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Una (primera) mirada sobre algunos cruces entre
el fútbol y la política en Jujuy

   
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
Universidad Nacional de Jujuy
(Argentina)
 
Ramón Burgos
huaico@imagine.com.ar

 

 

 

 
Este trabajo forma parte de mi Tesis de Licenciatura en Comunicación Social:
"Gimnasia y Esgrima de Jujuy como referente identitario. Visibilidad, Fútbol y Política". Mimeo, FHyCS-UNJu, 2001.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 43 - Diciembre de 2001

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"Gimnasia es la única alegría que tenemos los jujeños"
Carlos Santillán, Secretario General del Sindicato de
Empleados y Obreros Municipales (SEOM).
 

 
"Tal vez esta figura legendaria y popular del 'Perro' le ponga rostro
al sufrimiento y a la lucha que muchos jujeños libran cotidianamente"

Pedro Olmedo, Obispo de la Prelatura de Humahuaca.
 

    En este artículo abordamos algunos cruces que se presentaron a partir de la construcción del equipo de fútbol de Gimnasia y Esgrima de Jujuy y la figura del sindicalista clasista Carlos "Perro" Santillán como referentes identitarios de los jujeños.

    A partir del revelamiento realizado en los diarios Pregón y Clarín (los de mayor circulación, provincial y nacional, respectivamente) y del cual damos cuenta, en parte, en otro artículo (Burgos, R., 2001), podemos sostener que Gimnasia y Esgrima de Jujuy (en adelante GyEJ) y Carlos Santillán, cada uno con sus particularidades, operaron durante (y desde) 1994 como elementos de identificación de los jujeños a partir de los discursos propuestos por los medios y enunciados por los propios protagonistas.

    Fue durante ese año que ambos referentes alcanzaron trascendencia nacional. Esto se dio a partir de ocupar un lugar en la agenda nacional1. Durante la temporada 1993/94 GyEJ disputó y ganó el Torneo Nacional B, lo cual le dio mayor visibilidad en el ámbito futbolístico nacional, inscribiendo "el nombre de Jujuy entre los mejores equipos de toda la Argentina" (Pregón, 26/6/94)2.

    Por su parte Carlos Santillán encabezó las manifestaciones sociales en Jujuy, a partir de las cuales se motorizó la realización de la Marcha Federal, que "con la presencia de casi 50 mil personas en Plaza de Mayo, instaló (…) frente a la Casa de Gobierno el escenario de reclamo social opositor más importante desde que Carlos Menem accedió al poder en 1989" (Clarín, 7/7/94).

    Ambos procesos tienen en común ser vehículos de un reclamo de integración y de pertenencia, que transitan por caminos separados pero que se cruzan en varios momentos de los relatos analizados3. La campaña de GyEJ constituye uno de esos momentos en donde el fútbol "aparece como el disparador de una masa textual que, en realidad, discute otra cosa" (Alabarces, P. y Rodríguez, M. G., 1996: 173). En este caso, la lucha por el ascenso a una divisional mayor es también, por definición, una lucha por la inclusión. A partir de la participación en un torneo de carácter federal, la integración deseada excede lo puramente futbolístico y se puede relacionar (y de hecho se relaciona) con el pedido de integración nacional que se efectúa como consigna de la Marcha Federal.

    El fútbol se plantea así como un espacio de construcción de identidades colectivas, que postula a GyEJ como un sentimiento que construye una forma de identidad jujeña. Es en este escenario que María Graciela Rodríguez rescata en los países latinoamericanos "la capacidad del fútbol de construir -paralelamente a otras instancias- identidades nacionales más englobadoras que las que plantea el retroceso de las políticas de Estado, y al mismo tiempo instala la pregunta acerca de si el fútbol puede proveer un relato nacional unificador" (1997: 3).

    Asimismo, y con relación a las protestas sociales encabezadas en Jujuy por Santillán, Javier Auyero señala que simultáneamente con las crisis de las economías regionales, la corrupción gubernamental y los continuos intentos de ajuste en las provincias, en Jujuy entre 1993 y 1995 surge un nuevo fenómeno social, que puede ser caracterizado como "protestas glocales en la medida en que son producto de la interacción entre fuerzas globales y dinámicas locales" (2000: 41). Estas protestas, que reclaman -y logran- una alta exposición mediática, realizan también un reclamo de integración. Le reclaman a un Estado que se ausenta de la vida cotidiana y "que abandona la producción de discursos unitarios y condena a sus sociedades a reiterarse en sus fragmentos, o a intentar angustiosamente reponer una totalidad escamoteada" (Alabarces, P., 1998: 77). Así, desde la lucha sindical se hacen reclamos de integración nacional que son tomados también por el fútbol, leyéndose este en clave política e identitaria. De esta manera, consideramos que puede interpretarse que los procesos mencionados coinciden en un reclamo de identidad regional y de pertenencia nacional.


Identificación y recorrido

    En el corpus construido a partir del discurso de los medios, podemos encontrar ejes comunes a los referentes abordados. Uno de esos ejes es la identificación de GyEJ y Santillán con Jujuy, aún cuando esta identificación se produce de maneras diferentes en ambos procesos. En el caso de GyEJ se dio a través de una "naturalización" de la relación, donde permanentemente el equipo de fútbol es asociado a Jujuy ("Gimnasia es sinónimo de Jujuy", Pregón, 26/4/94). Así, la naturalización de Gimnasia con Jujuy "afirma el sentido de pertenencia a un territorio definido como parte de un universo simbólico totalizador, en el que necesariamente se inscribe toda identidad" (Angulo Serrano, C., et al: 1999: 142).

    Con relación a esta naturalización, Jesús Martín-Barbero afirma que "la relación con la ciudad o la región se establece con referencia abstracta y arbitraria, [y] los clubes deportivos son el mejor ejemplo de estos referentes abstractos" (en Rivera Guerrero, E., 1999: 10).

    Con respecto a la representatividad de los reclamos que expresa Santillán4, esta se produce a partir de un proceso menos estable. La prensa local, pese a considerarlo el "virtual conductor del núcleo sindical" 5 (Pregón, 4/4/94), sólo legitima los reclamos de los trabajadores estatales a partir del momento en el que la figura de Santillán cobra proyección nacional durante la realización de la Marcha Federal y su llegada a la Plaza de Mayo, donde "resultó a todas luces la vedette de la protesta antimenemista" (Clarín, 7/7/94)

    En nuestra tesis analizamos el recorrido del discurso local y nos encontramos con que esta legitimidad deriva de la que producen los medios capitalinos. Así vemos que, desde "adentro" y desde "afuera" de Jujuy, los discursos que circularon, lo hicieron relacionando a la provincia con los actores analizados.

    Este recorrido mediático de ambos referentes también encuentra puntos en común. Desde que GyEJ obtuvo un lugar en el "espacio mediático" de la nación, Jujuy logró una mayor visibilidad. A partir de instalarse en el "espacio de aparición" deportivo, se buscó modificar la imagen de la provincia en el contexto nacional y se confrontó con una producción discursiva que no se consideraba ajustada a la realidad local.

    Por este motivo, se construyó un relato diferente de Jujuy, tratando de hacerla conocer más allá "de los casos de cólera y narcotráfico" (Pregón, 9/6/94). Se trató, inclusive, de una construcción que buscó trascender los conflictos sociales que transcurrían al mismo tiempo en la provincia. Simultáneamente, los trabajadores jujeños buscaban que esos mismos reclamos se hagan "visibles" ante los ojos del país.

    Es en este sentido que se produce una tensión entre ambos relatos. El fútbol, por un lado, se constituye en un espacio de denuncia en tanto hace referencia a un trato desigual y discriminatorio hacia el equipo "jujeño" y a través de él, hacia los ciudadanos de Jujuy. Por otro lado, principalmente a partir de la intervención discursiva del diario Pregón, pero también a través del fútbol, se intenta mostrar una imagen distinta de la provincia, que no sólo abarca la de dejar de lado la pobreza y el contrabando, sino también los "violentos" reclamos sociales. Cuando esto sucede, los caminos entre el fútbol y la política parecen cruzarse, pero para tomar distancia6.

    La construcción de otra imagen se relaciona con la caracterización que se hace desde los medios. Desde el diario Pregón se construye a los jujeños como "pacíficos" (esto vale para la referencia hacia los hinchas de GyEJ), a la vez que los trabajadores estatales son estigmatizados como "violentos" (estigmatización que fue variando a medida que la repercusión nacional aumentaba), en el mismo movimiento que los trabajadores intentaban desligarse de esta caracterización.

    En definitiva, ambos coinciden en construir una representación de los jujeños como pacíficos y tranquilos, sin caer por ello en la "pasividad" con la que son cargados desde el centro. Esta construcción es opuesta a la estigmatización de pobres y traficantes, con la que se relacionaba a Jujuy desde los medios nacionales hasta la emergencia de estos dos fenómenos.


Los lazos entre el "Lobo" y el "Perro"

    Otro punto de contacto lo encontramos en el carácter de hincha de GyEJ del "Perro" Santillán. Esta relación es aludida principalmente desde la prensa nacional. Ésta, continuando la construcción naturalizadora entre Gimnasia y Jujuy, apuntaba que "como casi todo jujeño, [Santillán] es (…) hincha de Gimnasia y Esgrima de Jujuy" (Revista Rolling Stone N° 28, julio de 2000)7.

    La referencia constante a su calidad de hincha de GyEJ puede responder a la futbolización 8 de la agenda, a partir de la cual es casi imposible no encontrar referencias ligadas al fútbol en casi ningún ámbito de lo social en la Argentina.

    Algunos hechos que funcionan como ejemplos de esta futbolización se presentaron durante la Marcha Federal que se realizó mientras la selección argentina de fútbol disputaba el Mundial en Estados Unidos. Una muestra de esto es que "antes de su parada en Tucumán, la columna del NOA sólo había suspendido la marcha en Humahuaca, el domingo, para ver el último tramo del partido entre Argentina y Rumania. Enterado de que Argentina acababa de hacer el segundo gol, el jujeño Santillán propuso 'una paradita de quince minutos, a ver si empatamos'" (Clarín, 5/7/94).

    Por otro lado, al finalizar el acto en Plaza de Mayo y "después de solicitar una desconcentración ordenada, el locutor dijo por los altoparlantes que a pedido del dirigente Carlos 'Perro' Santillán, quienes desearan recibir al destacado jugador de fútbol [Diego Maradona] se acercaran a los micros que los trasladaron desde el norte" (Crónica 7/7/94).

    Este encuentro de referentes jujeños también se da en las declaraciones de Santillán sobre GyEJ, en la que lo postula como fiel representante de la provincia, produciéndose una concordancia con el discurso de los medios y los actores involucrados9. Paralelamente, el dirigente sindical coproduce la construcción de ambos como referentes identitarios, al afirmar que "cuando ponían en graffitis en las paredes: el Perro y el Lobo nos identifican o cualquier cosa de esas, uno sentía que la cuestión estaba muy relacionada con lo que pasaba en la cancha" (entrevista con el autor, 13/4/00).

    Esta identificación también se manifestaba -según Santillán- ante su presencia en el estadio de GyEJ, y por eso tuvo que dejar de ir a la cancha, ya que "se armaban unos conflictos impresionantes y terminábamos peleando siempre con la policía. Mi pasión es ir a ver fútbol, pero ahora no puedo por lo que se produce cuando uno llega: el enfrentamiento espontáneo con la policía" (ibídem). De esta reacción de los hinchas se podría desprender que esta identificación con su figura, responde -según Santillán- a una representatividad que deriva de liderar los reclamos antes mencionados.

    Por su parte, la prensa nacional se refirió en varias ocasiones a la relación entre Santillán y los hinchas de Gimnasia. Un artículo periodístico paradigmático en este sentido, es el escrito por Rubén Furman: "La hinchada del Perro", en el cual el periodista afirma "lo que todo el mundo sabe en la provincia. El carismático jefe del gremio municipal, Carlos 'Perro' Santillán, tiene un considerable ascendente sobre la barra brava de Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Algunas versiones van más allá: esa especie de guardia de corps que rodea al Perro en cada una de las iracundas protestas de los estatales jujeños son algunos de los miembros de la hinchada. Muchachos cuya lealtad quedó cien veces comprobada cuando, ante los primeros itakasos, se arrojan para cubrirlo con sus cuerpos" (Página/12, 19/10/95)10.

    Esta relación naturalizadora entre GyEJ y Santillán es reconstruida permanentemente. Inclusive, con motivo de producirse el descenso de GyEJ en julio de 2000, el Diario Deportivo Olé publicó una columna en la que el dirigente sindical analizaba las implicancias de dicho acontecimiento (6/7/00).


La conflictiva relación "Centro-Periferia"

    El conflicto entre el "centro" y la "periferia" puede considerarse el eje central que atravesó a los dos procesos descriptos en esta investigación. Esta oposición tiene su origen en situaciones históricas que dan cuenta de relaciones de poder al interior de la nación y entre las provincias (Belli, E. y Slavutsky, R., 1994). A lo largo de la campaña de GyEJ, tanto la prensa local como los actores involucrados, hicieron continuamente alusión a la asimétrica relación entre el centro (eje del poder político) y la periferia11.

    Refiriendo al desarrollo de la competencia deportiva, se señalaban permanentemente las desigualdades sufridas por el equipo jujeño. Uno de los ejes del relato construido por la prensa jujeña se centraba en las ayudas recibidas por Quilmes (rival de GyEJ en la disputa por el ascenso), en el marco de lo que Pregón identificó como un complot 12 contra GyEJ, "el estandarte de todos los jujeños" (Pregón, 26/6/94).

    Así, la asimilación de la figura de GyEJ como baluarte de la identidad jujeña se reflejó en aquellos aspectos que, fuera del simbolismo propio del fútbol, lo separaban de su identidad deportiva y lo reubicaban como referente local (Mombello, L., y Nicoletti, M. A, 1999).

    De tal forma, el fútbol es entendido como un escenario de disputa material y simbólica, en donde se discuten aspectos políticos relacionados a la identidad jujeña y a la integración nacional13. De manera que en el caso que nos ocupa, GyEJ es considerado baluarte de identidad, construyéndolo por oposición con el que se relaciona asimétricamente, desde una posición de desventaja. Un dato que no es menor es que a esta discusión Pregón la desarrolla casi exclusivamente desde su sección deportiva. Salvo alguna editorial aislada, la denuncia de las desigualdades sufridas por "los jujeños", son marcadas desde las páginas deportivas.

    Este aspecto quedó de manifiesto cuando los hinchas jujeños fueron agredidos por la Policía Federal en la Capital Federal, produciéndose un cambio en el "discurso de los medios". Hasta ese momento, el reclamo efectuado a través de la prensa gráfica jujeña era por el trato desigual, dentro de las relaciones igualmente desiguales entre la 'capital' y el 'interior'. A partir de la agresión sufrida por los hinchas, se llevó adelante un reclamo de inclusión nacional.

    En este reclamo de ser tratados "como argentinos", subyace una diferenciación y una tensión con el que es extranjero, trayendo a colación una voluntad de apartarse de los habitantes de otras nacionalidades (especialmente, y dada la situación de frontera de la provincia, de alejarse de lo boliviano), como si lo 'nacional' habilitara directamente a los derechos que envuelve el concepto de ciudadanía.

    Coincidimos con Gabriela Karasik en que "la situación de frontera política y social de la provincia y la historia de sus relaciones sociales, ha promovido en Jujuy lo que podría llamarse estrategias de distanciamiento simbólico en relación a lo qolla y lo boliviano. Estas prácticas sobre la memoria y sobre la identidad, aparecen exacerbadas y resignificadas en esta situación puntual de frontera, como parte de los reclamos de inclusión en el estado-nación por parte de los [jujeños]" (2000: 179).

    La represión a los hinchas que comentamos motivó respuestas airadas por parte de algunos legisladores -provinciales y nacionales- jujeños. Esta reacción, además de unir el reclamo político y el deportivo, incluyó de manera directa las demandas de los trabajadores encabezados por Santillán, al manifestar que "ya el interior está harto de estas conductas y el Poder Central, si permite la repetición de estos hechos, que luego no se pregunte el motivo de la 'Marcha Federal' ó cualquier otro movimiento de protesta" (Pedro Figueroa, Diputado Nacional por el Movimiento de Renovación Cívica, en Pregón, 21/6/94). Así los dos hechos mencionados -la campaña de Gimnasia y la Marcha Federal- son visualizados como vehículos de un reclamo de identidad nacional y de trato igualitario hacia el interior por parte del poder central.

    Paralelamente a los reclamos efectuados desde el fútbol, Jujuy estaba convulsionada por las protestas sociales que se desarrollaban. En estas, más allá de las reivindicaciones salariales, uno de los ejes aglutinadores era también la denuncia de la relación desigual por parte del poder central.

    Esta acusación hacia los gobernantes locales de "ser obsecuentes con Buenos Aires" (Pregón, 28/4/94), encontraba eco en la oposición política. Por un lado, mientras el Movimiento Popular Jujeño planteaba "la necesidad de modificar los términos de la relación Nación-Provincia" (Pregón, 7/4/94), desde el radicalismo Gerardo Morales sostenía que "en Buenos Aires 'tienen ideas alocadas' acerca de como solucionar el problema de la Provincia y subrayó que la primera causa de la crisis jujeña radica en la política nacional que ha hecho que 'la situación social no de para más'" (Pregón, 8/4/94).


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