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El deporte ¿es un contenido
a enseñar por la escuela?

   
Lic. en Educación Física
(Argentina)
 
 
Lic. Jaime Perczyk
jimi@arnet.com.ar
 

 

 

 

 
    Este artículo ubica en un sitio de relevancia a la enseñanza de los contenidos deportivos en la escuela. Intenta abrir el debate sobre que tipo de prácticas deportivas la escuela puede y debería enseñar y su impacto en la formación de los alumnos en la sociedad actual.
    Se considera a los contenidos como recortes de la cultura y a los deportes como parte de ella en tanto prácticas sociales; sin embargo lo que se enseña en la escuela parecería ser que aleja de tal consideración (Aisenstein, Ganz y Perczyk; 2002).
    En este trabajo se problematiza la enseñanza tradicional del deporte que le asigna beneficios mágicos “per se” más allá de las condiciones en que se realice.
    Se presentan argumentos con el fin de considerar la experiencia formativa del deporte escolar en sus múltiples dimensiones, siendo algunas de ellas:

  • La consideración de la amplitud y variedad de la cultura deportiva actual;

  • La variabilidad en los contenidos enseñados en tanto experiencias significativas que mayoritariamente se viven en el medio escolar;

  • El tener en cuenta al espectáculo deportivo como elemento imprescindible para la comprensión de la cultura del ocio;

  • La necesidad de clarificar los valores a transmitir en la enseñanza de las diversas disciplinas deportivas escolares;

  • El otorgarle significación lúdica a la experiencia deportiva escolar.

Ponencia presentada para el IV Encuentro Deporte y Ciencias Sociales, Buenos Aires, noviembre de 2002
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 57 - Febrero de 2003

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Introducción

    Durante los últimos años, y fundamentalmente los años inmediatos a la sanción de la ley Federal de Educación (N° 24.195) y la elaboración y aprobación de los Contenidos Básicos Comunes (CBC) del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación (MEyC) y el Consejo Federal de Educación (1994 / 1995), mucho se ha discutido acerca de la pertinencia de la inclusión del deporte en la escuela como contenido. Este debate incluyó a los técnicos que participaron en la elaboración de estos documentos y se ha trasladado en algunos casos a la comunidad de profesores de la Educación Física y Deportiva.

    El debate surge a partir de prescripción que plantean los CBC del MEyC de la Nación y los Diseños Curriculares jurisdiccionales y pretende extenderse a la comunidad de profesores, pues la documentación intenta cambiar las prácticas a partir de modificar la documentación vigente. Considero oportuno señalar que la discusión muchas veces ha sido aparente y que en realidad se discute en función de las biografías escolares de cada uno, de cómo la “se ha sentido” en las clases de Educación Física y Deportiva. Aportan a este debate la poca claridad de las prácticas deportivas al interior del sistema educativo y del “corte” masivo de las prácticas por parte de muchos jóvenes al abandonar el sistema educativo.

    Este artículo se ubica en un sitio de defensa de la validez de la enseñanza de este contenido en la escuela; sin embargo, intentare clarificar acerca de qué tipo de deporte la escuela puede y debe enseñar y su impacto en la formación de los alumnos.

    En principio es necesario clarificar cuál es el papel que la sociedad le otorga a la escuela. “La escuela y el sistema educativo en su conjunto, puede entenderse como una instancia de mediación cultural entre los significados, sentimientos y conductas de la comunidad social y el desarrollo de las nuevas generaciones.”1 Indudablemente esta mediación implica transmitir a las nuevas generaciones la experiencia acumulada por las sociedades humanas a través de su evolución; experiencia obtenida por la construcción de la humanidad de un mundo material y, fundamentalmente, de un mundo simbólico.

    Indudablemente el deporte pertenece a este mundo, desde el momento en que numerosos investigadores de las ciencias sociales y el deporte (Mandell, 1986; Elias, 1992; Bayer, 1992) lo definen como la simulación de un combate. 2 Es interesante agregar que los grupos sociales son los que reproducen y a la vez recrean la cultura; en la escuela cuando un grupo aprende a jugar al Vóleibol, está apropiándose de dicha disciplina y simultáneamente está siendo participe de su transformación.

    Sería ingenuo pensar que las mismas pautas culturales son vividas en todos los grupos y sociedades; El pedagogo americano Jerome Bruner (1997) afirma que la cultura no es una fórmula matemática o una idea abstracta creada que se cumple y que esta colocada en un lugar al que es necesario llegar, si no que es un texto ambiguo al que hay que interpretar permanentemente. Desde allí creo incorrecto ver, entonces, a la cultura como un concepto estanco, anquilosado, dado, que define que determinados conceptos, valores, actitudes, elementos son “culturales” y otros no son “cultos”. 3 En esta visión, el deporte entraría en esta última categoría.

    Volviendo a la idea de Pérez Gómez de pensar a la escuela como un “espacio ecológico de cruce de culturas” pero que tiene una misión específica que es la de producir una mediación reflexiva entre las diferentes influencias que los distintos grupos humanos intentan realizar sobre las nuevas generaciones.


Prácticas sociales - prácticas escolares: ¿relaciones?

    Podemos pensar qué lugar tiene el deporte en este cruce de culturas, para poder encontrarle sentido y potencia al deporte que enseña la escuela. Por un lado, los juegos deportivos colectivos, aquellos, que tienen la misma lógica que los deportes colectivos o las artes marciales que a los ojos neófitos tienen la misma apariencia que los deportes de combate, tienen origen como disciplina por fuera de la escuela, y tiene antecedentes en las más antiguas diversas tradiciones y sociedades lejanas e incomunicadas las unas de las otras. La existencia de múltiples prácticas corporales y motrices lúdicas de competencia ha existido desde tiempos remotos en la humanidad (Dunning, 1986; Bayer, 1992). Sin embargo, el deporte, tal cual lo conocemos hoy es una producción cultural que no tiene más de 200 años (Elias y Dunning, 1992). Para Elias (1992) el deporte el origen del deporte estuvo vinculado a causas sociogenéticas que va representando simbólicamente batallas, combates y luchas que era necesario regular, codificar y controlar en el intento de controlar el uso de la violencia y limitar el conflicto; y a partir de ello se desarrolló el deporte moderno y sus diferentes “instancias”: deportistas, supervisores, federaciones, público y auxiliares.

    Las disciplinas deportivas van creciendo día a día y son aprendidas por los niños y los jóvenes experiencialmente, en el intercambio cotidiano con su medio ambiente, con sus grupos sociales o por su participación en el sistema educativo o en el deporte institucionalizado; y de este cruce de culturas, de su interpretación, de la confrontación entre distintas concepciones y comunidades, surgirá la idea de deporte con el que la Educación Física y Deportiva pondrá en contacto a los alumnos. Creo que es necesario reflexionar acerca de los diferentes procesos que llevan al deporte a ser enseñado en las clases y también en la escuela fuera de las clases (recreos, horas “libres”, etc).


¿Quién transmite estos elementos culturales?

    La construcción cultural de la humanidad se va acrecentando día a día: más producciones científicas, artísticas, comunicativas, etc. han ido desarrollando especialidades al interior de la institución que ha desarrollado la sociedad para transmitir todo esta cultura acumulada.

    En nuestro caso, podemos decir que en la escuela, la Educación Física y Deportiva tiene como especificidad transmitir a las nuevas generaciones las cultura corporal de movimiento (Bracht, 1995) acumulada por la humanidad.

    El sistema político, teniendo en cuenta el estado de desarrollo de cada disciplina como una variable, determina en cada sociedad qué aspectos de la cultura son significativos, trascendentes para transmitir.

    En la Argentina, en la década del ´90, este proceso de selección se da en distintos niveles de concreción a través de los CBC, de los Diseños Curriculares jurisdiccionales, de los Proyectos Curriculares Institucionales (PCI) y finalmente a través de lo que sucede en cada escuela y en cada clase.

    Obviamente este proceso tiene íntima relación con el estado de desarrollo teórico y práctico de cada disciplina.

    Los CBC definen “el conjunto de saberes relevantes que integran el proceso de enseñanza en todo el país” 4, y esta selección de contenidos se ha realizado a partir de una determinada concepción política, filosófica e ideológica, que es coherente con el país en el cual vivimos todos y del estado de desarrollo de nuestra disciplina.

    Creo que los contenidos que allí aparecen son en si mismos los que “fotografían” la ideología de una sociedad en un determinado momento, en términos de hegemonía política e ideológica. Pero no solo estos documentos sino también la concepción de la enseñanza y aprendizaje que la comunidad docente y educativa en general y cada docente en particular sustente, de la forma de tratamiento de los contenidos, de la concepción de niño y de alumno.

    También, y problematizando estas cuestiones, parece interesante citar a Bernstein (1971) quien dice que “la forma en que una sociedad selecciona, clasifica, distribuye, transmite y valora los saberes destinados a la enseñanza refleja la distribución de poder existente en su seno y el modo en que se encuentra garantizado en ella el control social de los componentes individuales”. 5

    Asumir esta afirmación adquiere importancia pues permitiría entender que enseñar deporte en la escuela posibilitaría:

  • Enseñar un/os contenido/s que problematicen el conocimiento escolar;

  • Enseñarlo desde su dimensión de práctica social masiva, como capital social y cultural acumulado, y no sólo desde su dimensión académica;

  • Entenderlo desde la significatividad que tiene para los niños y jóvenes, verdaderos protagonistas centrales del proceso educativo.

¿Qué es el deporte?

    Hernández Moreno (1994) define deporte como aquellas situaciones motrices de competencia de carácter lúdico, reglamentadas e institucionalizadas. La igualdad de oportunidades, el respeto a la regla, el esfuerzo individual como mecanismo de superación, reflejan obviamente la ideología burguesa que le dio origen (Elias, 1986).

    Muchas críticas recibió y recibe el deporte como dominador de los pueblos y como reproductor de ideología, pero creo que esta visión también toma a la cultura (y en este caso al deporte) como algo dado. Los deportes a lo largo de toda su historia se han ido modificando en sus aspectos intencionales, convencionales, contextuales y estructurales: se fue modificando su reglamento, su estrategia, su táctica, el espacio y el tiempo, la comunicación entre los participantes y el reglamento. 6 Indudablemente las modificaciones y la evolución que van sufriendo los deportes reflejan la lucha y las contradicciones de las sociedades.

    Los deportes en su origen reflejan la ideología burguesa (como lo reflejan todos los aspectos de la cultura humana de nuestras sociedades), pero que la masividad con que se practican los ha ubicado en el centro de la lucha política e ideológica de nuestras sociedades.

    Llegados a este punto, es necesario clarificar de que deporte estamos hablando. Se llama Fútbol por ejemplo, a los partidos jugados con un reglamento estricto, televisados y con un altísimo nivel de especialización en las copas del mundo; también llamamos Fútbol a los partidos jugados por ciudadanos argentinos en campos verdes, atravesados por árboles, con equipos de número indefinido y reglamento difuso en la vera de la avenida “General Paz” o cuando juegan los niños al fútbol en la escuela.

    El observador atento encontrará partidos (¡juegos!) en los que en general no existen dos colores de camiseta (cada uno juega con la que tiene), en muchos casos los límites de las canchas son difusos (“se va en ese árbol” y en la arena se hunde el pie para marcar la línea) y los equipos van cambiando de integrantes a medida que llegan nuevos jugadores (“entramos uno para cada lado) y si son impares el que llega entra para los que van perdiendo, para equilibrar. Generalmente los equipos van cambiando de jornada a jornada. Hay grupos que se organizan y van estructurando con ese espíritu complejos arcos de Fútbol (con jabalinas, tensores y redes) y redes de Vóleibol y otros juegan con buzos, piedras y los árboles. Claramente el proyecto de práctica deportiva es de cooperación, todos los integrantes del grupo deben colaborar para poder continuar con su práctica deportiva.

    Con los reglamentos sucede algo similar: en el Vóleibol “playero” el golpe de manos bajas es una deformación del golpe técnico y que reglamentariamente “produce triple o cuádruple golpe” sin embargo el juego sigue. En los partidos de Fútbol el complicado “off-side” o fuera de juego es modificado por “no vale jugar de pescador” o sea no vale quedarse cerca del arco esperando el “pelotazo”.

    Se utiliza para debatir la misma denominación que refiere a dos hechos culturales que tienen muchos aspectos en común (el origen, la lógica, el agonismo) y sin embargo, y al mismo tiempo distintos y muchas veces hasta contradictorios.

    El primer ejemplo refiere al deporte en sentido estricto (refiere al deporte practicado estrictamente como está determinado por el reglamento) y el segundo, al deporte en sentido amplio (refiere al deporte practicado manteniendo la misma lógica que la disciplina, pero que sufre modificaciones en su realización en función de las posibilidades y necesidades sociales, materiales, espaciales, de población, de gustos e intereses).

    Es interesante pensar en el voleibol que sé práctica en sentido estricto: con división por género, por edad, con reglamento estricto y competencia institucionalizada.

    Sin embargo este mismo deporte en sentido amplio desarrolla en gimnasios y playas, en formato “mixto”, con gran variedad de competencias y desarrollos reglamentarios y motrices. Cuando hablamos del deporte como contenido a ser enseñado por la escuela hacemos referencia al deporte en sentido amplio7, que define una práctica social de gran masividad, y de enorme potencia social y política y de gran significatividad social.

El discurso tradicional o del sentido común...

    Una dificultad que tienen los profesores de Educación Física y Deportiva, es que al ser el origen de los contenidos disciplinares las prácticas sociales, “todos saben” de deportes. Saben los padres, los otros docentes, los directores.

    Es muy común escuchar que:

  • “al aprender deportes, los alumnos aprenden y valoran el trabajo en equipo”

  • “que hacer deporte “hace bien”

  • “la capacidad de lucha, el esfuerzo para sobreponerse a situaciones adversas que enseña el deporte”

  • “el aprendizaje de reglas, el poder aceptar un reglamento, el fair play son aprendizajes muy importantes para poder incorporarse en el futuro a la sociedad”

  • “el deporte aleja de las drogas”

  • “los aspectos de socialización, de poder integrarse a un grupo social”

    También es muy común situar estos aprendizajes en la Educación Física y Deportiva y ubicarlos como contenidos propios de esta.

    No alcanza con cuestionar ideológicamente estas enseñanzas, también su inclusión como contenidos propios y exclusivos han ido marcando paulatinamente el vacío de contenidos de la Educación Física y Deportiva como disciplina escolar. En tanto y en cuanto el deporte enseña algún valor moral (y a continuación intentaremos reflexionar acerca de cuáles son) y un conocimiento práctico es valioso, pero de ahí a decir que el “deporte es escuela de vida” hay un trecho muy grande.

    Sería interesante pensar si aprender a jugar deportes de equipo podría ser un aprendizaje para poder integrarse a equipos en otros ámbitos de la escuela y de la vida; lo que fundamentalmente aprende un niño integrándose a un equipo deportivo, es justamente eso: ser parte de un equipo deportivo. La integración y participación en equipos no es tarea única y exclusiva de los deportes; los niños y los adolescentes pueden trabajar en equipo en el laboratorio de ciencias, para realizar un trabajo en ciencias sociales y para realizar una producción teatral. Lo mismo podríamos decir de las otras aseveraciones tan comunes a la práctica de deportes citadas más arriba con respecto a las reglas, la salud y la socialización por ejemplo.

    Para ser más claros, cuando se aprende deporte en la escuela se esta aprendiendo... deporte y los valores y la ideología que con intención o sin intención se enseñe.


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