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'Soco' y 'moquete',
vocablos del pugilismo en Paraguay

   
Sociólogo. Profesor de las universidades Católica y Nacional
Miembro del Grupo de Ciencias Sociales, Asunción
 
 
Roberto L. Céspedes R.
cespedes@rieder.net.py
(Paraguay)
 

 

 

 

 
    Esta nota registra las particularidades de algunos términos del combate con los puños en Paraguay; es decir, aporta las acepciones locales para designar al pugilismo. Por una parte, se señala una palabra exclusivamente nacional, y, por otra, una acepción local a una palabra española. En ambos casos, dichas palabras se transforman en verbos con los sentidos que se apuntarán. Consiguientemente, puede considerarse este aporte como una aproximación a la cultura, a través del lenguaje, vinculada a los conflictos con los puños entre varones.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 63 - Agosto de 2003

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El "soco", palabra y verbo paraguayos

    El boxeo primitivo es el soco. Esto es, la pelea con los puños desnudos sin reglas sobre vueltas y descansos aunque con normas de caballerosidad como no pegar al caído. Esta palabra no aparece en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) (RAE, 2001). El soco es un sustantivo masculino -no podía ser de otra manera, por el sexismo del lenguaje y porque se asocia al combate entre varones. Si bien el soco es la pelea con los puños desnudos, también soco es el golpe que se da o se recibe. El primer caso se expresa en el lenguaje popular con "hubo un soco" y el segundo con "di o recibí un soco".

    Entonces, se tiene un sustantivo con dos acepciones. También, el "soco" se transforma en el verbo "soquear". Cuando se dio una golpiza, alguien fue "soqueado"; y para designar una pelea informal y debido a la influencia del idioma nativo, el guaraní, el soco se transforma en "soquí" 1 . También se anota: quien sabe "soquear" es un buen "soquero"2 .

    Finalmente, cabe la distinción cuando el combate es "a soco limpio", denotando, por una parte, implícitamente, que se golpea con los puños desnudos, y, por otra, explícitamente, que se respetan reglas. Estas normas exigen no golpear y menos aún patear al caído, o no golpear con otra parte que no sean los puños, o no golpear debajo de la cintura, o no golpear desde atrás. El soco es un boxeo rústico, sin técnica, es producto de la experiencia aprendida a golpes -literalmente a golpes de puño- aunque con algunas regulaciones. En la niñez, un (combate de) soco podía derivar en una acción "traicionera" cuando alguien se aprovechaba del caído, sujetándolo para golpearlo con los puños o lo pateaba; o usaba un codo o una rodilla; esto salía de las normas asumidas. Otra opción era que el soco devenga en lucha cuando alguien no mantenía la distancia y se "abrazaba" al otro para echarlo o le hacía una zancadilla; sin llegar a una técnica de judo o a un lance de este deporte-arte marcial. La lucha, ya descontrolada, podría incluir desde tirar de los cabellos hasta morder al adversario o intentar algún tipo de estrangulación, siempre desconociendo técnicas de las artes y deportes marciales.

    El soco es el combate de pueblo sin armas y en un pretérito no lejano también de las clases medias. Pero el soco es, en última instancia, más expresión de un sector social postergado o de una época anterior a la de las artes y deportes marciales que se inician en Asunción en la década de 1970 (Céspedes, 2003). Aunque la televisión ha influido significativamente en la difusión de las artes marciales, la defensa primitiva, varonil, sin técnica y con la enseñanza que da la vida y especialmente de vida en la calle, es el soco. Luego, puede sofisticarse con un arte o deporte marcial o con el boxeo, hoy probablemente más con el tae-kwon-do u otra práctica similar.


Moquete y moquetear, acepción nacional

    Según el DRAE (RAE: 2001. 1535), el sustantivo masculino moquete es "puñada dada en el rostro, especialmente en las narices", y, moquetear es "dar moquetes". La particularidad nacional es que, moquete se denomina tanto al golpe dado como al recibido y sin referencia al lugar de destino aunque siempre resulta más visible el efecto del golpe en el rostro, y con mayor razón en el caso de una nariz sangrante. Por extensión, moquetear es dar y recibir golpes de puño cerrado, y, no exclusivamente en la cara ni preferentemente en las narices. En otras palabras, el "soco" paraguayo es el "moquete" paraguayo. La riña resulta en "moqueteada" y el peleador es el "moquetero". Al igual que un buen soquero, un buen moquetero tiene madera de boxeador.

    No vale repetir las consideraciones sobre el soco que son las mismas que las del moquete, a excepción de que no se "guaraniza" este término. Pero, resulta oportuno mencionar que, un reciente diccionario humorístico, señala como origen de la palabra moquete al guaraní y la define como "manera agresiva de terminar una discusión" (Ramírez, 2000: 60). Pero, según el diccionario de Guasch (1981), no existe esta palabra guaraní por la obvia razón de que es castellana. Lo relevante es la atribución del combate violento y no sofisticado con los puños desnudos del sector popular al idioma guaraní; esto es, la imbricación de tipo de combate, clase y lengua -lo cual resultaría impensable de un esgrimista por señalar un deporte marcial con armas antiguo y de un practicante de kung-fu actualmente.

    Tanto el soco como el moquete en el sentido de trompada o puñetazo (golpe que se da con el puño cerrado) es equivalente al rioplatense "piña". Según el DRAE (2001: 1765-1766) esta es la octava acepción del mencionado sustantivo femenino y se utiliza en las Canarias, Argentina, Bolivia, Cuba, Honduras, Paraguay y Uruguay. Obviamente, en el Paraguay se lo conoce mediante la acepción rioplatense y está más vinculado al lenguaje del sector medio urbano connotando su origen social y área de residencia y cierto regionalismo en el lenguaje. Mientras que piña es propio del lenguaje popular rioplatense (con su raíz en el lunfardo como puede verse en Gobello, 1989:169 y Espíndola, 2002: 392), en el Paraguay representa a otro sector social. También cabe señalar que no se menciona al puñetazo y la trompada es menos popular y menos usada que el soco o moquete aunque más que la piña.


Un artículo memorable

    Lo más relevante con respecto a estos dos términos es que, entre las memorias de la "Asunción del ayer", se encuentra un único texto sobre esta temática: "Un moquetero" de Isaac Kostianovsky (1985: 168-170). Este artículo escrito en la segunda mitad de la década de 1970 se remonta a una anécdota que tiene, por lo menos, cuarenta años. Las definiciones de ayer siguen vigentes hoy; y lo anotado aquí se solapa en aspectos sustantivos con lo allí escrito. Según el autor "el moquete es la versión palurda o informal del pugilismo"; el texto señala el origen social de los soqueros: lustrabotas, lugares donde se ofrecía este deporte como espectáculo, y, la muerte de un moquetero a manos de otro -pero ya boxeador- en un barrio marginal de Asunción.


El boxeo

    Dado que se ha considerado al pugilismo, resulta necesario tratar al boxeo o box, como se lo denomina indistintamente. El boxeo es, por oposición, el soco o moquete tecnificado, con recursos (guantes, protectores, etc.) y reglas (las vigentes que no están muy lejos de las 12 clásicas del Marqués de Queensberry de 1865). Este deporte comienza a practicarse en la primera década del siglo pasado, como parte de la expansión de los deportes ingleses y fase que tiene esta denominación dentro de la globalización de los deportes. Se institucionaliza inicialmente en 1917 con la fundación del "Boxing Club" que luego se llamará "Boxing Club Paraguayo". A éste siguió el "Centro Pugilista" creado en 1923 que posteriormente se denominará "Centro Paraguayo de Boxeo". Más adelante, el 14 de diciembre de 1954 se funda la Unión Paraguaya de Box que devino en la Federación Paraguaya de Box el año 2003.

    No se desconoce el boxeo, pero muy pocos lo practican aunque cualquiera tuvo algún soco o moquete en su vida. Un varón sin esta experiencia, culturalmente estaría incompleto; a menos que, practique algún otro tipo de deporte o arte marcial, hoy día. Corresponde a la antropología u otra ciencia social este análisis sobre la construcción de la masculinidad tradicional o una de las masculinidades.


Conclusión

    En resumen, se anotaron dos términos nacionales aplicados al combate con los puños desnudos. El sustantivo y verbo, soco y soquear, y sus derivados como soquero, soqueada, y hasta soquí son exclusivamente paraguayos. Al moquete y moquetear, sustantivo y verbo, del español se ha agregado acepciones y extensiones locales. Finalmente, en el combate de puños se incluye al boxeo que todos conocen aunque muy pocos lo practican. Las definiciones mencionadas inicialmente constituyen el aporte nacional al antiguo y tradicional pugilismo.


Notas

  1. Palabras españolas guaranizadas son, por ejemplo, cabará en lugar de cabra, o correlí en vez de correligionario; en ambos los casos se la vuelve aguda y en algunos, como en el segundo término, se la reduce. También cabe señalar a los nombres propios guaranizados como Taní en lugar de Estanislao o Kandé en vez de Candelaria, etc. (Guasch, 1981: 783-785).

  2. Es inusual la escritura de estos términos que casi exclusivamente se encuentran en el lenguaje hablado; con la excepción de algunos semanarios truculentos, de consumo popular, o sobre frivolidades, para un público de masas, que mencionan exclusivamente al soco o al moquete, obviamente en "paraguayo".


Bibliografía

  • Céspedes R, Roberto L. 2003. Del soco al tae-kwon-do. Para una sociología de artes marciales y deportes de combate en Asunción, 1970-2000. Asunción, manuscrito en preparación.

  • Espíndola, Athos. 2002. Diccionario del lunfardo. Buenos Aires: Planeta, 526 p.

  • Gobello, José. 1989. Diccionario lunfardo. Buenos Aires: Peña Lillo Editor, 247 p.

  • Guasch, Antonio. S.J. (1964) 1981. Diccionario castellano-guaraní y guaraní-castellano. Asunción: Edic. Loyola, 788 p. (cuarta reimpresión de la cuarta edición renovada y acrecentada de Sevilla, 810 p)

  • Kostianovsky, Isaac. 1985. Comentarios "ligeros y desprolijos". Asunción: Edit. Histórica, 189 p.

  • Ramírez, Ricardo. 2000. El Vyrorei Ilustrado. Diccionario del paraguayo. Asunción, 95 p. Nota del autor: Vyrorei puede traducirse como la tontera, insignificancia, frivolidad sin más o porque sí.

  • Real Academia Española. 2001. Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). Madrid: 22ª. Edición (la última), 2 volúmenes.

  • Zelada Silva, Patricio J. 1988. Deportes en el Paraguay. Origen, evolución, práctica, legislación, autoridades. Asunción, 296 p.

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