efdeportes.com

Entrenamiento de la atención y concentración. Una propuesta para fútbol
Miguel Morilla Cabezas (coordinador), Eugenio Pérez Córdoba, Juan Manuel Gamito Manzano,
Miguel Angel Gómez Benítez, José Enrique Sánchez Loquiño y Mercedes Valiente Marín

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 51 - Agosto de 2002

2 / 3


    Pese al hecho individual, también podemos señalar que, por lo general, unas formas suelen ser más eficaces que otras, por lo que el jugador deberá estar capacitado -entrenado- para el empleo de diferentes técnicas o formas de atender, y para ser lo suficientemente flexible en su aplicación de manera que adapte su plan previo -estrategia- a la situación -táctica- con la técnica más apropiada, pues de otra forma, el resultado de la acción no será efectivo.

    Lo que queremos decir es que una cosa es la forma de hacer las cosas y otra el resultado, pues si bien es cierto que nuestras acciones siempre tendrán consecuencias, lo que hay que procurar es que esas consecuencias sean positivas -eficaces- para uno mismo, y no para el contrario, y para ello debemos ajustarlos el criterio de eficacia establecido (en muchos deportes el marcar un gol o el ganar el partido).

    Estos criterios de eficacia a los que ajustarse suelen estar bien especificados -en el reglamento- o en la esfera de lo físico-biológico o mecánico, debiendo ajustarlos con la fuerza adecuada, con los parámetros biológicos acordes. Pero no sucede igual en la esfera de lo psicológico, o incluso lo social, pues... ¿cuál es el criterio de éxito: jugar bien o ganar?, ¿qué elemento hay que atender?, ¿cuándo?, ¿cómo? ¿cuál es el criterio a utilizar... de eficacia?

    Ya mencionamos anteriormente que debe ajustarse a la situación, pero en ésta también entran en juego personas como el entrenador, el directivo, el público, etc., y no es que el jugador no atienda, como dijimos, sino que está atendiendo a lo que no es relevante, por ejemplo, al pasado, al futuro, a sí mismo, a los otros, etc. De esta forma, habría que hacer que el deportista se ajuste a los criterios de, por ejemplo, el entrenador, o si fuese necesario, cambiar los criterios del entrenador, antes de que cambien al entrenador, con sus criterios, y entre otro preparado, con otros criterios. Con todo, un deportista debe estar capacitado para todo lo posible, y seleccionar la forma adecuada de atención en cada momento (cuestión esta que también puede entrenarse), de manera que llegado el momento tenga la posibilidad de ponerlas en práctica de forma adecuada con el criterio establecido.

    La mejor forma de poder entrenar aquello que aún falta es evaluar las capacidades y modos concretos de atender de un determinado deportista, dejando lo menos posible (porque no dejar nada sería imposible) a la improvisación, intuición, criterio personal, etc. del evaluador y detectar así los problemas de atención más comunes en cada deportista (y sus buenas maneras, que también hay que mencionarlas en la evaluación).


4. Ejercicios para la mejora de la atención y la concentración

    La demanda de atención que se le solicita a un jugador de fútbol es muy alta, y lo que es peor, en muchas programaciones de ejercicios futbolísticos se olvida el trabajar específicamente ese aspecto tan importante como es el de la atención y concentración en el juego (Morilla, 1995).

    El entrenador debe tener presente que puede entrenarse sistemáticamente al deportista a familiarizarse con aquellos estímulos propios de los partidos y a controlarlos, de tal forma que no supongan estímulos que distraigan la atención ante aquellos otros aspectos más relevantes (Morilla, 1995).

    En la competición futbolística se dan unas situaciones muy ricas en estímulos. El futbolista intentará en todo caso prestar una atención selectiva a lo importante para él. Así, por ejemplo, prestará gran atención al jugador que se le asignó para su marcaje; éste a su vez representa un conjunto de estímulos en movimiento (color de la camiseta, dorsal, rasgos faciales), aspectos todos que lo diferencian de otros jugadores. Pero de manera simultánea el jugador debe estar atento a los movimientos de sus compañeros (situación de la línea defensiva, posibilidad de coberturas, apoyos al poseedor del balón). E igualmente debe discriminar de entre todos los sonidos, la voz de su entrenador, que en momentos determinados puede lanzar instrucciones técnicas para él. Y por supuesto nunca debe olvidar el estar centrado en quizás el estímulo más importante, el balón (Morilla, 1995).

    En definitiva, intentar minimizar las novedades del ambiente competitivo para así evitar la reducción de la calidad de la ejecución. Sería por tanto labor del entrenador programar situaciones simuladas de competición en la que practiquen destrezas físicas, apareciendo estímulos externos que son frecuentes en los partidos (Morilla, 1995).

    En el adiestramiento de habilidades fundamentales para la práctica del fútbol, a nivel técnico, a nivel táctico o a nivel estratégico, suelen utilizarse, cada vez más, situaciones cuya semejanza respecto de las competitivas sea máxima. El entrenamiento integral se fundamenta en esta premisa, pretendiendo que los deportistas que aprenden o mejoran alguna destreza en los entrenamientos sufra el menor cambio posible cuando compitan y su rendimiento sea el máximo posible. Si aunamos estas dos ideas (posibilidad de desarrollo de la capacidad atencional y conveniencia de integrar las habilidades a ejecutar en ambientes lo más semejante posible a los de partido), nos surge la necesidad de encontrar “recetas”, herramientas, ejercicios en definitiva, que cumplan estos requisitos.

    En un intento de cubrir las necesidades surgidas, se aporta esta propuesta, con los que los niveles de atención y concentración de nuestros jugadores se verán beneficiados, y cuya eficacia ha sido contrastada con su uso por los autores del presente libro. Es importante aquí recordar que los frutos de la utilización de estos tipos de ejercicios siguientes ejercicios no se recogerán (como todo en el deporte) a corto plazo. Se aconseja desde aquí una ejecución constante y sistemática de los mismos y su integración dentro de la planificación de la temporada.

    Ni que decir tiene que la tarea encomendada ha de insertarse en la temporalización general del trabajo, a nivel de macrociclos, evitando así que se constituya en un “bloque específico” o “periodo específico” de entrenamiento atencional.

    Queremos reconocer, por otra parte, que algunos de estos ejercicios son más o menos conocidos. Aunque parte de los propuestos han sido diseñados a propósito, con el objetivo que se persigue, probablemente otros ya os sean conocidos, e incluso alguno de vosotros los habrá utilizado en alguna ocasión. Sin embargo, es probable que se haya pasado por alto la carga psicológica de los mismos. Por ello, hemos llevado a cabo una selección de aquellos más relevantes en cuanto al factor atencional y sus implicaciones.

    En este trabajo, vamos a exponer una serie de ejercicios para fútbol, cuyos objetivos van a ser los siguientes:

  • Mejorar la capacidad de Atención y Concentración ante estímulos específicos. - Minimizar al máximo la novedad de estímulos novedosos (propios de la competición), facilitando la toma de decisiones.

  • Desarrollar estrategias personales de Atención y Concentración.

  • Optimizar la capacidad de atención y concentración con una sobreexigencia atencional y posterior requerimiento de discriminación selectiva.


4.1. Recomendaciones a la hora de programar los ejercicios y juegos de Atención y Concentración

    Convendría que este tipo de ejercicios sea introducido por el entrenador poco a poco y con la progresión lógica.

    Hay que dar significado a este tipo de actividad. Explicar a los jugadores el por qué de su planificación.

    Para estar atento y concentrado, se requiere cierto grado de frescura. Aspecto este a tener en cuenta. Intentar no programar gran cantidad de ejercicios de este tipo en una misma sesión.

    El entrenador debería tener en cuenta el requerimiento físico que demanda algunos ejercicios de este tipo, respetando en todo caso:

  • Las recuperaciones lógicas entre ejercicios.

  • La dinámica de las cargas fijadas para la semana de entrenamiento.

  • El posible agotamiento que pueda suponer la intensidad de la actividad.

    Hay que reforzar las conductas adecuadas de los jugadores.

    Motivar siempre a los futbolistas:

  • Mostrándose animoso (eso es contagioso).

  • Elogiando su actitud.

  • Señalándoles sus progresos.


4.2. Posibles variantes para los ejercicios

    Comenzar con ejecuciones tranquilas y posteriormente ir aumentando la velocidad de ejecución.

    El entrenador puede introducir determinadas consignas que impliquen cierta distracción para los futbolistas.

    Esas consignas o instrucciones técnicas o tácticas podrán provenir de lugares cercanos al deportista, pero el entrenador puede optar por ir alejándose paulatinamente a fin de forzarle hacia una orientación selectiva ante los estímulos auditivos (voz del entrenador).

    El entrenador podrá proponer en cualquier momento la presencia generalizada de voces, consignas, solicitudes, de los ejecutantes a fin de crear mayor bombardeo de estímulos que provoquen, por otro lado, un mayor esfuerzo por parte de los futbolistas en la focalización de la atención en aquellos aspectos relevantes de su tarea.

    En cualquier caso y siempre que el entrenador lo estime oportuno se podrán combinar objetos propuestos (petos, pivotes, pegatinas numeradas) con otros no propuestos (pelota tenis, balón de rugby, etc.) a fin de crear ciertos desequilibrios a nivel cognitivo-motor, a los que seguirán intentos de adaptaciones ante estímulos novedosos.

    Por último, puede resultar interesante que el entrenador proponga a sus jugadores que éstos aporten posibles variantes a esos ejercicios. Ello dará mayor riqueza y variedad a esas actividades a la vez que brindará a los futbolistas la ocasión de sentirse participes de su entrenamiento.


4.3. Algunos ejercicios que se proponen








Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 8 · Nº 51   sigue Ü