efdeportes.com
Energía y zonas de potencia

   
*Licenciada en Biología.
Profesora asistente de Bioquímica.
Master en Ciencias de la Educación Superior.

**Licenciada en Cultura Física.
Master en Ciencias y Juegos Deportivos
 
Universidad de Ciego de Ávila
Facultad de Cultura Física
 
 
MsC. Fidelina Maira Díaz Hernández*
MsC. Martha Olivera González**

fmaira@facufis.unica.cu
(Cuba)
 

 

 

 

 
Resumen
    No existe ni un solo proceso metabólico de nuestro organismo por sencillo que este sea, que no lleve implícito la utilización de energía metabolitamente utilizable (ATP). Incluso muchos, son los que obvian que aunque los procesos de catabolismo son procesos degradativos en los que se desprende energía, también estos necesitan de su consumo para realizarse. Nuestro artículo aborda precisamente los diferentes sistemas energéticos a los cuales recurre el organismo para realizar los diferentes trabajos metabólicos, especialmente la actividad física. Se relacionan además las diferentes zonas de potencia y modalidades deportivas en las cuales se ponen de manifiesto.
    Palabras clave: Fosfomacroenergético. Creatinfosfato. Adenosín trifosfato. Energía. Potencia.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 61 - Junio de 2003

1 / 1

Introducción

    La actividad física es una de las actividades que realiza el hombre que mayor cantidad de energía consume, por cuanto tiene que moverse un sistema de palancas conformadas por órganos muy pesados, como son lo huesos y los músculos, para que los movimientos sean exactos y precisos. La actividad motriz del hombre ha llegado a ser una de las diferencias sustanciales con respecto a otros animales, puesto que ésta se concibe y se modula según las necesidades que de ellas tenga el hombre. Por consiguiente es de crucial importancia que se conozca como es que funciona nuestro cuerpo cuando se enfrenta a diferentes cargas físicas, los sustratos que utiliza, por que los utiliza y como los utiliza. Es preciso pues conocer desde los primeros momentos que fuente energética utiliza por excelencia nuestro organismo al enfrentarse a diferentes esfuerzos físicos, las potencias a las que se enfrenta y la soportabilidad fisiológica y bioquímica de que disponen nuestros músculos.


Desarrollo

    No para todos los esfuerzos físicos el organismo utiliza la misma fuente de energía, existen varias opciones que el mismo utilizará según su demanda, tratando de no romper la homeostasis interna.

    Existen diferentes sistemas energéticos que explicaremos a continuación.


Sistema de fosfátenos

    La fuente básica de energía para la contracción muscular es el Adenosín-trifosfato, ATP, cuya fórmula es: Adenosina-PO-3-PO-3-PO-3.

    Los dos últimos enlaces de fosfato son de alta energía. Cada enlace almacena 7,300 Calorías de energía por mol de ATP, en condiciones normales. Por tanto cuando se separa un radical de fosfato de la molécula pueden utilizarse 7,300 calorías, para proporcionar energía a la contracción muscular.

    La separación del primer radical de fosfato convierte al ATP, en adenosíndifosfato (ADP) y la separación del segundo radical del fosfato convierte al ADP, en adenosimonofosfato (AMP).

    Por desgracia la formación de ATP en el músculo, incluso en deportistas bien entrenados, sólo basta para mantener la potencia muscular máxima durante 3 segundos, lo suficiente para correr unos 25 metros. Por consiguiente, exceptuando los primeros segundos, es esencial que se vaya formando continuamente nuevo ATP, incluso durante la ejecución de pruebas deportivas.

    El creatín fosfato o fosfocreatina es otro compuesto químico que tiene un enlace de fosfato de alta energía, siendo su fórmula: Creatina-PO3.

    Este fosfato tiene más energía que el de un ATP, 10,300 Calorías por mol.

    La mayoría de las células musculares tienen de 2-4 veces más fosfocreatina que ATP.

    La fosfocreatina celular junto al ATP, reciben el nombre de sistema energético de fosfágeno. Juntos pueden suministrar potencias musculares máximas para un período de 8 a 10 segundos, casi suficiente para correr 100 metros. Por tanto la energía del sistema fosfágeno se utiliza para esfuerzos máximos y breves (o sea, explosivos y muy intensos).

    El sistema de glucógeno y ácido láctico, es aquel en el cual el glucógeno almacenado se puede desdoblar en glucosa con utilización de ésta para obtener energía. La etapa inicial del proceso llamado glucólisis, sucede con un gran déficit de oxígeno en los músculos que están trabajando, por lo que se denomina metabolismo anaerobio.

    Este proceso se realiza en el citoplasma celular, fuera de las mitocondrias. De ordinario el ácido pirúvico entra en las mitocondrias de las células musculares y reacciona con el oxígeno para formar muchas más moléculas de ATP.

    Sin embargo cuando la provisión de oxígeno es insuficiente para que se produzca esta segunda etapa (etapa oxidativa ) del metabolismo de la glucosa, la mayor parte del ácido pirúvico se convierte en ácido láctico, que a continuación se difunde al exterior de las células musculares y llega al líquido intersticial y a la sangre.

    El sistema aerobio a diferencia del anaerobio se refiere a la oxidación de sustancias energéticas en las mitocondrias para la obtención de energía.

    De todo lo antes expuesto se traducen varias zonas de potencia.

  1. Zona de potencia máxima (Actividades cortas e intensas y explosivas).

  2. Zona de potencia submáxima.

  3. Zona de gran potencia.

  4. Zona potencia moderada.

    Esta diferenciación se hace a partir del sistema energético que predomina en la actividad deportiva, de acuerdo al tiempo de duración de las cargas aplicadas.

Figura 1

    Al considerar el rigor de la actividad deportiva y su duración (potencia) se puede estimar casi exactamente cuales son los sistemas de energía que se utilizan para cada actividad.

Tabla de estimación según Guyton 8va Edición /1996

    Como se puede observar en el cuadro anterior a medida que la actividad física se prolonga, la potencia va disminuyendo hasta el punto que se llega a una estabilización en el acoplamiento del Sistema Cardiorespiratorio y el Sistema Nervioso Vegetativo, por lo que las contracciones musculares se harán más espaciadas, al punto de llegar a un estado estable donde los procesos de degradación se igualan a los procesos de síntesis y la demanda de oxígeno se hace muy pequeña. Tanto es así, que en la carrera de campo traviesa se pasa muy fácilmente de una potencia a otra, según los obstáculos que el deportista encuentre a su paso.

Otros artículos sobre Entrenamiento Deportivo

  www.efdeportes.com/
http://www.efdeportes.com/ · FreeFind
   

revista digital · Año 9 · N° 61 | Buenos Aires, Junio 2003  
© 1997-2003 Derechos reservados