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Valoración del desarrollo del sistema
energético aeróbico en futbolistas cubanos

   
Doctor en Ciencias de la Cultura Física
Profesor Principal de Fútbol
Facultad de Cultura Física, Villa Clara
 
 
Dr. Antonio Lanza Bravo
alanza@capiro.vcl.sld.cu
(Cuba)
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 65 - Octubre de 2003

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Introducción

    El principal indicador del sistema aeróbico de suministro de energía esta dado por el Máximo Consumo de Oxígeno (MVO2), parámetro fisiológico que se puede definir como la cantidad máxima de oxígeno que una persona puede captar por los pulmones, transportar en la sangre y utilizar en los músculos, se puede medir de forma directa mediante el análisis de los gases espirados durante un ejercicio de intensidad creciente que lleve al organismo a la realización de un esfuerzo máximo. La estimación de este parámetro permite cuantificar de alguna forma el metabolismo energético aeróbico, este indicador mantiene una relación lineal con la carga de trabajo realizada, por este motivo al incrementarse la intensidad del trabajo, se incrementa proporcionalmente el consumo de oxígeno.

    Conocemos que durante los 90 minutos del juego de Fútbol el sistema energético aeróbico tiene una participación destacada, según Mazza se encuentra entre el 70 y 75 % producto de que el esfuerzo de los jugadores durante la mayor parte del partido se corresponde con una intensidad que se ve enmarcada en un intervalo entre el 65 y 80 % del MVO2, (Shepard, 1991, Hargreaves, 1994, Lanza 2001).

    Estudiando otro indicador que se refiere de igual forma a este asunto vemos que en diferentes observaciones se ha situado la FC media a lo largo del partido alrededor de los 170 lat/min. (Boeda 1985, Ekblon 1990, Pirnay 1993) lo que coincide aproximadamente con el 85 % de la FC máxima, ubicándose estos esfuerzos en una zona mixta o de transición aeróbica anaeróbica.

    El inicio de esta zona mixta es coincidente con el Umbral de Metabolismo Anaeróbico (UMAN), este término es introducido por Wasserman y McIlroy (1964), y se considera como la intensidad del ejercicio en la que la concentración sanguínea de lactato comienza a aumentar, o se define también como aquella intensidad a partir de la cual la ventilación se intensifica de una manera desproporcionada respecto al oxígeno consumido. Otros autores también se refieren a él como el momento en que la concentración de lactato en sangre alcanza una tasa aproximada de 4 mmol/l. (Mader, 1976)

    Se tiene en cuenta conjuntamente con el control del MVO2 el inicio del incremento de estas concentraciones de lactato en sangre para estudiar el sistema aeróbico, confirmándose la relación existente entre dichas concentraciones y la intensidad del trabajo realizado. En este sentido la carga de trabajo que se corresponde con el UMAN es utilizada por los entrenadores para determinar cuando un deportista comienza a sentir el estímulo del metabolismo anaeróbico, permitiendo determinar con exactitud si se estimula o no la vía anaeróbica lactácida. En esta dirección tanto el diagnóstico como los métodos para el desarrollo en los jugadores de esta vía energética han adquirido una gran importancia.

    El objetivo de este trabajo estuvo dirigido a valorar el nivel de desarrollo del sistema energético aeróbico en futbolistas cubanos juveniles y de 1ra división.


Muestra y metodología

    En el estudio se controlaron 20 jugadores juveniles (16 a 18 años) y 15 de 1ra división, (21 a 28 años) todos poseían amplia experiencia deportiva por el entrenamiento de alto rendimiento recibido así como por sus participaciones en campeonatos nacionales de sus respectivos niveles.

    La determinación del MVO2 fue realizada mediante el "Método de cargas Biológicas" (Yañez y col 1977) consistió en la aplicación de cargas progresivas en un ergómetro de bicicleta. En esta prueba se incluyeron de 4 a 6 escalones de trabajo con duración de 3 minutos y aumento progresivo de la potencia. El estudio de la composición del aire expirado se realizó con un analizador de gases Minjhart (Holandés) La determinación del Umbral de Metabolismo Anaeróbico fue realizada según el equivalente ventilatorio (Davis et. al, 1982).


Resultados

  • El máximo consumo de oxigeno de los jugadores de Fútbol.

Analizando los resultados del MVO2 como indicador de las máximas posibilidades aeróbicas del organismo (Potencia Aeróbica Máxima) vemos que sus valores medios ascienden en los jugadores de 1ra división a 4528 + 307,1 ml oscilando los resultados individuales entre los 4 y 5 l/min. En nuestro estudio encontramos valores de peso en 1ra división de 75,96 kg. y CV de 10,81% así como índices relativos de MVO2 en 60,36 + 8,76 ml/kg/min.

    Estos resultados encontrados en el MVO2 de nuestros jugadores podemos considerarlos como bajos si tenemos en cuenta que atletas de alto nivel en deportes de resistencia para el trabajo aeróbico, alcanzan hasta 6 - 7 l/min. (Kotz. 1986) Sin embargo son coincidentes con los reportados para jugadores de Fútbol, lo anterior se corrobora con los descritos por Agnevik (1974) en futbolistas suecos de 1ra división con 4,3 l/min., así como con los de Picarro (1981) en profesionales brasileños de 4,06 + 0,3 l/min. de igual forma Israel (1978) en defensas y mediocampistas profesionales alemanes encontró valores de 4,38 l/min. no existiendo diferencias entre las distintas posiciones. Todos estos resultados se presentan en niveles inferiores a los que se describen para deportes de resistencia.

    Para ganar en exactitud en estos argumentos incluiremos en esta discusión el peso como carga a desplazar durante el trabajo. En este sentido Platonov (1991) analiza como los remeros tienen una masa corporal que oscila entre 90-100 Kg. logrando altos índices de resistencia con valores de MVO2 muy altos de 6-7 l/min. sin embargo sus valores relativos de 64-70 ml/kg./min. están en un nivel medio para deportistas. En un sentido completamente opuesto los corredores de fondo con 50-60 Kg. De peso y valores de MVO2 absolutos de 4 a 4,8 l/min. tienen altos índices relativos de 80-90 ml/Kg./min. Lo que demuestra la importancia del control de los resultados relativos de este indicador.

    En diferentes investigaciones se hace referencia en atletas de elite a altas magnitudes relativas, de 80-95 ml/kg/min. (Kotz. 1986, Platonov 1991), las que tampoco coinciden con los resultados hallados en futbolistas. En esta dirección en jugadores de Fútbol de alto nivel Smodlaka (1978) destaca un VO2 máx entre 55-60 ml/kg/min. también se han encontrado valores superiores a los 60 ml/kg/min. (Wasserman. y Whipp. 1975, Bosco 1991)

    En Futbolistas alemanes de alto nivel Hollman y Liesen. (1980) exponen sus resultados en los jugadores de la Copa Mundial de 1978 con peso de 75,17 kg. y un MVO2 de 62,02 ml/kg./min. coincide en Alemania Kinderman (1981) quien al valorar jugadores de 2da. división obtiene un MVO2 relativo de 61,5 ml/kg./min. Sin embargo para otros investigadores se manifiesta en niveles inferiores, así Picarro (1981) en jugadores profesionales brasileños obtuvo 56,14 ml/kg./min. también Novaez (1984) en ese país reportó 54,28 ml/kg./.min. Muy significativos son los de Costa y Pereira (1982) quienes en el control de la preparación de la Selección brasileña para el Mundial de España 1982 obtuvieron luego de un programa en la altitud valores medios de 57,65 ml/kg./min.

    Con todos estos antecedentes puede ser discutida la necesidad en los futbolistas de presentar valores muy altos en este indicador, ya que jugadores profesionales de alto nivel son capaces de expresar rendimientos máximos con niveles de MVO2 entre 4 y 4,5 l/min. y valores relativos de 60 a 65 ml/kg./min.

    A continuación se describen los resultados hallados en los jugadores Juveniles, estos presentaron sus valores medios en niveles inferiores, con un VO2 máx de 3140 + 499 ml/min. y bajos valores relativos de 48,16 + 5,76 ml/Kg./min.

    Respecto a este indicador en las edades juveniles Volkov y Filin (1989) consideran que debe alcanzar los 5100 ml/min. a los 17 años, notándose su mayor incremento en las edades de 13 a 14 años, variación que se manifiesta en menor medida en años posteriores, estos autores citan datos en atletas jóvenes de 16 y 17 años de 52,71 y 53,7 ml/kg./min. En jóvenes cubanos practicant4es de juegos deportivos Yañez (1978) halló el MVO2 en 3328 + 462 ml/min. y valores relativos de 54,4 + 7,2 ml/kg./min. siendo inferiores en este estudio los de atletas de los deportes cíclicos.

    Estas investigaciones se refieren a jóvenes deportistas de manera general, por lo que sería de interés analizar su manifestación en jóvenes futbolistas de otras latitudes. Al respecto Angulo (1978) cita valores de los juveniles del Athletic Club de Bilbao en el inicio y mediados de la temporada de competición de 50,22 y 52,10 ml/kg./min. siendo ligeramente inferiores a los brindados por Kinderman (1981) con 57,6 + 5,7 ml/kg./min. en la Selección Juvenil de Alemania. y 56,9 + 3,5 en una selección juvenil regional, así como por los citados por Jiménez (1993) quien obtuvo un VO2 máx. de 59,1 + 4,4 en jugadores juveniles del club deportivo Hernani

    Según estos datos bibliográficos nuestros valores medios en jugadores juveniles muestran ciertas deficiencias en el desarrollo de este sistema energético, ya que en la generalidad de los casos los datos citados superan los 52 ml/kg./min.

  • El pulso de oxigeno de los jugadores de Fútbol

    A continuación discutiremos otro indicador de importancia para la evaluación de la potencia aeróbica máxima, nos referimos al pulso de O2 máximo. (P. O2 máx.) Este no es más que la relación del VO2 máx. en ml/min. dividido por la frecuencia cardiaca máxima. Es un fiel exponente de la eficiencia cardiovascular toda vez que permite apreciar la máxima cantidad de O2 que puede consumirse por cada sístole ventricular. (SV)

    En nuestra investigación obtuvimos en los jugadores de 1ra. División valores medios de 23,59 + 1,42 ml/SV existiendo una baja dispersión de los resultados con sólo un CV de 6,04 %. Estos resultados son ligeramente inferiores a los propuestos por Wyndham (1980) para atletas entrenados, los que según este autor deben oscilar entre 25 y 30 ml/SV, sin embargo tienen similitud con los planteados por Israel (1978) en futbolistas alemanes de 1ra. División (1978) de 24 ml/SV con 188 pulsaciones como FC Máx.

    En cuanto a los jugadores juveniles se presentó una diferente manifestación, ya que los valores medios encontrados de 15,89 + 2,43 ml/SV podemos considerarlos ligeramente bajos si tenemos en cuenta los resultados brindados por Yañez y Arbezú (1978) en jóvenes deportistas cubanos obteniendo en los deportes cíclicos 15,2 + 4 ml/SV destacándose el aumento en los atletas de juegos deportivos hasta 17,2 + 2,7 ml/SV .

    Se ha obtenido que este indicador de la potencia aeróbica máxima presenta una gran correlación con el Volumen minuto sanguíneo y con el VO2 máx. (Pannier y Bekaert 1982). Estos bajos resultados que se presentan en el P. O2 máx se explican por la correlación existente con el MVO2, lo que corrobora la dificultad en el desarrollo aeróbico en nuestros jóvenes futbolistas.

  • El umbral de metabolismo anaerobio de los jugadores de Fútbol

    Los diferentes parámetros indicadores del UMAN en nuestros futbolistas se describen en la siguiente tabla, en los jugadores de 1ra. División el UMAN se encuentra en el 68,96 + 5,45 % del MVO2. Por otra parte en el grupo juvenil aparece un valor medio del UMAN en el 58,20 + 5,93 % del MVO2, inferior al anterior, debemos señalar que en este último el CV es mayor con un 10,19 % destacándose una mayor variabilidad de los resultados individuales.

    La aparición de la Glicólisis Anaeróbica con su correspondiente exceso de lactato en la sangre guarda relación con la característica de la actividad física que se realice, así en las personas que no realizan entrenamiento el UMAN aparece frente a la realización de esfuerzos que exigen sólo el 50-60 % de su VO2 máx. (Geron 1980, Platonov 1991) Sin embargo en los atletas entrenados en fondo y medio fondo se alcanza el UMAN cuando trabajan con esfuerzos que requieren un VO2 entre el 85-90 % de su capacidad máxima. (Stegman y Kinderman 1981).

    Estos resultados extremos se diferencian de los atletas entrenados para pruebas cortas en los cuales se sitúa el UMAN entre el 70-75 % del MVO2. (Vittori. 1970) Conocemos que en los velocistas el objetivo del desarrollo de la potencia aeróbica es buscar una activación del mecanismo aeróbico para utilizarlo como energía de resíntesis y reoxidar el ácido láctico producido producto de las altas intensidades de trabajo de entrenamiento. Somos de la opinión que el objetivo del desarrollo de la potencia aeróbica en los velocistas debe presentar coincidencia con el de los jugadores de Fútbol, ya que como se discutió anteriormente estos últimos no se caracterizan por poseer altos valores de MVO2.

    En mediciones realizadas en Futbolistas Rigueira y Pinto (1987) encontraron el UMAN con valores medios en el 82,6 % MVO2 con máximos de 91,6 y mínimos de 63,8 %, observándose un intervalo demasiado amplio. Por su parte Leitte (1987) señala un valor medio inferior planteando que en los futbolistas profesionales aparece entre el 58,3 y el 63,6 % del MVO2. Nuestros resultados inferiores al 70 % del VO2 máx. se ubican entre los de estos dos autores, siendo inferiores al de los velocistas y medio fondistas.

    En la tabla aparece también otro indicador que nos brinda una gran información, nos referimos a la FC. en el UMAN. En nuestros jugadores de 1ª división encontramos que los procesos anaeróbicos comienzan a intensificarse cuando la FC tiene valores medios de 161,06 + 3,53 lat/min. observándose una gran homogeneidad con un CV de 2,19 %.

    Hollman y Hettinger (1984) consideran que en personas no entrenadas el UMAN se alcanza con FC cercanas a 150 lat/min mientras que en deportistas de alto nivel con FC de 165 a 175 lat/min. Pudiéndose obtener valores hasta de 180 lat/min. en los mejores deportistas.

    Sobre este indicador Comucci y Lealy (1986) consideraron que la FC a nivel de UMAN en futbolistas debe encontrarse entre 150 y 170 lat/min. Por su parte Masach (1992) la obtuvo en jugadores profesionales españoles de Fútbol con valores medios de 166,6 + 12,9 lat/min. y en jugadores aficionados 167,7 + 10,4 lat/min. siendo en este indicador los resultados también ligeramente superiores a los nuestros.

    Respecto al estudio del UMAN en los jóvenes se han realizado pocos trabajos, esto puede ser producto de la dificultad para aislar el desarrollo funcional propio del crecimiento. Es conocido que se produce en estas edades un gran incremento del umbral anaeróbico. (Martin. 1988) Este período de desarrollo intenso del UMAN puede justificar el hecho de la aparición en los jugadores investigados de un valor medio de 58,2 % y un valor máximo de 68,86 % similar este último al de los jugadores adultos.

    Estudiando este indicador en jóvenes de nuestro país, Yañez y Arbezú (1978) encontraron en atletas de deportes cíclicos valores medios del UMAN en el 52 + 7 % del MVO2, ascendiendo en los practicantes de juegos deportivos a 57 + 4 %, el que coincide con los hallados en nuestras mediciones, sin embargo para Guminski y Novozhilova (1989) los jóvenes de 15-16 años que practiquen deportes deben tener el UMAN en el 67 % de su MVO2. En nuestros jóvenes futbolistas el UMAN se encontró a las 149,3 + 9,09 lat/min. dispersándose los resultados en mayor medida que en el grupo de mayores, al obtenerse un CV de 6,09 % es de destacar que se halló un valor máximo de 166 lat/min. que coincide también con lo planteado para jugadores de 1ª división, mientras que un resultado mínimo muy bajo de 136 lat/min.


Conclusiones

  • No se observan en los futbolistas cubanos valores altos de MVO2 tanto en sus índices absolutos como relativos, estos resultados coinciden con los reportados por la bibliografía, lo que permite cuestionar el MVO2 como un indicador que determine desde el punto de vista energético el rendimiento del jugador de Fútbol.

  • El Umbral de Metabolismo Anaeróbico se encontró en los jugadores cubanos en el 68,96 y 57,99 % del MVO2 para 1ª división y juveniles respectivamente, coincidiendo con lo reportado para futbolistas y atletas de pruebas cortas, esta intensificación de los procesos anaeróbicos ocurrió al alcanzar FC de 161 y 149 lat/min.

  • Los diferentes indicadores del Sistema Aerobio en los jugadores juveniles se presentaron en niveles inferiores a los encontrados en futbolistas y atletas jóvenes de otras disciplinas, lo que puede estar motivado por la dirección previa del entrenamiento en las categorías escolares con intensidades superiores a las requeridas para esas edades.

  • Teniendo en cuenta los altos valores porcentuales del tiempo de juego en los que el jugador de Fútbol realiza acciones que se sitúan por su intensidad en la zona de transición aeróbica-anaeróbica es evidente la importancia que posee para los futbolistas la inclusión en su programa de preparación de cargas tendientes a desplazar el Umbral de Metabolismo Anaeróbico a niveles más altos,


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