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Los orígenes de los deportes
británicos en el Río de la Plata
Presentación y prólogo (I)

   
Ing. Eduardo A. Olivera
Edición original, Buenos Aires, 1932
 
 
Presentación
Julio Frydenberg
alaju@speedy.com.ar 
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 47 - Abril de 2002

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Presentación

    Debido al entrelazamiento que tuvieron los grupos dirigentes criollos con la primera potencia industrial del planeta, al lugar que ocupó el país en el naciente mercado capitalista mundial, y naturalmente, a la aparición de una numerosa colonia británica, Argentina fue uno de los primero países que sufrió la influencia cultural de difusión global de estas prácticas.

    Este libro junto con los de Ernesto Escobar Bavio fueron durante décadas los únicos trabajos que incursionaron en el tratamiento del tema asociados a la llegada y desarrollo de los deportes modernos en Argentina. Bavio puso el centro en la actividad de Alejandro Watson Hutton, asociado a la vertiente educativa, mientras que Olivera miró con mas detenimiento la vida de los clubes ingleses

    Este texto tiene la virtud de ser bibliografía y a la vez fuente histórica obligada. Brinda muy buenos datos así como deja traslucir los valores dominantes en ciertos grupos y en la época en la que fue escrito.

    El libro busca a los pioneros y enumera su vida deportiva. En ese marco general se presenta, simultáneamente, la paradoja en la que estaban envueltos aquellos iniciadores: los deportes eran actividades exclusivas para pocos, dadoras de signos de distinción social, pero a la vez, bajo la influencia del ideario del "progreso" y la creencia en la misión civilizadora de la cultura británica, algunos de esos primeros deportistas se dieron a sí mismos la tarea de la difusión de los llamados "juegos ingleses" hacia afuera de la propia colonia inglesa.

    El libro original es prácticamente imposible de conseguir. El objetivo que persigue EFDeportes con la digitalización y reedición de esta obra es la conservación del contenido original y el libre acceso para las futuras generaciones. Fue corregida la ortografía del texto original, adaptándola a las reglas ortográficas actuales.

Julio Frydenberg
Area Interdisciplinaria de Estudios del Deporte


 
Prólogo del autor

    En este libro se han reunido datos y crónicas sobre el origen de los deportes británicos en la República -algunos de ellos publicados por el autor, en el Magazine de "La Nación"- con el único fin de rendir homenaje a la memoria de los beneméritos hombres que los introdujeron y a los clubs deportistas que los fomentaron y que contribuyeron con su práctica, a formar el carácter de nuestra juventud.

pulsa para ver ampliado     Los británicos que vinieron, durante, y después de las invasiones de 1806 y 1807, a buscar en nuestro suelo un nuevo campo de trabajo, aportaron junto con su espíritu de empresa, las costumbres de su patria, las que fueron infiltrándose paulatinamente en nuestro ambiente por las simpatías que inspiraron desde sus comienzos. Por eso, ha sido necesario recurrir a los viejos archivos de las familias británicas establecidas en el Río de la Plata, desde aquéllos tiempos, para encontrar el origen de la introducción de dichos deportes.

    Se han consultado pues, en diferentes fechas y lugares, a muchas personas, y se ha investigado también en los viejos archivos de Mr. John Harratt, quien, con Mr. Peter Sheridan y el Dr. Whitfield, fundaron, en 1830, la primera cabaña, en forma estable, en la provincia de Buenos Aires; en los de la señora Carolina Lloyd de Hogg; y en las crónicas del "British Packet", periódico fundado por Mr. George Love en 1828, y de "The Standard", por los señores Miguel y Eduardo Mulhall, en 1861. Además de conseguirse referencias mediante informaciones yerbales, como las de Don Luis Gowland, hijo de Don Daniel Gowland; de la señora Mariana Newton, uno de los fundadores de la Sociedad Rural Argentina, y quién, en 1844, implantó entre nosotros el alambrado; además de los de otras personas cuyos antepasados fueron actores principales en esas actividades viriles.

    Han sido consultados también, interesantes trabajos históricos como los de Don José A. Viale Avellaneda y de Don J. Fitz Simon, publicados en "La Nación" y "La Prensa". Con referencia a los deportes hípicos y "raids" de resistencia, no se ha podido encontrar una fuente más autorizada, que la "Revista del Polo y Equitación".

    En cuanto al origen de los deportes británicos en el país, "La Nación", dijo, hace algunos años: "que había querido recordar a esos hombres que fueron los precursores.

    "Y fueron también el nervio vigoroso que puso en movimiento la gran masa social, luego de orientarla por la senda de prácticas que debían conducir a una vida superior, así en lo moral como en lo físico. Y al aguzar las remembranzas surgen con nitidez entre la aureola de ese entusiasmo tan poderosamente dinámico, que es fuerza incoercible en el Sportman, muchas figuras que las generaciones nuevas no pueden incorporar -porque no las conocen -a la devoción respetuosa y al fervor admirativo que en ellas suscitan los grandes ejemplos.

    "De esas figuras, es, sin embargo, la obra, que tan espléndidas realizaciones presenta hoy. Para dignas de acción pujante y de fe inextinguible en un porvenir mejor, con el arma tajante de su energía, fueron abriendo a través de la densa maraña virgen aún, el limpio camino de los que vendrían después.

    "Por ellos cayeron los prejuicios, y por su persistencia de iluminados, fue formándose un estado de conciencia favorable a 10 que hasta entonces, sólo era objetivo de mofa y repudio.

    "A través de las páginas que siguen, comprobará el lector la magnitud satisfactoria del progreso materializado, y aprenderá muchos nombres que los aficionados más jóvenes quizás no oyeron pronunciar nunca. Y es posible que más de un restrospecto ponga en el espíritu por inimitable contraste, entre la esplendidez presente y la precariedad vital de los ensayos primigenio s, un dejo de emoción, pues fueron en verdad heroicos -'algunos esfuerzos generosamente sostenidos, mientras se prestigiaban de sacrificios, los que prodigándolos, consagrábanse como propulsores eficaces en la hora inicial, desalentadoramente hostil.

    "Duros tiempos aquéllos, en efecto, para quiénes luchaban contra una indiferencia ambiente, mil veces peor que el más duro contraste individual sufrido en la palestra.

    "Los ingleses "locos" que corrían infatigables tras el football elusivo y ponían en ello un afán tan vivo como si persiguieran la más brillante quimera, realizando una obra social de cuya trascendencia no llegaron a tener una idea precisa. v"En el libro del Sport Argentino, prestigiando páginas de bronce eterno con caracteres de oro, quedarán indeleblemente consignados los nombres de aquéllos distinguidos sportsmen, cuyo corazón fue mucho más grande que la miopía lamentable de su época.

    "Algún gran estadium acogerá algún día bajo su pórtico monumental, ese homenaje para edificación de los que vayan llegando en el lento decurso de los años, Y estará bien allí la nómina ilustre, cuyo poder de evocación acaso diga al espíritu, con el fervoroso aliento: de la historia: "detén el paso tú que aquí vienes en busca de sanas emociones y piensa un momento en lo que horros de estímulo y enormes de fe, marcaron con trazo luminoso de su ejemplo, el camino que había de conducirte a este lugar, en que la nacionalidad se fortifica con el anhelo común de una gloria sportiva, cada vez más apreciada por el mundo".

    Todo esto, decía entonces, el ejemplar aquél, del gran diario que fundara Mitre, continuado hoy por sus descendientes para gloria del país, sobre los pioners del deporte nacional; y lanzaba la idea de hacer perdurar su recuerdo con la creación de un gran Stadium, que llevara inscripto en su frontispicio, sus nombres.

    Entre los años 1863 y 1874, fue cuando más difusión tuvieron los principales deportes británicos y en todo ellos actuaron casi siempre los mismos caballeros anglo-porteños, miembros, en su mayoría, del Buenos Aires Cricket Club y encabezados por dos elementos de singular valía, los hermanos Tomás y James Hogg, nietos de otro deportista de ley, Mr. Thomás Hogg, quien fue de los precursores de la organización del cricket nacional y padre, el primero, del conocido ganadero argentino, Don Ricardo Hogg.

    Es de justicia, por consecuencia, no olvidar los nombres de aquéllos caballeros británicos y anglo-porteños, que bregaron con tenacidad infatigable por la implantación de aquellos deportes en nuestra patria. Por ello, les dedicamos, como un homenaje a su memoria, este trabajo que hará perdurar su recuerdo en las generaciones presentes y venideras.

Eduardo A. Olivera


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