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Miedos y paradojas, presencias y ausencias en las
representaciones del deporte en una escuela de Bella Vista
Diana Solís

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 55 - Diciembre de 2002

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    En el análisis de las condiciones sociales de “distinción” Bourdieu identifica como una característica de los consumos culturales de las clases medias altas y altas las acciones “gratuitas” o “actos desinteresados” que muestran determinadas condiciones de existencia que permiten la distancia con respecto a la necesidad. Con respecto al deporte podría traducirse como la posibilidad de situarse fácilmente en la oposición deporte vs. trabajo, es decir ubicar lo no rentable, más cercano al “juego” separado de lo rentable.

    En los sectores populares las condiciones de existencia material condicionan un mundo simbólico que no puede poner entre paréntesis los fines prácticos y que se filtra en el “uso” del deporte o en el “para qué” de la práctica deportiva. Coincidiendo con esta lectura, en nuestra población de jóvenes de sectores populares aparece la idea del deporte como un trabajo potencial.

    Un varón de 9° año lo expresa así:

¨El deporte le sirve a algunas personas para tener un futuro y a otras para divertirse¨

    Otro dice:

“…Para poder llegar a ser un profesional algún día”

    Esta posibilidad laboral, deseada y posible, refuerza la necesidad de incluir en la práctica deportiva a los sectores sociales a los que el deporte abriría nuevas posibilidades de inserción laboral y crecimiento social además de los beneficios recreativos y de salud.

    La omnipresencia social del deporte podría abrirles un abanico de fuentes laborales: desde deportista becado hasta promotor deportivo en ámbitos no formales como sociedades de fomento o en programas de animación comunitaria, o árbitro en competencias barriales.

    Pero por sobre todo, los testimonios muestran la necesidad de revisar las prácticas pedagógicas que reproducen la vulnerabilidad de las poblaciones pobres, cada vez más numerosas en nuestro país, adecuando los objetivos y los contenidos de la materia Educación Física a las características y necesidades de esas poblaciones.


Cuestiones de género

    Al indagar la presencia de cuestiones de género en las representaciones del deporte no encontramos reparos a la práctica deportiva femenina en las respuestas de los varones. Todos coinciden en que el deporte es bueno, que es bueno para todos, recalcan el derecho de la mujer a hacer deporte y algunos indican que es bueno “si ellas quieren” hacer deporte.

“...Es bueno porque las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres.”

“Simplemente las ayuda a mejorar y desarrollar mejor su cuerpo y la salud.”

“Es bueno para todos: hombre, mujer, chico, chica.”

“…porque la mujer puede distraerse en otra cosa”

    La situación es diferente cuando se trata de jugar un deporte junto a los varones, como en el fútbol jugado en el barrio. En otros trabajos de campo hemos encontrado la reticencia del varón a que se integre al juego, o posturas de no pasarle la pelota o de dirigirla durante el juego.

    Consideramos un hallazgo importante la coincidencia, en los testimonios de los varones, en considerar el valor estético del deporte como proveedor de delgadez y de un cuerpo atractivo para la mujer; llamativamente no aparecen referencias al valor estético ni a la delgadez en los beneficios del deporte para los varones. Esta situación de “espejo” nos permite entender la concepción centrada en la mirada del “otro” que encontramos luego en las jóvenes y muestra los mecanismos de presión para tener determinado cuerpo:

“Porque la mujer se siente bien, se siente que enflaquece y eso a ellas le hace bien”

“Porque las mujeres desarrollan bien su masa muscular y están más atractivas”

    La disposición para relacionar el deporte con la salud pero más aún con la forma, lo estético, el desarrollo y mantenimiento del cuerpo aparece en la totalidad de las respuestas, en diferentes combinaciones con otras ideas.

    Las mujeres revelan en los testimonios la necesidad de estar preparadas para ser miradas y para responder a la mirada del “otro” más que para imponer su propia concepción de cuerpo.

“...El deporte sirve para los músculos del cuerpo, para endurecer la panza, las piernas y tener en forma el cuerpo.”

“...para trabajar nuestro cuerpo”

“…mantiene en forma y beneficia”

“…es una educación”

“…es bastante bueno porque ayuda a combatir la celulitis”

“…porque el organismo lo necesita”

“…nos mantiene saludables y en forma el cuerpo”

    Estos testimonios, siguiendo la lógica de Bourdieu, podrían mostrar la falta de poder social simbólico en las mujeres, ya que éste se ejerce en la posibilidad de imponer su propia mirada sobre el cuerpo sin depender de la mirada del otro. En una joven de 14 años se expresa el carácter paradojal del deporte que aparece en su doble faz de beneficio y “riesgo” a la vez:

“...El deporte para las mujeres es bueno pero a la vez es malo. Es bueno porque nos levanta la cola, los pechos, pero es malo porque nos deja el cuerpo de un hombre.”

    La bibliografía da cuenta de que el temor a la masculinización del cuerpo está presente también en otras sociedades y aparece ligado posiblemente a las consecuencias del alto rendimiento sobre el cuerpo femenino (García Ferrando, 1990)

    Los miedos no manifiestos aparecen en otro momento de la toma de datos, a partir del diálogo que se establece con la investigadora. Motivadas tal vez por las preguntas y sólo entre mujeres, algunas jóvenes se animaron a contar las prohibiciones familiares, por ejemplo cuentan que las madres y los padres no alientan la práctica deportiva en ellas por miedo a “tocar y ser tocadas”, a que las golpeen y “no puedan tener relaciones” refiriéndose a las relaciones sexuales.

    Estos testimonios nos alertan acerca de los miedos que genera la práctica deportiva en la mujer de los sectores populares. Si queremos aumentar la práctica deportiva femenina e incluir en los itinerarios deportivos a niñas y jóvenes de los sectores populares es necesario sacarlos a la luz, trabajarlos especialmente, tenerlos en cuenta y a la vez quebrar su reproducción


Concepciones acerca de quiénes son deportistas

    A la pregunta quiénes son deportistas, se responde entendiendo que toda persona se puede llamar deportista si practica un deporte, que ellos mismos pueden llamarse así desde su práctica escolar y participación en competencias, pero a la vez diferenciando a los que lo hacen con mucho esfuerzo y dedicación.

    Entendemos que la denominación de deportistas para ellos mismos indica la presencia de un habitus deportivo o de una valoración significativa de los beneficios del deporte. No notamos diferencias entre las respuestas de varones y mujeres.

Yo soy deportista. Siempre compito en el colegio en todo tipo de competencias.”

“Los que practican por las mañanas el deporte y en la noche el dormir”.

“Los que hacen deportes”

“Los jugadores de fútbol”

“Son las personas que hacen todo tipo de deportes”

“Son los que practican el deporte a diario”

“Son aquellos que pueden resistir cualquier deporte”

“Los que les gusta el deporte”

Nosotros y todos los que hacen deporte”

“Los deportistas somos nosotros”

“Yo soy más o menos deportista”

“Los que practican deportes pero como una sola meta en su vida”

“Los que juegan a la pelota, los que juegan al voley, los que corren, etc.”

Todos podemos ser deportistas”


Concepciones acerca de cómo se llega a ser deportista

    A las preguntas acerca de cómo se llega a ser deportista y cómo se llega a ser representante en los Juegos Olímpicos, responden varones y mujeres:

“Con esfuerzo y exigencia del profesor o entrenador”

“Practicando todos los días”

“Presentándose en muchos torneos”

“Larga trayectoria o carrera”

“Con esperanza y fuerza”

“Valorando el deporte”

“Se llega a ser con esfuerzo”

“Ser el mejor”

“Practicando mucho en la disciplina elegida”

“Entrenando muy duro”

    Las respuestas refieren fundamentalmente a los aspectos que dependen de la voluntad del atleta, del tiempo y el esfuerzo que dedican a su deporte. Aparecen también el profesor y el entrenador como figuras de exigencia. Hay alta presencia de respuestas “No sé”.

    No aparecen en la descripción aquellos factores sociales que posibilitan el crecimiento del deportista. Por ejemplo, no se encuentran en las representaciones el papel del dinero, de la situación familiar o de la calidad de los clubes o instituciones en las que se practica como factores que posibilitan un itinerario exitoso para el atleta. Esta “omisión” la encontramos también en nuestro trabajo de campo anterior. Sólo un chico de 12 años, en la colonia de vacaciones, respondió que “a otros chicos” los padres los envían “a un buen club” y pueden crecer en un deporte.

    Existe un conjunto de instituciones y situaciones que permanece ignorado o anónimo lo que muestra la “naturalización” de la ocupación de determinados lugares sociales como el campeón o el ídolo y la dificultad de reconocimiento de diferencias atribuibles a la clase social.

    Recalcamos que, al igual que en indagaciones anteriores, el 99% de los jóvenes encuestados desconocen el significado de la palabra “federado”. Sólo un joven de 9° escribió que es estar anotado en un club o deporte. El itinerario del deportista de élite no aparece. En la representación, el deportista que llega es un héroe solitario, fruto de su propio esfuerzo.

    Esta concepción ingenua del mundo deportivo es construida en el espacio social y avalada por la escuela que no incorpora en sus objetivos las necesidades de los sectores populares, ni la construcción conjunta de maestros y alumnos de una mirada crítica y de resistencia frente a los mecanismos de exclusión.


Bibliografía

  • Aisenstein, Angela, “Modelo didáctico escolar y formación docente en educación física”, Editorial Miño y Dávila, Bs. As., 1995

  • Bourdieu, Pierre, “¿Qué significa hablar?” Editorial Akal, 1985

  • Bourdieu, Pierre, “Deporte y clase social”, en Materiales de Sociología del deporte. Ediciones La Piqueta, Madrid, 1993

  • Bourdieu, Pierre “La distinción”, Taurus, Madrid, 1998

  • Bourdieu, Pierre, “La dominación masculina”, Anagrama, Barcelona, 2000

  • Díaz, Esther "La ciencia y el imaginario social" Editorial Biblos, Bs. As, 1996

  • Foucault, Michel, “Las palabras y las cosas”, Siglo Veintiuno, México, 1997

  • Foucault, Michel, “Vigilar y castigar”, Siglo XXI Editores, México, 1987

  • García Ferrando, Manuel, “Aspectos Sociales del Deporte”, Alianza Deporte, Madrid, 1990

  • Gutiérrez Sanmartín, Melchor, ·”Valores sociales y deporte”, Editorial Gymnos, Madrid, 1995

  • Hargreaves, Jennifer, “Promesa y problemas en el ocio y los deportes femeninos” En Materiales de Sociología del deporte. Ediciones La Piqueta, Madrid, 1993

  • Jodelet, Denise, “La representación social: fenómenos, concepto y teoría” en Psicología Social, Tomo II. Editorial Paidós. Barcelona, 1985

  • Olivera, Javier, “Sobre el modelo corporal de la mujer” en la revista del INEFC, APUNTS, Barcelona, 2000, nota editorial

  • Torres, César, “¿Deportes de masas a través de la educación o deporte olímpico de elite?”, Serie Publicaciones N° 5, IEF N°1, Bs.As., 1998

  • Torres Santomé, Jurjo, “El curriculum oculto”. Ediciones Morata, Madrid. 1996


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