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Los principios del entrenamiento
deportivo en el balonmano

   
* Maestro especialista en Educación Física (CEIP Apóstol Santiago).
Licenciado en Educación Física (con maestría en balonmano).
Doctorando en Educación Física.
** Maestro especialista en Educación Física (IES Alfredo Brañas).
Licenciado en Ciencias de la Educación.
 
 
Roberto J. Barcala Furelos*
rjbarcala@terra.es  
Rubén José Annicchiarico Ramos**
anniramos@iespana.es
(España)
 

 

 

 

 
Resumen
    Es sabido que la práctica de la actividad física y deportiva puede reportar grandes beneficios. Dentro del citado ámbito deportivo, en ocasiones los monitores y entrenadores se centran en buscar únicamente el rendimiento, olvidando otros aspectos de interés.
    Una adecuada aplicación y adaptación de los principios biológicos y pedagógicos del entrenamiento deportivo al balonmano ayudará a mejorar las habilidades básicas y específicas del practicante de este deporte este deporte, así como su condición física; igualmente supondrá mejoras en la persona y en su calidad de vida.
    Palabras clave: Principios. Entrenamiento. Balonmano. Condición física. Técnica. Táctica. Aprendizaje. Principios biológicos. Principios pedagógicos. Unidad funcional. Multilateralidad. Especialización. Especificidad. Individualidad. Progresión. Continuidad. Reversibilidad.

Este artículo se fundamenta en los Principios del Entrenamiento Deportivo propuestos
por García Manso (1996), adaptándolos para el Balonmano por Barcala, R. y Annicchiarico, R. (2002)

 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 63 - Agosto de 2003

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1. Introducción

"El que no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra" (Anónimo)
"No hay viento favorable para quien no tiene puerto de destino" (Sócrates)

    En los últimos años, el deporte se ha convertido en un punto de referencia social, donde los ingresos económicos y el status que proporciona son gratificantes y elevados.

    Esta situación ha llevado a "fabricar" campeones, bien por motivos políticos, sociales o económicos. Para lograrlo se han utilizado sustancias dopantes, se ha rebajado la edad de especialización y se ha sometido a los jóvenes deportistas a un entrenamiento excesivo y unilateral, que si bien físicamente podía ser soportado, no ocurría lo mismo a nivel psicológico. Es importante recordar cuáles son las posibles secuelas que puede depararnos dicho entrenamiento excesivo y unilateral.

    Sus principales riesgos son:

  • RIESGOS FÍSICOS: Problemas óseos, articulares, cardíacos, musculares...

  • RIESGOS PSICOLÓGICOS: Son consecuencias negativas del entrenamiento y la competición precoces que guardan relación con la conducta del sujeto y su estado mental. Así, se ven problemas como ansiedad, estrés, frustración, además de una "infancia no vivida", por la enorme dedicación que exige la práctica deportiva de alta competición a edades tempranas (a veces más de 4 horas al día).

  • RIESGOS MOTORES: El entrenamiento especializado busca el rendimiento en un aspecto concreto de la ejecución motriz humana, ignorando, por regla general, los demás. Esto conlleva una relativa "pobreza motriz", que puede llegar a imposibilitar una futura práctica deportiva diferente de la que se realizó durante la infancia.

  • RIESGOS DEPORTIVOS: En determinadas edades, se hace una "especialización a ciegas"; o sea, es muy difícil conocer las características del futuro deportista de élite cuando tiene pocos años de edad, por lo que es posible que se esté especializando a un niño/a en una práctica para la que no está especialmente cualificado.

    El hombre evoluciona de una determinada forma, no aprende antes a correr o a saltar que a caminar, y no aprende antes los lanzamientos de cadera que el pase clásico.

    En el entrenamiento, al igual que en la vida, hay unas leyes y unas fases por las que se ha de pasar. Así nadie entiende empezar a correr antes que a caminar, o ir a la universidad sin antes haber pasado por el instituto.

    Para dominar un deporte se requieren tres parámetros. Éstos son:

  • Condicionales (condición física).

  • Técnicos.

  • Tácticos.



Adaptado de Camerino y Castañer, por Barcala R. (2002)

    La combinación de estos tres factores provoca el dominio de un deporte. Tratándose del balonmano, estos tres parámetros serán orientados por los PRINCIPIOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO (BIOLÓGICOS y PEDAGÓGICOS), que guiarán al practicante hacia el dominio de dicha especialidad deportiva (balonmano), respetando las leyes biológicas, pedagógicas y psicológicas por las que ha de pasar el proceso de formación de un deportista.

    El balonmano es un deporte donde dos equipos interaccionan entre sí con el objetivo de introducir un balón en la portería contraria (marcar gol) e impedir que lo introduzcan en la portería propia, sin infringir el reglamento.

    Por todo esto podemos decir que, según la clasificación de los deportes de Pierre Parlebas, el balonmano es un deporte sociomotriz de colaboración/oposición, y por tanto la incertidumbre se manifiesta con compañeros y adversarios, pero no en el entorno (que se mantiene estable a lo largo del partido).

    Existe una modalidad del balonmano donde también aparece la incertidumbre con el entorno, y es el balonmano playa.

2. Principios del entrenamiento deportivo en el balonmano

    La capacidad para poder practicar un deporte a nivel competitivo y tener éxito requiere la combinación de las capacidades motrices (físicas, perceptivas y socio-motrices) y de las capacidades psíquicas; éstas darán lugar a la técnica y los aspectos tácticos propios del deporte (en nuestro caso el balonmano).

    Varios son los factores que condicionan la capacidad de juego de un deporte (Trosse, 1993).

Annicchiarico, R. (2002)

  • Requisitos físicos: Características y fundamentos de la condición física general y específica.

  • Requisitos técnicos: Domino de las habilidades de juego (intenciones técnicas individuales).

  • Dominio táctico: Aplicación de habilidades de juego en situaciones de juego con incertidumbre (intenciones tácticas individuales y procedimientos tácticos colectivos).

  • Requisitos psíquicos: Madurativos (maduración del sistema nervioso) o emocionales (autocontrol, motivación, etc...)

Adaptado de Trosse (1993), por Barcala (2002)

2.1. Principios biológicos

"Principios biológicos son los que afectan a los procesos de adaptación orgánica del deportista" (García Manso, 1996)


1. Principio de la Unidad Funcional

"Las leyes, como las casas, se apoyan unas en otras" (Edmund Burke).

Partiremos de tres premisas fundamentales:

    En el Balonmano hay que correr, saltar, lanzar, pensar (procesar información o leer jugadas), comunicarse (con los compañeros/as, interpretar comunicación con los adversarios/as...). Es decir, que para jugar al balonmano además de movernos, necesitamos ver, oír, sentir, hablar, interpretar...

    Imaginemos un lanzamiento a portería. En esta acción técnica donde la manifestación de la fuerza es evidente, no sólo participan los músculos que ejecutan dicha acción, ya que de nada servirían si el sistema nervioso no fuese capaz de transmitir los impulsos nerviosos que excitan la placa motora de la musculatura implicada. Para soportar un entrenamiento continuo es necesaria energía en los músculos efectores; por eso la actividad física cuando es prolongada y estable, requiere de un aporte energético que se produce gracias a la oxidación del glucógeno y lípidos en presencia de O2 (capacidad aeróbica). Evidentemente en este proceso, el sistema respiratorio juega un papel importantísimo. Éste es un ejemplo de la interrelación de sistemas (nervioso y respiratorio) que provoca que miles de hechos aislados se reúnan para manifestarse como uno sólo.

    Este principio fisiológico sienta las bases del PRINCIPIO DE LA MULTILATERALIDAD.


2. Principio de la Multilateralidad

"El cuerpo debe trabajarse en su totalidad sin olvidar ninguna de sus partes...." (Hipócrates).

    El principio de la multilateralidad es el más importante en las edades tempranas para sentar las bases motrices del balonmano. Se fundamenta en la presentación de gran cantidad de estímulos que requieren de una gran variedad de respuestas motrices.

    La piedra angular del balonmano son las habilidades y destrezas básicas.


Clasificación propuesta por Sánchez Bañuelos (1984), adaptada por Barcala, R. (2002)

    Cuando un niño/a se inicia en la especialización en balonmano sigue manifestando todas las habilidades y destrezas básicas con un mayor grado de especificidad (Habilidades y destrezas específicas). Ésta es una característica que hace que en el balonmano haya que asentar muy bien las habilidades y destrezas básicas, ya que un déficit en cualquiera de ellas (desplazamientos, saltos, giros, lanzamientos y recepciones...) va a generar un estancamiento en la progresión del jugador hacia las etapas de especialización, impidiendo así su llegada al máximo rendimiento en condiciones óptimas. Esta circunstancia diferencia al balonmano de otros deportes como la natación o el atletismo, donde en la especialización no es necesario el dominio de todas las habilidades (por ejemplo no es necesario el dominio de los lanzamientos en un nadador, ni el dominio de los giros en un velocista de 100 metros lisos.)

    En el balonmano es necesario un buen desarrollo de las capacidades motrices, y de las habilidades motrices básicas. Por ejemplo, cuando tenemos que correr hacia adelante y hacia atrás o desplazarnos lateralmente a ritmos rápidos o lentos, estamos poniendo en juego habilidades como la carrera, capacidades como la velocidad o la resistencia (físico-motrices), la percepción espacial y temporal (perceptivo-motrices) o la interacción con otros compañeros/as y adversarios/as (socio-motrices). En determinadas situaciones ofensivas (lanzamientos, saltos, bloqueos, etc...) y defensivas (choques, saltos, etc...) está presente la fuerza (capacidad físico-motriz), percepción, habilidad...

    De aquí podemos afirmar que el balonmano en su esencia son habilidades y destrezas básicas con el cuerpo (desplazamientos, saltos, giros) y con objetos (lanzamientos, recepciones) que combinadas con capacidades motrices y dotadas de un grado de especificidad (características del deporte y reglamento), confieren identidad al balonmano.

    El balonmano es un deporte que se adapta muy bien a este principio, ya que según Ozolin y Schomolisky la multilateralidad puede ser:

  • GENERAL (Practicar varias posibilidades deportivas)

  • ESPECIAL (Se practica todas las posibilidades de un solo deporte).


    Tanto en períodos de iniciación multilateral general, o períodos de entrenamiento con base multilateral general (p. ej. pretemporadas), el balonmano se puede utilizar como complemento de otras especialidades deportivas.


Bases del rendimiento

3. Principio de la Especialización "La especialización es unilateral sólo en su objetivo, mientras que el camino hacia ella consiste en un gran número de medios y ejercicios variados" (Ozolin).

    Si la progresión deportiva ha sido la correcta, se ha conseguido el dominio de las habilidades y destrezas básicas del deporte y la madurez psicológica lo permite, podemos iniciar la especialización en el balonmano.

Cuáles serán nuestros objetivos

1. Que el deportista implicado decida libremente si quiere especializarse en el balonmano.

2. Entrenamiento planificado y sistemático.

3. Iniciar, ampliar o mantener el rendimiento.

    La especialización como norma general se orienta a lograr un alto rendimiento en una modalidad deportiva.


4. Principio de la Especificidad

"La repetición es uno de los fundamentos de la claridad" (Dale Carnegie).

    Cuando el entrenamiento se orienta al máximo rendimiento y ya nos encontramos en etapas avanzadas de la especialización, nos tendremos que plantear cuáles son las características de los estímulos del balonmano en situaciones de juego real de alto nivel; esto nos obligará a que en la preparación, las tareas tengan una gran similitud a nivel energético y grupos musculares implicados en los gestos técnicos y en las exigencias tácticas.

    Este principio tiene gran relación con el principio de la individualidad.


5. Principio de la Individualidad

"El aprendizaje del alumnado depende, en gran medida, de las acciones del profesorado" (Domingo Blázquez).

    No hay dos personas iguales, y lógicamente, tampoco existen dos deportistas iguales. Es frecuente observar en una clase de 3º de E.S.O. (Infantiles de 13/14 años) cómo hay niños que biológicamente se asemejan a compañeros de 16 años y a otros compañeros todavía no les ha cambiado el timbre de voz y se podrían confundir con niños de 11 años.

    Si le aplicásemos el mismo entrenamiento en volumen e intensidad a un grupo de niños/as de 12 años, la respuesta fisiológica y como consecuencia los resultados serían muy heterogéneos. Una lectura fácil pero errónea podría ser que los niños/as que obtienen mejores resultados, son más aptos y tienen más posibilidades de triunfar en balonmano.

    La realidad es que tienen la misma edad cronológica, pero no biológica y un niño/a de 13 años, dependiendo de su maduración, puede comportarse como uno/a de 15 años o uno/a de 11 años y consecuentemente reaccionará ante el entrenamiento con la edad biológica y no con la edad cronológica.

    De todas formas el principio de la individualidad se orienta más a deportistas formados, que se encuentren camino de la etapa de logro del máximo rendimiento o ya la hayan alcanzado. Se podría decir que el principio de la especificidad es concretado por el principio de la individualidad.

    ¿Qué factores nos pueden orientar para la individualización del entrenamiento?

  • Edad Cronológica vs. Edad Biológica.

  • Capacidad individual de trabajo.

  • Estado de salud y nivel de entrenamiento.

  • Actividad no deportiva.

  • Somatotipo y tipo nervioso.

  • Antropometría.

    El análisis de estos factores nos permite construir un entrenamiento adaptado e individual y evitaremos caer en errores como ampliar modelos estándar de trabajo o copiar modelos de grandes campeones (García Manso2, 1996).

6. Principio de la Progresión

7. Principio de la Continuidad

8. Principio de la Reversibilidad

"En todas las cosas debe el hombre confiar más en su propia actividad que en la ajena" (Charles Dickens).

    Estos tres principios se encuentran íntimamente ligados.

    Ya hemos dicho que existen unas fases en el desarrollo del deportista, y que pasan de lo general a lo específico, aumentando progresivamente el rendimiento gracias a la elevación de las exigencias del entrenamiento.

    Este entrenamiento (carga) provoca un estímulo en el jugador de balonmano, que normalmente incide en una mejora de sus resultados. Llega un momento en que el deportista se adapta a ese estímulo, y evidentemente para que siga mejorando le tendrán que presentar un nuevo estímulo más exigente para seguir incrementando su potencial. A este proceso se le llama PROGRESIÓN.

    Imaginemos un jugador senior que está haciendo un entrenamiento de pesas (sentadilla) para fortalecer los cuádriceps. Sabemos que su RM (100% del peso que puede levantar) es de 115 kg. Elaboramos un entrenamiento para mejorar su RM y después de un mes observamos que mejora en 2,5 kg (su RM ahora es 117,5 kg). Si volviésemos a plantear el mismo entrenamiento en volumen e intensidad para intentar superar la nueva RM (117,5) no lo conseguiríamos, porque el diseño inicial era para superar 115 kg, no 117,5, y si continuamos aplicando el mismo entrenamiento (en volumen e intensidad) muy probablemente el jugador involucionaría en su nivel de forma manifestando un estancamiento o empeoramiento en su capacidad de salto. Esta situación se conoce como REVERSIBILIDAD y responde al principio que lleva su nombre.

    Para controlar estas dos situaciones (PROGRESIÓN / REVERSIVILIDAD), se diseña un programa que establezca una CONTINUIDAD en el entrenamiento. Su objetivo es dotar al organismo del deportista de estímulos con la suficiente asiduidad para provocar mejora en su rendimiento, favoreciendo la PROGRESIÓN, y minimizando la REVERSIBILIDAD.



2.2. Principios pedagógicos

    Uno de los mayores errores que se producen en el deporte de competición es considerar sólo los factores fisiológicos del entrenamiento. Muchas veces los niños/as que practican un deporte lo abandonan porque no le ven sentido a las tareas que realizan. En otras ocasiones no se consigue explotar todo el potencial de un deportista porque no se le enseña a conocer sus propias sensaciones corporales, no se le indican los objetivos del entrenamiento, no comprende las indicaciones del entrenador o no se siente identificado con el tipo de entrenamiento que realiza.

    El deporte en general y el balonmano en particular tienen como objetivo generar hábitos de vida saludables; por eso debemos pretender que la práctica de actividad física sea algo estable y útil (Barcala. R., 1991).

    Para lograr estos objetivos deportivos se presentan los PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS del entrenamiento, que nos servirán para orientar el proceso de entrenamiento.


1. Principio de la Participación Activa y Consciente en el Entrenamiento

"Aprender sin reflexionar es malgastar energía" (Confucio).

    El jugador es el sujeto de entrenamiento. Para desarrollar su potencial no sólo se debe fomentar el desarrollo de las capacidades condicionantes y coordinativas, sino que también hay que fomentar un proceso de reflexión.

    El entrenador debe informar al deportista de los objetivos del entrenamiento, lo que se logrará con el mismo y cuál será el efecto previsible. Así, cuando el jugador de balonmano realice un entrenamiento para la mejora de la fuerza en el tren inferior a través del trabajo de pesas ("sentadilla"), sabrá que ese sufrimiento es intrínseco al tipo de sesión planificada, y tendrá unos efectos específicos en su rendimiento que a la larga serán beneficiosos en las situaciones de juego.

    El entrenador debe hacer participar al deportista en la preparación, estructuración y evaluación del entrenamiento, tomando ambos algunas decisiones conjuntamente. De esta forma conseguiremos educar al jugador a la hora analizar y planificar su propio rendimiento. Otra circunstancia importante es que a la hora de la selección de objetivos deportivos, la fórmula más indicada es por consenso entre el entrenador y el deportista. Así nuestro "balonmanista" asumirá las responsabilidades del entrenamiento como algo propio (y no impuesto únicamente por el entrenador).


2. Principio de la Accesibilidad

"Los cautos rara vez se equivocan" (Confucio).

    Concreta el principio de la participación activa y consciente en el entrenamiento.

    Si le preguntamos a un equipo de niños/as recientemente formado (que no tiene excesivas experiencias en el deporte del balonmano) si quieren ser campeones de España de su categoría a final de la temporada, es muy probable que nos digan que sí. Hemos seleccionado el objetivo conjuntamente (lo cual respeta el principio de la participación activa); pero... ¿es un objetivo accesible?

    Hay que ser realista a la hora de la selección de los objetivos, ya que si son excesivamente exigentes provocarán frustración, abandono del deporte y problemas físicos (lesiones, alteraciones hormonales, etc...) y psicológicos (baja autoestima, ansiedad, etc...).

    Por eso debemos tener en cuenta lo siguiente en la selección de objetivos:

  • Las leyes biológicas determinan las posibilidades físicas del entrenamiento.

  • La experiencia en el deporte determina las posibilidades técnicas y tácticas del deportista.

  • Los principios pedagógicos organizan y orientan el proceso de entrenamiento.


3. Principio de la Organización de las cargas (Periodización)

"Si bien buscas, encontraras" (Platón).

    Es el principio donde el entrenador de balonmano juega un papel fundamental. El entrenador es el que debe organizar y planificar los entrenamientos para lograr los mejores resultados en el momento de la competición.

    La periodización se asemeja a una partida de ajedrez. Consiste organizar los estímulos en cantidad (volumen) y calidad (intensidad) de una forma estratégica, para llegar en las mejores condiciones al momento de la competición.


3. Conclusiones

    Si respetamos los principios biológicos y pedagógicos en la planificación del entrenamiento, conseguiremos una evolución armónica en el proceso de formación del deportista a nivel físico, cognitivo y afectivo.

    El mayor triunfo de un entrenador no es una medalla en la categoría infantil, si luego ese niño/a abandona la práctica del deporte, porque no satisface sus necesidades o porque no soporta el nivel de exigencia.

    El mayor triunfo de un entrenador es sin lugar a dudas que los jugadores que pasan por sus manos disfruten con el balonmano, se formen como personas, y si sienten especial interés por alcanzar el máximo rendimiento en este deporte, se le faciliten los medios y se estructure su evolución de una forma ordenada, natural y pensando que un jugador no es una medalla sino una persona. El resto dependerá de las cualidades del propio deportista y de la selección natural.

    Deseamos terminar este artículo con una frase de un libro de Personne, que quizás nos haga pensar acerca de nuestros objetivos principales:

"NINGUNA MEDALLA VALE LA SALUD DE UN NIÑO"


Notas

  1. En los orígenes del balonmano, a finales del siglo XIX, se utilizaba como complemento para entrenar y preparar gimnastas (C.O.E. Balonmano 1992:10)

  2. García, J.; Navarro, M.; Ruiz, J.A. (1.996) Bases teóricas del entrenamiento deportivo. Madrid. Gymnos.


Bibliografía

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  • Trosse, H. (1993) Balonmano. Entrenamiento, técnica y táctica. Barcelona. Martínez Roca.

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revista digital · Año 9 · N° 63 | Buenos Aires, Agosto 2003  
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