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Educar en valores a través de la Educación Física:
aplicación de un programa en Educación Secundaria.

   
*Doctor en Educación Física. Ldo. en Educación Física.
Profesor del I.E.S. Mencey Bencomo
**Lda. en Educación Física. Lda. en Pedagogía.
Profesora del I.E.S. Benito Pérez Armas
(España)
 
 
Guzmán Guerra Brito*
guzman.guerra@arrakis.es
Patricia Pintor Díaz**
ppindia@gobiernodecanarias.org
 

 

 

 

 
Resumen
    En el presente artículo desarrollamos las principales líneas de actuación de una investigación, de corte humanística-interpretativa, aplicada dentro del ámbito de la Educación Física con dos grupos de 3º de Secundaria en el I.E.S. Benito Pérez Armas y seis grupos de 4º del I.E.S. Mencey Bencomo (Tenerife) con un total de 125 alumnos.
    La intención de mejorar nuestra actividad docente a través de la reflexión en la práctica diaria de las clases de Educación Física, nos permitió identificar una serie de conductas negativas o perniciosas para el normal desarrollo de las sesiones, como por ejemplo, la incapacidad de parte del alumnado de asumir una actitud crítica ante el comportamiento individual y del grupo, o la baja aceptación de los instrumentos planteados para el seguimiento de los contenidos teóricos. Los interrogantes que generan las situaciones problemas detectados nos llevan a profundizar en la necesidad de comprender la forma de actuar de los alumnos.
    Bajo la premisa de interpretar una realidad educativa partiendo del conocimiento del contexto en la que se genera, nos planteamos desarrollar un programa “comprensivo-participativo” en el sentido de otorgar mayor protagonismo al alumno.
    Planteamos como instrumentos o recursos, acorde con la línea de trabajo propuesta: la organización de la clase en microgrupos, contrato de normas, actividades de focalización-profundización, cuaderno del alumno, ficha de autocontrol del comportamiento, fichas de clase y encuesta.
    Palabras clave: Valores. Actitudes. Educar. Educación Física.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 54 - Noviembre de 2002

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Investigación

El problema

    Contrastando las reflexiones personales que a modo de resumen acompañan las memorias del Departamento de Educación Física cuando finaliza el curso escolar, coincidimos en que en líneas generales los alumnos se caracterizaban por presentar:

  1. Incapacidad de asumir una actitud crítica ante el comportamiento individual y del grupo en la clase de Educación Física.

  2. Baja aceptación de los instrumentos planteados para el seguimiento de los contenidos teóricos.

  3. Escasa participación en tareas de recogida y mantenimiento del material.

  4. Actitudes irrespetuosas y poco tolerantes con los menos dotados motrizmente.

  5. Pasividad cuando no existe instrucción directa.

  6. Dificultad para valorar la importancia de la competición inherente en el fenómeno deportivo como proceso y no como un único resultado: la victoria.

    Esta situación nos genera una inquietud como docentes que nos lleva a preguntamos: ¿qué puedo hacer para mejorar mi práctica educativa?, ¿puede un cambio en la metodología de trabajo contribuir a solventar estos problemas?.


Planteamiento metodológico

    Hemos optado por una opción metodológica, basada en el paradigma humanístico - interpretativo, fundamentada en el análisis cualitativo y aproximándonos a la investigación-acción. Para nosotros, como docentes de Secundaria, la investigación tiene sentido cuando nos permite comprender el proceso educativo en el que nos encontramos inmersos, y nos ayuda a interpretarlo y mejorarlo. De esta manera podremos evolucionar en nuestra práctica docente cotidiana que es el objetivo último de nuestro trabajo.

    Partiendo de situaciones-problema claramente definidas, planteamos una serie valores intrínsecamente relacionados con cada una de ellas, lo cual nos permite abordarlas de forma genérica y por tanto extrapolable a otros ámbitos.


Instrumentos y recursos de trabajo

    Empleamos como instrumentos o recursos de trabajo, la organización de la clase en microgrupos, contrato de normas y actividades de focalización- profundización. Y específicamente para el alumno: cuaderno, ficha de autocontrol del comportamiento, fichas de clase y encuesta.


1. Organización de la clase en microgrupos

    Consiste en fomentar un aprendizaje cooperativo a través de situaciones grupales en la que los alumnos tengan que desarrollar un trabajo común aportando cada uno su esfuerzo individual para el beneficio del grupo.

    Los grupos están constituidos por unos seis alumnos, en el que dos ejercen funciones de capitanes, delegados o responsables del grupo. Estos delegados de cada grupo, y siguiendo el estilo de enseñanza de Microenseñanza, son los encargados de informar al grupo sobre la tarea a realizar en la sesión. Los delegados informan y registran el trabajo a desarrollar a través de un material impreso tipo ficha.

    Una vez organizado los subgrupos de clase, los alumnos eligen a sus dos representantes que van a recibir la información inicial de manos del profesor. Después de que el profesor ha informado a los delegados, éstos transmiten la información a su grupo, y a continuación preparan la sesión con el material, la ubicación en el espacio, a organizar, en definitiva, su trabajo de la sesión.

    Generalmente, en la ficha que el profesor entrega o en su cuaderno de trabajo, los alumnos tienen que realizar anotaciones sobre la evolución de la tarea que se está realizando.


2. Contrato de normas

    En las dos primeras sesiones se establece mediante debate cuáles son las normas por las que se va a regir el curso. El contrato, establece de antemano una serie de aspectos mínimos a debatir e implica a través de una planilla elaborada al respecto la autoevaluación continua por parte del alumno.


3. Actividades de focalización-profundización

    Para profundizar en las situaciones que pensamos deberían mejorarse, realizamos pequeños debates partiendo de la observación en clase de alguna de las seis situaciones problema concretas en las que hemos decidido centrarnos. Buscamos que el alumno identifique el problema, lo analice y sea capaz de inferir conductas derivadas en su entorno, por ejemplo:

    Se plantea una situación en la que el profesor/a propone trabajar en pequeños grupos donde se pueden observar comportamientos pasivos. Una vez identificada la situación-problema, el grupo de clase propone diferentes alternativas que son analizadas, debatidas y puestas en funcionamiento en los diferentes subgrupos.

    Los alumnos algunas veces de forma individual y otras en grupo, reflejan en sus cuadernos sus conclusiones de la actividad propuesta.


4. Cuaderno del alumno

    Cada alumno tiene como cuaderno de clase un documento elaborado por el Departamento de Educación Física en el que se incluyen los materiales escritos necesarios a lo largo del curso. En él se incluyen textos como: fundamentos conceptuales, actividades relacionadas con dichos textos y con las prácticas, planillas de evaluación de diferentes aspectos: procedimentales, actitudinales, de la enseñanza, etc. El cuaderno es utilizado como instrumento de reflexión y autoevaluación y exige una dedicación mínima pero diaria. Las actividades propuestas van en consonancia con una concepción de la evaluación como proceso formativo.


5. Ficha autocontrol del comportamiento

    Forma parte del cuaderno del alumno. Consiste en una tabla de doble entrada en la que cada alumno/a de forma individual explicita tres conductas relacionadas con cada uno de los seis aspectos en los que decidimos focalizar la atención (responsabilidad, superación, actitud crítica, tolerancia, respeto, cooperación y competición) y gráficamente se autoevalúa después de cada sesión. Se trata de un valioso instrumento de reflexión y autocrítica, de bajo nivel de dificultad para su elaboración por parte del alumno, y que necesita un control o seguimiento periódico por parte del profesor.


6. Fichas de clase

    Se trata de un instrumento complementario a la utilización de microgrupos. En estas fichas se plantea el trabajo a realizar en la sesión, estableciendo diferentes niveles de dificultad. Son los alumnos los que deciden el nivel en el que van a trabajar. Se les da autonomía y se les hace partícipes directos de su formación.


7. Encuesta.

    Una vez transcurrida la mitad del curso, diseñamos un cuestionario, de carácter anónimo, con la intención de evaluar diversos aspectos del programa, tanto referidos a los aspectos personales respecto a las actitudes, como referidos a la metodología de enseñanza empleada.

    Para ello, los alumnos contestaron al siguiente cuestionario:

  1. ¿En qué valores, de los que intentamos desarrollar en clase, encuentras más dificultad en progresar?

  2. De los comportamientos propuestos por ti en el cuaderno, señala en cuáles tienes problemas para progresar.

  3. ¿Crees que la ficha de control de la actitud que rellenas en el cuaderno te ayuda a mejorar tu comportamiento?. Sí, porque ..../ No, porque.....

  4. La forma de organizar la clase que más me gusta es en....individual, parejas, tríos, grupos de 4-6. Porque....

  5. Explica las ventajas y desventajas que le ves a trabajar en grupos de 4-6.

  6. ¿Crees que trabajar en grupo mejora alguna de las actitudes y valores que señalas en tu cuaderno?. Indica cuáles y por qué las mejoras.

  7. ¿Quién prefieres que te informe de las tareas a realizar en clase?. Señala por qué. El profesor porque..../El capitán-delegado de mi grupo porque....

  8. ¿Qué prefieres, que el profesor dirija la clase o que ceda algunas funciones a los alumnos?. Que el profesor dirija la clase todo el tiempo porque..../ Que ceda a los alumnos algunas funciones como informar de las tareas que se van a realizar, entregar el material a los compañeros, avisar el cambio de ejercicios, etc porque....

    Los resultados de dicho cuestionario apuntan lo siguiente:

  • Los alumnos consideran que los valores en los que tienen más dificultades en progresar son: la responsabilidad (19%), la actitud crítica (19%), la superación (11%), el respeto (9%), la cooperación (8%) y la competición (7%), por último destacar que el 27% señalaron que no tenían dificultades en progresar con ningún valor.

    Teniendo en cuenta estos resultados, son tres los valores más destacables: la responsabilidad, la actitud crítica y la superación. De este modo, entendemos que estos valores son en los que debemos hacer mayor hincapié para el próximo ciclo de trabajo. De cualquier modo, debemos comprobar si se corresponden con comportamientos asociados a estos valores.

  • Entre los comportamientos en los que se concretan los diferentes valores cabe destacar los vinculados con la responsabilidad. De esta manera, comportamientos tales como: comportarse bien, ser puntual y ser responsable con el cuaderno (llevarlo a clase, realizar las actividades, ...) encabezan la lista de aquellos en los que los alumnos encuentran mayor dificultad en progresar (30%). Otro comportamiento en el que los alumnos tienen dificultades es en el de superarse (12%), seguido del de reflexionar (9%), recoger el material (6%) y respeto (6%). Sin embargo, un importante porcentaje de alumnos (13%) indica que no tiene problema alguno en progresar en los distintos comportamientos y otro alto porcentaje (24%) apunta un variado grupo de ellos en los que hallan problemas en progresar. En este grupo se incluyen:

“...comparar opiniones...”,”... hacer los ejercicios bien en la cancha ...”,”...no insultar...”, “...mostrar interés...”,”... no reírme de mis compañeros...”, “...no me gusta perder...”, “...participar en todos los ejercicios...”, “...colaboración...”, “...suelo seguir mis ideas...”, “...soy un poco vaga...”, “...hacer los ejercicios porque me rindo pronto...”, “...intentarlo todo...”, “...algunos ejercicios no entiendo...”, “... compañerismo, “...en la responsabilidad...”, “...solidaridad con los compañeros...”,”...respetar...”,...

    Considerando estos resultados, observamos la coherencia existente entre los valores en los que los alumnos tienen dificultades en progresar y los comportamientos y conductas en los que se manifiestan dichos comportamientos. Esto supone que los comportamientos en los que mayores dificultades se encuentran son los relacionados con la responsabilidad, la superación y la reflexión.


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