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El Entrenamiento en los niños y el Hockey sobre Césped
Eduardo E. Nacusi

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 34 - Abril de 2001

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    En la edad escolar se manifiesta una mejora de las pulsaciones máximas bajo carga frente al pulso de reposo a causa de las mejoras del desarrollo muscular.

    La efectividad de la entrenabilidad aumenta considerablemente a partir de los 8 años. La capacidad aeróbica en general se desarrolla siempre cuando:

    La duración de la carga sea de forma continua y por lo menos de cinco minutos, aunque mejor de 10 o mas minutos.

    la intensidad sea de un 50 % o mejor aún de 70 % de la capacidad cardiovascular máxima.

    Un efecto limitador para la resistencia aeróbica lo producen las capacidades cardiovasculares, respiratorias y metabólicas de la musculatura excitada.


Velocidad

    Aunque la velocidad se haya definido clásicamente como la distancia recorrida durante la unidad de tiempo, esta aproximación solo tiene un interés relativo cuando se aborda el concepto bajo el prisma de las cualidades físicas. La velocidad humana que es el resultado de un conjunto coordinado de contracciones musculares, de desplazamiento de palancas óseas, de percepción de señales, de tratamiento de la información, no puede definirse de una forma tan mecánica.

    De todos modos es importante saber que esta acción motora, en una aceleración máxima, en un espacio determinado, en el menor tiempo posible manteniendo una buena coordinación y equilibrio con elementos de trabajo propios del deporte que practique.

    Son variados los movimientos que posee el juego, donde simultáneamente están trabajando con suma destreza los miembros superiores e inferiores, con una perfecta movilidad del tronco una velocidad (valga la redundancia) de alta intensidad.

    Para cumplir este fin, el trabajo previo, deberá estar reglado en toda su magnitud en ejercitaciones tanto de resistencia, fuerza y flexibilidad.

    De acuerdo a las edades de los niños, esta evoluciona en la realización-ejecución-estilo, hasta alcanzar el máximo rendimiento en la competencia, ya que a su vez participan otras vivencias que ayudan a obtener mejores resultados, tales como: La coordinación, equilibrio de la parte motora.

    Muchos son los factores a tener en cuenta, al momento de entrenar la velocidad, los más importantes son, a) La parte funcional del encéfalo y de la médula S.N.C y el muscular. Mediante ejercitaciones lograremos adquirir esta virtud. En el compendio de actividades que permiten obtener la velocidad pura en los distintos momentos que el niño efectúa durante la competencia.

    Es en la edad escolar donde se pueden se pueden aplicar todos los tipos de ejercicios de velocidad. Los mayores incrementos se producen sobre todo en los campos de fuerza explosiva = en saltos = y en la capacidad de sprint.

    De todos modos se deben seguir introduciendo ejercicios en distancias cortas. Ejercicios para la velocidad de reacción en múltiples formas se pueden incluir dentro de la formación básica psicomotriz, pudiendo ser comprobada en muchas formas jugadas. No es aconsejable todavía sobre todo para los no entrenados en algún deporte, entrenar la velocidad - resistencia, ya que fisiológicamente el niño no tiene las bases mínimas para obtener una recuperación optima.


Fuerza

    La fuerza es la capacidad del ser humano de superar o de actuar en contra de una resistencia exterior basándose en los procesos nerviosos nerviosos y metabólicos de la musculatura.

    El trabajo dinámico de fuerza se basa en ejercicios excéntricos y concéntricos, mientras que el ejercicio estático se basa en ejercicios isométricos de la musculación.

    Según Hettinger (1972), la fuerza se incrementa después de los 13 / 14 años, observándose diferencias según el sexo, a los 11 años. Una entrenabilidad ventajosa se establece probablemente al alcanzar un nivel suficiente de testosterona en las células. Eso vale para ambos sexos. Antes de los 10 años, el rendimiento de fuerza de los niños apenas se puede mejorar mediante un entrenamiento específico para la fuerza, últimamente se puede alcanzar una mejora de la coordinación de los potenciales musculares existentes, ya que a esa edad apenas se puede aumentar el diámetro de las fibras musculares (Liesen / Hollmann, 1977). Si la actividad lúdica y las exigencias motrices contienen partes de fuerza, ya en edad relativamente temprana se puede desarrollar mejoras notorias de las condiciones de fuerza ( Lewin, 1967).

    Una formación mixta entre coordinación y fuerza también se aconseja de los 10 años para crear una base optima para el entrenamiento en la pubertad cuando las fuerza se pueda aumentar extraordinariamente. A pesar que la fuerza máxima esta poco formada a los 10 / 11 años, la fuerza dinámica se puede desarrollar bien mediante múltiples ejercicios. La exigencia de trepar, lanzar, saltar, y las habilidades gimnásticas, ofrecen motivación suficiente para animar a los niños.

    Sin embargo, hay que rechazar los ejercicios puros de fuerza( por ej. con pesas grandes), prevaleciendo los ejercicios variados dinámicos con realización técnicamente exacta. En estos tipos de ejercicios el aparato motor pasivo, especialmente la columna vertebral ha de quedar descargado. Por ej. ejercicios por encima de la cabeza pueden producir daños irreversibles, y el entrenamiento con pesas solo se debe iniciar una vez que la columna vertebral haya madurado.

    A los niños les encanta jugar con una pelota. Si observamos el juego de pelota infantil podemos reconocer la alegría que el comportamiento motriz proporciona al niño.

    Pero también se observa que juegan de una forma muy poco oportuna (comparando con el hockey de los adultos), todos los niños están encima de la pelota.

    Por estas razones se invento el mini hockey para solucionar la situación a esta edad. Tiene las siguientes ventajas.

  1. El área de juego es mas pequeña

  2. Número de jugadores por equipo es variable, 3 a 5, o más si es necesario.

  3. Forma dinámica de juego, que exige capacidad de rendimiento de los órganos y fomenta la habilidad.

  4. Reglas simplificadas del hockey.

  5. Posibilidades de juego sin árbitro.

  6. Ampliación de la idea del juego según las posibilidades alcanzadas.

    Estas reglas aplicadas con flexibilidad permiten sin discriminaciones la participación de principiantes, niños lentos en el aprendizaje y poco dotados en habilidad. Con la mentalidad del juego queda reflejado su valor pedagógico claramente.

    El minihockey fomenta el aprendizaje de las técnicas motoras, preparando para el hockey de pista y campo, por otra parte mejora la base física de los principiantes del hockey.

    En el entrenamiento básico, entre los 7 y los 12 años, ha que centrarse en los siguientes puntos : 1979):

  • Formación específica de agilidad, velocidad y flexibilidad. Los ejercicios se realizan sin palo y bocha.

  • Transmisión de destrezas y técnicas básicas, centrándose especialmente en la calidad de los elementos técnicos a aprender. Si nos orientamos en las características específicas de los niños entre 6 y 10 años, podremos suponer movimientos cada vez más seguros en cuanto a la coordinación, a partir de los 8 años. La cooperación entre nervios y músculos, dirigida por el sistema nervioso central S.N.C, facilita el aprendizaje motriz y posibilita la adquisición de movimientos técnicos complicados. Habrá que aprovechar los conocimientos con respecto a la edad indicada para el aprendizaje, ya que es importante iniciar pronto el juego de equipo.

  • Formación genérica del juego en equipo incrementando sistemáticamente las exigencias de los ejercicios táctico-técnico básicos.

  • Formación de las capacidades intelectuales y sensoriales específicas del deporte ( dominio del partido, sentido para la pelota etc).

  • Desarrollo inicial de características psíquicas de competición, como autoconfianza, dedicación, mente luchadora, etc.

  • Capacidades técnicas que se dominan a pesar de la interferencia del adversario.

  • Capacidad de rapidez en las carreras y con palo - bocha.

  • Capacidad de resistencia.

  • Agilidad en los movimientos de formas variadas.


Bibliografía

  • Hahn, D. (1998) Entrenamiento con niños. Edit. Martínez Roca S.A, Barcelona.

  • Horst Wein (1995) La clave del éxito en el hockey.

  • Incarbone, O. (1997) Juego y Movimiento de 6 a 14 años. Edit. Novelibro S.A, Bs. As.

  • Martens, R. Christina, R. Harvey, J. Sharkey, B. (1995) El Entrenador. Edit. Hispano Europea, Barcelona, 2ª edición.

  • Méndez de Socio, J.J. Entrenamiento deportivo, Hockey sobre patines.

  • Molina de Costallat, D. (1973) Psicomotricidad II. Edit. Losada S.A, Bs. As. 8ª edición.

  • Ruiz Pérez, M. (1987) Desarrollo Motor. Madrid.

  • Wilmore, J. y Costill, D. (1998) Fisiología del esfuerzo y del deporte. Edit. Paidotribo, Barcelona, 1ª edición.


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