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Camino del Inca y ruinas de Machu Picchu.
Tras las huellas del imperio Tahuantinsuyo.

Miguel Coranti

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 33 - Marzo de 2001

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    Caminando entre algunas lagunas y con los nevados como escenografía, a las 2 hrs. (4 km.) estaremos en las bellísimas ruinas de "Sayacmarca" (3.580 msnm.). Luego de otras 2 hrs. más de caminata (4 km.), llegamos a la Ciudad de la Nubes, "Puyupatamarca" (3.640 msnm), después de haber visto por primera vez desde las alturas, el poblado de Aguas Calientes, destino final de nuestra aventura.

    En los restantes 7 km. descenderemos durante 3 hrs. a los 2.650 msnm. llegando a las ruinas de "Wiñaywaina" . Allí pasaremos la última noche en nuestras carpas, cerca de un refugio reconfortante, donde podemos comprar cualquier comida, bebida e inclusive bailar.

     

Cuarto día: Wiñaywaina - Machu Picchu

    En este último día, el esfuerzo será menor, solo tendremos que caminar 2 hs. (6 km.) para arribar a la Ciudad Sagrada de "Machu Picchu" . En este día, la excursión se inicia más temprano, alrededor de la hora 5,30, a fin de llegar no más tarde de la hora 7 a la Puerta del Sol, el lugar más impactante del viaje. Nos detendremos unos minutos y será difícil quitarnos el encanto que nos provoca llevar la imagen de la legendaria Ciudad Oculta a nuestras retinas. De allí se desciende un poco más y llegamos a la ciudad antes de la hora 8.

     


Machu Picchu

    Cuando el grupo de Hiram Bingham descubrió Machu Picchu (Montaña vieja), en julio de 1911, buscaban en realidad las ruinas de Vilcabamba, último refugio de los Incas. Bingham no imaginó que eran dos, las ciudades perdidas en la selva. Cuando se hizo evidente que las ruinas de Machu Picchu no correspondían a Vilcabamba, nació el enigma sobre este lugar.

    Los españoles nunca se enteraron de la existencia de esta ciudad, por lo que, probablemente, los indígenas de esa época tampoco la conocían. La mayoría de los guías afirman que esta región fue despoblada y abandonada antes de la llegada de los conquistadores quizás por alguna enfermedad. También conjeturan en torno a enfrentamientos con otras tribus. Sin embargo, se desconoce la razón de su olvido.

    John Hemming, manifiesta que el lugar tiene solo 200 viviendas, por lo que la población debió haber sido de unos 1.000 habitantes. La gran cantidad de terrazas para el cultivo en toda la región, permite establecer que la producción agraria sobrepasaba ampliamente la demanda de los pobladores. Muchos arqueólogos proponen que la función de la ciudad, era suministrar hojas de coca para los sacerdotes y la realeza.

    Bingham insistió con su teoría del refugio. El hallazgo de un 75 por ciento de esqueletos femeninos sugería que la ciudad podría haber sido un refugio para las Vírgenes del Sol de Cusco, versión adoptada por la mayoría de los guías. Esta hipótesis se basa solo en las calaveras desenterradas y es muy difícil identificar el sexo de un subgrupo humano a partir de los huesos de la cabeza, por ello algunos arqueólogos descartan esta teoría.

    Las clasificaciones y denominaciones de Bingham parecen demasiado aventuradas para los arqueólogos modernos y otras, demasiado arbitrarias basadas en evidencias escasas. No obstante todos los guías, con el propósito de orientarse, se refieren a los nombres de Bingham, los cuales aun son aceptados.

    Se entra a la ciudad por la Casa de los Cuidadores de las Terrazas, que marca el ingreso al Sector Agrícola. Las terrazas acaban en el Foso Seco, tras el cual se encuentra la ciudad propiamente dicha. Si se sigue en línea recta, se llega al final a las fuentes, que, en realidad es una sucesión de 16 pequeñas cascadas. Muy cerca se encuentra el Templo del Sol, una torre que posee la mejor construcción de albañilería de toda la ciudad. El edificio adyacente era la residencia de alguna persona importante, conocido como Palacio de la Princesa.

    Junto al Templo del Sol, hay una casa que ha sido restaurada, se le suele llamar Casa del Cuidador de la Fuente. Las estructuras que se encuentran directamente enfrente del Templo del Sol, han sido clasificadas como el Sector Real.

    En la parte más alta de las terrazas se erige solitaria una choza, un especial para obtener una vista general del complejo. A unos pocos metros hay una piedra tallada d eforma curiosa, conocida como la Roca Funeraria.

    Con la ayuda del guía, en la parte superior de la ciudad, uno puede descubrir: el Templo de las Tres ventanas, el Templo Principal y la Sacristía. Luego ascendiendo un montículo se llega al más importante de los santuarios, el Intihuana (reloj solar), escultura de belleza única que escapo de la destrucción originada por la exigencia de los españoles de que abandonaran sus creencias religiosas.

    El itinerario culmina debajo del único arbusto de la gran plaza, facil de encontrar en cualquier postal del Machu Picchu. Sin embargo, los aventureros más resistentes, ascienden al Huayna Picchu, el pico de granito que se encuentra al norte de la ciudad. Es un empinado camino inca original, por el que hay que andar con precaución. Después de una hora y de haber pasado por terrazas jardines, se llega a la cima desde donde se contempla una vista espectacular.

     


Bibliografía:

  • Guías Océano. Perú. Océano Grupo Editorial. Año 2000

  • Plataneo, Mónica Liliana. América y el misterio de los orígenes. Colección Cuarta Dimensión. Cielosur Editora. Año 1978


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revista digital · Año 6 · N° 33 | Buenos Aires, marzo de 2001  
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