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La preocupación por la salud de los niños en el
período ilustrado y su influencia en las ideas del Siglo XIX
Lic. Patricia N. Gómez

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 36 - Mayo de 2001

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    Kneipp coincide con todos los conceptos anteriormente expuestos y agrega algunas cuestiones que tienen que ver con los consejos a las madres para evitar el inconveniente que se produce cuando los niños no quieren dormirse.


k. Sobre la dentición

    Josefa Amar y Borbón hace una mención explícita de este período en el desarrollo del niño. Describe los síntomas que se producen con la aparición de los primeros dientes y propone algunos consejos para suavizar este estado de inquietud que genera en los niños el malestar propio de este período, también menciona los chupadores de cristal que “...por ser frescos, duros y lisos, sirven para frotar las encías, enternecerlas y facilitar la erupción de los dientes.64

    Kneipp también aborda este tema, pero hace una salvedad diciendo que: “Cuando se trata de criaturas fuertes y bien constituidas apenas sienten la influencia del fenómeno, mas para los niños enfermizos, achacosos y débiles, la salida de los dientes constituye una verdadera enfermedad. Como es natural, lo que principalmente sufre sus consecuencias es la boca. Precisa, pues, mantener en élla durante todo ese tiempo, una limpieza especial, á fin de evitar que se acumulen allí inmundicias, origen de alguna nueva molestia para la criatura.65”. En cuanto a la conveniencia del uso de los chupadores, Kneipp dice: “...no puedo menos de condenar una vez más el uso de los chupadores que, con los inconvenientes ya enumerados, reunen la desventaja de poder dar origen á desarreglos de la boca ¿A qué sostener una costumbre que, sin reportar beneficio alguno, lleva consigo un grave peligro para la salud del niño?66


l. El alimento y las comidas

    Locke, Rousseau, Josefa Amar y Borbón y Kant han detallado en sus obras qué tipo de alimentos deben consumir los niños, una vez, abandonada la lactancia.

    Los tres primeros coinciden en que no se debe abusar de la carne y, en caso, de que sea necesario proveer de carne al niño, ésta deberá ser de vaca, ternera o carnero y se servirá sin acompañamiento de salsa alguna. Se atribuyen las enfermedades de los niños al exceso de carne y a la carencia de pan en las comidas. En relación con la papilla, que suele dársele a los niños, coinciden las distintas obras en que éste no es un alimento muy sano; es conveniente, en su lugar, darle de comer a los niños pan seco. Lo mismo si solicita alimento entre horas o como desayuno, dado que es muy nutritivo y contribuye a mejorar su salud. También hay acuerdo entre las distintas obras en cuanto a evitar los excitantes tales como el vino, la sal y las especias. Rousseau agrega que los asados, fritos y la manteca también son inconvenientes.

    En relación con las frutas, Locke dedica un tramo extenso de su obra sugiriendo: “...que se le prohibiesen los melones, los albérchigos, la mayor parte de las ciruelas y todas las especies de uva que se crían en Inglaterra, porque teniendo un gusto muy tentador poseen un jugo muy poco sano; así es que, si fuera posible, convendría no vieran ni conocieran siquiera tales cosas. Pero las fresas, las guindas, y la grosella, estando bien maduras, me parece que se les pueden dar con seguridad, y aun con abundancia, siempre que las coman con estas precauciones: 1.ª, que no sea sobre la comida, como se hace generalmente, cuando ya el estómago está lleno de otros alimentos, sino antes, o en medio de ella; 2.ª, que la coman con pan; 3.ª, que estén perfectamente maduras.67

    En cuanto a las bebidas, Locke sugiere la cerveza suave, siempre luego de haber comido un pedazo de pan, y aconseja evitar el licor fuerte y el vino. A su vez, indica que si el niño luego de hacer un ejercicio extenuante se encuentra sediento debe, previo a ingerir alguna bebida, comer un trozo de pan seco y dejar templar la cerveza suave.

    Rousseau recomienda para Emilio, en cambio, “...que se le dé agua pura y sin ninguna preparación, incluso hacérsela beber aunque estuviese empapado en sudor o se estuviese en el rigor del invierno. El único cuidado que yo recomiendo es el de distinguir la cualidad de las aguas. Si es agua de río, dádsela sobre el mismo lugar en que surja del río; si es agua de fuente, es necesario dejar que se airee antes que se la beba.68 Luego hace una distinción relacionada con el tratamiento del agua en verano y en invierno.

    Kant no hace mención acerca de los cuidados a tener en cuenta en relación con las bebidas y Josefa Amar y Borbón apenas abarca este tema cuando afirma: “Si se acaloran, no se les ha de dar agua ni otra bebida fría, sin que antes coman un poco de pan u otra cosa, y dando tiempo para que se templen.69

    Kneipp propone como alimento posterior a la lactancia, la leche como base de la alimentación, el consumo de sopa y evitar la ingestión de azúcar y golosinas, carnes saladas, grasas, ácidos, especias y conservas en salmuera. También menciona como perjudicial el vino, la cerveza, el café y el té como bebidas para los niños. Sugiere la leche y el agua y, sin abuso, el chocolate cuidando, en todos los casos, de ingerir pequeñas cantidades con “orden y medida, para que sea provechosa.70


m. La educación de los sentidos

    Josefa Amar y Borbón alude en su obra a los sentidos, su situación en el recién nacido y la evolución de los mismos. “La naturaleza por sí sola los defiende de éste y otros daños en los cuarenta primeros días de su vida, en que parece están encubiertos sus sentidos. Un velo cubre su vista, otro defiende el órgano del oído, un humor espeso embota el olfato y el gusto, la grasa que tienen sobre el cutis modera el tacto, de otro modo no podrían tolerar la impresión que les causarían los objetos exteriores.

    Pasado este término comienzan a establecerse las funciones de los sentidos, pero siempre conviene preservarlos de sensaciones violentas, en particular de los sustos o espantos, que pueden serles muy perjudiciales.71 Y sigue diciendo: “Se ha de cuidar de que no haya excesiva claridad en el cuarto en donde duerman los niños, a fin de no causar una violenta conmoción en el débil órgano de su vista. La luz no debe venirles de lado, sino por detrás o de frente, siendo moderada. Es preciso que sea igual por ambos lados, y lo mismo se ha de entender de la luz artificial., porque pueden hacerse vizcos fijando siempre la vista hacia una parte. Cuando se despiertan y los levantan de la cama, no se han de arrimar de pronto adonde hay mucha luz, porque hiere tanto el órgano de la vista, que se alteran los nervios delicados y sensibles de esta parte, y así vemos que los niños pestañean con sobrada celeridad.72

    Kant también menciona que: “Los niños no ven bien al principio, próximamente hasta los tres primeros meses; tienen, en efecto, la sensación de la luz, pero no pueden diferenciar unos objetos de otros. Para convencerse de ello basta enseñarles una cosa brillante; no la siguen con los ojos. Con la vista aparece también la facultad de reir y de llorar.73

    Rousseau se refiere ampliamente al tema de la educación de los sentidos. Parte de la base de que “Nacemos sensibles y, desde nuestro nacimiento, somos afectados de diversas maneras por los objetos que nos rodean74”. Más adelante, menciona en gran cantidad de pasajes la influencia que los sentidos y su educación tiene para el desarrollo de un niño sano.

    Kneipp pregunta “¿Qué es lo que corresponde hacer á la madre para promover el desarrollo y la educación de los sentidos?...75 y, desde allí, comienza a dar una serie de consejos que tienen por objetivo ampliar la posibilidad sensorial de los niños. Al respecto, aclara: “No hay órgano alguno en el cuerpo humano que no encierre una maravilla de perfección y sabiduría; pero entre todos descuellan los cinco sentidos, esos admirables vehículos, por los que se manifiesta el alma, puentes entre el cuerpo y el espíritu.

    Esta sola consideración basta para comprender la importancia suma que tiene el desarrollo de los sentidos, que será más perfecto cuanto más completo y acabado sea el de todo el cuerpo.76


n. La importancia del aire libre

    Tanto Locke como Rousseau valorizan la educación al aire libre cuando se refieren a la salud de los niños. Rousseau plantea, a modo de ejemplo, “Que Emilio corra por las montañas descalzo, en cualquier estación, por la habitación, por la escalera, por el jardín; lejos de reconvenirle, le imitaré77.”

    Kneipp se refiere largamente a este tema y entre sus consideraciones menciona: “Es un hecho notorio y digno de consideración que los niños de corta edad, cuando una vez han salido á pasear y respirado aire puro, aun cuando vayan en los brazos de la madre ó de la nodriza, muestran luego deseos de repetir la excursión extendiendo los bracitos hacia la puerta y cuando saben andar cuesta gran trabajo retenerlos en casa, porque cuando menos se asoman á la ventana todas las veces que pueden, sin reparar en el frío. Tenemos en esto una prueba de que los niños prefieren permanecer al aire libre, aun en el rigor del invierno, antes que vivir en habitaciones cerradas.78


o. Las medicinas

     “Quizás pudiera esperarse de mí que prescribiese aquí algunas reglas médicas para evitar las enfermedades; yo no tengo que dar más que una, y ésta debe ser rigurosamente observada, y es la de no dar al niño medicina alguna.79 Así comienza Locke hablando sobre las medicinas. Esta afirmación marca fuertemente el concepto de este autor y de Josefa Amar y Borbón al respecto.

    Ambos dan cuenta de que es más seguro confiar en la naturaleza que ponerlos en las manos de un médico que, en forma casi segura, los “llenaría” de medicinas.

    Amar y Borbón, a su vez, reprueba el uso inexperto de las medicinas, dado que “No siempre se cura uno con lo que se curó otro, porque las enfermedades tienen diversas causas, y el discernirlas toca a los que han estudiado el arte.80

    Kneipp recomienda como el primer remedio al agua, utilizada de forma racional y metódica. A diferencia de los autores ilustrados sugiere que, ante cualquier inconveniente que se perciba con los niños, deberá consultarse al médico; y, en la tercera parte de su obra, desarrolla puntualmente cada una de las enfermedades más comunes, sus síntomas y tratamiento.


p. Del movimiento y el juego

    Kant, en su obra, da cuenta de que “Lo que ha de observarse en la educación física y, por consiguiente, en lo referente al cuerpo, se reduce, ó bien al movimiento voluntario, ó bien á los órganos de los sentidos. Se trata, en el primer caso, de que el niño se baste siempre á sí mismo. Para ello necesita fuerza, habilidad, agilidad y seguridad;...81 Más adelante, menciona que correr, saltar, lanzar, arrojar hacia un objeto y luchar, entre otros son buenos ejercicios que, en definitiva, robustecen el cuerpo.

    Describe juegos tales como lanzar al blanco, el juego de pelota, los juegos de habilidad, la gallina ciega y el columpio como actividades apropiadas para la formación y la salud de los niños.

    Rousseau, por su parte, propone juegos “naturales”: “Nada de cascabeles, nada de chupetes; ramitas de árbol con sus frutos y sus hojas, una cabeza de adormidera en la que se oiga sonar los granos,...82

    Más adelante menciona el juego del volante, lanzar una peonza, el juego de pelota, el mallo, el billar, el arco, el balón y los instrumentos de música. Acota que es importante que Emilio sepa saltar a lo ancho y a lo alto, que sepa trepar por un árbol, saltar un muro, que logre movimientos ordenados y precisos, tratando siempre de mantener el equilibrio.

    Monseñor Kneipp trata largamente la temática del movimiento y los juegos. En su obra pueden encontrarse afirmaciones al respecto: “Por natural inclinación hacen los niños ejercicios gimnásticos especiales, que son elemento indispensable para su salud. El niño mantiene sus músculos en constante actividad, como si comprendiese que necesitan mucho ejercicio para su desarrollo.83” “Entre las ocupaciones de los niños figura como muy principal el juego. Pero de las innumerables clases de juegos infantiles deben preferirse aquellos que exigen movimiento, que sirven para ejercitar los músculos y fortalecerlos, para desarrollar el cuerpo y dar flexibilidad á los miembros, porque estos endurecen la naturaleza y la acostumbran al trabajo.84

    Las carreras, a modo de competencia y con los pies descalzos, si fuera posible; el juego de pelota, los bolos, la gallina ciega, el de las cuatro esquinas, el juego del escondite, entre otros figuran entre las actividades que describe ampliamente en la obra.


q. Sobre la natación

    Locke, Kant y Rousseau hacen mención de la importancia del saber nadar.

    Locke destaca las ventajas que esto tiene para la salud de los niños y, aquí hace una comparación interesante cuando dice: “Nadie ignora que el saber nadar es una gran ventaja, y que esto salva la vida diariamente a muchos; y los romanos lo consideraron tan necesario, que lo ponían en el mismo rango que las letras, y era frase común, para designar a uno mal educado e inútil para todo, que no había aprendido ni a leer ni a nadar...85

    Kant menciona que “El ilustre Franklin se extrañaba de que no aprendiera á nadar todo el mundo, no obstante ser tan agradable y útil. Citaba también una manera fácil para aprender á nadar por sí mismo...” 86

    Rousseau coincidentemente con los autores antes mencionados afirma “Emilio estará en el agua como en la tierra. ¡Que pueda vivir en todos los elementos!”87 Monseñor Kneipp no hace mención en su obra sobre esta cuestión.


Conclusiones

    Durante el período ilustrado mucho se ha escrito acerca de la crianza física de los niños. La preocupación por la salud de los niños, dados los elevados porcentajes de mortalidad infantil registrados, era una prioridad para los médicos, filósofos, pedagogos y escritores tales como John Locke, Jean Jacques Rousseau, Manuel Kant y Josefa Amar y Borbón.

    Las ideas difundidas a través de sus obras han influido sobre los escritos que se produjeron años después y, en este caso, hasta un siglo más tarde.

    Hasta aquí se han analizado aquellas cuestiones expuestas en la obra de los pensadores ilustrados y, desde allí, se han confrontado estas ideas con las que Monseñor Sebastián Kneipp ha querido llegar a las madres de familia para atender a la salud corporal de sus hijos.

    En función de esto, se puede decir que las ideas del período ilustrado que se han encontrado en la obra de Monseñor Kneipp son las siguientes:

  • En principio, se mantiene el concepto de endurecimiento como opuesto al de protección. Tal como lo aclara Kneipp: “El endurecimiento no puede traer á los niños más que ventajas; la afeminación, el cariño mal entendido, lleva siempre aparejados males.88

  • Los temas abordados en las obras del Siglo XVIII son coincidentes con los del siglo siguiente: la salud, el cuidado de la madre durante el preñado, el parto, la lactancia, la nodriza, el baño/lavado, el vestido, el fajado de los niños, el sueño, la dentición, el alimento y las comidas, la educación de los sentidos, la importancia del aire libre, las medicinas y, por último, el movimiento y el juego.

  • El concepto de salud es coincidente en la obra de Monseñor Kneipp, “mens sana in corpore sano” es el axioma utilizado por él, que da cuenta de ello.

  • Si bien no se refiere explícitamente a la “educación física”, sí adhiere al movimiento corporal, los juegos y los ejercicios gimnásticos.

  • Señala la conveniencia de los vestidos amplios para la madre gestante y la pertinencia de una buena alimentación, en base a vegetales.

  • Aborda de manera diferente las cuestiones que se desprenden del parto dándole gran relevancia a la adaptación respiratoria del recién nacido.

  • Proclama la importancia de la leche materna en la crianza del niño y en las consecuencias que la lactancia trae, en forma beneficiosa, para la salud del niño.

  • Reprueba fuertemente la elección de una nodriza para la crianza pero, de todas formas, incluye algunos consejos en caso de ser la única posibilidad existente.

  • Categoriza el baño o el lavado de los niños según la duración y el sector del cuerpo que abarquen. Coincide con los autores ilustrados en cuanto a la adecuación gradual de la temperatura del agua en sentido descendente.

  • Afirma la importancia del vestido suelto y sin ostentación para los niños y recomienda evitar el exceso de abrigo.

  • Desaprueba el uso de fajas, cotillas, corsés y gorros para sujetar cualquier parte del cuerpo de los niños. Adhiere a la postura que sostenían los autores del siglo XVIII, considerando perjudiciales a dichos elementos.

  • Propone, al igual que sus antecesores, que los niños duerman en lechos duros y frescos.

  • Considera perjudicial, previo a la dentición, el uso de chupadores de cristal.

  • Acuerda, en relación con el tipo de alimentos, con la necesidad de consumo de verduras, leche y sopa para los niños que se encuentran en proceso de crecimiento. Su acuerdo se reproduce en relación con los alimentos no recomendados. Estos son: carnes saladas, grasas, especias, azúcar, golosinas, cerveza, vino, café y té, entre otros.

  • Propicia una educación de los sentidos que amplíe la capacidad de adecuación de los niños a su entorno.

  • Se refiere en forma positiva a la importancia del aire libre para la salud del niño.

  • Recomienda, a diferencia de los pensadores ilustrados, la consulta al médico en caso de encontrar síntomas de enfermedad en los niños.

  • Detalla largamente los juegos y actividades saludables que los niños pueden realizar con el objetivo de mejorar su salud. Estos juegos coinciden ampliamente con los enunciados por los autores del siglo XVIII.

  • A diferencia de sus antecesores, no recomienda la natación como actividad apropiada, al menos, tal como lo plantean en las fuentes revisadas.


Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 7 · Nº 36   sigue Ü