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Deporte escolar y educativo

   
* Instituto de Ciencias del Deporte. Universidad de Murcia
** Maestro Especialista Educación Física
(España)
 
 
Dr. Arturo Díaz Suárez*
Alfonso Martínez Moreno**

ardiaz@um.es

 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 67 - Diciembre de 2003

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    Aunque a primera vista el concepto "iniciación deportiva" pueda parecer que posee un significado claro y preciso que remite al aprendizaje de los aspectos técnicos, tácticos y reglamentarios de una o varias modalidades deportivas, en realidad es una expresión bastante más compleja cuyo sentido rebasa ampliamente el mero aprendizaje de tales aspectos. En primer lugar, dicha expresión lleva implícita la existencia de un aprendizaje, y muchos estudios y análisis han puesto de manifiesto que los procesos de enseñanza y aprendizaje no son neutros, sino que se sustentan en unos principios ideológicos sobre el hombre y la sociedad, los cuales determinan la elección de unos u otros objetivos educativos, orientan la enseñanza, y, de manera explícita o latente, favorecen la transmisión de unos determinados valores y actitudes. En segundo lugar, tal aprendizaje se refiere a una práctica sociocultural.

    El deporte, dista mucho de tener un significado y sentido unívoco y preciso, cumple diversas funciones sociales, a veces de manera contradictoria, presenta múltiples realidades, y en todas ellas subyace una forma de entender, presenciar y realizar dicha práctica. Conviene, por tanto, realizar algunas consideraciones en torno al qué y al para qué de la enseñanza deportiva "iniciación deportiva".

    De entre las definiciones establecidas por diferentes autores, siempre referidas a iniciación deportiva, pero que entendemos como sinónimo de enseñanza deportiva, expondremos algunas de ellas que se acercan al concepto "iniciación deportiva" desde perspectivas diferentes. (Bañuelos, 1984) enfoca el concepto desde el punto de vista del producto a que da lugar, por lo que para este autor, un individuo está iniciado cuando:

"es capaz de tener una operatividad básica, sobre el conjunto global de la actividad deportiva en la situación real de juego o de competición". (Hernández Moreno 1988), en (Blázquez, 1995) considera la iniciación deportiva como proceso y como producto, de tal forma que, para este autor, la iniciación deportiva es:

"... el proceso de enseñanza- aprendizaje, seguido por un individuo, para la adquisición del conocimiento y la capacidad de ejecución práctica de un deporte, desde que toma contacto con el mismo hasta que es capaz de jugarlo o practicarlo con adecuación a su estructura funcional",

    y por otra parte considera que:

"un individuo está iniciado en un deporte, cuando tras un proceso de aprendizaje adquiere los patrones básicos requeridos por la motricidad específica y especializada de un deporte, de manera tal que además de conocer sus reglas y comportamientos estratégicos fundamentales, sabe ejecutar sus técnicas, moverse en el espacio deportivo con sentido del tiempo de las acciones y situaciones y sabiendo leer e interpretar las comunicaciones motrices emitidas por el resto de los participantes en el desarrollo de las acciones"

    La complejidad que conlleva el concepto de iniciación deportiva es resaltada por (Blázquez, 1995), analizando con mayor profundidad su significado y características, por lo que haremos un breve resumen de su planteamiento. A partir de las definiciones de otros autores pone de manifiesto la existencia de diversas interpretaciones que puede darse a dicho concepto, aceptando la validez y significado de las mismas de acuerdo con la perspectiva adoptada. Para este autor (Blázquez, 1995) el común denominador de tales definiciones lo constituye la aceptación de que la iniciación deportiva es un proceso cronológico durante el cual el individuo tiene nuevas experiencias regladas sobre una actividad deportiva. Ello le lleva a señalar que:

"...tradicionalmente, se conoce con el nombre de iniciación deportiva el periodo en el que el niño empieza a aprender de forma específica la práctica de uno o varios deportes".

    (Blázquez, 1995) se refiere a la acción didáctica que subyace en el proceso de iniciación deportiva, resaltando, consecuentemente, su intencionalidad educativa:

"... dicho proceso no debe entenderse como el momento en que se empieza la práctica deportiva, sino como una acción pedagógica, que teniendo en cuenta las características del niño o sujeto que se inicia, y los fines a conseguir. Va evolucionando progresivamente hasta llegar al dominio de cada especialidad deportiva".

    (Blázquez, 1995), continúa profundizando en el análisis del concepto "iniciación deportiva" desde la perspectiva del técnico deportivo y desde la del profesor de Educación Física. En el caso del primero, dicha iniciación supone,

"... la primera fase de un itinerario orientado al éxito", y su mayor preocupación "... lo constituye la transmisión operacional de técnicas y los modos más rentables para su enseñanza".

    El profesor de Educación Física, en cambio, concibe dicho proceso con una visión genérica y polivalente, y,

"... guiado fundamentalmente por principios psicopedagógicos, está más preocupado por estimular al niño y proporcionarle unas bases que le permitan, con posterioridad, situarle en las mejores condiciones para cualquier aprendizaje, que por la eficacia concreta en alguna práctica y su posterior orientación hacia la competición".

    Para (Blázquez, 1995) desde el punto de vista de la Educación Física, la iniciación deportiva posee un significado propio vinculado a la consecución de unos objetivos educativos y diferente al que dicha iniciación adquiere en el deporte escolar.

    (Blázquez 1995) considera que la iniciación deportiva se caracteriza por los siguientes aspectos:

"ser un proceso de socialización, de integración de los sujetos con las obligaciones sociales respecto a los demás".

"ser un proceso de enseñanza - aprendizaje progresivo y optimizador que tiene como intención conseguir la máxima competencia en una o varias actividades deportivas".

"ser un proceso de adquisición de capacidades, habilidades, destrezas, conocimientos y actitudes para desenvolverse lo más eficazmente en una o varias prácticas deportivas"

"ser una etapa de contacto y experimentación en la que se debe conseguir unas capacidades funcionales aplicadas y prácticas".

    Desde la perspectiva que nos ocupa, la enseñanza deportiva en el ámbito escolar, nos parece necesario profundizar más en la característica señalada en el primer apartado por Blázquez. Si la iniciación deportiva constituye un proceso de socialización, cabe interrogarse por el significado que tiene o debe tener dicha socialización en el marco escolar y por el sentido que tiene o debe tener tal proceso.


Definiciones de enseñanza deportiva

    Según la Real Academia de la Lengua, dentro de las definiciones de enseñar se encuentra la de iniciar, educar, instruir, adiestrar, por ello creemos conviene tratar de precisar de alguna manera el significado del término "iniciación", ya que esta expresión orienta, acota, limita o guía el sentido al unirla a la siguiente palabra "deportiva" juntas dan lugar a un campo conceptual diferente a otros tales como, por ejemplo, "práctica deportiva", "entrenamiento deportivo", "competición deportiva"..., los cuales si, por un lado, guardan una cierta relación entre sí, por el otro poseen un valor semántico propio.

    Así, "iniciación", es, según la Real Academia de la Lengua, acción y efecto de iniciar o iniciarse", lo que remite a otro término que, a su vez, ofrece varios significados, de entre los cuales nos interesa, por su relación con el contexto en el que nos movemos, el que define la expresión "iniciar" como "instruir en alguna enseñanza ", en este caso la deportiva.

    Una definición enciclopédica sucinta de "iniciación" desde el punto de vista de la antropología cultural nos remite al siguiente significado: "ceremonia por la que un individuo accede a un nuevo grupo de pertenencia, caracterizado por compartir un saber común". En su tratamiento exhaustivo del término, la obra consultada señala que las funciones de la iniciación son:

"transformar al individuo, autentificar su estatus, socializarse, educarle y sacralizarle, y también reafirmar el origen social".

    Otro planteamiento similar sobre dicho término, pero orientado hacia el contexto en el que nos movemos, se expone en el (Diccionario de las Ciencias del Deporte 1992, en Blázquez, 1995), según el cual "iniciación" es:

"un proceso ceremonial que indica que las personas adquieren una nueva posición o una nueva pertenencia a un grupo. Los procesos de iniciación deben indicar, independientemente de los procesos de aprendizaje, que una persona determinada cumple ciertas exigencias ligadas a su estatus o especificas de un grupo y puede pues responder a las expectativas correspondientes", precisando que "en las sociedades llamadas primitivas, los enfrentamientos de tipo deportivo son con frecuencia componentes de los ritos de iniciación, mientras que en las sociedades llamadas modernas se pueden poner de manifiesto, en el propio deporte, ciertos ritos de iniciación específicos".

    A partir de esta breve incursión en el campo conceptual del término "iniciación", se puede establecer que tal expresión alude a un proceso de socialización de los individuos que lleva implícita la asunción de determinados valores, conocimientos, conductas, ritos y actitudes propios del grupo social o ámbito en el que se produce la iniciación.


Enseñanza deportiva y deporte escolar

    La expresión "deporte escolar" da lugar también a un campo conceptual equivoco en algunos sentidos, en tanto que no permite identificar claramente el tipo de práctica o actividad que subyace en tal expresión, ni precisar, por tanto, cuál es el significado, el sentido y la finalidad de la misma.

    Como han puesto de manifiesto algunos autores (Blázquez, 1995; (Devís, 1995), lo que tradicionalmente se entiende como se reduce a la práctica deportiva que tiene lugar en los centros de enseñanza, fuera del horario lectivo, organizada y estructurada por instituciones y asociaciones a partir del modelo del deporte federativo, y que se desarrolla, generalmente, bajo la forma de competición Inter. - centros utilizando, para el desarrollo de la misma, el sistema de "liga" (clasificación) o de "copa" (eliminación) en la que cada uno de ellos participa con uno o varios equipos, y donde se adoptan los modos y rituales propios del mundo de la competición.

    Obviamos aquí la polémica cuestión sobre la adecuación y conveniencia para qué, para quién y que la práctica deportiva se deba enfocar de esta manera en los centros escolares, cuestión en la que, por otra parte, tendrían mucho que decir los integrantes de la comunidad educativa. Lo que si hemos de subrayar es el hecho de que esta forma de entender y realizar deporte en el centro escolar es selectiva por su propia naturaleza lo que la convierte en una actividad apropiada únicamente para los más capacitados, contribuye a reproducir la idea de la segregación de sexos en la práctica deportiva, tiende a minimizar el carácter lúdico y recreativo que debería presidir su realización, y, por mimesis con el modelo que la sustenta, propicia la incorporación de algunos valores, actitudes y conductas que tienen lugar en el mundo de la alta competición cuyo valor ético y moral es bastante dudoso.

    Por tales hechos, si la forma de práctica deportiva escolar se limita exclusivamente a la que está orientada hacia la competición, tal práctica deportiva escolar es insuficiente, desde el punto de vista de la formación de actitudes y hábitos positivos hacia la realización de actividades deportivas en la mayor parte del alumnado del centro. En efecto, dicha orientación no sólo limita enormemente las posibilidades de participación de los alumnos y las alumnas menos capacitadas sino que, además, tiende a subordinar el elemento lúdico y recreativo de la práctica deportiva al competitivo.

    Tal situación, también puede considerarse como insuficiente desde una perspectiva educativa al no existir un enfoque de dicha práctica que favorezca y promueva una visión integradora de la misma como actividad de encuentro y diversión conjunta de chicos y chicas, y al centrarse en métodos de enseñanza y aprendizaje basados en la repetición y en la automatización, que restringen la espontaneidad del alumnado, su autonomía y, frecuentemente, su capacidad de reflexión sobre la práctica.

    No se trata aquí tanto de cuestionar la adecuación y conveniencia de un deporte escolar orientado a la competición, como de subrayar la importancia y necesidad de que en los centros educativos se abran otras posibilidades de deporte escolar más apropiadas a la naturaleza y significado del contexto donde tienen lugar. Una práctica deportiva que propicie, desde la reflexión y la práctica, el desarrollo de las distintas capacidades (cognitivas, motrices, de equilibrio personal, de relación interpersonal y de inserción social) de los alumnos y las alumnas, contribuyendo así a su formación y desarrollo personal.

    Así pues, desde nuestro punto de vista, aunque las actividades deportivas se realicen fuera del horario lectivo, no tengan un carácter académico y sean opcionales, deben estar entroncadas con el Proyecto Educativo del centro escolar donde tienen lugar. Para los niños, niñas no existe un tiempo de formación y otro diferente. Sus experiencias cotidianas, sus sensaciones y percepciones, la información que asimilan y procesan, constituyen aspectos que, desde diferentes contextos, forman parte de un proceso único y continuo que delimita y configura el cauce por el que transcurre la vida en cada uno de ellos (Hernández y Velázquez, 1996).

    En coherencia con este planteamiento educativo de la práctica deportiva extraescolar, y en relación con el aspecto metodológico y organizativo de las mismas, es preciso que no se sigan transfiriendo de forma acrítica valores, planteamientos, formas de juego y métodos de entrenamiento técnico - táctico del ámbito competitivo al educativo. Su inadecuación y falta de validez se ha puesto de manifiesto en repetidas ocasiones (Durand, 1988), siendo necesario profundizar en aquellos procedimientos organizativos y métodos de enseñanza que puedan hacer posible que las virtudes educativas de estas actividades lleguen a todos los niños, niñas que deseen participar en ellas, motivándolos hacia su práctica de manera que no se favorezca el abandono de las mismas al término de su etapa escolar, lo que en la actualidad constituye un hecho comprobado y problemático (Durand, 1988), (García Ferrando, 1990).

    Por otra parte, desde el punto de vista de la finalidad que ha tener la iniciación en la práctica de actividades deportivas, ha de tenerse en cuenta que, en general, tales actividades constituyen en las sociedades actuales un contenido cultural que se vincula, fundamentalmente, a la salud física, mental y social de los individuos y a su utilización como una opción para el tiempo libre, respecto al cual todo parece indicar que irá en aumento en las próximas décadas (Hernández y Velázquez, 1996). Por ello mismo, y por coherencia con los objetivos del currículo de Educación Física, la práctica de actividades deportivas en los centros escolares debería orientarse, sobre todo, a la contribución de una Educación para la Salud y para el Ocio en los alumnos y las alumnas. Ello supondría profundizar en la adquisición de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores que favorezcan la posibilidad de que el alumnado quiera y pueda utilizar su tiempo libre de manera saludable a través de la actividad deportiva, lo que, en consecuencia, contribuiría a aumentar las posibilidades de alcanzar mayores niveles de bienestar personal y social.

    Otro tanto cabe decir respecto a la enseñanza deportiva "iniciación deportiva" que suele tener lugar en las clases de Educación Física. En efecto, el enfoque que tradicionalmente se ha adoptado en esta materia para desarrollar los contenidos educativos vinculados a la práctica deportiva se ha basado en la utilización de los sistemas de entrenamiento propios del deporte institucionalizado, sistemas que son coherentes con los valores que impregnan esta forma de entender y practicar la actividad deportiva, que se basan en la especialización y en la automatización, que requieren gran cantidad de práctica regular, y cuya finalidad última es la de la obtención del máximo rendimiento o de la mayor eficacia posible.

    Precisamente, muchos de los problemas de la enseñanza de los juegos deportivos tienen su raíz, precisamente, en la transposición de las técnicas y métodos de entrenamiento del deporte institucionalizado, orientado sobre todo a la competición, al ámbito del deporte educativo y recreativo. El desarrollo del deporte polarizado hacia la competición, en su búsqueda del mayor rendimiento, en la importancia que adquiere la victoria y en la continua lucha por el récord, ha generado y fomentado unas técnicas y métodos de entrenamiento coherentes con sus características y objetivos. Su imitación descontextualizada y acrítica, por parte del profesorado, ha conducido a la apropiación de métodos y técnicas que orientan el proceso de enseñanza sobre todo hacia la repetición de tareas y habilidades aisladas de la situación real de juego, que fomentan un aprendizaje mecánico y de total dependencia del alumnado respecto al profesor o profesora, que subordinan el desarrollo de las capacidades cognitivomotrices a la mejora técnica, que no toman en consideración el nivel de partida y las capacidades de aprendizaje de los diferentes alumnos y alumnas, y cuya rentabilidad requiere una gran necesidad de tiempo del que no se dispone en las clases.

    Aunque no parece posible establecer una clara línea divisoria entre la iniciación deportiva orientada fundamentalmente en un sentido competitivo y la iniciación deportiva cuya finalidad principal esté orientada en un sentido recreativo, sí se puede afirmar que para que el deporte en los centros escolares se convierta en un hecho educativo y en una práctica recreativa al alcance de todo el alumnado no basta con la mera organización y realización de actividades deportivas, ya sea en el marco de la clase de Educación Física, ya sea en horario extraescolar.

    Es necesario, además, dotar a dicha práctica de todos aquellos recursos organizativos, pedagógicos y materiales que favorezcan la existencia de situaciones en las que los alumnos puedan analizar y reflexionar críticamente sobre la finalidad y el sentido que tienen las actividades físico - deportivas; que atiendan a la diversidad de intereses y de capacidades del alumnado; que orienten el planteamiento de las actividades de forma abierta e integradora; que tiendan a realzar los aspectos recreativos y saludables de la práctica por encima de los meramente competitivos y eficientistas; y que promuevan las relaciones entre los alumnos y las alumnas en un ambiente solidario, cooperativo y tolerante.

    Tomando como punto de partida la idea de Enseñanza Deportiva " Iniciación deportiva ", subyace una concepción determinada del significado del deporte, de las funciones sociales que cumple y de las formas que adopta su practica y no parece fácil definir el término deporte. De hecho, existen posibles acepciones a este término que pueden llegar a corresponder con otros conceptos. Dependiendo del hecho cultural, social, psicológico o educativo, el deporte tendrá uno u otro significado. Se pueden encontrar personas u opiniones a favor del deporte y otras totalmente en contra.

    Sin embargo, la definición de deporte siempre tendrá una base cultural y social conformara componentes lúdicos mas marcados cuanto menos intereses sociales haya sobre él y se percibirá como un negocio sobre todo si existen beneficios económicos y lucrativos, no solo por los practicantes sino también por las personas y entidades que le rodean. Es decir; el deporte puede ser tratado como un elemento neutro, al que se le puede variar su neutralidad dependiendo del uso que se haga de él. Cuanto más interés social exista sobre el deporte, más fácil será utilizarlo como elemento lucrativo, cuanto más interés educativo exista sobre él, mayores posibilidades pedagógicas se podrán obtener.

    El deporte implica el uso de aprendizajes motrices en contextos sociales, donde la competición siempre está presente. Un ejemplo es la definición que nos proporciona (Parlebas citado por Barreau y Morne, 1991,):

"Por juego deportivo entendemos las situaciones motrices de enfrentamiento codificadas, explícitamente designadas con los términos, deporte o juego por las instancias sociales. Tanto los deportes de los Juegos Olímpicos o de los campeonatos del mundo, como los juegos tradicionales".

    El deporte, según el campo de aplicación, abarca tres áreas diferentes: por un lado, el ámbito escolar, donde se debe valorar no sólo el aprendizaje de ciertas destrezas, sino también el esfuerzo realizado, la cooperación, etc. Por otro lado, en el ámbito del ocio, donde se trata de aplicar destrezas, pero centrado en los aspectos de salud y recreación. Y por último, el deporte de alto rendimiento, que pretende conseguir mejoras en el resultado, utilizando mucho tiempo en la preparación, con una gran selección de talentos y con alta dedicación profesional. El primero de ellos, el deporte en el ámbito escolar, es el que puede servir de base a los dos últimos casos y una adecuada presentación proporcionará practicantes futuros tanto en el deporte- ocio como en el deporte profesional de élite.

    El concepto deporte está íntimamente relacionado con la sociedad que lo desarrolla, es por lo tanto, un fenómeno social. Esto implica que haya ido evolucionando desde su nacimiento a lo largo de la historia, si bien antes se centraba su definición en su aspecto lúdico, ahora tiende a dársele un sentido competitivo y de ejercicio físico (Cagigal, 1.979).

    Especial atención merece el papel que juegan los centros escolares en esta dinámica, que en definitiva han venido a dar nombre a esta categoría deportiva: deporte escolar.

    En este sentido la pregunta debe ser quien debe desarrollar los programas deportivos escolares y en que condiciones, con respecto al resto del profesorado.

    Nuestra propuesta debe ser clara, nosotros con independencia del lugar y el horario e institución que organice, entendemos que al frente de los programas de deporte escolar, tiene que estar un maestro especialista en educación física, que debe ser el responsable de la organización y del tratamiento educativo que deben tener estas actividades.

    No entendemos una formación en horario escolar y otra distinta en horario extraescolar, como ocurre en la actualidad.


El deporte escolar en la Región de Murcia

    El Programa de Deporte Escolar que convoca todos los años la Dirección General de Deportes de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia consta de las siguientes actividades:

  • Campaña APRENDE UN DEPORTE, para la categoría Alevín.

  • Campeonato Escolar de la Región de Murcia, para la categoría Infantil.

  • Campeonato de la Juventud de la Región de Murcia, para la categoría Cadete.

  • Juegos Escolares Especiales, para los colectivos de disminuidos psíquicos.

  • Campañas Polideportivas Municipales promovidas por los Ayuntamientos colaboradores del Deporte Escolar.


Distribución de la Región de Murcia para el desarrollo del Deporte Escolar en zonas municipales agrupadas

  • Grupo 1: Águilas, Lorca Mazarrón, Totana y Puerto Lumbreras.

  • Grupo 2: Fuente Álamo, La Unión, Los Alcázares, San Javier, San Pedro del Pinatar y Torre Pacheco.

  • Grupo 3: Bullas, Calasparra, Caravaca, Cehegín y Moratalla.

  • Grupo 4: Abanilla, Abarán, Blanca, Cieza, Fortuna, Jumilla y Yecla.

  • Grupo 5: Molina de Segura, Archena, Alguazas, Torres de Cotillas, Beniel y Santomera.

  • Grupo 6: Albudeite, Ceutí, Lorquí, Campos del Río, Ojós, Ricote, Ulea y Villanueva de Segura.

  • Grupo 7: Aledo, Alhama, Librilla, Alcantarilla, Mula y Pliego.

  • Grupo 8: Cartagena

  • Grupo 9: Murcia

Campaña APRENDE UN DEPORTE, para la categoría Alevín.

Participantes: Escolares de categoría Alevín alumnos de tercer ciclo de la Educación Primaria.

Actividades: Módulos deportivo-recreativos que se ofertan a lo largo de todo el curso para su desarrollo en horarios no lectivos. Máximo dos módulos por centro escolar.

Deportes: Ajedrez, Atletismo, Bádminton, Baloncesto, Balonmano, Béisbol, Bolos, Ciclismo, Deportes de Invierno, Judo, Lucha, Orientación, Piragüismo, Rugby, Tenis de Mesa, Vela y Voleibol.

Campeonato Escolar de la Región de Murcia, para la categoría Infantil.

Participantes: Escolares de categoría Infantil alumnos de primer ciclo de la Educación Secundaria Obligatoria.

Competición:

  • Fase Municipal: Hasta el 31 de enero

  • Fase Regional: Campeones de cada grupo de competición

  • Fase Final: Cuatro finalistas de cada deporte

Deportes: Ajedrez, Atletismo, Bádminton, Baloncesto, Balonmano, Campo a Través, Fútbol Sala, Judo, Lucha, Orientación, Piragüismo, Natación, Tenis de Mesa, Vela y Voleibol.

Campeonato de la Juventud de la Región de Murcia, para la categoría Cadete.

Participantes: Escolares de categoría Cadete alumnos de la Educación Secundaria Obligatoria.

Competición: A criterio de las Federaciones Deportivas según inscripciones.

Deportes: Ajedrez, Atletismo, Bádminton, Baloncesto, Balonmano, Campo a Través, Fútbol, Judo, Lucha, Natación, Tenis de Mesa y Voleibol.

Juegos Escolares Especiales, para los colectivos de disminuidos psíquicos.

Participantes: Centros Docentes de Educación Especial., Centros Ocupacionales, Clubes de Ocio y Clubes Deportivos que atiendan a personan disminuidas psíquicas

Actividades:

  • Encuentros Deportivos Regionales

  • Programa Aprende un Deporte

  • Programa de Escuelas Deportivas

Deportes: Atletismo, Baloncesto, Natación, Tenis de Mesa, Fútbol y Fútbol Sala.

Categorías:

  • Competitiva

  • Participativa

  • Juegos Adaptados

    Para finalizar incluimos un cuadro, con la intención de abrir un debate entre el alumnado sobre el papel que deben desarrollar cada una de las partes implicadas.


Referencias bibliográfícas

  • BLÁZQUEZ, D. (1995) La iniciación deportiva y el deporte escolar. Inde. Barcelona.

  • DEL CASTILLO, E. y RODRÍGUEZ, J.L. (2000). El deporte en nuestros escolares, el juego y la competición como medios de aprendizajes En I Congreso Nacional de Deporte en Edad Escolar. Excmo. Ayuntamiento de Dos Hermanas y Patronato Municipal de Deportes. Dos Hermanas. Sevilla.

  • GUERRERO, A. (2000). Evolución del deporte en edad escolar en España, antecedentes y situación actual. En Actas del I Congreso Nacional de Deporte en Edad Escolar. Ayuntamiento de Dos Hermanas y Patronato Municipal de Deportes. Sevilla.

  • LEY DEL DEPORTE REGIÓN DE MURCIA (2000) Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Consejería de Presidencia.

  • LLEIXÁ, T. (1998). El deporte escolar en horario no lectivo en la Unión Europea. Modelos Alternativos. En Revista Aula de Innovación Educativa, nº 68, pp. 18 -20, Barcelona.

  • MESTRE, J.A. y GARCÍA, E. (1992). Planificación y gestión deportiva municipal. Dirección General de Deportes. Canarias.

  • MORENO, A, y MARTÍN, J.M. (2000). El deporte escolar en la red. En I Congreso Nacional de Deporte en Edad Escolar. Excmo. Ayuntamiento de Dos Hermanas y Patronato Municipal de Deportes. Dos Hermanas, Sevilla.

  • PORRO, N. (1997). El asociacionismo deportivo como modelo organizativo. Movimiento, sistema y cambio. Apunts. Educación Física y Deportes. nº49, pp. 20-30.

  • ROMERO, S. (1997). El fenómeno de las Escuelas Deportivas Municipales. Instituto Municipal de Deportes, Ayuntamiento de Sevilla. Sevilla.

  • SANTOS, F. y MONTALVO, A. (1995). El asociacionismo deportivo. Consejo Superior de Deportes. Madrid.


Bibliografía complementaria

  • BURRIEL, J.C. (1990). Política Deportiva Municipal a la provincia de Barcelona. Diputación de Barcelona. Barcelona.

  • CONSEJO SUPERIOR DE DEPORTES. (2000). Deporte escolar. Madrid.

  • DEVÍS, J. (1995). Deporte, educación y sociedad: hacia, un deporte escolar diferente". Revista de Educación, nº 306, pp. 455-472.

  • FRAILE, A. (1996). Reflexiones sobre la presencia del deporte en la escuela. Revista de Educación Física, nº 64, pp. 5-10, La Coruña.

  • GIMÉNEZ, F.J., SÁENZ-LÓPEZ, P. y DÍAZ, M. (EDS). (1997). El deporte escolar. Servicio de publicaciones de la Universidad de Huelva. Huelva.

  • LE BOULCH, J. (1991). El Deporte educativo. Barcelona. Paidós.

  • PARIS, F. (1999). Estructura y organización del deporte en España. Fondo Social Europeo.

  • PINTOR, D. (1989). Objetivos y contenidos de la formación deportiva. En Antón, J. (coord.). Entrenamiento deportivo en edad escolar. Unisport. Málaga.

  • ROMERO, S. (1993). Contenidos de la Educación Física en la Escuela. Wanceulen. Sevilla.

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revista digital · Año 9 · N° 67 | Buenos Aires, Diciembre 2003  
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