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La potencia anaeróbica en el baloncesto

   
Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
Universidad de León
(España)
 
 
Alejandro Vaquera Jiménez
José Antonio Rodríguez Marroyo
Juan García López
José Gerardo Villa Vicente
Concepción Ávila Ordás
Juan Carlos Morante Rábago

ineavj@unileon.es

 

 

 

 

 
Resumen
    Dentro de los factores de rendimiento en baloncesto se ha dado mucha importancia a la potencia anaeróbica, presentándose en acciones explosivas tan importantes como los saltos, las arrancadas,... valorándose a través de pruebas de salto y el test de Wingate. El objetivo del trabajo ha sido determinar las correlaciones existentes entre los dos test en la valoración de la potencia anaeróbica en jugadores de baloncesto.
    En el estudio participaron 17 jugadores de baloncesto de categoría EBA y Junior Autonómica. Los test utilizados para valorar la potencia anaeróbica fueron el test de saltos repetidos durante 30 seg. de Bosco (Ergo Jump Bosco/System® ) , y el test de Wingate. (Monark 829). Estos test se integraron dentro de una valoración funcional de los jugadores, realizándose aleatoriamente en días consecutivos, tras 24horas de recuperación.
    La potencia media obtenida en test de Bosco fue de 32,3+1,5W/kg, realizándose una media de 46+1 saltos durante los 30segundos que duraba el test. En el test de Wingate se obtuvieron valores absolutos en la potencia pico de 554,4+37,6W y en la potencia media de 472,6+31,7W, y valores relativos de 7,2+0,3W/kg y 6,1+0,2 en la potencia pico y media respectivamente. Solamente se obtuvieron correlaciones entre el nº de saltos repetidos y la potencia absoluta pico (R=-0,5 p<0,05) y media (-0.6 p<0,01).
    No se correlacionan los datos de potencia entre los dos test, quizás por las diferencias metodológicas que conlleva cada uno de ellos. A pesar de la dificultad técnica que implica el test de saltos repetidos, lo consideramos más específico y sensible para valorar la potencia anaeróbica en los jugadores de baloncesto.
    Palabras clave: Baloncesto. Potencia anaeróbica. Bosco. Wingate.

Ponencia presentada en el II Congreso de Ciencias del Deporte celebrado en Marzo de 2002 y publicado en el libro de actas del citado congreso con el título: "Correlación entre dos test para valorar la potencia anaeróbica en jugadores de baloncesto"
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 66 - Noviembre de 2003

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Introducción

    Según Dalmonte y cols (1987), el baloncesto se clasifica como un deporte aeróbico-anaeróbico alternado. Esto quiere decir que se producen demandas alternativas de las tres vías de producción de energía, con un frecuente acoplamiento de la energía aeróbica y anaeróbica.

    Fox (1984) considera en un 90% la aportación anaeróbica y en un 10% solamente la aportación aeróbica, por lo tanto el sistema aeróbico participa en la provisión de energía para poder mantener la duración total del partido. Esta mayor participación de la vía anaeróbica se relaciona con la lógica interna del baloncesto donde se realizan acciones de salto, salidas y paradas, tiro, defensas...., a gran intensidad de forma intermitente durante los cuarenta minutos de juego.

    Por otro lado Colli y Faina en 1987 y posteriormente Zaragoza en 1996, consideran al sistema anaeróbico láctico como un factor limitante en el rendimiento deportivo en baloncesto.

    Afirmaciones como las de López Calbet y cols (1994) en las que se argumenta que en el baloncesto las acciones que nos llevan al éxito son las que se realizan a una intensidad máxima, las explosivas (velocidad de reacción, aceleraciones,...), siendo éstas las que nos permiten la ejecución de gestos técnicos inalcanzables para otros jugadores y marcarán la diferencia ante una calidad técnica similar.

    La modificación de las reglas del baloncesto en cuanto a la división del tiempo de juego en dos periodos de veinte minutos, separados por dos cuartos de diez minutos y por un minuto de descanso entre ellos en cada periodo, unido a la disminución del tiempo de posesión del balón a 24", lleva a un nuevo planteamiento de los requerimientos energéticos determinantes del jugador de baloncesto.

    Con lo cual la valoración de la potencia anaeróbica sería importante en el baloncesto actual dadas las exigencias del mismo.

    Tradicionalmente para la determinación de esta potencia anaeróbica en el baloncesto se han venido utilizando el test de Wingate (Ureña y cols, 1991, Rabadán y cols, 1991) y la prueba de saltos repetidos en 30 seg. de Bosco (Häkkinen, 1993, Carreño y cols, 1998).

    En el presente trabajo el objetivo ha sido determinar las correlaciones existentes entre los dos test en la valoración de la potencia anaeróbica en jugadores de baloncesto.


Material y Método

    En el estudio participaron 17 jugadores, 8 pertenecientes a un equipo de Liga EBA masculino y 9 pertenecientes a un equipo Junior Autonómico femenino con una edad media de 18+0.8 años en el caso de los hombres y 17+0.9 en el caso de las mujeres. Con una práctica ininterrumpida desde hace más de 5 años, donde los hombres entrenan 4 días por semana más partidos con una duración de 2 horas cada entrenamiento y en el caso de las mujeres entrenan 3 días a la semana más partidos con una duración de 2 horas cada entrenamiento.

    Los test elegidos para valorar la potencia anaeróbica fueron:

Test de Wingate:

    En este test, el sujeto realiza, como calentamiento, un pedaleo a baja potencia durante 10 minutos seguido de un reposo de 2 minutos antes de comenzar la prueba. Ésta consiste en un pedaleo a la mayor velocidad posible durante 30 segundos. La fuerza de frenado en el test fue de 75 Kg. por cada Kg. de peso corporal. La potencia ejercida durante el test se midió cada 5 segundos. Las revoluciones por minuto se obtuvieron a través de un sistema de células fotoeléctricas que contabilizaba el número de veces que el pedal cortaba un haz luminoso.

    El test de Wingate permite teóricamente según Vandewalle (1986), la medida de la potencia anaeróbica máxima (pico de potencia), la cantidad total de trabajo desarrollada (capacidad anaeróbica) y el estudio de la disminución de potencia durante la prueba (índice de fatiga)

    En este estudio el test de Wingate se desarrolló sobre un cicloergómetro Monark 829.

Test de saltos repetidos durante 30 segundos de Bosco (Bosco, 1994):

    En este otro test (Repeat Jump), el sujeto debe calentar libremente durante unos 10 minutos a un trote suave, y después debe realizar el mayor número de saltos verticales posibles sobre una plataforma de contacto que a su vez estará conectada a un ordenador que irá calculando los tiempos de vuelo, las alturas conseguidas y la potencia ejercida sobre la plataforma.

    Para su realización se utilizó una plataforma de contacto, y un micro-ordenador Psión OrganiserII (con precisión de 0.001 seg.) que forma parte del sistema de registro de tiempos de vuelo Ergo Jump Bosco/System®.

    Estos test formaban parte de una valoración funcional de jugadores de baloncesto. Ésta estaba compuesta por una serie de test (Mediciones antropométricas, Test de Course Navette, Test de Cooper, Test de velocidad de 20 metros, Prueba directa en tapiz rodante, Batería de salto de Bosco, Test de Wingate)

    La secuenciación temporal entre el test de Wingate y el test de salto fue de 24 horas y la realización de ambos test fue aleatoria, pudiendo realizar bien el test de Wingate primero o bien el test de salto.

    El tratamiento gráfico se ha llevado a cabo en la Hoja de Cálculo Excel V7.0 y el tratamiento estadístico en el paquete Statistica V4.5 para Windows. Los resultados se muestran como media y error estándar de la media (E.E.M.). Para determinar las diferencias existentes entre los grupos analizados se utilizó el test de Mann-Whitney, determinándose diferencias significativas cuando p<0.05. Para el cálculo de las correlaciones entre las variables se utilizó la prueba no paramétrica de Spearman.


Resultados

    Los resultados obtenidos nos muestran la existencia de diferencias significativas entre los chicos y las chicas en los valores obtenidos en el test de saltos repetidos salvo en la potencia de estos saltos. (Tabla 1)


Resultados obtenidos en el test de salto


Tabla 1.- Los datos muestran la media + E.E.M. *= diferencia significativa entre chicos y chicas; p<0.05

    También encontramos diferencias significativas en el test de Wingate al analizar los datos entre chicos y chicas, a excepción de los obtenidos referentes al índice de fatiga. (Tabla 2)


Resultados obtenidos en el test de Wingate


Tabla 2.- Los datos muestran la media + E.E.M. *= diferencia significativa entre chicos y chicas; p<0.05

    En la figura 1 se observan claramente las diferencias entre chicos y chicas en los resultados obtenidos en ambos test, siendo significativas en la prueba de Wingate y no significativas en la prueba de saltos repetidos.


Figura 1.- Diferencias entre las potencias obtenidas en los test de saltos y test de Wingate y
diferencias entre los chicos y las chicas en ambas pruebas. *= p<0.05

    Las correlaciones existentes entre ambos test las podemos observar en la tabla 3. Reseñar que no se hallaron correlaciones salvo entre el nº de saltos repetidos y la potencia absoluta pico (R=-0,5 p<0,05) y media (-0.6 p<0,01).


Correlaciones entre los valores obtenidos en ambos test


Tabla 2.-. *= p<0.05; **= p<0.01.


Discusión

    Al observar las diferencias significativas existentes entre los chicos y las chicas, cabe hacer mención a las existentes entre ambos en el número de saltos repetidos; donde los valores resultantes en las chicas están por encima de los encontrados en los chicos. A simple vista puede parecer sorprendente este resultado ya que en los estudios sobre potencia anaeróbica existentes en la literatura (Franco, 1998) los valores de los hombres están por encima de los obtenidos por las mujeres.

    Una explicación razonable puede ser, cómo se observa en la tabla de resultados, la diferencia en la potencia ejercida en los saltos, que pese a no ser significativa entre ellos existe. Las chicas pues, realizan mayor número de saltos pero ejerciendo una menor potencia en ellos.

    Se aprecia también en la tabla de resultados la no existencia de diferencias significativas en los índices de fatiga en el test de Wingate; esto puede ser debido a que el índice de fatiga tiene una mala reproductividad en dicho test. (Delgado, 1992)

    Quedando de manifiesto la importancia de la potencia anaeróbica como la vía energética de mayor relevancia en el rendimiento en baloncesto (Franco, 1998, López Calbet y cols, 1994), los resultados obtenidos en este estudio muestran que nuestros jugadores, de un nivel medio, en comparación con jugadores de selecciones nacionales (Ureña y cols, 1991), presentan unos valores inferiores en cuanto a la potencia pico y la potencia /Kg. obtenida por los internacionales. Esta diferencia en los resultados puede deberse a la diferencia de nivel de los jugadores evaluados.

    Sin embargo al comparar nuestros datos con el estudio realizado por García y cols en 1999, cuyos jugadores eran de parecida categoría a los nuestros, los valores de nuestros jugadores serían similares a los jugadores de dicho estudio, en lo que a la potencia /Kg. se refiere. Con lo que se podría decir que la categoría de estos jugadores pudiera influir en los resultados finales ya que a mayor categoría se presupone mayor capacidad tanto técnica como física.

    Mijares y cols (1995) realizaron una serie de pruebas a un grupo de atletas, entre las que se encontraban el test de Wingate y el test de saltos repetidos. Al realizar la comparativa de resultados del test de Wingate (potencia/Kg.) con los obtenidos en nuestro estudio, observamos que éstos son superiores en los atletas, sin embargo cuando comparamos los datos obtenidos con el test de saltos repetidos en 30 segundos, nuestros jugadores están por encima de los resultados de los atletas.

    Estos valores diferentes pueden ser debidos a una mayor especificidad en la prueba de salto por parte de los jugadores de baloncesto, ya que en el baloncesto se realiza un gran número de saltos en muchos de los fundamentos técnicos utilizados (rebotes, tapones, tiros en suspensión, ...).

    En el caso de las chicas, estudios previos de Häkkinen (1993), donde las jugadoras realizaban la prueba de saltos repetidos, al ser comparados con nuestras jugadoras, indican que la potencia de nuestras jugadoras es mayor que la de las evaluadas en dicho estudio. Por el contrario en el test de Wingate, resultados obtenidos por Bell y cols (1994) en jugadoras internacionales sub-21, estaban por encima del obtenido por nuestras jugadoras. Esta disparidad puede verse debida a diferencias tanto de categoría como de edad en estas jugadoras.

    A diferencia del estudio de Mijares y cols (1993), donde se hallaban correlaciones entre las potencias del test de saltos repetidos (15 segundos) y el test de Wingate; en nuestro estudio no encontramos correlaciones al comparar ambos potencias obtenidas en jugadores de baloncesto. Las únicas correlaciones que se obtiene serían entre el número de saltos realizados en el test de saltos repetidos con la potencia pico y con la potencia media del test de Wingate. ((R=-0,5 p<0,05) y (-0.6 p<0,01)).

    Esta ausencia de correlaciones en nuestro estudio y la existencia de las mismas en el trabajo de Mijares puede deberse a que en dicho trabajo se correlacionaron no las dos pruebas por completo sino la prueba de Wingate con los primeros 15 segundos de la pruebas de saltos repetidos.

    La diferencia existente entre los datos obtenidos en el test de Wingate y los obtenidos en el test de salto, donde estos últimos son ostensiblemente superiores, viene determinada por la suma de la energía elástica que se produce en el test de salto y no en el test de Wingate. (Bosco y cols, 1983)


Conclusiones

    Al intentar encontrar correlaciones entre el test de saltos repetidos y el test de Wingate observamos que no existen correlaciones entre ambos test, debido en parte a las diferencias metodológicas entre ellos.

    Por otro lado en el caso del baloncesto, creemos que el test de saltos repetidos perteneciente a la batería de Bosco, sería mucho más específico y válido para obtener la potencia anaeróbica de los jugadores de baloncesto.


Bibliografía

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  • Häkkinen, K. (1993) "Changes in physical fitness profile in female basketball players during the competitive season." The Journal of Sport Medicine and Physical Fitness, 33 (1):19-26.

  • López, C., López, F. (1994) "Baloncesto: Deporte eminentemente explosivo". Clínic. VII. Nº 25: 4-7.

  • Mijares, H., Torres, S.H., Alonso, J., Hernández, N., Garmendia, J. (1995) "La composición fibrilar y las pruebas de Wingate y el ergosalto en atletas." Archivos de Medicina del Deporte. XII. Nº 45: 17-21.

  • Rabadán, M. y cols (1991) "Estudio de la capacidad aeróbica y anaeróbica en deportes de equipo" . Archivos de Medicina del Deporte. Libro de Comunicaciones. IV Congreso de la Federación de Medicina del Deporte (FEMEDE), VIII, 18-19.

  • Ureña, R., Rabadán, M., Canda, A., González, M., Arnaudas, C., Rubio, S. (1991) "Potencia y capacidad anaeróbica en baloncesto. Correlación con el porcentaje muscular." Archivos de Medicina del Deporte. Libro de Comunicaciones. IV Congreso de la Federación de Medicina del Deporte (FEMEDE), VIII, 19.

  • Zaragoza, J. (1996) "Análisis de la actividad competitiva" . Clínic nº 34.

  • Vandewalle, H. (1986) "Puissance maximale anáerobie et relation force-vitesse sur bicyclette ergométrique.Thése 3éme cycle". Paris-Sud.

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