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Juventud quemada.
Una nueva investigación que alerta sobre el hábito
del tabaco y la drogadicción en los estudiantes

   
Instituto Superior de Ciencias de la Salud
Departamento de investigación
(Argentina)
 
 
Dr. Claudio Jorge Santa María
Lic. Pedro Sosa
Lic. Mónica Rodríguez
Docentes y Alumnos

 

 

 

 

 
    Estos datos aportados por la investigación del Instituto Superior de Ciencias de la Salud, que es una institución educativa privada incorporada a la enseñanza oficial sin subsidio estatal, trabaja en favor de la comunidad con sus alumnos y docentes arrojando un poco aire fresco sobre esta compleja realidad. Su rector el doctor Santa María, guía estos trabajos bajo un antiguo y esperanzado refrán: “mas vale encender una luz, que maldecir la oscuridad”. Sumemos luz.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 50 - Julio de 2002

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    Es reconocido que el hábito de fumar, es la causa más importante de muerte evitable individual que se conoce. Aunque sabido por él publico en general, sin embargo el tabaquismo sigue siendo una práctica general.

    Una investigación realizada por el Instituto Superior de Ciencias de la Salud, en los aspirantes al nivel superior, la universidad y las carreras terciarias, determina que el 33 por ciento de los jóvenes fuma.

    La Organización Mundial de la Salud estima que hay alrededor de 1.100 millones de fumadores en el mundo. Equivale a un tercio de la población mayor de 15 años. Cuando los jóvenes fumadores de hoy lleguen a la edad mediana, en los años 2020 - 2030, el fumar causará 10 millones de muertes por año, 7 millones de los cuales serán en el mundo menos desarrollado, en el cual nos encontramos los argentinos. Por eso hay una epidemia global, el tabaco amenaza la salud publica.

    Informes de la Oficina Sanitaria Panamericana indican que en la Argentina mueren 40.000 personas por año por enfermedades debidas al tabaco.

    En Gran Bretaña mueren cada año alrededor de 100.000 personas. El fumar mata anualmente tantos ingleses como el total de civiles fallecidos por acción enemiga durante la última guerra. En los Estados Unidos es cinco veces el promedio de muertes debidas a los accidentes de ruta.

    Los óbitos en los fumadores son debidos principalmente a cáncer de pulmón, bronquitis crónica y enfermedades isquémicas del corazón. Fumar es probablemente responsable de 9 de cada 10 muertes por cáncer de pulmón, 3 de cada 4 muertes por bronquitis y 1 de cada 4 muertes por ataque cardíaco.

    Individualmente el gran fumador, si es joven, disminuye en un promedio de 4 años su vida y en 7 años si fuma por encima de 40 cigarrillos diarios.

    No sólo problemas de mortalidad sino de morbilidad, la tendencia a desarrollar ciertas enfermedades, acecha a los fumadores. El número de días de trabajo perdidos anualmente por enfermedades atribuibles directamente al cigarrillo es 20 veces superior a las ausencias imputables a otras causas.

    Este es el primer informe de un extenso trabajo de investigación, que fue realizado por los alumnos, docentes de la Escuela de Enfermería y el Departamento de Investigación del Instituto Superior de Ciencias de la Salud. Es el mismo equipo que comprobó el año pasado, que uno de cada tres estudiantes tiene trastornos en su peso corporal y en la alimentación.

    “El objetivo es conocer y describir mediante diferentes estudios, la situación actual de los jóvenes aspirantes a la Universidad, para identificar las áreas de mayor importancia de su realidad, y así plantear propuestas que modifiquen o prevengan el estado de salud, de este importante sector de la sociedad”, describe el doctor Claudio Santa María, director de esta investigación. Que cuenta con el Auspicio de la Secretaria de Educación y la Dirección General de Educación de Gestión Privada, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

    La encuesta abarca a 1100 estudiantes, que participaron en forma voluntaria y anónima. Se desarrollo en el mes de septiembre durante la Expouniversidad, en el Predio Ferial de Palermo, junto a un chequeo de salud gratuito del que participaron 2500 jóvenes.

    El estudio revela que el 85 por ciento de los jóvenes que comenzó a fumar, lo hace entre los 10 y 16 años. Solo el 15 por ciento comenzó luego de los 17 años.

    La prevalencia del hábito de fumar aumenta con rapidez al finalizar la primaria y en el comienzo del secundario. Por eso el doctor Santa María aclara que “las campañas de prevención deben comenzar en la escuela tempranamente y acompañar al niño en su transformación, durante la adolescencia, que es la etapa más vulnerable”.

    Estos datos coinciden con la bibliografía científica. Los factores más importantes en la iniciación del hábito son el ejemplo de compañeros, padres y hermanos. Los hijos de fumadores tienen más probabilidades de fumar y los fumadores adolescentes tienen amigos íntimos que fuman.

    Otros factores que pueden influir, es el deseo de parecer adulto y la curiosidad por los parientes o conocidos que fuman. La rebelión también puede ser importante en algunos sujetos jóvenes. Por último, la disponibilidad de acceder fácilmente a los cigarrillos en la sociedad permite la experimentación.

    En general en el ámbito mundial, la prevalencia del hábito de fumar sigue siendo del 35 por ciento en los hombres y del 29 por ciento en mujeres. La prevalencia es máxima entre los 20 y los 40 años. Su disminución en los individuos de mayor edad se debe, al menos en parte, a la mortalidad selectiva en los fumadores.

    Las cifras más altas se observan en países asiáticos, como China y Japón, donde el 70 a 80% de los hombres fuma. En hombres de todas las edades, el tabaquismo ha decrecido desde mediados de la década de 1960, pero en las mujeres jóvenes ha seguido elevándose hasta hace poco. En general las cifras siguen siendo altas en todos los subgrupos de la sociedad occidental y esto junto con su firme asociación a una larga lista de enfermedades, hace que gran parte de la mortalidad evitable, esté relacionada con el tabaco.

    El humo del cigarrillo contiene centenares de compuestos, según un informe de LALCEC, entre 3500 y 4000 sustancias. Los tres agentes citados con mayor frecuencia son la nicotina, el monóxido de carbono y un conjunto de compuestos orgánicos agrupados bajo la denominación de alquitrán.

    La cantidad de monóxido de carbono por cigarrillo varía según el tipo de filtro, pero tiene en promedio de 12 a 19 mg. por cigarrillo. Hay que recordar que el monóxido de carbono es 240 veces más afín que él oxígeno a la hemoglobina, molécula que se encuentra en el interior de los glóbulos rojos transportadora de oxígeno. Razón por lo cual el fumador es un gran desoxigenado, siendo el cansancio y la fatiga, la expresión de alguno de los síntomas de esta enfermedad. Los cigarrillos con poco alquitrán y poca nicotina no son diferentes de los cigarrillos comunes con respecto a su contenido de monóxido de carbono.

    La nicotina es un alcaloide hidrosoluble de sabor amargo transportado por las partículas de humo. Cada cigarrillo pesa de 3 a 10 gr. y contiene entre 30 y 120 mg de nicotina por cigarrillo. Se absorbe con facilidad a través de la mucosa bucal, nasal y del tracto respiratorio inferior. Su rápida absorción le permite cruzar la barrera hematoencefálica en 7 segundos después de ser inhalada. En niveles bajos puede ser estimulante y en niveles altos, deprime la función del sistema nervioso.

    Muchos de los efectos cardiovasculares agudos están relacionados con la nicotina, incluyendo la taquicardia, la hipertensión, la vasoconstricción y el aumento de la resistencia vascular periférica, así como el aumento del nivel de la adrenalina y la noradrenalina. Este ultimo efecto desempeña un importante papel en la adicción del cigarrillo. Vemos que las propiedades de la nicotina son importantes en los efectos del cigarrillo y los síntomas de privación parcialmente responsables del mantenimiento en el hábito de las personas que quieren dejar de fumar.

    Contiene además ácido cianhídrico, ya que las tasas de sulfocianuro de potasio en el suero de los fumadores son tres veces mas elevada que en los no fumadores, junto también a los Benzopirenos, que son sustancias más cancerígenas que el alquitrán.

    Los alquitranes se forman en el momento de la combustión del tabaco y pasan al humo. Son muy sospechosos de ser responsable del cáncer de las vías respiratorias. El cáncer de vejiga es debido a la presencia de ortoaminofenol en la orina del fumador.

    El humo tiene una fase gaseosa y fase semilíquida dispersa en aerosol. La fase gaseosa contiene una cantidad considerable de monóxido de carbono y ácido cianhídrico entre otros tóxicos. Estas propiedades irritantes y tóxicas afectan no sólo al fumador sino también a quienes lo rodean. Creando así una auténtica contaminación de los lugares de trabajo, de esparcimiento y en el hogar.

    Por el hecho de estar en un ambiente que se fume, quien se abstiene puede sufrir cefaleas, irritación ocular, tos, irritabilidad, estado nauseoso, insomnio y leves trastornos intelectuales. Precisamente su falta de hábito lo hace más sensible a la acción de los tóxicos inhalados, involuntariamente con el humo que exhalan los demás.

    Un tema de interés creciente es el de las enfermedades relacionadas con la inhalación del “humo” ambiente o tabaquismo pasivo. Los estudios acerca de no fumadores que viven y o trabajan junto con fumadores, incluyendo hijos pequeños de madres fumadoras, han demostrado mayores niveles de carboxihemoglobina o metabolitos de nicotina en sangre y orina.

    Es probable que el mayor daño causado por vivir o trabajar en un medio lleno de humo sea convertirse en fumador o no poder dejar de fumar. Además, los hijos de fumadores tienen un mayor índice de bronquitis, neumonía y asma. En los adultos, esta última puede exacerbarse por la exposición al humo del cigarrillo. El umbral de la angina de pecho parece ser menor para los pacientes con angina en un medio de fumadores. Varios estudios han documentado índices de cáncer pulmonar elevados en los cónyuges no fumadores de personas fumadoras. Aunque los resultados no son concluyentes, si un pariente o compañeros deja de fumar esto puede ser un medio para prevenir la enfermedad en el no fumador

    La investigación del Instituto Superior de Ciencias de la Salud, comprobó que entre los jóvenes fumadores el número de cigarrillos diarios es el siguiente. De 1 a 9 cigarrillos se observa en el 60 por ciento de los casos. De 10 a 19 cigarrillos el 27 por ciento. Mas de 20 cigarrillos diarios el 13 por ciento.

    Las enfermedades asociadas con el tabaco, en más de 30.000 estudios de investigación, constituyen una lista pavorosa. El fumador debe conocer estas asociaciones. La fumadora típica no conoce o desestima las complicaciones del embarazo asociadas con el hábito de fumar.

    Una estimación sugirió que cada cigarrillo fumado hace perder cinco minutos de vida, con un promedio de cinco a ocho años perdidos en los fumadores en comparación con los no fumadores. Una de cada 7 muertes en Estados Unidos tiene relación directa con el tabaquismo. Además del aumento de la mortalidad, el fumador debe conocer el aumento de la morbilidad y los diversos estados patológicos asociados con el tabaquismo.

    Los hombres que fuman pierden 33 por ciento más días de trabajo que los no fumadores; las fumadoras pierden el 45 por ciento más. Gran parte de esta pérdida de productividad está causada por estados agudos, como las afecciones del pulmón. Las fumadoras entran en la menopausia antes que las fumadoras y pueden ser propensas a la osteoporosis. Las que utilizan anticonceptivos orales corren un mayor riesgo de trastornos tromboembólicos. Los fumadores tienen menores niveles de HDL colesterol que los no fumadores y éste puede ser uno de los mecanismos por los cuales los fumadores son propensos a la aterosclerosis. Los tabaquistas en general tienen una mayor frecuencia de enfermedad periodental. Por eso, los costos económicos asociados con el consumo de tabaco no sólo incluyen la invalidez y la muerte prematuras, sino que también reflejan la mayor frecuencia de estados agudos y subagudos que requieren atención médica y dental.


Enfermedades relacionadas con el hábito de fumar

Cardiopatía (Enfermedades del corazón):

  • Enfermedad coronaria.

  • Vasculopatía periférica.

  • Enfermedad cerebrovascular.

  • Muerte súbita.

  • Cardiomiopatía, patología que afecta al músculo cardiaco.

Tumores de:

  • Pulmón

  • Laringe

  • Cavidad oral

  • Esófago

  • Páncreas

  • Vejiga

  • Riñón

  • Cérvix


Enfermedad pulmonar obstructiva crónica:

  • Úlcera péptica.


Complicaciones del embarazo:

  • Bajo peso de nacimiento.

  • Retardo del crecimiento fetal.

  • Muerte fetal y neonatal.

  • Síndrome de muerte súbita del lactante.


Buenas razones para dejar de fumar

    Podría ser económica, una persona que fuma dos atados por día, gasta 1300 dólares por año. La póliza de seguro de vida se incrementa un 30 por ciento en su costo si es joven y hasta un 70 por ciento más, si es adulto.

    Otra razón firme para esforzarse en dejar de fumar es el hecho de que muchos de los efectos deletéreos del tabaco pueden revertirse cuando se deja de fumar. Los riesgos de enfermedad coronaria y cerebrovascular disminuyen abruptamente durante el primer año de abandono del tabaco. Los sobrevivientes de infarto de miocardio que dejan de fumar tienen la mitad del índice de recurrencia o muerte de aquellos que siguen fumando, y de acuerdo con esto, dejar de fumar es tal vez la mejor intervención en el paciente posinfarto.

    La reducción del riesgo de cáncer tarda más, el riesgo de padecer cáncer de pulmón, esófago, laringe y vejiga disminuye con moderación durante los primeros cinco años que siguen al abandono del tabaco y pero después de 15 años es igual al de los que nunca han fumado. La capacidad vital perdida no se recupera en los sujetos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica temprana, pero sí la progresión de esta pérdida de la función se detiene.

    Esta reversión de la progresión de los daños orgánicos después de dejar de fumar es una razón importante para que el tabaquismo sea la más importante de las causas evitables de muerte en la sociedad occidental.


Buscando pistas

    Muchos factores son importantes para mantener el hábito de fumar y es útil separar los factores farmacológicos de los psicológicos. Algunos fumadores siguen haciéndolo por el refuerzo rápido y positivo que les proporcionan los efectos farmacológicos de la nicotina; por el contrario, otros fuman para evitar los síntomas de privación, irritabilidad, inquietud, ansiedad, deterioro de la concentración, disturbios del sueño, síntomas gastrointestinales, etc. Algunos usan el cigarrillo para aliviar la tensión y el aburrimiento o aumento del placer en la ingestión de alcohol o café. Otros fumadores culpan de su adicción a señales aportadas por el medio ambiente, como un cónyuge que fuma, o la sociedad de consumo que promueve su uso. Otra razón es la necesidad de usar las manos en las frecuentes repeticiones del acto de fumar.

    Conviene siempre consultar a un profesional, sino podemos controlar la adicción.

    Consultamos al doctor Santa María sobre que otros aspectos abordo la investigación. ”Se desarrollaron diferentes tópicos, la alimentación y el deporte, el lugar de residencia, composición de la familia y nivel de educación de los padres, junto a los ingresos mensuales del hogar. Quisimos saber la opinión sobre la educación secundaria, la sexualidad y el SIDA, que serán dados a conocer en posteriores informes sobre el estado de salud de los aspirantes al nivel superior”.

    afirmativamente el 9,45 por ciento de los encuestados. El 52 por ciento lo hace con una sola droga, que en un 92 por ciento es marihuana. En cambio el 48 por ciento refirió drogarse con dos o más sustancias. Como por ejemplo cocaína, marihuana, L.S.D. fármacos, entre otras sustancias.

    Se investigo también, si tenían amigos que se drogaban. La respuesta fue afirmativa, en el 31 por ciento de los casos. Esto es lo mismo decir que uno de cada tres amigos de los encuestados se droga, lo que implica que el problema de la drogadicción es mucho mayor.

    No hay que olvidar que de esta investigación participaron sólo los aspirantes al nivel superior, que es una población de alguna manera protegido, como será la realidad de los jóvenes que no acceden al mundo de la educación o del trabajo. Parecería que parte de la juventud esta quemada. Ahora bien el 60 por ciento de los estudiantes contestaron que quiere comunicarse mejor con sus padres, lo que sin duda es una buena noticia. Hará falta crear espacios de dialogo y comunicación en las escuelas y en el hogar, donde no conspire el apuro y las dificultades de la vida diaria.

    Que los jóvenes no se hagan humo y con ellos sus ilusiones, dependerá de la red de prevención y contención que genere la familia, la escuela y el estado.


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revista digital · Año 8 · N° 50 | Buenos Aires, Julio 2002  
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