efdeportes.com
¿Soy realmente un buen profesor de
educación física o entrenador deportivo?

   
CLTM. Facultad de Cultura Física.
Universidad de Matanzas
(Cuba)
 
 
DrC Luis Cortegaza Fernández
luis.cortegaza@umcc.cu  
DraC Celia M. Hernández Prado
celia.hernandez@umcc.cu  
y MsC José R. Hernández Souza
jose.hernandez@umcc.cu
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 66 - Noviembre de 2003

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    El acto de enseñar es una de las facetas mas complejas y hermosas dentro del cúmulo de actividades que realiza el ser humano, al respecto José Martí expresaba "la enseñanza, quien no lo sabe que es una obra de infinito amor"; por lo que el profesor para materializar esta obra debe entregarse a ella en cuerpo y alma, a través de una superación constante, demostrando en todo momento su entrega incondicional a la actividad que realiza y a sus discípulos, ello le permitirá asumir con mayor autoridad el encargo social asignado.

    El profesor no puede ver en la escuela, un centro de trabajo más, sino un lugar de encantos, un regalo de la vida, una lugar; como diría el cantautor cubano Silvio Rodríguez "donde el amor, engendra la maravilla" y se adiciona, el lugar, donde se le permita como al artista mas refinado, moldear, modelar un hombre nuevo, multifacético, preparado para enfrentar los retos presentes y futuros.

    Para la realización exitosa de esta obra el profesor como rector de la actividad, además de poseer un amplio y actualizado dominio de los contenidos que imparte, debe ser un excelente comunicador y sobre todo educador.

    El entrenador deportivo indudablemente no es solo un educador físico, además de velar constantemente por el mejoramiento de las normas deportivas de sus atletas, le corresponde incidir en el desarrollo de integral de su personalidad.

    Para educar y moldear a los deportistas se requiere que el entrenador tenga desarrolladas las cualidades morales que el desea desarrollar en sus alumnos. El debe de ser un ejemplo a seguir en todo momento.

    Los logros de un deportista en el campo competitivo esta condicionado en gran medida, por el estilo de dirección que aplique el entrenador en todo el proceso de preparación y competición, situación que se ve influenciada por múltiples factores, dentro de los que es preciso destacar: El dominio y nivel de actualización que posee el entrenador sobre los modelos técnicos, tácticos y físicos de los atletas de mayor nivel a escala nacional e internacional, conocimientos de las bases metodológicas del entrenamiento deportivo y de la diversidad de modelos de la planificación, por la amplitud de los puntos de vista que maneje, por la pluralidad de criterios científicos que sea capaz de asimilar, por la posibilidad de polemizar con sus compañeros de trabajo y colectivo de atletas, por el nivel de habilidades físicas y deportivas que sea capaz de demostrar, por la autoridad que su imagen y posición ante la vida y antes las normas de la sociedad reflejen, por la tenacidad y por la actividad que realice, demuestre e inculque a sus alumnos, por su capacidad de cohesión al colectivo, etc.

    El entrenador que ame su profesión, que irradie optimismo y muestre orgullo de lo que hace, que trace metas objetivas a cada alumno, que lo estimule, tanto en los momentos de éxitos como en los de fracasos, que sea un ejemplo de hechos y de palabras tendrá éxitos en su trabajo; si lógicamente, ostenta los conocimientos requeridos para la función que desempeña.

    Es necesario no tan solo que el profesor posea conocimientos profundos de la actividad que dirige, sino que sepa transmitir estos acorde a la edad, sexo, experiencia motriz, particularidades de cada personalidad, nivel escolar de sus atletas, etc. Sin ello no se puede aspirar a ser un buen pedagogo, cada momento del proceso del entrenamiento, cada modalidad deportiva, cada edad, cada sexo, poseen sus particularidades, sus dificultades, su forma diferenciada de conducción del proceso; tratar de repetir año tras año, similares formas de planificar y ejecutar el trabajo, sin analizar el grupo de atletas que entrenamos, traerá resultados nefastos al proceso.

    El entrenador debe retomar lo más avanzado de la metodología general y especial del entrenamiento, adaptándolas a las condiciones y requisitos específicos, situación que le garantice proponer nuevas formas de entrenar, a partir de sus consideraciones y las necesidades de los atletas de forma individual y colectiva.

    Krivenco (1988) valora el papel relevante de la autoridad del entrenador, como inseparable de la actividad, de sus conocimientos sobre la teoría y práctica del deporte, del grado de exigencia, etc. La interrelación entre el entrenador y el equipo se estructuran sobre el respeto, la confianza y la amistad mutua. Para resolver definitivamente los problemas con el grupo se necesita invariablemente un estrecho contacto entre el entrenador y atleta.

    Un entrenador que aspire a los logros elevados de sus pupilos, le corresponde ejercer un alto grado de exigencia, sobre todo consigo mismo, asumiendo sistemáticamente una posición autocrítica con todo lo que hace: inculpar de los fracasos a los atletas, a los directivos, a los restantes entrenadores del colectivo técnico, así como a las limitaciones materiales, es la posición mas fácil y usual, pero que mas daño hace al colectivo, y a la verdadera aspiración de lograr altos resultado en el deporte.

    El entrenador debe de ser su crítico más exigente; convirtiéndose en un juez implacable contra la desorganización, la falta de auto preparación, de la anarquía que en muchas ocasiones trae consigo el entrenar sin guiarse por los objetivos, dejando a la espontaneidad, a la improvisación diaria la sesión de entrenamiento y la solución de los problemas de la preparación deportiva.

    Puede considerar como valido el viejo refrán "rectificar es tarea de sabios" y valorar los resultados de cada competencia, cada test pedagógico, cada control, como base para realizar una profunda reflexión de cómo ha sido el cumplimiento de los planificado, y ante cada fallo se impone que este sea corregido y rectificado, elaborando variantes que permitan, dirigir el camino por una ruta de victoria.

    El entrenador solo puede educar a sus atletas bajo condiciones éticas: si desea desarrollar en los atletas sus sentido de pertenencia al grupo, a la camiseta, a sus sentimientos patrióticos, y espíritu de disciplina, debe demostrar que el posee las cualidades que exige.

    El entrenador debe de irradiar optimismo, alegría y darle un matiz al entrenamiento de diversión, de sano esparcimiento, siempre respetando las normas básicas del proceso, concentrados en las tareas; lograr altas metas solo se consiguen con mucho optimismo en el futuro.

    El profesor como buen actor no se puede permitir el lujo llevar a las sesiones del entrenamiento sus problemas personales, su cara y su accionar, tienen un efecto increíble en los atletas, si se muestra malhumorado, huraño, agresivo, con decaimiento, repercutirá negativamente en la disposición de entrenar de los atletas, por tanto en el rendimiento de estos.

    Las explosiones de mal carácter dañan negativamente la imagen del profesor ante los atletas, fundamentalmente desde el punto de vista educativo y socavan su autoridad.

    El entrenador debe de ser un ejemplo en todos los sentidos, no se puede concebir un entrenador que llegue tarde al entrenamiento, que no posea los controles de los test que ejecuta, del plan diario, de los implementos, etc.

    Jamás debe de mostrar dentro o fuera de la instalación de trabajo, adicción por las drogas, sobre todo del alcohol, que es la más común, no fumar en el entrenamiento, es una recomendación viable y necesaria.

    Mantener un confeso y demostrado amor por la familia, por sus compañeros de trabajo, por las ciencias, por la cultura, demostrar conocimientos de varias ciencias o profesiones, como son por ejemplo: la geografía, la plástica, habilidades manuales como son la mecánica, carpintería, etc. Garantiza que los alumnos expresen con mucho orgullo, "tiene respuesta para todo" "¡Como sabe mi profe!", esto elevara la confianza, la simpatía de sus atletas.

    Los entrenadores que carezcan de la simpatía espontánea que le deben profesar sus alumnos, no puede aspirar a un respeto y afecto adecuado; por lo que siempre los alumnos le cuestionaran sus decisiones y las estrategias de dirección que establece, lo que limitara la entrega al entrenamiento diario.

    El entrenador debe de preocuparse y ocuparse sistemáticamente por el desarrollo académico de sus alumnos, exigiendo buenas calificaciones, vinculándose con sus profesores docentes y con la escuela donde estudia, al igual que sus padres.

    Harre (1983) al hablar del comportamiento ejemplarizante del entrenador como condición para una efectiva labor educativa dentro del proceso del entrenamiento, recomienda un conjunto de exigencias:

  • A partir del ejemplo cotidiano que ofrece el entrenador, el deportista debe de experimentar que este es: justo, que se impone a si mismo altas exigencias y que aspira a perfeccionar sus propios conocimientos, sus experiencias y toda su personalidad.

  • La ejemplaridad debe de implicar: modestia, sencillez y seguridad. El entrenador no debe de manifestar sentimientos de rencor, ni ofensas y debe dejar de entrever un equilibrio y afabilidad en su persona.

  • El comportamiento ejemplarizante del entrenador debe de reflejar aquella alegría de vivir y optimismo en la vida, que excluyen toda la ignorancia, ironía y la resignación con la derrota y ante los fracasos.

    Para un entrenador se exige de un alto desarrollo de las destrezas pedagógicas y de conocimientos, estos se materializan en todas las tareas que debe de cumplir este frente a sus atletas. Por lo que el entrenador debe de atemperarse a los cambios, que se dan en la sociedad, como son la moda, la relación de parejas, los bailes, el criterio de moral, etc. Recuerda el viejo proverbio árabe de " que los hijos se parecen mas a su época que a sus padres", lo que te permitirá comprender cuales son sus necesidades, sus gustos y no aparecer ante ellos como un viejo huraño, "regañón", fuera de época, que no los entiende.

    En la práctica es responsabilidad del entrenador con sus alumnos de:

  1. Planificar los objetivos, las tareas y las metas que se proponen a corto, mediano y largo plazo.

  2. Seleccionar los atletas que realmente tengan aptitudes para un deporte determinado,

  3. Valorar cual modelo técnico - táctico y físico se ajusta a las particularidades de cada atleta.

  4. Desarrollar sesiones de entrenamiento, planificadas de modo tal que alcancen el aumento del rendimiento proyectado.

  5. Mantenerse actualizados sobre los últimos avances de la especialidad y de las ciencias aplicadas al deporte.

  6. Propiciar las representaciones de los modelos técnicos de forma clara y viva lo que permite que se desarrolle su capacidad de comparación, su representación motora y su imaginación.

  7. Dar posibilidad de participación en la toma de decisiones dentro del proceso de preparación, acción que facilita una mejora sustancial en la participación consciente por parte de los atletas.

  8. Seleccionar los métodos y medios que aseguren el aprendizaje y perfeccionamiento físico y técnico - táctico de los deportistas.

  9. Efectuar sistemáticamente los controles, lo que garantiza conocer como se cumplen los objetivos y como mecanismo de retroalimentación de entrenadores y deportistas.

  10. Reajustar cuando sea necesario el plan de entrenamiento, tomando como referencia los objetivos propuestos y los resultados de los controles.

    Para llevar a vías de hecho las tareas plan antes planteadas el entrenador debe de estar dotado de un conjunto de capacidades pedagógicas imprescindibles para el buen desempeño." Estas constituyen las propiedades individuales de la personalidad del educador que le dan posibilidades para aplicar con mayor efectividad los principios científicos generales de la enseñanza y la educación en pedagogía directa" y que muchos entendidos lo denominan como profesograma.


Capacidades pedagógicas que deben de caracterizar al entrenador

  • Capacidad académica: Este aspecto lo caracteriza por el nivel de conocimientos actualizados, que posea del entrenador sobre la modalidad deportiva que entrena, de la Teoría y Metodología del entrenamiento, de la psicología deportiva, etc.

  • Capacidad didáctica: Se determina por la posibilidad que tenga el entrenador de utilizar los métodos y medios que permitan el aprendizaje y perfeccionamiento de los fundamento técnico - táctico y del nivel de la condición física adecuado en el menor plazo posible, sin provocar alteraciones biológicas ni psicológicas inadecuadas. Aquí va influir la de manera decisiva la maestría pedagógica con que el entrenador conduzca el proceso, lo que permitirá trasmitir a los alumnos los objetivos propuestos, el porque del modelo técnico seleccionado, el volumen e intensidad de cargas propuestas, etc.

  • Capacidad perceptiva: esta es una capacidad básica para el entrenador, que se logra desarrollar después de muchos años de trabajo, o sea la capacidad de observación y comprensión de los errores en la ejecución técnica, cuales son sus causas, si el profesor no tiene desarrollo de esta capacidad puede corregir indebidamente acciones que son el efecto y no la causa, por lo tanto no elimina el error, sino que se agudiza.

    El profesor para desarrollar dicha capacidad, debe de poseer profundos conocimientos del elemento que observa, desde el punto de vista teórico y práctico, así como las fases que lo integran y elaborar para ello un esquema mental de observación que permita valorar el mayor número de detalles.

    Aprender a observar la ejecución de los movimientos, implica una correcta ubicación en el ángulo de visión adecuado, desarrollar la concentración y distribución de la atención apropiado, y aplicar una división en fases del movimiento, lo que garantice acentuar en cada momento una acertada pesquisa sobre los detalles mas necesarios y que permitan emitir un juicio efectivo, sobre las causas que originan el error y no confundirlos con el efecto, que por lo general es el mas perceptible.

  • Capacidad expresiva o capacidad de lenguaje. Se define como la capacidad de expresar de manera clara y precisa y exacta las ideas, los conocimientos y los sentimientos por medio del lenguaje, la mímica y los gestos.
    En la actualidad la posibilidad del entrenador de expresar sus ideas, sus razonamientos de forma verbal, se une la capacidad cinésico gestual no verbal, que deben ser un rasgo que caracteriza al entrenador. El debe de transmitir el dinamismo, la estructura, la dirección, trayectoria del cuerpo y sus partes, etc. a través del gesto. Por lo que a un entrenador debe de caracterizarlo su excelente dominio de la gestualidad.

  • Capacidad demostrativa: Otro rasgo que debe de caracterizar al entrenador es la posibilidad de expresar de forma clara y precisa, la imagen ideal de cada movimiento partir de diferentes modelos físicos, técnicos y tácticos obtenidos de atletas de elites nacionales y de otros países.

    Esto permite que posteriormente el atleta se represente este modelo cada vez que va a realizar el movimiento técnico, lo que coadyuve a realizar los primeros intentos sobre la base de un modelo idóneo.

    Por lo general durante la ejecución en la práctica de los movimientos, el atleta evoca la imagen que le demostró el profesor, una demostración cargada de errores, traerá consigo, que el atleta grabe en su memoria dichos errores, lo que provocara que a la hora de su realización los manifiesten dentro de su estructura técnica.

    Es una necesidad imperiosa que el profesor se mantenga en perfectas condiciones física y de no ser así, debe de auxiliarse de medios técnicos o de atletas que posean un buen nivel de la técnica que se desea enseñar o corregir.

  • Capacidad organizativa: Esta capacidad permite economizar tiempo y espacio, lo que se garantiza una comprensión más exacta y rápida de lo que se desea.

    Para organizar el colectivo de atletas se hace necesario que el profesor sea un ejemplo de organización. Esto comprende la preparación adecuada de sus documentos, planes de entrenamiento, clases, controles, hasta los materiales que va a utilizar.

    El entrenador debe de dominar los procedimientos organizativos, circuitos, estaciones, ondas, etc. que le permitan realizar las actividades a partir de los medios con que cuente, y los locales que estén a su disposición.

    Esta es una capacidad que se expresa en la habilidad para distribuir racionalmente el trabajo.

  • Capacidad constructiva: Es la condición de poder diseñar y modelar la personalidad del atleta a partir de su potencialidades genéticas y del desarrollo obtenido en un momento dado.

    En la actualidad se analiza como una exigencia indispensable del entrenamiento moderno, el correcto diseño y construcción neuromuscular; por lo que no solo se debe de hablar de la capacidad constructiva desde el punto de vista psíquico, sino desde el punto de vista físico.

    La utilización de métodos de modelación permite al entrenador acercar a sus atletas a los requerimientos físicos y psíquicos de una modalidad deportiva determinada, tomando como referencia obligatoria las necesidades energéticas y morfofuncionales de dicho deporte.

    Una condición indispensable para que se manifieste la capacidad constructiva del entrenador, se basa en la adquisición por diferentes vías de los parámetros básicos de los modelos técnicos y físicos de los atletas o equipos de mayor nivel en esa categoría y escala internacional, así como por su dominio de los elementos básicos de ciencias aplicadas como son: la morfología funcional deportiva, la bioquímica, etc.

    Capacidad para mantener la autoridad: Como se planteo anteriormente, esta capacidad el profesor la logra, cuando demuestra amplios y sólidos conocimientos de las actividades que realiza, cuando ejerce influencia emocional en los estudiantes por su demostrado amor por la profesión, confianza en lo que realiza, don de mando, carisma para dirigir un colectivo, deseo y confianza en el triunfo y en el colectivo de atletas y entrenadores en el cual labora, y sólidas convicciones ideológicas. Por lo general los entrenadores poco aceptados por el colectivo utilizan recursos indebidos como son tono de voz alto, sermones o largas charlas, intimidación física y psíquica, estos entrenadores deben de comprender que la autoridad que se ejerce por la fuerza carece de valor pedagógico, lo que estimulara la deserción, las respuestas abruptas de los atletas, y en el peor de los casos, la falta de entrega al proceso de entrenamiento y competencias, buscando constantemente, que ese enemigo del atleta,(en que se ha convertido el entrenador), todo le salga mal, en los caso mas graves puede llegarse hasta la agresión física del alumno al profesor o viceversa. Esta situación debe de ser evitada a toda costa.

  • Capacidad creadora: Consiste en que sistemáticamente a partir de lo ya creado por el hombre en este campo, se manifiesten en el, las inquietudes científicas y metodologicas, que se convierta en un innovador de las formas de entrenar de conducir el proceso, que diga; ¡no¡, a lo mecánico, a lo repetido, que no acepte tácitamente lo que dicen los documentos de las ultimas investigaciones, la forma de entrenar el campeón del momento, los documentos que le orientan los organismos superiores, Que sea inquieto, que los conocimientos acumulados deben ser trasformados cotidianamente. Un entrenador creativo debe de ser un pedagogo de criterios muy sólidos, con una lógica científica en su pensamiento, que se guíe diariamente por el método hipotético - deductivo, para llegar a la realidad de lo que ocurre en el proceso de entrenamiento, que busque las soluciones con una previsión científica, de los posibles resultados a obtener y trace el camino sobre una correcta planificación y con métodos de control adecuados.

    Esta capacidad es la que caracteriza a lo entrenadores que por lo general obtienen los mejores resultados en el alto rendimiento y en sentido general en todas las categorías, ya que rompen los esquemas y toman los avances de la ciencias como un lógico punto de partida, pero lo adaptan a las condiciones objetivas de su realidad.

    Por otro lado están los entrenadores que denominamos "repetidores" que están a la caza de la ultima forma de entrenar un campeón, de la ultima publicación o de lo que se les dicta en el curso mas reciente, para aplicarlo sin un previo análisis, sin ver la realidad de sus atletas, son aquellos entrenadores que prefieren transitar por los caminos ya transitados, sin aparentemente no arriesgar nada, mientras que lo arriesgan todo, para ellos en el campo competitivo, se les augura los peores resultados.

    Otro punto de vista sobre el papel del entrenador como psico-pedagogo lo ofrecen H. Rieder y G. Fischer (1988) en una propuesta que denominan:

¿Como puedo ser un mejor preparador físico?

Las cinco reglas.

  1. No darse por satisfecho con ningún éxito y analizar los resultados no satisfactorios. Buscar la causa primero en uno mismo, por ejemplo falta de preparación, poca concentración o fuerza de convencimiento , metodología errónea, flexibilidad propia muy limitada, poca consideración hacia los deseos de los participantes: Solo en segundo termino, echar la culpa a los participantes, a las circunstancias externas.

  2. Buscar continuamente nuevos métodos. La metodología propia aunque de buenos resultados, podría convertirse en un estereotipo, siempre las mismas modalidades de ejercicios, las mismas palabras para explicar, las mismas bromas y razonamientos: Una discusión intensiva con los compañeros/colegas y participantes puede y debe ayudar de vez cuando, así como el estudio de nuevos libros: esto no quiere decir que lo que le ha dado buen resultado se tire por la borda con demasiada rapidez y que se adopte inmediatamente métodos nuevos poco probados( efecto de la novedad)

  3. Mediante el estudio, la discusión y la observación atenta reflejar la actividad propia, las capacidades técnicas y el comportamiento pedagógico y psicológico: El comportamiento se puede aprender. No hay que ser un profesor autómata, sino que se ha de hacer uso de sus capacidades especiales propias, mostrar emociones y utilizar, si se cree necesario, las pantomimas, una buena voz, las formulas del apoyo de costumbres, etc., Construir siempre palabras claves: Ejemplo positivo.

  4. Prestar atención a la reacción el participante: Constituye el mejor indicador del grado de acogida que tiene una clase, una unidad de enseñanza, un entrenamiento o una práctica deportiva conjunta. Claro que es posible que en una clase haya sido mala técnicamente y, sin embargo, tener buena acogida, o al revés.

  5. No dudar de las propias capacidades, si algo no sale como tu quieres alguna vez; pero no creer nunca que tu eres el / la mas grande y deberías de enseñar a todos los demás porque determinados contenidos y modos de ejecutarlos siempre funcionan.

    Además de las capacidades pedagógicas antes expuestas, Petroski (1983) analiza otros requisitos básicos que deben ser considerados como un elemento a destacar dentro del llamado profesograma o conjunto de rasgos que caracterizan a un entrenador deportivo y que gravitan a favor o contra de su prestigio y autoridad docente, dentro de estos se proponen: el control de su temperamento y el cuidado de su apariencia personal.

    En el caso del temperamento como se sabe se ve influenciado por el tipo de SNC, por lo que influyen en estos la fuerza, la movilidad y el equilibrio, indicadores que han permitido establecer diferentes clasificaciones de los tipos de temperamento que pueden caracterizar a cada individuo. Expresados en los procesos afectivos - motivacionales por lo que constituyen las bases de sus sentimientos, emociones y en la actividad.

    El profesor verdadero debe saber controlar su temperamento si desea mantener la autoridad sobre sus atletas.

    Un entrenador con temperamento colérico por ejemplo; debe de refrenar sus emociones ante un fracaso, la decisión de los jueces, la falta de un transporte, la no disponibilidad de un financiamiento, para una competencia o comprar implementos, etc. y mostrar mesura, equilibrio, aunque "arda por dentro de impotencia" esa es una virtud insustituible del buen entrenador.

    Una indebida apariencia personal es un elemento que resta credibilidad al papel del profesor, limita su autoridad, un profesor desaliñado, con la ropa ajada, sucia, que este sin rasurar, sin un corte de pelo adecuado, con una gestualidad no acorde a un pedagogo, etc., constituyen un mal ejemplo que debe controlado rápidamente por que puede irradiarse entre los atletas.

    Estos casos deben de ser corregidos y sancionados con energía por el colectivo pedagógico con toda la fuerza que implica esta desviación.

    Pila Teleña (1986) elabora un resumen lo expresado por Tutko y Richards en su textos Psicología del Entrenamiento Deportivo donde se ofrecen las características, ventajas y desventajas de la personalidad del entrenador/ preparador físico.

    En cuadro resumen se clasifica al entrenador en cinco subgrupos:

  • Entrenador autoritario o duro.

  • Entrenador afable.

  • Entrenador conducto.

  • Entrenador poco formalista.

  • Entrenador formal o metódico.



    El entrenador deportivo como autoridad principal en la conducción de los atletas en las competiciones deportivas

    Uno de los aspectos más importantes en la preparación de los atletas se centra en la orientación y dirección de estos antes, durante y después de las competiciones.

    Para orientar la participación de los atletas en las competencias en primer término el entrenador debe de recopilar la mayor información del reglamento de la competición en la que aspira participar, de los lugares donde se desarrollara esta, de la fuerza de los contrarios, su puntos débiles, acerca de las posibilidades de pronosticar un posible plan táctico de la competencia, sobre las posibilidades volitivas de sus atletas, etc.

    En la dirección juega un papel fundamental la experiencia del entrenador en la conducción de equipos y atletas en competencias de envergadura.

    La disciplina de la competición, o sea el respeto al plan táctico, al juego colectivo, a una manera de conducir la competencia, debe de gestarse desde las primeras sesiones de entrenamiento, no se puede aspirar a que el atleta se comporte de forma diferente en las competencias, que el trabajo cotidiano que desarrolla en las sesiones de entrenamiento.

    No se puede tolerar llegadas tardes a los entrenamientos, ni las competencias, si esto ocurre, debe ser fuertemente reprimido en el seno del colectivo.

    Durante la competencia los atletas deben tener tareas muy concretas de observación de los contrarios, desde los entrenamientos preliminares dentro de las competencias y enseñar a sus atletas a practicar los llamados simulacros que permitan enmascarar los aspectos negativos y positivos de sus potencialidades competitivas.

    Para la observación se deberán situar tareas concretas; entrenar a estos en el difícil arte de observar con una guía estructurada, debe constituir una tarea básica de los entrenadores en competencias. Si se puede, se debe filmar en video y posteriormente el equipo hará un análisis minucioso de los atletas contrarios.

    Después de acopiada la información necesaria sobre los contrarios, corresponde posteriormente, realizar un examen de su estilo de competir o de jugar, de su arsenal técnico - táctico, de sus deficiencias y puntos mas fuertes.

    Posteriormente el entrenador esta obligado a consolidar en los atletas, las posibles soluciones mentales del enfrentamiento competitivo, a partir de la modelación mental, que tiene en la representación motora un vehículo idóneo que le permita "imaginarse" las acciones en las que se debe enfrascar, durante la competencia.

    El papel del entrenador en este caso es relevante ya que debe de ser capaz de convertir ese acto imaginario, en acciones lo mas parecido posible a la realidad, de su tono de voz, de la emotividad, de su poder de captación con lujo de detalles de los puntos positivos y negativos de los contrarios, dependerá una eficiente acción ideomotora de sus atletas.

    De esta fase se deriva la modelación práctica de las posibles acciones de competición, donde un atleta o equipo actuaran como contrarios, modelando en la práctica las acciones más utilizadas y efectivas de los equipos o contrarios que deben de ser enfrentados, al atleta o a la escuadra regular que se debe presentar en la competencia, lo que permite ensayar el plan táctico competitivo.

    El entrenador debe de organizar estas acciones simuladas, y en muchas ocasiones como es el caso del boxeo el preparador debe de actuar como si fuera el contrario durante el calentamiento previo de los combates.

    El día de las competencias el entrenador previo conocimiento del horario de juego, calculara cronométricamente todo el horario del día, organizando, los posibles entrenamientos precompetetencias, las comidas, los horarios de descanso, la charla con los atletas y las posibles líneas de cómo encausar, la sugestión de estos, seleccionando las palabras que logren provocar un estado optimo de predisposición competitiva en los deportistas que estén bajo su tutela.

    Solo se logrará ansias y confianza en la victoria, si estas se refuerzan por parte del entrenador con palabras que alcancen a sugestionar de forma positiva al deportista; es necesario que este proceso se realice de forma colectiva e individual.

    La copia mecánica de un mismo discurso para cada atleta puede traer resultados competitivos adversos, a cada individuo le corresponde un temperamento, carácter, necesidades, diferentes; por lo que el tratamiento debe de responder a las exigencias físicas y psíquicas de cada deportista.

    El entrenador debe de calcular correctamente la hora y el tipo de calentamiento general y especial de cada atleta. No se recomienda que antes de un partido o competencia de envergadura los atletas se encuentren observando a los contrarios, lo que evita un estado de ánimo negativo.

    Como la competencia es una confrontación de "inteligencias", donde vence quien sepa conducir de forma mas racional la lucha competitiva, quien mejor aplique los planes tácticos; no puede jamás concebirse que este enfrentamiento se efectúe solo entre los atletas contrincantes y que lógicamente constituyen la cara visible del espectáculo; sino que aquí juegan un papel relevante, esos personajes ignorados en las victorias y criticados al extremo en las derrotas, quienes enfrentan con proverbial inteligencia, conocimientos y astucia, toda la competición y que están expresados en los integrantes de los colectivos técnicos, que desde su puesto de mando planifican previamente y durante las competencias todo el accionar del proceso.

    Dirigir el plan competitivo constituye una lucha de inteligencias, de estrategias, por lo que el entrenador debe de apelar a los llamados simulacros, donde se enmascaran las realidades de los equipos. Situación que comienza desde las conversaciones entre los entrenadores "rivales", cuando te preguntan ¿Como esta tú equipo?, ¿Que aspiraciones tiene para ese competencia? etc. Se debe de valorar si sobredimensionar las posibilidades del equipo para preocupar a los entrenadores contrarios, o minimizar las posibilidades, para darle cierta confianza y después en la competencia demostrar el real poderío que poseen nuestros deportistas; o en calentamiento donde se decide mostrar las todas posibilidades de sus atletas o las oculta, etc. Estas decisiones son elementos que pueden decidir en una competencia.

    A. V. Ivoilov (1988) propone un orden en cuanto a las orientaciones previas a las competencias estas se resumen en:

  1. El entrenador notifica el horario y el lugar de las competiciones.

  2. Expone informaciones generales acerca de los contrincantes; sus tradiciones, sus triunfos y derrotas, y ofrece un breve un breve análisis de las causas del éxito y los desaciertos del adversario.

  3. Valorar posteriormente los sistemas tácticos de ataques de defensa que deben de ser utilizado.

  4. A partir de una maqueta u otro medio explica como debe de ser la estrategia para conducir la competición.

  5. Se pasa realizar la orientación volitiva individual y colectiva, buscando inspirarlos para la victoria, para desplegar un juego abnegado, etc.

  6. Orientación del calentamiento antes de la competencia.

    Concluido el calentamiento se deben de dar las ultimas palabras antes de competir, que tienen un tono lacónico, breves, precisas, que lleven mucha carga emocional y por que no; dichas con mucho amor, de un padre que despide a sus hijos a una peligrosa pero necesaria batalla. Palabras como: "¡No me defrauden!", "¡Demuestren lo que podemos!", "¡Vamos a dar un buen espectáculo!", "¡Hay que empezar a jugar bien desde el mismo inicio!", etc. son muchas de las expresiones que suelen ser utilizadas por los entrenadores antes de la competición.

    Se debe de crear un interrelación tal, que por una mirada, un gesto, o una señal el atleta sepa lo que tiene que hacer, de la autoridad y confianza ganada por el entrenador depende que el atleta responda a los señalamientos del que se le hacen durante la competencia.

    Después de terminada la competencia el entrenador principal tiene que junto a su colectivo técnico meditar y analizar los resultados de esta, preparándose correctamente para efectuar el análisis colectivo, de manera que pueda valorar objetivamente las causas de los éxitos y fracasos.

    No es conveniente ejecutar el análisis después de terminado la competición, ya que el estado de animo psíquico y físico, no garantiza una reflexión adecuada por lo que no asimilara las criticas ni los elogios, se debe dar un tiempo prudencial para realizar dicho análisis que puede oscilar entre 6 y 12 horas después de concluida la competencia o partido.

    En esta última fase se impone la capacidad didáctica y académica del entrenador, de su tono de voz mesurado, que denote conocimiento de causa, que inspire confianza, sabiduría, reflejada en el análisis crítico y autocrítico, pero mostrando mucha confianza en el futuro, dependerá el éxito del grupo de atletas que entrenamos.

    El titulo de esta publicación aborda una interrogante que muchos de los entrenadores que han dedicado la vida a este difícil, arte de enseñar y formar j deportistas en los diferentes niveles, se han preguntado durante muchos años

    ¿Soy un buen entrenador o no? ¿Por que si tengo una mejor preparación académica que mis compañeros, no tengo buenos resultados competitivos? ¿Cuales son las capacidades pedagógicas donde presento mas dificultades y como solucionarlas?

    Tomando en cuenta estas consideraciones se elaboro una propuesta de instrumento como guía de autoevaluación o de evaluación del nivel de desarrollo de las capacidades pedagógicas básicas del entrenador, esta puede ser utilizada por los propios entrenadores o directivos de diferentes instancias para determinar los aspectos positivos y negativos que lo caracterizan y posteriormente establecer planes de medidas para que en el futuro se puedan paulatinamente buscando soluciones de cualquiera de las capacidades con bajo un índice o generalizar lo mas positivo de cada docente valorado. Como se puede observar a continuación la guía abarca las nueve capacidades pedagógicas que consideramos como básicas para conformar el llamado profesograma del entrenador deportivo, y una escala de evaluación que va desde 1 hasta 5 puntos.

    Para otorgar la evaluación por capacidades, se debe de tener en cuenta los siguientes criterios que permitan estandarizar dichos criterios evaluativos

    La propuesta de evaluación debe de ubicarse en las columnas del protocolo que ha continuación aparece y que deben valorarse a partir de los criterios evaluativos de la tabla anterior:

    Después de estudiar detenidamente los criterios de evaluación, para cada capacidad, marcaras con una X en la casilla que acredite el valor que entiendas se le debe de asignar a cada a capacidad pedagógica propuesta. Finalmente sumaras los valores otorgados en cada columna y colocaras los valores establecidos para cada columna en la casilla de totales.

    La evaluación integral del nivel de desarrollo de las capacidades pedagógicas desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo se puede obtener con la utilización de la "Escala para la evaluación integral deL nivel de desarrollo de las capacidades pedagógicas del profesor de educación física y entrenador deportivo"que a continuación aparece en la siguiente tabla:



Metodología propuesta:

    La metodología que se propone para la determinación del nivel cuantitativo y cualitativo del nivel integral de desarrollo de las capacidades pedagógicas es muy simple, consiste en que después de que un entrenador o directivo efectúa la evaluación o autoevaluación por cada capacidad, se suman los puntos obtenidos y se evalúa tomando como referencia la "Escala para la evaluación integral del entrenador", donde podrás obtener una evaluación cualitativa del nivel general de las capacidades pedagógicas del profesor evaluado..


Bibliografía consultada

  • Colectivo Autores. MINED. Cuba. Pedagogía. Editorial Pueblo y Educación: 1988.

  • Grosser M. Starinska, S. Principios de Entrenamiento Deportivo. Barcelona. Editorial Martínez Roca. 1988

  • Hanh E. El entrenamiento con Niños. Editorial Martínez Roca. Barcelona. 1988

  • Harre. D. Teoría del Entrenamiento Deportivo. Editorial Científico Técnica. 1987

  • Ivoilov A. V. Voleibol. Ensayos de Biomecánica y Metodología el Entrenamiento. Editorial Científico - Técnica. La Habana. 1988.

  • Mestre J. Planificación Deportiva. INDE. Barcelona.1995

  • Petroski A V Psicología Pedagógica y de las Edades. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1981.

  • Pieron M. Didáctica de las actividades Físicas y Deportivas. Editorial Gymnos. Madrid. 1988.

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  • Rieder H y G. Fischer. Aprendizaje Deportivo. Editorial Martínez Roca. México DF. 1988

  • Sánchez Bañuelos F. Didáctica de la Educación Física y el Deporte. Editorial Gymnos. Madrid. 1992.


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revista digital · Año 9 · N° 66 | Buenos Aires, Noviembre 2003  
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