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Magia y fiesta del lenguaje deportivo

   
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Jesús Castañón Rodríguez
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 67 - Diciembre de 2003

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    En 1986, un conocido delantero jugó la final de la Copa del Mundo en el estadio Azteca contra Alemania. Marcó el segundo tanto del equipo y ganó la final en los últimos minutos. Pensó que no podría con las emociones, pero sólo pudo correr por la cancha, reír, gritar, sumarse al entusiasmo del resto del equipo.

    Unos meses después, corriendo por un parque, se puso a escuchar la grabación que le habían hecho llegar con la narración de su tanto. Su alegría estalló en un llanto incontenible y desconsolado. Desde entonces, Jorge Valdano, siempre ha manifestado que el deporte no puede sobrevivir sin el auxilio de la palabra (1).

    Este sentimiento es compartido por las instituciones, gracias al reconocimiento que la Asociación de Academias de la Lengua Española y la Real Academia Española han hecho de la influencia social del lenguaje deportivo y gracias a la importancia que el Comité Olímpico Internacional otorga al idioma como elemento de infraestructura para la mejora de la difusión social y comercialización del deporte (2).


1. Un museo de bellas artes en movimiento

    Este interés por el lenguaje deportivo se debe a que el idioma y el deporte constituyen dos formas de inteligencia y libertad que no frenan la exuberancia. En ellos, el esfuerzo equivale a progreso; la libre combinación de formas, a creatividad; la originalidad, a emoción; y la competición, a una fiesta capaz de concentrar el pensamiento colectivo de los pueblos y de convertirse en una ocasión para producir arte.

    Las canchas y los lugares del deporte integran sin exclusiones la alegría de las tribunas y la pasión de los deportistas y conforman un museo de las bellas artes del movimiento, el ritmo y la fluidez hasta transmitir nuevos sentidos y energías a unos aficionados que satisfacen en él necesidades de lírica de sentimientos, de épica del esfuerzo en la conquista de nuevas hazañas y de dramática de situaciones en conflicto.

    En este museo, las retinas de los aficionados fijan las gestas, las detienen en el tiempo de la memoria y el instante mágico de una genialidad pasa a ser una estatua fluida que será recreada y festejada de forma útil o artística, mientras siguen los tiempos y los jugadores en su imparable discurrir.

    El periodista es el guía y primer testigo de cómo el cuerpo toma la palabra y salta los límites del museo para desparramarse por calles y avenidas en un juego artístico de emoción social que se dirige a un mundo afectivo para sacar lo mejor de la gente hacia un fin común.

    Tras el primer relato periodístico las palabras concentran las emociones para expresar los deseos de vivir y de detener el tiempo en un ambiente mágico. Dan paso a narraciones populares en bares y oficinas; discusiones apasionadas; literatura de ficción contemporánea en las crónicas periodísticas; composiciones de creación literaria... Enamoran la pelota y otros elementos, salen a bailar en canciones y se estiran plásticamente en películas cinematográficas hasta conseguir dejar huellas imborrables en los recuerdos, crear héroes o lograr sueños que superan los límites de la realidad con un nuevo ritmo y una estética especial.


Jugar con la grada

    El periodista de hoy, además de orientar, educar y ser mediador comercial, crea una estrategia de la ilusión en una cancha múltiple para que el talento del cuerpo en movimiento y su ternura alcancen una nueva dimensión donde los zapatos de la fantasía rematen desde la grada, los corazones unidos realicen parábolas junto al balón, los sentimientos corran la banda hacia la meta de un contagioso estado de euforia y gratitud... El periodista deportivo se convierte en un héroe contemporáneo que transforma el énfasis y la pasión del campo deportivo en magia cultural, en una persona que busca el diapasón de las emociones de los aficionados hasta estallar en un mundo de ilusión y arte.


La gimnasia del idioma

    En su comunicación genera un ámbito lingüístico elástico que bate continuamente plusmarcas de fantasía y forma una fiesta social para la lectura y la escucha de un idioma que ha sido sometido a fuertes sesiones de gimnasia para ensanchar sus capacidades expresivas y poner en marcha imaginarios capaces de atraer el favor del público.

    El idioma se ha convertido en un deporte, en un juego de talento que practica salto de altura con la entonación para captar la atención. Realiza esprines en los momentos de mayor emoción. Corona la cima del puerto de los extranjerismos. Gambetea tecnicismos con expresiones muy gráficas. Busca espacios para desarrollar sinónimos que combatan la monotonía. Hace marcajes estrechos al vocabulario de moda. Genera expresiones según el modelo de los gustos sociales. Encuentra pases medidos hacia el área de la expresividad retórica. Y tira a canasta para conseguir el triple de informar, formar y entretener.


2. El deporte del relato

    Sin embargo, a lo largo de su historia, el lenguaje periodístico del deporte ha tenido que sortear diversas dificultades. Y una de las más habituales la acusación de descuidar la corrección de textos, de dar patadas a los diccionarios.

    Pero la historia demuestra que la preocupación de los periodistas deportivos por el buen uso del idioma ha comprendido el uso del deporte como medio para aprender a escribir, la sustitución de extranjerismos, la creación de repertorios léxicos, libros de estilo y reflexiones normativas y descriptivas sobre el uso que de la lengua hacen esos medios.


De El Debate a los libros de estilo

    El periodismo del primer tercio del siglo XX prestaba especial atención a la vida moderna y sus cambios y observaba la vida internacional. Una de sus manifestaciones era el deporte al que hubo que desarrollar entre numerosas generaciones de periodistas un lenguaje de difusión social. En un primer momento, destacó la labor pionera de los diarios El Debate y La Veu de Catalunya.

    El primero, bajo la dirección del Cardenal Herrera, incorporó el periodismo especializado de economía y deportes a los diarios de información general en un afán por entender el periódico como una labor de ideas, cultura y formación. Potenció la jefatura de Información, con el gijonés Francisco de Luis al frente, y sobre todo una Escuela de Periodismo tras el desarrollo que, entre 1910 y 1920, alcanzó su enseñanza gracias a Robert Lee, Joe Medill, Lord Northcliffe o Joseph Pulitzer (3).

    Manuel Graña, "Eugenio", estudió en 1919 sus sistemas y se fijó en el estilo de la Universidad de Columbia por su enfoque destinado a formar buenos periodistas, a dotar de recursos a la profesión para usar ese conocimiento en favor del bienestar público y a aprender a escribir industrialmente, y sin fines artísticos, como forma de profundizar en hechos y en sus significados (4).

    En este contexto, El Debate y su escuela fueron pioneros en considerar el deporte moderno como un elemento para aprender a redactar periodísticamente y como un ámbito especializado. Así, entre los 80 temas de ejercicios de los cuatro cursos en que se dividía su plan educativo, el 34 consistía en redactar un partido de fútbol y además se exponían directrices específicas en el 2º curso al englobar la sección deportiva dentro de las modalidades de redacción especial.

    Establecía cinco centros de interés: ritos y ceremonias, nociones corrientes del deporte y observar el público en sus flujos, reflujos, emociones, actitudes, movimientos, rumores y violencias. Fue una sección deportiva en la que los fines de sus redactores eran la objetividad y descripción emotiva en seis bloques: protagonistas, tantos y reacción del público, comparación de actuaciones, comentarios del público o de expertos, detalles pintorescos y sociales, narración cronológica del evento (5).

    Y para el lenguaje se mostraba muy crítico con un estilo que deseaba elevar para que fuese más comprensible. Quería describir de forma que no sólo fuera apta para entendidos en jerga, dar belleza e interés a las informaciones y provocar efectos mediante una presentación tipográfica especial y otros recursos de imprenta. Y a la vez terminar con su "galimatías antiestético, jerigonza exótica y chabacana su locución" así como con el "aluvión de palabras exóticas, vulgarísimas, ininteligibles, además de ser completamente innecesarias" (6).

    Por su parte, La Veu de Catalunya acogía la labor de los promotores de la primera candidatura de Barcelona a los Juegos Olímpicos de verano y entre sus aportaciones se encuentra la participación en la colección de libros Biblioteca Los Sports para difundir el deporte con una terminología en español que sustituía buena parte de palabras extranjeras. Dedicó volúmenes a atletismo, boxeo, ciclismo, deportes de nieve, equitación, esgrima, fútbol, golf, hockey, juegos olímpicos, lucha, natación, polo, remo, tenis, tiro y vela.

    Posteriormente, surgieron varios tipos de iniciativas hasta finales de siglo. Primero, se resaltó la importancia de la confección y la titulación como complemento en la expresividad de la redacción, gracias a la labor del director de Marca, Ibrahim Malcervelli como docente en la Escuela Oficial de Periodismo.

    Segundo, la elaboración de repertorios léxicos de vocabulario técnico y jerga, que comienza Acisclo Karag en 1958 en el Diccionario de los deportes, y que tras los Juegos Olímpicos de 1992 se completa con trabajos de Matías Prats Cañete sobre expresiones tópicas, de Alfredo Relaño sobre jerga futbolística y de Julio Bernárdez sobre el lenguaje en el periodismo audiovisual.

    Tercero, la superación del narcisismo localista mediante un vocabulario común fue propuesta el por el diario madrileño Ya en un editorial en 1973 (7).

    Cuarto, la reflexión sobre el lenguaje deportivo, desde 1972, a cargo de Joaquim Maria Puyal, Julián García Candau, José Ventura Olaguíbel, Álex Grijelmo o Chema Forte.

    Y quinto, desde 1976, la creciente incorporación de terminología deportiva los libros de estilo de los medios de información general y la edición de libros de estilo específicos, desde 1992, realizados por el Departamento de Español Urgente de la Agencia Efe y el diario El Mundo Deportivo (8).


Escribir bien en el siglo XXI

    A principios del segundo siglo de deporte moderno, continuaban los reproches a la enseñanza del periodismo. Así Gabriel García Márquez en una asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en 1996 criticaba graves problemas de gramática y ortografía y dificultades para una comprensión reflexiva de textos... que se debían salvar con técnicas básicas de narración y una mejor redacción. Y sin embargo, la incorporación del periodismo deportivo a la Universidad en España desde finales del siglo XX ha sido capaz de generar estudios técnicos y universitarios que inciden en las técnicas y el uso del idioma: cursos de verano, cursos de invierno, asignaturas, cursos de doctorado y maestrías especializadas para periodismo escrito, audiovisual y de agencia de noticias.

    Pero el periodismo deportivo sigue siendo caracterizado más por sus problemas que por sus aciertos, que históricamente han sido más numerosos. Se le acusa ahora de difícil asepsia intelectual, excesiva subjetividad, tendencia a la opinión, inflación de extranjerismos, proliferación de terminología bélica y ámbito de torpezas gramaticales e incorrecciones.

    El periodista transforma la información en conocimiento y crea una imagen sintética y funcional de la realidad empleando una norma estándar de comunicación, todavía en formación, que ha seguido sólo cuatro de los once criterios tradicionales de corrección lingüística: el uso general moderno, la frecuencia de uso, la necesidad y el sentimiento lingüístico (9).

    Trabaja instalado en una dinámica de lo imprevisto de la que debe relatar hechos con análisis múltiples, opinión y estadísticas; debe atender a la información, creación de ambiente y explotación de emociones; vive en la prisa como tiempo de trabajo... Verbaliza en una sola frase las múltiples acciones que ocurren en el lanzamiento de una falta con un balón que sale lanzado a 120 kilómetros por hora, los adelantamientos a 300 kilómetros por hora de la fórmula 1, el sufrimiento en las rampas de los puertos rompepiernas de los Alpes o los Pirineos... Crea un titular capaz de resumir un hecho deportivo y un estado de ánimo a la vez de manera que se facilite una lectura rápida o una escucha breve de textos.

    En esta industria del ocio, el periodista esquematiza el acontecimiento, dramatiza los personajes y crea una variación cíclica del interés para analizar el espectáculo y presentar su vivencia apasionada como una fiesta social. Y además, tiene en cuenta: elementos de consumo del espectáculo; formas expresivas de música moderna, cómic y movimientos culturales juveniles; la captación humorística de la realidad; el uso de simbología visual agresiva; la crónica social o del corazón; y una oralización del lenguaje con preferencia por la espontaneidad del registro coloquial.

    Quizá en los últimos tiempos cabe destacar la irrupción de los estilos del periodismo especializado, tras la transformación de los clubes en sociedades anónimas deportivas: las informaciones económicas y del corazón. El actual fútbol profesional vive de la imagen y sus derechos, del marketing y la publicidad, de las participaciones en bolsa y el comercio y ha llenado de terminología económica un ámbito que antes sólo era para entidades sin ánimo de lucro.

    Más fuerza tiene el estilo de la crónica social, que ha ido evolucionando durante el siglo XX hasta la actualidad en tres grandes fases. Primero, entre los años veinte y cuarenta, se destacaban los éxitos futbolísticos del legendario Ricardo Zamora en una película titulada Por fin se casa Zamora; se destacaba la imagen publicitaria de las grandes figuras como el madridista Jacinto Quincoces o se resaltaban las amistades entre profesionales del balón y del espectáculo, que tan bien llegaría a ejemplificar el barcelonista Samitier por su vinculación a Carlos Gardel o Maurice Chevalier. En una segunda fase, entre los años cincuenta y 1995 eran motivo de crónica social las bodas de futbolistas con cantantes, actrices, modelos o presentadoras de televisión. Y desde la implantación de la Liga de las Estrellas se ha entrado en una etapa donde junto a lo anterior también aparecen los devaneos entre famosas y futbolistas; las relaciones entre periodistas especializados del corazón y del deporte; y se ha llevado el estilo de la prensa rosa a las salas de prensa de los clubes deportivos en una actitud que recientemente denunciaba el entrenador del Deportivo, Javier Irureta, al no ser requerido sólo para comentar aspectos técnicos de sus jugadores sino también para opinar sobre la vida de los futbolistas convertidos en modelos sociales y sobre relaciones entre los distintos estamentos. Una exageración que ha sido satirizada con gran éxito en la sección "Corazón de balón" del espacio El día antes, en Canal Plus (10).

    Para poder atender a todo este panorama surge una expresión que rebasa el uso normativo, fijado por el ámbito académico, y combina técnicas literarias y publicitarias con el fin de lograr una mayor eficacia. Genera un juego del que se destaca su creatividad, expresividad y genio lingüístico y, a la vez, se le pide equilibrio, técnica y responsabilidad social para: no vulnerar usos comunes, no cambiar significados de palabras ya existentes y no acoger localismos, lenguajes de moda o neologismos innecesarios (11).


3. La lengua espectáculo

    Un breve repaso a las características idiomáticas del lenguaje periodístico del deporte apunta varios fenómenos curiosos y muy especialmente en la creación de sonoridad y efectos de escritura así como en la combinación de significados.

    El nivel fónico toma personalidad propia en pronunciación, entonación y efectos de voz; en el tratamiento de extranjerismos y términos de otras lenguas de España; y como principal novedad destaca la redacción en función de criterios de diseño gráfico con la incorporación de marcas gráficas y animación. Este principio permite engatillar escudos en los titulares, hacer juegos artísticos hasta integrar el texto en las imágenes, usar colores para fijar la atención, crear titulares con varios ritmos de lectura o crear nuevos sentidos.

    El nivel gramatical es el que menos cambios presenta con respecto al lenguaje periodístico de información general, aunque también cuenta con sus particularidades.

    Y en el nivel léxico se concentran numerosas curiosidades. Primero, el intercambio libre de formas, que es consecuencia del abatimiento de fronteras, termina con las terminologías de ámbito restringido dando lugar a la difusión de hispanoamericanismos léxicos y a redacciones que no emplean localismos. Es una tendencia que permite enriquecer las expresiones del español peninsular con el paraíso de las gambetas (regates), los remates de chanfle (con efecto), las bicicletas, las zamoranas, las colas de vaca, las jopeadas (sombreros), los taquitos (espuelas) y las moñas (regates en corto).

    Segundo, la creciente importancia de los usos retóricos.

    Tercero, la presencia de lenguajes figurados que eliminan la terminología técnica de los deportes y de algunas de sus ciencias (medicina o derecho) para dar paso a una seducción que favorece la fiesta social del deporte y reduce los riesgos de la violencia asociada en los espectáculos deportivos. Así los médicos de equipos de fútbol, que suelen proceder del ciclismo y que se ven envueltos en presuntos casos de dopaje, se convierten en druidas, un centro chut de Goicoechea pasa a ser el TALGO (tiro alto y largo de Goico). Y quién sabe qué nuevas expresiones surgirán si se lleva a cabo la transmisión televisada de las pruebas médicas de un fichaje, como lo ocurrido con Beckham en el Real Madrid.

    Cuarto, el abuso de las técnicas de modificación de discurso repetido tanto en titulares y crónicas con unidades de lengua coloquial para sintetizar estados de ánimo, clasificar la experiencia vivida y crear opiniones, como en titulares con unidades basadas en títulos de formas culturales de éxito social. Esto permite que Induráin sea Mi primo el de Zumosol, que el festejo en Mallorca del triunfo en la Copa de 2003 aparezca como La isla de los famosos, que en una prueba de nado libre en Gijón se presente como Al agua playos y que dos excelentes actuaciones de Guti o Ronaldo aparezcan a los ojos de los lectores como Daguti! y Debuta madre! Pero quizá ninguna tan espectacular como el triunfo de Argentina sobre Inglaterra en la Copa del Mundo de 1986. Hizo historia en el lenguaje deportivo por la magnífica narración de Víctor Hugo Morales del segundo gol de Maradona, donde el locutor hablaba y lloraba a la vez y convertía al Pelusa en un "barrilete cósmico". Y también por la portada del semanario El Gráfico que con el título de No llores por mí, Inglaterra condensaba la victoria del fútbol para compensar la herida jamás cicatrizada de la Guerra de las Malvinas (12).

    Y quinto, adquiere una gran importancia la formación de neologismos, como consecuencia de la gran variedad de deportes (que ya no se limitan a las citas olímpicas o de alta competición internacional) y por su repercusión en lenguajes de moda y otras expresiones del habla común. Esta labor del periodista como creador de palabras se ha registrado a la hora de nombrar realidades nuevas: la raqueta inteligente, la cabra para la bicicleta especial que se usa en las etapas contrarreloj, el bokao técnico para un combate que termina con la descalificación de un boxeador por morder la oreja del rival, los flecos para denominar los asuntos pendientes tras un fichaje una vez que el ministro de Asuntos Exteriores anunció la integración de España en la Unión Europea o la reciente hoja de ruta aplicada al F. C. Barcelona como el camino que seguir para la renovación profunda de la entidad tras el frustrado fichaje de Beckham.


4. Epílogo

    En resumen, el campo deportivo es una fiesta de la inteligencia, un espectáculo de emoción y elegancia, un cruce de energías creativas que rehace mundos imaginados que permite a los pueblos transformar la realidad hostil en una posibilidad de disfrutar hasta redescubrirse con ilusión.

    El periodista hace de guía de las emociones en el museo de las bellas artes en movimiento mediante varios recursos y el auxilio de la palabra para hacer vivir, sentir y soñar. Hace del idioma un juego que encandila las pupilas, una dimensión básica para este tiempo de fantasía y talento original, un nexo entre las canchas y la sociedad, un instrumento de alegría contagiosa...

    En el siglo XX, la expresión deportiva ha servido para aprender a escribir periodísticamente, ha permitido a los periodistas relatar, a los cineastas rodar comentarios, a los humoristas gráficos dibujar sonrisas, a los músicos sacar a bailar las palabras... Y ha logrado que numerosos periodistas deportivos desempeñaran altas responsabilidades en destacados medios de información general (13). Sin duda, reflexionar sobre el periodismo deportivo, cada vez más complejo y especializado, analizar sus formas de expresión y conocer sus recursos lingüísticos, para superar dificultades y errores, llevarán al idioma del deporte más lejos, más alto y más fuerte en este siglo XXI.


Notas

  1. FRANCIA, Clara Isabel (Directora): "El lenguaje del periodismo deportivo", Al habla número 22. Madrid: La 2-Televisión Española, 31 de marzo de 1999.

  2. Cf. ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA: Declaración de Valladolid. Valladolid, 18 de octubre de 2001. COMITÉ OLÍMPICO INTERNACIONAL: Lexique olympique multilingue. Lausana: Éditions du Goéland, 1998.

  3. SUTTON, ALBERT ALTON: Education for journalism in the United States from the beginning to 1940. Evanston: Northwestern University, 1945.

  4. Manuel Graña fue colaborador de El Debate y profesor de su Escuela de Periodismo. Cf. El Debate, Madrid, 21 de septiembre de 1919.

  5. GRAÑA GONZÁLEZ, Manuel: La escuela de periodismo: programas y métodos. Madrid: Compañía Iberoamericana de Publicaciones SA, 1930.

  6. GRAÑA GONZÁLEZ, Manuel: La escuela de periodismo: programas y métodos. Madrid: Compañía Iberoamericana de Publicaciones SA, 1930, pág. 77 y196-199.

  7. Cf. "Medio para la defensa del idioma", Ya, Madrid, 20 de febrero de 1973.

  8. Léxico de los deportes olímpicos (1992) recoge 435 términos para 28 disciplinas deportivas olímpicas, 292 voces de ámbito deportivo relacionadas con los deportes olímpicos aceptadas en el Diccionario de la Lengua Española, 50 palabras utilizadas incorrectamente o con alguna peculiaridad idiomática, 90 expresiones tópicas y 58 extranjerismos de uso más frecuente. Libro de estilo (1995), de El Mundo Deportivo, supone la primera publicación de esta clase que realiza un diario especializado. Su fin es desarrollar un lenguaje asequible a toda clase de lectores sin descuidar las normas básicas del idioma. Establece criterios para el uso de léxico, dudas grafemáticas sobre nombres en castellano, hispanización de nombres, 170 abreviaturas, 113 topónimos y 386 dudas, incorrecciones, expresiones y modismos del léxico deportivo. Cf. GÓMEZ FONT, Alberto: "El deporte en los libros de estilo del Departamento de Español Urgente", en Seminario Virtual Expresiones Comunicativas del Deporte. Villa Mercedes (San Luis, Argentina): Centro de Estudios Olímpicos José Benjamín Zubiaur, 2001. <http://linux0.unsl.edu.ar/~squiroga/ponencia6.htm>

  9. Al ser una norma en formación, de apenas un siglo de vida, no ha podido recurrir al uso idiomático culto, la tradición, la preferencia por lo castizo frente al extranjerismo, la etimología, lo estético o estilístico y en ortografía aspectos de etimología, uso tradicional, pronunciación y propósito de evitar ambigüedad.

  10. Es el caso en la música de la boda frustrada de Lola Flores con Gerardo Coque, jugador del Real Valladolid, o del matrimonio de la eurovisiva Lucía con el bético Diego. También, de las actrices Sonia Bruno con el madridista Pirri o de la relación de Ana Obregón con el madridista Davor Suker. La modelo Paquita Torres, Miss España, enlazó con el baloncestista del Real Madrid Clifford Luyk. Terminaron en nupcias las presentadoras Cristina Tárrega y Arancha de Benito con el rayista Quevedo y el madridista Guti. La caza del mito ha vinculado al madridista Pedja Mijatovic con Maribel Sanz, al madridista Roberto Carlos con Nuria Bermúdez o al bético Denilson con Vicky Martín Berrocal. Un ejemplo de relación entre periodistas especializados ha sido el de la presentadora Terelu Campos y el periodista deportivo José Manuel Estrada. Además, del periodismo deportivo surgió el productor del espacio del corazón Tómbola, emitido Canal 9: Ángel Moreno, procedente del diario Marca.

  11. Cf. LÁZARO CARRETER, Fernando: El dardo en la palabra. Barcelona: Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg, 1997 y El nuevo dardo en la palabra. Madrid: Aguilar, 2002.

  12. El relato de Víctor Hugo Morales fue: "Balón para Diego, ahí la tiene Maradona. Le marcan dos. Pisa la pelota. Maradona (...) arranca por la derecha el Genio del Fútbol Mundial. Inicia el contraataque e intenta contactar con Burruchaga... Siempre Maradona. ¡Genio, genio, genio ! Ta, ta, ta, ta... ¡Gooooool y goooool ! ¿Qué golazo ! Dios Santo, viva el fútbol. Golaaazo. Diegoool Maradona. Estoy llorando perdonénme. Maradona en un recorrido memorable, en la jugad de todos los tiempos. Barrilete cósmico ¿de qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglé, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina? Argentina 2, Ingalterra 0. Diegoool, Diegoool, Diego Armando Maradona. Gracias, Dios, por el fútbol, por estas lágrimas y por este Argentina 2, Inglaterra 0".

  13. Es el caso de: Ramón Pastor, director del semanario Campeón y director de ABC; Lucio del Álamo, director de Marca y director de La Gaceta del Norte y Presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid; Pedro J. Ramírez, redactor de baloncesto en ABC y director de Diario 16 y El Mundo; Antonio Franco, redactor en el semanario satírico del deporte Barrabás y director de El Periódico; de Mercedes Milá, redactora en TVE, directora del semanario Don Balón y ahora conductora de programas de información general; Antonio Asensio, redactor en El Correo Catalán y presidente del Grupo Z.


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