13 años) y escolares (13-14 ,14-15, 15-16 años), lo que es igual a expresar en la etapa de preparación deportiva preliminar (EPDP); obsérvese en la tabla 1 que el 51.2 % inició la practica oficial del atletismo a partir de la categoría juvenil, es decir, a partir de la edad competitiva de 17 años.

    El porcentaje de atletas que se inició en las edades juveniles (39.6%) es mayor que el correspondiente a los atletas iniciados en las categorías infantiles y escolares.

    De los 43 atletas solo 8 iniciaron la practica del atletismo antes de la edad competitiva de 13 años para un bajo 18.6%; este porcentaje se hace menor entre los 25 atletas más rápidos y es 0% entre los 10 más rápidos de la historia.

    De los 14 exponentes cubanos que han logrado correr los 100 metros planos en un tiempo inferior a los 10.30 segundos ninguno comenzó a entrenarse en el campo y pista en las edades correspondiente a las categorías que se enmarca en las niñez (infantiles), lo que es similar a expresar antes de la edad competitiva de los 13 años. Esta es la edad en la que nuestro mejor especialista, Silvio Leonard, comenzó sus entrenamientos, precisamente con el inicio de la categoría escolar (adolescencia).

    Entre los 25 más rápidos (9.98 a 10.41) en comparación con los 43 del listado de los 50 (9.98 a 10.56), hay un 12.8 % más de atletas iniciados en las edades juveniles o adultas; en este caso la suma es de 64%, la cual se incrementa otro 6 % al analizar el selecto grupo de los 10 más veloces del país (9.98 a 10.21).

Tabla 1. La iniciación en el atletismo, según las categorías, de los más veloces especialistas cubanos de 100 metros planos de la historia


(xx): cantidad de atletas de los que se pudo obtener los datos de su iniciación en el atletismo

    A partir de que el mayor porcentaje de los atletas no transitaron oficialmente por la practica del atletismo en las edades de la EPDP, y que cuando se subdividió la muestra en busca de concentrar la mayor calidad, son menos los que se iniciaron en las edades infantiles, permite la afirmación de la no incidencia del entrenamiento de atletismo en las tempranas edades en la formación del mayor porcentaje de los más destacados exponentes nacionales analizados en esta investigación.

    También se pudo conocer, como dato característico de la muestra analizada, que de los 43 atletas, 28 de ellos para un 65.1 % se dedicaron a la practica oficial de al menos un deporte antes de dedicarse al atletismo. Entre los 25 atletas más veloces 19 de ellos para un 76 % son los que presentan esta característica; mientras que entre los 10 de mejores rendimientos históricos del país el 90 % práctico igualmente al menos un deporte antes de la dedicación al atletismo.

    Los deportes predominantes son de los clasificados como juegos deportivos: béisbol, fútbol y voleibol, practicados por un total de 17 atletas; seguidos de los deportes de combate judo y boxeo. Esta preponderancia de los juegos no debe considerarse casual, a la misma no sería erróneo atribuirle la determinante influencia que proporciona el mayor carácter lúdicro de esos deportes sobre los de otras clasificaciones, lo cual favorece la motivación de los niños y adolescentes a la práctica deportiva.





De izquierda a derecha L. Peñalver, A. Simón y O. Lara, los tres velocistas más veloces de Cuba que sucedieron a Silvio Leonard. Ninguno de ellos se dedicó a la práctica oficial del atletismo en las edades de la niñez ni en la adolescencia. Tampoco, lógicamente, fueron atletas de la matrícula de las "Escuelas de Iniciación Deportiva Escolar", por lo que no fueron influenciados por la exigencia de la preparación que caracteriza a los centros de alto rendimiento escolar.






Tabla 2. Los tres especialistas cubanos de 100 metros planos más veloces considerando la
inclusión en la década donde obtuvo el mejor rendimiento personal

    Los resultados analizados permitieron arribar a las siguientes Conclusiones:

  1. En el listado de los 50 corredores cubanos de 100 metros planos más veloces de la historia predominan los atletas que se iniciaron en la practica oficial del atletismo a partir de la edad competitiva de 17 años, es decir en la categoría juvenil. Por lo que esos atletas recibieron entrenamiento especializado a partir de la etapa de vida juvenil (culminación de la maduración sexual), no siendo influenciados en su formación como velocistas por el proceso de preparación concebido para los talentos en las edades de la niñez y la adolescencia.

  2. El mayor porcentaje entre los 50 corredores cubanos más rápidos de la historia se inició en la práctica oficial del atletismo luego de haber practicado otros deportes al menos durante una temporada. Lo cual unido al lógico aporte a su cultura motriz, posibilitó un inicio más tardío en el atletismo y en lo particular al entrenamiento altamente especializado en las carreras de velocidad.

    Lo concluido en esta investigación hace necesario el planteamiento de la siguiente Recomendación:

  1. Propiciar la implementación de soluciones metodológicas que combatan la especialización profunda en las edades tempranas, para contribuir a la mayor eficiencia del proceso de preparación de los talentos para los 100 metros planos en aras de aspirar a la formación de especialistas cubanos de primer nivel mundial.

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revista digital · Año 10 · N° 77 | Buenos Aires, Octubre 2004  
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