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Exámenes de grado en el karate-do:
algunas reflexiones y sugerencias

   
Jefe de cátedra de Karate-do
Universidad de La Habana
(Cuba)
 
 
Roberto González Haramboure
(Ray Haramboure)

rayharamboure@yahoo.com
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 71 - Abril de 2004

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    En el presente artículo se abordan, tanto de contenido como de forma, algunos aspectos inherentes a los exámenes de grado en el Karate-do, partiendo del criterio de diversas ciencias como la Pedagogía, Fisiología, Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo y otras.

    Antes de comenzar a explicar nuestros puntos de vista es imprescindible reconocer que se aprecia enormemente el esfuerzo realizado por toda una serie de personas en aras de garantizar un acto evaluativo eficaz y nuestro objetivo, lejos de criticar las normativas de exámenes consultadas para este trabajo, consiste en brindar algunas propuestas para contribuir a su continuo perfeccionamiento.

    Seguidamente se enumeran los principales temas a tratar, que aunque están estrechamente relacionados decidimos llevar a efecto un estudio particularizado para facilitar una mejor comprensión.

1. Sobre el kata

  • Evaluación de contenidos pertenecientes a grados anteriores.

  • Cantidad de contenidos a evaluar.

  • Tiempo de trabajo y descanso durante el examen.

  • Objetividad y cuantitatividad del examen.

2. Sobre el kumite: ganar o no ganar... ¿Es ese el punto?

3. Sobre aspectos generales: alcance real del examen de grado.


Desarrollo del trabajo

1. Sobre el kata

Evaluación de contenidos pertenecientes a grados anteriores

    En todos los documentos evaluados acerca de las normativas para los exámenes de grado en el Karate-do, invariablemente se observa que se indica evaluar contenidos correspondientes a grados anteriores. Sobre esta decisión, objetamos de la siguiente manera:

Desde la óptica pedagógica

    En la esfera de la educación, los programas que prevalecen son aquellos confeccionados de manera concéntrica. En éstos, según Savin, M, N. (1979): "El material sujeto a la asimilación se repite a un nivel teórico más alto". Esto se aprecia en un ejemplo simple de Matemáticas: En el jardín de la infancia se enseña (y evalúa) a contar del uno al diez, en primer grado a sumar y restar, en tercero a multiplicar, en quinto a dividir, en noveno los porcentajes, en onceno las ecuaciones, en la universidad las derivadas y así sucesivamente. Siendo así, que los contenidos de grados anteriores están implícitos en el grado actual, nunca se verá que en la secundaria evalúen qué número viene después del 8 ni que en la universidad pregunten cuánto es la mitad de 30. No obstante, dentro de las evaluaciones propias de cada grado, puede fácilmente detectarse si existe un error en los contenidos anteriores

Al evaluar los programas de grado pudimos constatar que su confección es igualmente concéntrica.

    En los grados iniciales se aprenden (y examinan) las posturas estáticas y luego dinámicas conjuntamente con las principales técnicas de ataque y defensa. Al avanzar en los grados, dentro de sus respectivas katas, se ejecutan esos mismos contenidos pero con un mayor nivel de complejidad como giros, saltos y otros aspectos. Siendo así... ¿Qué sentido tiene pedir a un cinturón marrón que avance en Zenkutsu dachi con las manos en la cintura y luego solicitar que ejecute el kata Jion, si dentro de la misma kata podemos evaluar dicho elemento técnico a un nivel mucho más complejo además de otros muchos aspectos?

Desde óptica de la ética

    Cuando evaluamos un contenido ya examinado con anterioridad, aún cuando emitamos un veredicto favorable, a nuestro juicio se está en algún modo dudando de la persona que realizó la evaluación anterior y otorgó el correspondiente grado. Este aspecto se acentúa cuando la persona que realizó la evaluación anterior y la actual son la misma (cosa que muy frecuentemente ocurre en esta esfera)

Cantidad de contenidos a evaluar

    En la esfera educacional en general se observa que, aún cuando el estudiante debe estar preparado para dominar todos los contenidos impartidos durante el curso, módulo, período o semestre según sea el caso, nunca se evalúa la totalidad de éstos. A nuestro entender un buen examinador, mediante la observación de un solo kata (libre u opcional), está en condiciones de emitir un criterio al respecto.

Tiempo de trabajo y descanso durante el examen

    Generalmente los exámenes de Karate-do están caracterizados por largos períodos de alternancia entre trabajo y descanso, por lo cual este aspecto debe valorarse desde un punto de vista fisiológico. Esto es doblemente perjudicial debido a que:

  1. Se solicita ejecutar múltiples contenidos con una alta intensidad y esto actúa en detrimento de la preparación física que no es el elemento fundamental a evaluar1, porque al acumular cansancio se puede afectar el nivel cualitativo de la acción

  2. Durante los intervalos de descanso intermedio hasta volver a ser llamados el cuerpo disminuye su temperatura y generalmente no hay tiempo, oportunidad o espacio para volver a prepararlo antes de las salidas al área de examen. Este aspecto se acentúa si la espera debe realizarse en la postura de Seiza, donde además de incrementarse el estado de reposo se puede llegar al entumecimiento muscular por la limitada circulación sanguínea o nerviosa hacia algunos segmentos corporales.

    Para evitar estos aspectos se sugerimos ubicar un área de calentamiento donde los atletas, con la mayor disciplina posible, puedan prepararse para su ejecución toda vez que sean prudencialmente avisados.

Objetividad y cuantitatividad del examen

    Según Chirino, R. (1996): "La presentación ante el Tribunal debe ser cuidadosamente sopesada puesto que este va a juzgar esencialmente sobre una "sensación general". Coincidiendo con este criterio la totalidad de los autores consultados, de un modo u otro, han expresado su reconocimiento acerca del empirismo y subjetividad de los exámenes de grado en el Karate-do. Sobre esta base el estudiante no está en condiciones reales (ya sea aprobado o no) de conocer en forma precisa su estado técnico, y si está suspenso no cuenta con la suficiente información acerca de los elementos a perfeccionar para garantizar el éxito de la próxima actividad evaluativa. Sobre este aspecto, uno de los más complejos en lo referido a los exámenes, sería oportuno diseñar un sistema evaluativo2 que permita la penalización de los errores de manera cuantificable y mediante la suma total de las puntuaciones, sustente la decisión de aprobado o no aprobado.


2. Sobre el kumite: ganar o no ganar... ¿Es ese el punto?

    Desde el punto de vista pedagógico un examen es una forma de evaluación. El término evaluación, en este contexto fue definido por Martínez, R. (1999) como: "Proceso continuo y permanente en el que se hacen valoraciones tanto en el curriculum formal como en el real, y en lo interno como lo externo, que atañe tanto a las estructuras de carácter académico como las de carácter administrativo, que tienen que ver con el funcionamiento de las instituciones, que toma en cuenta a todos los sujetos participantes, incluidos los egresados; y con la cual es posible retroalimentar y tomar decisiones tanto sobre el diseño como sobre la práctica curricular."

    Coincidiendo con este criterio, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente reconoce la evaluación como: "el proceso orientado a la toma de decisión y a la acción, que busca determinar la pertinencia, eficacia e impacto del uso de los recursos, actividades y resultados en función de los objetivos prestablecidos. La evaluación puede ser previa, durante o al final. Constituye un proceso dinámico, técnico, sistemático, riguroso, transparente, abierto y participativo, apoyado en datos, informaciones, fuentes y agentes diversos y explícitamente incorporados en el proceso de tomar decisiones".

    Sobre la base de ambos criterios, en la evaluación se busca conocer si una persona o institución es eficaz, capaz, competente. El término competencia, desde el punto de vista profesional, según Castellanos, B. (2000), citando a Lafourcade, D. (1992) consiste en la: "Adecuada integración de habilidades, conocimientos, disposiciones, etc., que posibilitan, por el grado de perfeccionamiento logrado, la elaboración de respuestas eficaces ante situaciones que lo requieran".

    Este término de competencia profesional no debe confundirse jamás con su similar utilizado en la esfera deportiva. El primero busca conocer si algo o alguien es "bueno" y el segundo si ese algo o alguien es "mejor que". En todas las normativas de examen consultadas, referidas a la parte de Kumite, se enumeran requisitos como ganar tres combates, ganar dos y empatar uno y así sucesivamente. Sobre este punto, incluso cuando se equipare lo más posible a los contendientes, ¿es realmente justo que una persona resulte desaprobada aún cuando cumple los requisitos solo por el hecho de que otra los cumpla en mayor medida? A nuestro modo de ver, ciertamente no.

    Pensamos que en la evaluación de Kumite, independientemente de la edad o grado de los examinados, debe tenerse en cuenta su pensamiento operativo, disposición, variabilidad de las soluciones técnico tácticas y otros aspectos, pero realmente quien gana o pierde es un asunto a medir en los encuentros deportivos y no en los exámenes, que realmente no son una actividad de oposición sino de suficiencia.


3. Sobre aspectos generales: alcance real del examen de grado

    En la bibliografía consultada se observa que para emitir un grado se prevé tener en cuenta, siempre de manera indirecta, la preparación física, volitiva, personalidad y otros aspectos. A nuestro juicio el examen debe ser fundamentalmente una evaluación técnica, y los otros aspectos debe medirse de otra manera (o aplicar instrumentos que realmente lo evalúen de forma directa)

    Esta situación se acentúa en las evaluaciones para grados superiores, donde además se pide la presentación de un curriculum con la trayectoria de la persona en relación con las artes marciales, la presentación y defensa de un trabajo escrito y otros aspectos.

    Si bien coincidimos con todos los autores consultados acerca de que esos aspectos no deben quedar al margen porque constituyen importantes aportes que avalan el compromiso de la persona con las artes marciales, discrepamos en el hecho de que los mismos formen parte del examen de grado.

    La evaluación de Karate-do para promover de grado, vista como tal, debe contemplar fundamentalmente (o quizás únicamente) la preparación técnica. Sobre el particular debería pensarse a la inversa, trabajar en el diseño de un sistema de clasificación3 de mayor alcance que incluya, además del grado, todos los aspectos relacionados con la trayectoria de la persona en relación con las artes marciales.

    Otro punto importante sobre este tema, sería la diferenciación del contenido de examen para promover de grados dan y para avalar la condición de impartir clases, que ciertamente, aunque relacionados, difieren.


Notas

  1. Sobre este aspecto se hará referencia en un punto posterior del presente trabajo.

  2. Al respecto se trabaja, conjuntamente con especialistas de deportes de arte competitivo como la Gimnasia Rítmica y Artística, Nado Sincronizado, Clavados y otros, en aras de proponer una clave basada en las experiencias de esos deportes.

  3. En dicho sistema nos encontramos trabajando con varios especialistas de Ajedrez, Atletismo, Gimnasia Artística y otros, que han accedido a trasmitir las experiencias de sus respectivos sistemas de clasificación deportiva.


Bibliografía utilizada

  • Arnaz, J., "El curriculum y el proceso de enseñanza-aprendizaje." Editorial Trillas, México. 1992.

  • Bedoya , H., "Normativas de examen" http://www.federacióncolombianadekarate.com

  • Castellanos, B. "Educación para todos en las Américas" . Santo Domingo, 2000.

  • Chirino, R., "Normativas para el examen de Karate-do" . Ciudad de La Habana, 1996.

  • Fernández, M., "Normativas de examen". Federación de Karate-do de Castilla La Mancha. http://www.fkcmda.com

  • Guyton, A C., "Tratado de fisiología médica." 7ma edición Tomo II. Editorial Revolucionaria. Ciudad de La Habana, 1977.

  • Harre, D., "Teoría y metodología del entrenamiento deportivo moderno" . Sportverlag, Berlin, 1973.

  • Martínez, R., "El Diseño curricular: Un estudio en la carrera de Agronomía de la Universidad de Matanzas" Tesis Presentada en opción al grado de Master en Ciencias de la Educación Superior. C.E.P.E.S., Ciudad de La Habana. 1999.

  • Meinel, K., "Didáctica del movimiento" . Editorial. Orbe, Ciudad de La Habana,1977.

  • Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente (C.I.T.M.A.), "Glosario de términos de mayor empleo en el sistema de ciencia e innovación tecnológica" . Edición Publicien, Ciudad de La Habana, 1996.

  • Paradisi, M., Programa desamme da Karate Wadoryu. Roma, 1996.

  • Pérez, S., "Plan de estudios. Asociación Cubana de Shotokan Karate-do" , Ciudad de La Habana, 1999.

  • Rizo, R., "La técnica del Karate-do" Dirección Política de las FAR. Ciudad de La Habana. 1987.

  • Savin, N, V. "Pedagogía" . Editorial. Progreso, Moscú, 1972.

  • Valdés, E., "Programa oficial de grados." Asociación Shitoryu Karate-do de Cuba, Ciudad de La Habana, 1997.

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