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Estado y deporte en Guatemala 1873-1921

   
Historiador
(Costa Rica)
 
 
Chester Urbina Gaitán
chesterurbina@costarricense.cr
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 75 - Agosto de 2004

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Introducción

    El uso ideológico de las diversiones públicas en Guatemala, en este caso el del deporte ha sido un aspecto poco estudiado de la historia cultural de este país. Sobre el deporte en general en el país existe el artículo de de Richard Mc Gehee (1), el cual brinda datos importantes sobre los inicios de las diferentes disciplinas, pero no analiza la posición del Estado en su promoción y el papel del deporte en el proyecto de regeneración social de los gobernantes liberales guatemaltecos. Ante esto el presente trabajo pretende analizar las políticas estatales en torno a la práctica del deporte, principalmente en su utilización como mecanismo para transmitir un sentimiento de pertenencia nacional durante el período 1873-1921. Cabe destacar que lo que a continuación se expone es un resumen de algunos de los principales contenidos de mi tesis de Maestría en Ciencias Sociales titulada: Deporte y Nación (1881-1950). El caso del fútbol en Guatemala, presentada en la FLACSO Guatemala en el 2003. Se hace la salvedad que debido a su trayectoria particular el fútbol no será analizado.


La promoción estatal en torno al deporte

    Durante el período de estudio es evidente el interés de identificar a los sectores ladinos con el ideario civilizatorio liberal a través de su incorporación al ejército (2). El plan de estudios de la Escuela Politécnica (1873) contemplaba la impartición de lecciones de gimnasia, esgrima, equitación y boxeo (3).

    Las carreras de caballos fue el primer deporte del que se tiene noticia en ser practicado por la burguesía guatemalteca y su promoción contó desde el principio con el apoyo económico estatal. Con el fin de mejorar las razas de caballos en el país, se dispuso en noviembre de 1880 que la Junta Directiva de la Sociedad Zootécnica diera cuatro mil pesos del Tesoro Nacional para premios de las carreras de caballos (4). La promoción estatal y la capacidad económica de los caballistas influyeron para que la hípica, se organizara primero que cualquier otra disciplina (5). El primer club hípico nacional, el Jockey Club de Guatemala, se fundó en la capital a principios de mayo de 1881. Dicha organización se puso bajo el patronazgo del presidente Justo Rufino Barrios. Según sus estatutos eran socios los que se suscribieran con veinticinco pesos como cuota de entrada y un peso como cuota mensual, lo que demuestra su carácter exclusivo, debido a que pocas personas podían costear tales sumas de dinero.

    Esta asociación puede ser considerada como el primer club deportivo que se estableció en el país, dominando la actividad deportiva nacional hasta principios del siglo XX. Para finales de marzo de 1883 se acordó entregarle a la Compañía del Hipódromo del Norte la suma de cinco mil pesos, los que se invertirían en premios y otras erogaciones que demandaba la feria de mayo (6). A principios de 1886 el gobierno anunció que, con el objetivo de hacer completa en lo posible la instrucción militar impartida en la Escuela Politécnica, se dispuso que el Director de la Escuela de Veterinaria, lo fuera a la vez de la de Equitación. Recibirían la instrucción ecuestre los cadetes a los que les faltara dos años para terminar sus estudios (7).

    La enseñanza de la calistenia fue una materia de las escuelas del país, por lo que estos centros de enseñanza algunas veces hacían concursos de este ejercicio y de baile. Al mediodía del 12 de noviembre de 1893, en la Escuela de Artes y Oficios Femeniles se celebraron unos ejercicios calisténicos muy lúcidos (8).

    A mediados de setiembre del mismo año fueron realizadas en la capital los primeros juegos atléticos de que se tiene noticia, los cuales se organizaron en el lugar antes mencionado a iniciativa del estadounidense José H. Pratt. El señor Pratt vino al país atendiendo el llamado del gobierno para organizar el cuerpo de policía (9).

    En lo concerniente a la esgrima las fuentes confirman que, para mediados de julio de 1886, se nombró al Comandante Segundo Francisco Moreno, para que con el sueldo de su graduación se hiciera cargo de las clases de esgrima y florete, las cuales daría alternativamente en los cuerpos militares de la ciudad capital, en sustitución del belga Francisco Courtheaux (10). A finales de mayo de 1887, se le encargó a Aquiles Forte, director de la escuela de esgrima de la capital, dar una clase de este deporte en el Colegio de San Agustín del presbítero Solís (11).

    Para las fiestas de agosto de 1902, y más específicamente, para el 15 de ese mes, el presidente Estrada Cabrera, junto a su Estado Mayor, asistió a todas las carreras de caballos que se realizaron en el hipódromo. Lo importante de esta visita radicó en el hecho de que el mandatario dio orden para que todo el pueblo entrara sin pagar. La multitud buscó puesto cerca de la pista y en donde mejor le pareció (12). Esta medida la hizo el dictador para ganar popularidad; en ningún momento pretendía convertir las carreras de caballos en el deporte nacional de Guatemala, ya que el tener los equinos adecuados, brindarle las atenciones y útiles necesarios eran cosas que no estaban al alcance de cualquiera.

    Debido a que el hipódromo del Norte era el principal centro de sociabilidad capitalino - con excepción del Teatro Colón - dejando importantes ganancias a sus arrendatarios, este fue utilizado para transmitir el nacionalismo que promovía el régimen de Estrada Cabrera. A fines de julio de 1905 se le permitía a don Francisco Pereira el uso de esta edificación, por el término de un año, prorrogable a tres, para que organizara por su cuenta en los meses de agosto, noviembre y febrero, así como en otros en que se juzgara oportuno, carreras de caballos, sulkys, carreras de cintas, de bicicletas y otras diversiones como corzos de flores y otras clases de "sports".

    En las fiestas de carnaval se prohibió todo juego que perjudicara la salud o ensuciara el traje, y solamente se admitirían ventas de refrescos. En este contrato Pereira se comprometió a ceder un cinco por ciento de las ganancias que obtuviera a favor del Asilo de Convalecientes "Estrada Cabrera", así como a mantener por su cuenta, un guardián que se encargara del cuidado del mapa de la República, en relieve, que se construía en el hipódromo antes citado (13). Sobre el uso ideológico del mapa, Benedict Anderson señala que: "el mapa-logotipo, al instante reconocido y visible por doquier, penetró profundamente en la imaginación popular, formando un poderoso emblema de los nacionalismos..." (14) Empero, para el caso guatemalteco esta identificación no tuvo un alcance nacional debido a lo exclusivo de las carreras de caballos, amén de que desde finales del siglo XIX, la ideología étnica oficial ha construido un imaginario del ser guatemalteco en torno a la figura del no indígena.

    Según una información periodística, el hipódromo de Antigua fue estrenado en los días de la feria de noviembre de 1912. Esta edificación se hizo gracias a que el Jefe Político de ese lugar, coronel Rafael Yaquián obtuvo el terreno - en una finca llamada "Las Ilusiones" - y los materiales para construirlo (15), mientras que, a principios de octubre de 1912 quedaron establecidas en la Escuela Práctica de Varones de la capital, las clases de equitación y caballería (16).

    El primer campeonato de esta disciplina en el país se disputó como parte de las celebraciones de las Fiestas de Minerva de 1916. Fue el 30 de octubre de ese año, que el club Víctor conquistó el título nacional al vencer al American Athletic Association, por un marcador de 20 carreras a 2 (17). El presidente Estrada Cabrera le entregó al Víctor la bandera regalada por el gobierno y que constituía el primer premio de esta competición; así como la copa de plata que obsequiaba don Carlos Matheu, representante de la Compañía Norte-Americana (18).


Estado, Higiene y Deporte en Guatemala

    La instauración del Estado moderno requirió la construcción de una compleja red de control de los sectores dominados, coordinando las labores de la policía, del cuerpo médico y de las instituciones educativas (19). Esta política respondió al interés estatal de legitimar un sistema de dominación (20) y de obtención de hegemonía (21). Sobre la dominación de la burguesía, Gramsci apunta el hecho de que, la hegemonía presupone tener en cuenta los intereses y las tendencias de los grupos sobre los cuales se ejerce y la formación de un cierto equilibrio de compromiso, es decir, que el grupo dirigente haga "sacrificios" de orden económico-corporativo para mantener su dominación (22). Esta idea es importante, ya que resalta una práctica política fundamental, en el sentido de que la clase política dominante tiene que ser no sólo gobernante, sino dirigente; debe de articular los intereses del pueblo con los suyos propios. Tal dimensión integradora no se dio en Guatemala durante el período de estudio.

    Sobre la construcción de los Estados-nación, Hobsbawm señala que en este proceso los Estados se sirven de instrumentos - tales como la ciudadanía, educación, ejército, etc. - para transmitir su idea de nación hacia el resto de sectores sociales (23). Sin embargo, las ideas de nación también reciben la influencia de los sectores subalternos, quienes reelaboran y adaptan a sus condiciones particulares lo que las elites intelectuales, económicas y políticas producen para legitimarse en el poder (24).

    Aunque el modelo de Estado-nación fue exportado a nivel mundial, este no fue calcado fielmente. En Guatemala el Estado, lejos de desempeñar un papel de preventor a nivel de control sanitario, más bien se encargó de hacer todo lo contrario. Por ejemplo, según Mc Creery, la prostitución legal, controlada por el Estado, jugó un papel de importancia, al proteger y hacer valer las tradiciones culturales de la elite de los ladinos. Es destacable el papel tan activo del Estado en introducir a mujeres - que no pertenecían a la elite capitalina o que se les incriminaba - en los lupanares. Es decir, que el Estado no les dejó ni siquiera ejercer en forma voluntaria la prostitución como la forma más viable de sobrevivir (25).

    El deporte no fue, durante los años estudiados un asunto prioritario para el Estado guatemalteco. Esto aunque se comprobará más adelante, se refuerza con lo señalado para el caso de la salubridad pública, donde pese a los estrechos vínculos entre Estrada Cabrera y el gobierno estadounidense, la misión contra la anquilostomiasis de la Fundación Rockefeller de principios del siglo XX no tuvo la acogida necesaria por el dictador y la comunidad médica local. Así, el proyecto guatemalteco fue el más ineptamente llevado a cabo por esta fundación en Centroamérica. Sin asistencia prácticamente del gobierno y con un liderazgo poco ambicioso, el trabajo contra la anquilostomiasis se concentró fuertemente las fincas agroexportadoras del sur y de las planicies costeras, donde radicaban las principales plantaciones de café del país (26).

    En 1871 ascendió al poder en Guatemala un grupo de gobernantes de filiación liberal, que buscó crear el Estado-nación. Este proyecto político no tuvo una dimensión integradora, pues terminó por ser selectivo. Esta selección se hizo ladino e indígena por la lógica estatal de promover una "ciudadanización diferenciada" entre la población (27). Es palpable el interés estatal en transformar a los trabajadores urbanos y sus redes de poder ladina e indígena rurales en sustento de apoyo a su ideario.

    Aunque teóricamente la principal herramienta de construcción de la hegemonía ha sido la política de educación pública (28). La política de educación estatal en Guatemala durante los años analizados no tuvo como objetivo trastocar las costumbres de los sectores subalternos. Debido a que el régimen de trabajo forzado imposibilitó a los sectores indígenas el acceso a la educación y, cuando la tenían, era en escuelas para indígenas, especializándose en una educación campesina. Por el contrario, el trabajo si desempeñó un claro rol como medio de coacción y control social y, por lo tanto, de constructor y reproductor de visiones y realidades hegemónicas.

    En esta parte del artículo se hará un recuento de las obras utilizadas por el Estado para impulsar la práctica del deporte a nivel nacional a través de la educación, los alcances de esta postura política, así como un estudio del control estatal sobre el asociacionismo deportivo guatemalteco. Acerca de las obras escritas sobre la práctica del ejercicio físico en Guatemala, se tiene la del Dr. Pedro Felipe Monlau de 1895. En este libro de texto, diseñado para ser usado en las escuelas de niñas y colegios de señoritas, el galeno, aparte de clasificar los diferentes tipos de ejercicios, recomendaba las ventajas de su práctica (29). En 1900 la Tipografía Nacional publicó el libro de Rafael Spinola titulado: Moral Razonada y Lecturas Escogidas. El autor en el capítulo tercero toca el tema del ejercicio, sus aportes a la salud humana y los más convenientes para los niños. Debe resaltarse el hecho de que la obra constituía el primer curso de moral para las escuelas primarias de varones (30).

    Seguidamente, para los últimos días del mes de abril de 1907, Máximo Soto Hall puso a la venta su Cartilla de Higiene Escolar, declarada obra de texto para las escuelas nacionales (31). Por último, en 1921 el médico Alberto Padilla en una recopilación sobre higiene escolar, decía que, bajo el punto de vista fisiológico, la práctica de la gimnasia producía los resultados siguientes: primero, aumentaba la ampliación toráxica, favoreciendo el trabajo de los pulmones, y por consiguiente, activaba la circulación; segundo, favorecía el desenvolvimiento del esqueleto; tercero, acrecentaba la fuerza muscular; y por último, enseñaba al niño a coordinar sus movimientos (32).

    La poca promoción estatal hacia la práctica del deporte fue motivo para que la prensa emitiera algunas veces serias críticas sobre tal situación. Al respecto se tiene la siguiente opinión: "La educación física que reciben los alumnos de la mayor parte de los colegios y escuelas, se halla limitada a ejercicios calisténicos (sic) y gimnásticos, en salones destinados al efecto. Para que los juegos al aire libre se generalicen es necesario que se habiliten plazas de juegos en número suficiente, pues únicamente de ese modo se obtendrá una juventud vigorosa y bien preparada para entrar con ventaja en la lucha por la vida (33)."

    También se abogó por la expansión del deporte hacia los sectores trabajadores, tal y como se manifiesta en un artículo titulado "Cultura física obrera": "Es justamente al pueblo, al que debemos estimular, a la práctica de los deportes, debemos habituarlo a ella, procurando en esa forma apartarlo de la taberna y acaso del crimen, y hacemos obra triplemente patriótica, haciéndole fuerte, dignificándole al inculcarle luego la noción exacta de sus deberes y abriéndole nuevos horizontes para su progreso (34)."

    Pese a estas preocupaciones es claro que, la poca expansión del deporte radicó en el agravamiento del legado estamental colonial por parte de los liberales con la implantación de la bipolaridad indio-ladino. Al mismo tiempo que los liberales adaptaban la estructura estatal a sus intereses políticos y económicos, se dedicaron a expropiar al campesinado de sus tierras comunales y a institucionalizar el trabajo forzado en las plantaciones cafetaleras. Es así como en la sociedad guatemalteca se asentó la gran contradicción de la economía del café, que por una parte, enriquecía a los comerciantes, empresarios agrarios, banqueros extranjeros, políticos corruptos y grandes finqueros; y, por la otra, empobrecía a la masa de trabajadores ladinos e indígenas.

    Esta situación hizo que el Estado guatemalteco fuera muy frágil a nivel económico, por lo que su proyecto de creación de un sentimiento de identidad nacional a través del deporte se concentró en el ámbito urbano. En este punto, tanto Guatemala, Costa Rica y El Salvador compartieron a nivel general la misma debilidad económica, por lo que no pudieron superar la pobreza económica de la hacienda pública y las crisis económicas, factores que incidieron en la escasez de instalaciones deportivas adecuadas y el suficiente número de maestros de educación física (35).

    Además, deben tomarse en cuenta los accidentes geográficos, las problemáticas relativas a los límites políticos-culturales arbitrarios de los pueblos indígenas, y el hermetismo cultural de las comunidades indígenas, las que tenían como su institución comunal representativa y de resistencia cultural a la cofradía (36). Por su parte, la Iglesia católica no pudo jugar un papel de mediador entre las poblaciones indígenas y el Estado, debido al programa modernizador de Justo Rufino Barrios, que a partir de 1873, tuvo como uno de sus objetivos centrales la secularización del Estado. En ese mismo año, se trasladó el control de los bienes eclesiásticos al Estado, con lo que posteriormente fueron distribuidos o vendidos. El Estado por su parte tampoco desempeñó este papel.

    El control estatal en la práctica del deporte se reflejó en los estatutos que los centros deportivos debían presentar al Poder Ejecutivo para su aprobación. Del período de estudio únicamente se tienen los ofrecidos por el Jockey Club de Guatemala (1882) (37), el Club Gimnasio y Sala de Armas (1893) (38), la Unión Ciclista Guatemalteca (1896) (39), el Gay Sport Club (1910) (40), la Liga Deportiva de Guatemala (1921) (41) y el Club Deportivo Militar (1921) (42). A nivel general, del análisis de sus estatutos se desprende una estructura central, que giró en torno a tres puntos: 1. Nombre y objeto del club deportivo, donde se señalaba el interés por el fomento del deporte. 2. Requisitos, obligaciones y clasificación de los socios; a nivel general los integrantes de la asociación deportiva se dividían en socios fundadores, contribuyentes y honorarios, y 3. Forma de administración de la entidad deportiva, el manejo de la corporación se delegaba a una Junta Directiva, formada por un presidente, un vicepresidente, cuatro vocales, un tesorero y un secretario, teniendo los dos últimos sus suplentes respectivos.

    En el caso de la Liga Deportiva de Guatemala es importante resaltar que su objetivo fundamental era desarrollar, fomentar y sostener las actividades de todas las sociedades que se interesaban por el deporte amateur, bajo cierta forma del profesional, así como ayudar a la formación de nuevas agrupaciones de esta índole y establecer relaciones amistosas entre ellas, organizando anualmente campeonatos para cada clase de deporte. Se prohibió entre sus asociados toda manifestación política o religiosa. Además, se expresó que era la única organización autorizada por el Comité Internacional Olímpico, para registrar records y campeonatos en Guatemala.

    Esta federación gestionaría la venida al país de equipos extranjeros de primera línea de todos los deportes, y la recíproca visita de una selección nacional. Se consideraba como amateur quien se dedicaba al deporte como distracción, sin recibir un beneficio material, directa o indirectamente. Era profesional, quien obtenía de la práctica del deporte todo o parte de sus medios de existencia. El profesional de un deporte no podía ser, ni volver a ser amateur en otros deportes. El profesor de algún deporte que no practicara era considerado amateur. Como hecho importante sobresale que el primer presidente de esta Liga lo fue el comandante Miguel Ydígoras Fuentes, posterior presidente de la República.


Conclusión

    El deporte en Guatemala durante los años estudiados no permitió la transmisión de un sentimiento de pertenencia nacional debido a que la forma de dominación de los gobernantes guatemaltecos estuvo basada en la servidumbre y el autoritarismo. Es por eso que esta actividad no fue utilizada por ninguno de los dictadores que gobernaron el país para volver legítimos sus respectivos regímenes. Esto se debe a que tales personajes echaron mano de la fuerza y la represión para mantenerse en el poder. Pese a esto no puede decirse que el Estado no haya apoyado del todo a la actividad deportiva, sin embargo, tal medida se tomó para brindar entretenimiento a la elite criolla y ladina de las ciudades de Guatemala y Quetzaltenango, principales urbes del centro y del occidente cafetalero del país. Regiones donde se concentraban el capital, las mejores vías de comunicación y los campos deportivos más adecuados, lo que comprueba el carácter exclusivo y racista que tuvo el deporte en Guatemala durante el período analizado. La organización de los Primeros Juegos Centroamericanos le impuso al sector gobernante la necesidad de mejorar el nivel del deporte que practicaba, por lo que no es extraño que en 1921 los militares asumieran la centralización de la actividad deportiva a nivel nacional. De lo que se desprende que la ejecución del deporte siguiera siendo coto absoluto del grupo dominante criollo, ladino y extranjero, lo que impidió su desarrollo y apropiación a nivel nacional.


Notas

  1. Mc Gehee, Richard V. "Nacimiento y desarrollo inicial del deporte moderno". En: Historia General de Guatemala. Tomo V. "Época contemporánea: 1898-1944". Guatemala: Asociación de Amigos del País-Fundación para la Cultura y el Desarrollo, 1996. pp. 349-352.

  2. Adams, Richard N. Etnicidad en el ejército de la Guatemala liberal (1870-1915). Guatemala: FLACSO, 1995. pp. 20-21.

  3. Samayoa Coronado, Francisco A. La Escuela Politécnica a través de su historia. Tomo I. Guatemala: Tipografía Nacional, 1964. p.38; y, op.cit. Tomo II. p.28.

  4. El Guatemalteco. Viernes 19 de noviembre de 1880. Año VII. No.3415. p.3

  5. Fenómeno similar ocurrió en Costa Rica pero en 1873. Urbina Gaitán, Chester. Costa Rica y el deporte (1873-1921). Un estudio acerca del origen del fútbol y la construcción de un deporte nacional. Heredia: Editorial de la Universidad Nacional, 2001. pp.52-53.

  6. El Guatemalteco. Martes 27 de marzo de 1883. Año X. No.438. pp.3-4.

  7. Ibid. Sábado 30 de enero de 1886. No.26. p.103.

  8. Diario de Centroamérica. Lunes 13 de noviembre de 1893. Vol. LXVII. No.3.577. p.2.

  9. Ibid. Jueves 19 de abril de 1888. Vol. XI. No.555. p.3.

  10. Ibid. Sábado 17 de julio de 1886. Tomo II. No.162. p.648.

  11. La Estrella de Guatemala. Jueves 26 de mayo de 1887. Vol. VI. No.299. p.3.

  12. Diario de Centroamérica. Lunes 18 de agosto de 1902. Vol. CLIX. No.6.125. p.1.

  13. El Guatemalteco. Miércoles 26 de julio de 1905. Tomo LVIII. No.4. p.13.

  14. Anderson, Benedict. Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1993. p.245.

  15. Diario de Centroamérica. Lunes 30 de setiembre de 1912. Año XXXIII. No.8.987. p.8.

  16. Ibid. Miércoles 2 de octubre de 1912. Año XXXIII. No.8.989. p.8.

  17. Ibid. Jueves 2 de noviembre de 1916. Año XXXVII. No.10.211. p.1.

  18. Ibid. Sábado 4 de noviembre de 1916. Año XXXVII. No.10.213. p.5.

  19. Foucault, Michel. Vigilar y castigar. Decimosegunda edición. Madrid: Siglo XXI, 2000.

  20. Para Weber "la legitimidad de una dominación debe considerarse sólo como una probabilidad, la de ser tratada prácticamente como tal y mantenida en una proporción importante". Esta idea se encuentra contenida en: Weber, Max. Economía y sociedad. Decimotercera reimpresión. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1999. p.171.

  21. Williams, Raymond. Marxismo y literatura. Barcelona: Editorial Península, 1980. p.131.

  22. Gramsci, Antonio. Notas sobre Maquiavelo, sobre política y sobre Estado moderno. México D.F.: Editorial Juan Pablos, 1975. p.55.

  23. Hobsbawm, Eric. Naciones y nacionalismo desde 1780. Barcelona: Editorial Crítica, 1991.

  24. Gellner, Ernest. Naciones y nacionalismos. México: CONACULTA/Alianza Editorial, 1991.

  25. Mc Creery, David. "Una vida de miseria y vergüenza: prostitución femenina en la ciudad de Guatemala, 1880-1920". En: "Mesoamérica". Año 7. Cuaderno 11. Junio de 1986. Antigua: CIRMA, pp.57-58.

  26. Palmer, Steven. "Salud imperial y educación popular. La Fundación Rockefeller en Costa Rica desde una perspectiva centroamericana (1914-1921)". En: Molina, Iván, y, Palmer, Steven. Educando a Costa Rica. Alfabetización popular, formación docente y género (1880-1950). San José: Editorial Porvenir, 2000. pp. 152-153.

  27. En este sentido es necesario la consulta a: Taracena Arriola, Arturo, et.al. Etnicidad, Estado y nación en Guatemala 1808-1944. Guatemala: Nawal Wuj, 2002. Asimismo véase: Piel, Jean. "¿Fuera el Estado del Estado? ¿Afuera la nación? El Quiché oriental frente al Estado-nación guatemalteco de 1821 a 1970". En: Taracena A., Arturo y Piel, Jean. Identidades nacionales y Estado moderno en Centroamérica. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1995. p.188. En la misma línea Little-Siebold apunta que, el Estado guatemalteco por su fragilidad económica no pudo tener un fuerte control social de la población. Little-Siebold, Todd. "Guatemala en el período liberal: patria chica, patria grande. Reflexiones sobre el Estado y la comunidad en transición". En: ibid. pp.223-236. También: Taracena Arriola, Arturo. 1997; y, Little-Siebold, Todd. "La centrifugación del Estado: sueños centralistas, realidades locales. Formación, deformación y reformación del Estado guatemalteco, 1871-1945". En: Piel, Jean y Little-Siebold, Todd. Entre comunidad y nación. La historia de Guatemala revisitada desde lo local y lo regional. Antigua: CIRMA, 1999. pp. 143-165.

  28. González Orellana, Carlos. Historia de la educación en Guatemala. Guatemala: Editorial Universitaria, 1987.

  29. Monlau, Pedro Felipe. Nociones de higiene doméstica y gobierno de la casa para uso de las escuelas de primera enseñanza de niñas. Guatemala: Tipografía Nacional, 1895. p.32.

  30. Diario de Centroamérica. Martes 29 de mayo de 1900. Vol. CXXXV. No.5.484. p.4.

  31. Ibid. Sábado 27 de abril de 1907. Vol. CLXXVIII. No.7.456. p.2.

  32. Lecciones de higiene escolar. Recopiladas por Alberto Padilla y adaptadas a los establecimientos de enseñanza de la república. Guatemala: Tipografía Nacional, 1921. p.30.

  33. Diario de Centroamérica. Viernes 8 de junio de 1900. Vol. CXXXIV. No.5.493. p.2.

  34. Ibid. Sábado 23 de agosto de 1919. Año XL. No.10.943. p.1.

  35. Urbina Gaitán, Chester. "Orígenes de la política deportiva en Costa Rica (1887-1942)". En: http://www.efdeportes.com/ Revista Digital. Buenos Aires. Año 7. No.34. Abril de 2001. Para el caso salvadoreño véase: ___________________. "La política estatal hacia el deporte en El Salvador (1885-1921)". En: http://www.efdeportes.com/ Revista Digital. Buenos Aires: Argentina. Año 10. No. 74. Julio de 2004.

  36. Wilson, Richard. "Comunidades ancladas. Identidad e historia del pueblo maya-q'eqchi'". En: Textos Ak' kután. No.4. Cobán: Centro Bartolomé de las Casas, 1994. p.23.

  37. Estatutos del Jockey Club de Guatemala. Aprobados en Junta General de Diciembre de 1882 y por el Supremo Gobierno el 19 del mismo mes. Guatemala: Tipografía El Progreso, 1882.

  38. Los 20 artículos de que se componían los estatutos del Gimnasio y Sala de Armas de Guatemala fueron aprobados en el Acuerdo del 14 de abril de 1893. En: El Guatemalteco. Martes 18 de abril de 1893. Tomo XXII. No.79. p.370.

  39. Los estatutos de éste centro deportivo aparecen parcialmente en: "Unión Ciclista Guatemalteca". Revista Mensual. Órgano del Club Unión Ciclista Guatemalteca. 15 de noviembre de 1896. Año I. No.2. Guatemala: Tipografía Artística Carles, 1896. pp. 1-2.

  40. Los 34 artículos que formaban los estatutos del Gay Sport Club recibieron la sanción oficial en el Acuerdo del 13 de diciembre de 1910. En: El Guatemalteco. Lunes 19 de diciembre de 1910. Tomo LXXI. No.52. pp.205-206.

  41. Estatutos de la Liga Deportiva de Guatemala. Fundada en 1921. Fueron aprobados el 23 de setiembre de 1925. Guatemala: Tipografía Nacional, 1925.

  42. Sobre los estatutos del Club Deportivo Militar estos están contenidos en: Diario de Centroamérica. Lunes 28 de marzo de 1921. Año XL. No.11.417. p.3.

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