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La perspectiva de campo como marco de análisis
del fútbol local. Bases y apuestas
Víctor Lorenzo Alonso Delgado

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 54 - Noviembre de 2002

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    Las apuestas sociales, diversas y, en ocasiones difusas, rompen con el ideario meritocrático del deporte coubertiniano, tanto en la promoción como en la continuidad de las trayectorias deportivas. La práctica del fútbol puede ser combinada con otras prácticas deportivas. Pero también las trayectorias adquieren cierto rasgo de irregulares en torno a los abandonos de la práctica, la alternancia o la promoción de categorías. Un jugador, por ejemplo, puede militar en segunda regional, al año siguiente hacerlo en fútbol aficionado, y al siguiente pasar a jugar en categoría regional preferente. En este tipo de situaciones entran en juego, sobre todo, la estructura interna del fútbol local (los fichajes, los entrenadores, las compensaciones materiales, etc.) y las apuestas sociales que se establecen en torno a tal estructura. Cada vez más, se establece una polaridad mayor entre las ligas aficionadas y las ligas federadas. Los procesos de racionalización y especialización de las prácticas deportivas (con la disposición de elementos diferenciados, como pueden ser la existencia o no de un entrenador, un preparador físico, un segundo entrenador, un fisioterapeuta... un corpus de expertos diferenciados y diferenciadores) dificultan, cada vez más, el doble salto aludido (entre diferentes prácticas, de un tipo a otro de fútbol). Por otra parte, las ligas aficionadas, (sus discursos) son, cada vez más, una apuesta por el retorno a esos “valores en decadencia” en el seno del fútbol federado9; la línea discursiva es rebatida, sobremanera, por la fuerza del citado proceso de racionalización.

    El plano simbólico (el fútbol más allá de la cancha). Entendiendo el mito como representación, manifestación de ideas, conductas o cualquier cosa simbolizable (Bouza, 1998), el fútbol local pasaría e a ser entendido una comunidad de comunicación simbólica (Op. Cit., 683). La realidad irreal que se genera, muy en consonancia con al dicotomía lo culto/ lo popular passeroniana, se vale de una fuerte disonancia espacio- tiempo. Es por eso que el partido, el gol, el instante vivido en la cancha trascienda de esta, y se aparezca, en forma de memoria (colectiva, individual), por los espacios públicos y privados. Desdoblan toda sensación de tiempo real, y devienen en un tiempo vivido, aletargado. En esta dimensión simbólica, el fútbol local es concluyente.

I: “Bueno, yo, desde que recuerdo, a mi siempre me gustó el fútbol”. (jugador, 35 años)

    Es en este sentido donde cobra fuerza la idea del capital simbólico. Definido, entre otras cosas, por el carisma, la notoriedad, la reputación, el prestigio... su vigencia en el seno del fútbol local se manifiesta por un lenguaje común, donde “la palabra” (“ser un hombre de palabra”) es una realidad sumamente legitimada.

    Al significarse en torno a las apuestas de los actores sociales, y no ser estas unidimensionales, ni normativas en exclusividad, la disposición del capital simbólico recoge, sobre todo, la capacidad de elegir, actuar y aprobar/ reprobar las actuaciones y decisiones tomadas. Por ejemplo, un mismo informante, que entiende el fin del fútbol local por la escasa capacidad de compromiso actual (“la gente no se compromete, ya, por nada”), reconoce que, en su etapa como directivo de un club, dicha capacidad de compromiso tuvo resultados perversos (“Ahora lo miro y veo que hice el toti10. Perdí mucho tiempo en eso y, total, p’a nada”). En torno al compromiso, otro informante señala

I: Jugabas en el equipo y te lo dejabas todo. No podías fallarle a tus compañeros. Porque eras del barrio. Y eres uno más” (ex jugador, 43 años)


A modo de conclusión

    La consideración de campo implica, entre otras cosas, una perspectiva relacional donde las tensiones resultantes del posicionamiento en dicho campo, así como las apuestas sociales desplegadas, son notorias. He tratado de mostrar algunas, en especial la que concierne a la división entre lo culto y lo popular.

    A través de cuatro planos, he procurado un análisis del fútbol local entendiendo este como campo social. A través de los mismos, he tratado de acercarme a la complejidad propia del fútbol local. Creo que la disposición de dicho modelo, con todo su arsenal teórico, resulta de gran utilidad a la hora de abordar dicha complejidad.

     De esta forma, el acercamiento e intento de comprensión del fútbol local se antoja más compleja de lo que en principio pareciera. Y, más allá de la crónica periodística, la posición en la tabla clasificatoria, las diferentes categorías deportivas o el anecdotario al uso, comprende dimensiones que las propia disciplina sociológica puede categorizar y tratar como materia de estudio. Es como, incidiendo en esa perspectiva relacional, tales categorías devienen en una realidad difícilmente sometida a clasificaciones y taxonomías cerradas en sí mismas.

    El uso de la perspectiva de campo ha sido empleada para llevar a cabo el estudio del fútbol local en un municipio rural del NE de Tenerife. Combinando diversos métodos de investigación, la propuesta se atrevió a esbozar un marco de análisis de cierta utilidad al propósito señalado en esta comunicación.


Notas

  1. Me refiero a datos de diversa índole: indicadores sociodemográficos, económicos, deportivos, etc. Las fuentes fueron diversas, fundamentalmente conseguidas en organismos públicos u oficiales (ISTAC, Fundación La Caixa, Ayuntamiento de Tegueste, Federación Tinerfeña de Fútbol, etc.)

  2. Modelos que entienden, de modo descriptivo, la disposición de lo social en torno a las consideraciones de Comunidad y Asociación. Lejos de validar una propuesta exclusivamente relativista, creo interesante encuadrar dichos modelos como un marco explicativo de primer orden, sin más pretensión válida que esta.

  3. Si bien el primer club de fútbol datado como tal es el Las Palmas Football Club, de 1903, ya en la primera década del siglo existían diversos clubes en las dos islas capitalinas.

  4. El club se denominaba Isora, y no se hallaba federado, como tantos otros equipos fundados de forma espontánea. Disponía de equipamiento y presidente, si bien los partidos se disputaban contra rivales de localidades cercanas. Estos datos fueron facilitados por un informante octogenario que recuerda dicho club en su infancia.

  5. El municipio tiene menos de 10.000 hab., periurbano, 26 Km² de extensión,. Presenta un crecimiento poblacional intenso, sobre todo a partir de los años ochenta, debido, sobre todo al fenómeno de la expansión del Área Metropolitana, y su carácter de municipio residencial/ dormitorio. En 1996, el 46% de la población tenía menos de 30 años de edad. Casi un 70% de la población activa trabajaba en el sector servicios. Con un nivel de renta (1998) de 1.125.000- 1.250.000 por habitante y año, inferior a la media insular, la economía sumergida tiene un enorme peso en el municipio.

  6. Según datos del 2001, el fútbol era la práctica deportiva con más licencias federativas, con algo más de 41.000. Un 72% de las mismas son de fútbol base ( formación). En el mismo año, la caza era la siguiente práctica con más licencias (15.000).

  7. En ese caso, me refiero a determinados discursos de las prácticas deportivas que Pierre Bourdieu (2000) considera burguesas, o sea, las prácticas pensadas en relación a enfoques higienistas y apuestas sociales a medio-largo plazo (la salud, el estado físico, etc.). El discurso larvado en amplios sectores de la gestión deportiva confunde la rentabilidad social de tales prácticas, con la rentabilidad económica que generan las mismas.

  8. En ese sentido, hablando de una sociedad con una fuerte transformación en su seno, el fútbol y diversas prácticas deportivas populares, así como las bandas de música, las comisiones de fiesta, etc. Forman parte de cierto tejido social “blando”. (Pérez Díaz, 1987)

  9. “Aquí, nos venimos cuatro amigotes a jugar los sábados. Y la gente valora más los tenderetes de después que el propio partido” .(56 años, organizador de una liga de fútbol aficionado)

  10. Tonto.


Bibliografía

  • Arbena, Joseph L. “Significado y alegría en el deporte en América Latina”, en Efdeportes.com. Revista digital, año 4 nº 17, Diciembre 1999. Buenos Aires.

  • Arencibia de Torres, Juán. Historia del fútbol en la Provincia de Santa Cruz de Tenerife, Vols. I y II, Diário de Avisos, Tenerife, 1992.

  • Bourdieu, Pierre. Cuestiones de Sociología, Istmo, Madrid, 2000.

  • Bourdieu, Pierre. Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción, Anagrama, Barcelona, 1997.

  • Cea D’Ancona, Mª Angeles. Metodología cuantitativa, Síntesis, Madrid, 1999.

  • Grignon, Claude; Passeron, Jean Claude. Lo culto y lo popular. Miserabilismo y populismo en sociología y en literatura, La Piqueta, Madrid, 1992.

  • Töennies, Ferdinard. Comunidad y asociación, Península, Barcelona, 1979.


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