efdeportes.com

La concentración de ácido láctico como índice de valoración
de la contribución energética en el voleibol
Dra. Cristina González Millán, Dr. Aurelio Ureña Espá, Dr. Fernando Navarro Valdivielso,
Lic. Ana Martín Morell, Dr. José A. Santos del Campo, Dr. Fernando Llop García

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 46 - Marzo de 2002

2 / 2


    Por un lado, hay que contemplar el momento de la toma, ya que éste parece ser uno de los motivos por los que en voleibol no se han encontrado concentraciones elevadas de lactato. No hay que olvidar que en la mayoría de los estudios realizados en el voleibol, referenciados con anterioridad, las tomas de sangre se realizaron al finalizar el partido o entre sets, y por lo tanto, sólo representan la actividad anterior a la misma (Bangsbo, 1991b). Con la nueva normativa, las sustituciones del líbero por los centrales, han permitido llevar a cabo las extracciones durante el partido, sin por ello tener que alterar la dinámica de la propia competición. Además, hay que destacar que los jugadores que ocupan el puesto de central son sustituidos por el líbero una vez finalizado su paso por la zona de red, donde las acciones realizadas son de mayor intensidad. Esto ha posibilitado encontrar, en este último estudio (González, 2001), concentraciones de lactato elevadas, ya que se ha demostrado que éstas están relacionadas con la elevada intensidad de las acciones realizadas en los momentos anteriores a las tomas (Ekblom, 1986).

    También se observó en el estudio de González (2001) que las diferencias se ocasionan, fundamentalmente, por el puesto que ocupan los jugadores (Van Gool, 1987), ya que no se observaron diferencias significativas entre el central principal y el central secundario, pero sí entre éstos y el líbero (p<0.01), puesto que las acciones realizadas por los jugadores que actúan como centrales son de mayor intensidad que las que realiza el líbero.

    Existe también, una gran variabilidad en los valores de lactato obtenidos en los jugadores que ocupan el mismo puesto. Así, encontramos en este mismo estudio (González, 2001), que algunos jugadores que ocupan el puesto de líbero presentan valores de 1.21 mmol/l, y otros de hasta 8 mmol/l. En los centrales las variaciones son más acentuadas, pudiendo oscilar entre 0.82 a 11.40 mmol/l. La variación en las tomas se observa, no sólo en las realizadas durante el partido al mismo jugador, sino incluso, en el mismo set al mismo jugador (2.44 a 8.19 mmol/l). Esto se debe a la relación existente entre el valor obtenido y la intensidad de las acciones anteriores a la toma, y a que las fases en las que los jugadores están fuera del campo, permiten una eliminación rápida del elevado lactato muscular acumulado en algunas ocasiones; ya que se ha comprobado que en deportes de carácter intermitente la eliminación de éste ante ejercicios de elevada intensidad es muy significativa, y superior a la que ocurre en deportes continuos (Essen et al.1977).

    Por último, decir que el ácido láctico parece no ser un factor que en el voleibol induzca a la fatiga, sino que son otros los causantes de la misma, como son los aspectos de tipo nervioso (Ureña et al. 2001a; Drauchke et al. 1994) o la reducción del glucógeno muscular (Conlee et al. 1982). Esto lo confirma los datos del estudio de González (2001) en el que no se encontraron diferencias significativas en las concentraciones de lactato entre el primer y el último set en las tomas realizadas a todos los jugadores.

    Los valores de lactato sanguíneo encontrados en el estudio de González (2001), nos permiten afirmar que en el voleibol sí se producen concentraciones elevadas de éste, contrariamente a lo que afirmaban otros autores en estudios anteriores, que relacionaban las concentraciones bajas de lactato encontradas, con la duración de las fases activas, indicando que su brevedad impedía que éstas fueran elevadas. Sin embargo, existe suficiente evidencia científica para afirmar que la producción de ácido láctico comienza desde los inicios de la actividad (Hirvonnen et al. 1987; Spriet, 1995; Navarro, 1998; McArdle et al. 2000), y que la degradación de fosfocreatina y la glucólisis anaeróbica se activan desde el principio de la actividad de alta intensidad (Spriet, 1995).

    Si bien, no hay que olvidar que aunque se hayan encontrado valores elevados de lactato sanguíneo, probablemente la producción real de lactato sea mayor, especialmente en los músculos más implicados (miembros inferiores), ya que no todo el lactato producido después de un ejercicio de elevada intensidad aparece en la sangre (Boobis, 1987 y Bangsbo et al. 1992).

    Por último, destacar que, aunque en estudios anteriores se ha concluido que las concentraciones de ácido láctico encontradas en la competición de voleibol eran inferiores a las de otros deportes de características similares, en este estudio, tanto los valores elevados encontrados, como las diferencias significativas entre los diferentes puestos y la gran variabilidad entre los datos de un mismo jugador, coinciden con resultados similares en otros deportes de carácter intermitente (Fútbol, Baloncesto, Balonmano, Rugby).


Bibliografía

  • BANGSBO, J.; NORREGAARD, L.; THORSOE, F. (1991a). The effect of carbohydrate diet on intermittent exercise perfomance. International Journal Sports Medicine, 13: 152-157.

  • BANGSBO, J.; NORREGAARD, L.; THORSOE, F. (1991b). Activity profile of competition soccer. Canadian Journal Sports Science, 16: 110-116.

  • BANGSBO, J.; GRAHAM, T.E.; KIENS, B.; SALTIN, B. (1992). Elevated muscle glycogen and anaerobic anergy production during exhaustive exercise in man. Journal Physiology, 451: 205-222.

  • BANGSBO, J. (1994). The physiology of soccer, with special reference to intense intermittent exercise. Acta Phisiologica Scandinavica, vol 151 (619).

  • BARBERO, J.C. (1998). El entrenamiento de los deportes de equipo basado en estudios biomecánicos (análisis cinemático) y fisiológicos (frecuencia cardíaca) de la competición. Lecturas en Educación Física y Deportes. Revista Digital, año 3, nº 11, octubre 1998. Consulta: 20 octubre, 2000 de la World, Wide Web: http://www.efdeportes.com/efd11a/biomec.htm

  • BELYAEV, A.V. (1985). Methods of developing work capacity in volleyball. Soviet Sports Rev, 20(1): 35-38.LECOMPTE, J.C. y RIVET, D. (1978). Tabulated data on the duration of exchanges and stops in a volleyball game. Volleyball Technical Journal, 4(3): 87-91.

  • BOOBIS, L.H. (1987). Metabolic aspects of fatigue during sprinting. In: MacLead, D.; Maughan, R.; Nimmo, M.; Reilly, T.; Williams, T.C. (eds). Exercise. Benefits, limits and adaptations. London / New York: E. & F.N.

  • BOSCO, C. (1987). La preparación física en el voleibol y el desarrollo de la fuerza en deportes de carácter explosivo-balístico. Revista Voley. Buenos Aires.

  • BRAUMANN, K. M.; BUSSE, M.; et al. (1990). Interpretation of lactate performance curves. A Collection of European Sports Science Translations. Part I. Kidrnan Park, South Australian Sports Institute: 16-18.

  • BUTTI, L.F.E. (1990). Perfil do lactato no voleibol: interrelacoes entre tests de campo e desempenho em jogo simulado. Tesis Doctoral. Universidade Estadual Paulista.

  • CHRISTENSEN, E.H.; HEDMAN, R.; SALTIN, B. (1960). Intermittent and continuous running. A further contribution to the phisiology of intermittent work. Acta Phisiologica Scandinavica, 50: 269-286.

  • CHRISTMAS, M.; RICHMOND, S.; CABLE, N.; ARTHUR, P.; HARTMANN, P. (1998). Exercise intensity and metabolic response in singles tennis. Journal of Sports Sciences, 16: 739-747.

  • CIBICH, B. (1991). Applications of sports science to hockey: measurements by heart rate of the intensity and volume of training sessions and games. Sports Coach, april-june: 3-6.

  • CONLEE, R.; ROBINSON, K.; MCGOWN, C.; FISHER, A.; DALSKY, G. (1982). Physiological effects of power volleyball. Physiscian and Sports Medicine, 10(2): 93-97.

  • COX, M.H.; MILES, DS.; VERDE, TJ.; RHODES, EC. (1995). Applied physiology of ice hockey. Sports Medicine, 19: 184-201.

  • DRAUCHKE, K.; KRÖGER, C.; SCHULZ, A.; UTZ, M. (1994). El entrenador de voleibol. Barcelona: Paidotribo.

  • DYBA, W. (1982). Physiological and activity characteristics of volleyball. Volleyball Tech, 6 (3): 33-51.

  • EKBLOM, B. (1986). The applied physiology of soccer. Sports Medicine, 3: 50-60.

  • ESSEN, B.; HAGENFELDT, L.; KAIJSER, L. (1977). Utilization of blood-borne and intramuscular substrates during continuous and intermittent exercise in man. Journal Physiology, 265: 489-506.

  • GONZÁLEZ, C. (2001). Análisis del esfuerzo en el voleibol tras los nuevos cambios en el reglamento, mediante una observación sistemática y una medición telemétrica y lactacidémica. Tesis Doctoral. Universidad de Granada.

  • GREEN, H.J.; HUGHSON, R.L.; ORR, G.W.; RANNEY, D.A. (1983). Anaerobic threshold, blood lactate and muscle metabolites in progressive exercise. Journal Applied Physiology, 54: 1032-1038.

  • GREEN, HJ.; BISHOP, P.; HOUSTON, M.; MCKILLOP, R.; NORMAN, R.; STOHART, P. (1976). Time-motion and physiological assesments of ice hockey perfomance. Journal Applied Physiology, 40: 159-163.

  • GROSGEORGE, B. (1990). Observation et Entrenaiment en sports collectifs. Paris: INSEP Publications.

  • HÄKKINEN, K. (1988). Effects of the competitive season on physical fitness profile in elite basketball players. Journal of Human Movements Studies, 15:119-128.

  • HIRVONEN, J.; REHUNEN, S., RUSKO, H.; HARKONEN, D. (1987). Breakdown of high-energy phosphate compounds and lactate accumulation during short supramaximal exercise. European Journal of Applied Physiology, 56: 253-259.

  • HOFFMAN, JR. y MARESH, C. (2000). Physiology of Basketball. In: Garret, W.; Kirkendall, D. (eds) Exercise and Sport Science. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins.

  • IVY, J.L.; CHI, M.M.Y.; HINTZ, C.S.; SHERMAN, W.M.; HELLENDALL, R.P.; LOWRY, O.H. (1987). Progressive metabolite changes in individual human muscle fibers with incrasing work rates. American Journal Physiology, 252: C630-C639.

  • JACOBS, I. y KAIJSER, P. (1982). Lactate in blood, mixed skeletal muscle, and FT or ST fibres during cycle exercise in man. Acta Phisiologica Scandinavica, 114: 461-466.

  • KARLSSON, J.; NORDESJÖ, L.O.; JORFELDT, L.; SALTIN, B. (1972). Muscle lactate, ATP and CP levels during exercise fater physical training in man. Journal Applied Physiology, 33: 199-203.

  • KIRKENDALL, D.T. (2000). Fatigue from voluntary motor activity. In: Garret, W.; Kirkendall, D. (eds) Exercise and Sport Science. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins

  • KNUTTGEN, H.G. y SALTIN, B. (1972). Muscle metabolites and oxygen uptake in short-term submaximal exercise in man. Journal Applied Physiology,32: 690-694.

  • KÜNTSLINGER, U.; LUDWIG, H.; STEGEMAN, J. (1987). Metabolic changes during volleyball matches. International Journal Sports Medicine, 8: 315-322.

  • MARGARIA, R.; OLIVA, R.D.; DI PRAMPERO, PE.; CERRETELLI, P. (1969). Energy utilization in intermittent exercise of supramaximal intensity. Journal Applied Phisiology, 26: 752-756.

  • MCARDLE, W.; KATCH, F.; KATCH, V. (2000). Essentials of Exercise Physiology, 2ª Edición. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins.

  • MCINNES, S.E.; CARLSON, J.S.; JONES, C.J.; MCKENNA, M.J. (1995). The physiological load imposed on basketball players during competition. Journal of Sports Science, 13: 387-397.

  • MCLEAN, D.A. (1991). Analysis of the physical demands of international rugby union. Journal of sports, 10(3): 285-296.

  • MONTGOMERY, D.L. (2000). Physiology of ice hockey. In: Garret, W.; Kirkendall, D. (eds) Exercise and Sport Science. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins.

  • NAAR, T. (1982). Step by step study of a volleyball player. Sports Coach, 6(3): 41-46.

  • NAVARRO, F. (1998). La resistencia. Madrid: Gymnos.

  • RAVEN, PB.; GETTMAN, LR.; POLLACK, ML. (1976). A physiological evaluation of professional soccer players. British Journal Sports Medicine, 100: 209-216.

  • SHEPARD, R.J. (1981). Physiologycal factors limiting the ice hockey player. In: Tornquist, C. (ed). Proceedings of the Third International Conference on the coaching Aspects of Ice Hockey. Sweden: International Ice Hockey Federation.

  • SMITH, D.J.; ROBERTS, D.; WATSON, B. (1991). Physical, physiologycal and perfomance differences between Canadian national team and universiade volleyball players. Journal of Sports Sciences, 10: 131-138.

  • SPRIET, L.L. (1995). Anaerobic metabolism during high-intensity. Exercise metabolism. M. Hargreaves. Champaign, Illinois, Human Kinetics: 1-40.

  • STEELE, J.R. y CHAD, K.E. (1991). Relationship between movement patterns performed in match play and in training by skilled netball players. Journal of Human Movements Studies, 20: 249-278.

  • TESCH, P.A.; DANIELS, W.L.; SHARP, S. (1982). Lactate accumulation in muscle and blood during submaximal exercise. Acta Phisiologica Scandinavica, 114: 441-446.

  • UREÑA, A.; PALAO, J.M.; SAENZ, B. (2001). La fatiga en voleibol. Lecturas en Educación Física y Deportes. Revista Digital año 6- nº 30-febrero, 2001. Consulta: 16 febrero, 2001 de la World, Wide Web: http://www.efdeportes.com/efd30a/voley.htm

  • VAN GOOL, D.; VAN GERVEN, D.; BOUTMANS, J. (1988). The pysiological load imposed on soccer players during real match play. In: Reilly, T., Lees, A., Davids, K., Murphy, W.J. (eds). Science and Football. London / New York: E.& F.N.

  • VITTASALO, J.T.; RUSKO, H.; PAJALA, O.; RAHKILA, P.; AHILA, M.; MONTONEN, H. (1987). Endurance requirements in volleyball. Canadian Journal of Applied Sports Science, 12: 194-201.

  • VOIGH, H-F. y DE MAREES, H. (1985). Zur muskülaren Beanspruchung im volleyball. Dtsch Z Sportmed, 6: 163-170.

  • WOLFORD, S. y ANGOVE, M. (1991). A comparison of training techniques and game intensities for national level netball players. Sports Coach, 14: 18-21.

  • ZULIANI, U. y COLLARINI, L. (1992). Variazioni metaboliche e ormonali nella pallavollo. Medicina dello Sport, 45: 105-108.

| Inicio |

Otros artículos sobre Voleibol

  www.efdeportes.com/
http://www.efdeportes.com/ · FreeFind
   

revista digital · Año 8 · N° 46 | Buenos Aires, Marzo 2002  
© 1997-2002 Derechos reservados