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Colosos brasileños en pista y campo

  Estadístico de Atletismo
Subdirector de la Academia Provincial de Atletismo de Camagüey
(Cuba)
Eddy L. Nápoles Cardoso
cmg@inder.co.cu

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 33 - Marzo de 2001

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    Cuando se menciona ese termino, todos pensamos que nos estamos refiriendo a las grandes estrellas del fútbol, que ha producido Brasil, donde el más universal de los deportes es pasión y orgullo; pero quiero hablar de los astros del atletismo carioca, que han brillado con luz propia en todos los confines del planeta, extendiendo su estela de éxitos por Juegos Olímpicos y otros eventos al más alto nivel.

    El primer coloso, Adhemar Ferreira Da Silva, el hombre que revolucionó el triple salto en los años 50, igualó el récord del mundo, en 1950, con 16.00 metros, al año siguiente le agregó un centímetro; en 1952 se estiró hasta los 16.22 y en 1955, implantó su último tope universal con 16.56.

    Helsinki lo vio coronarse por primera vez Campeón Olímpico, cuatro años más tarde en la lejana Melbourne, repitió su éxito. Adhemar triunfó en las primeras tres ediciones de los Juegos Panamericanos; Buenos Aires 51, con 15.19 metros, Ciudad México 55, con 16.56 y Chicago 59, con 15.90, iniciando así una tradición en el triple salto brasileño, casi mantenida hasta nuestros días.

     Otro triplista de la elite - Nelson Prudencio - quien junto al italiano Gentile y al soviético Sanaeev, protagonizaron una dura batalla en la capital mexicana, por el cetro Olímpico de 1968. Prudencio se vistió de gala en la final e implantó récord mundial con 17.27 metros y se sentía vencedor, pero en su último intento Sanaeev, lo desbanco con un colosal triple brinco de 17.39, récord mundial, no obstante el canguro brasileño ganó la medalla de plata, un bello premio al esfuerzo realizado.

    En Munich, 1972 nuevamente fue medallista, esta vez bronce, con 17.05, escoltando al mítico Sanaeev y al alemán Drehmel. Ganó plata en los Panamericanos de Cali 71, donde el cubano Pedro Pérez Dueña implantó récord mundial, con 17.40, aquí saltó 16.82 metros, fue Prudencio el enlace entre Adhemar y el siguiente astro que aparecería en la escena.

    Joao Carlos de Oliveira, señor atleta, todavía es recordado su triple zamba danzada durante los Juegos Panamericanos de México 75 - 17.89 metros -, la que se mantuvo como primado universal por espacio de 10 años; amen de su infortunio en dos Juegos Estivales, Montreal 76 y Moscú 80, pero se impuso en tres Copas del Mundo; Dusseldorf 77, Montreal 79 y Roma 81, con registros respectivos de 16.68, 17.02 y 17.37.

    Doble Campeón Panamericano de San Juan 79, con 17.27 en triple y 8.18 en longitud.

    Fue Joao de Salto un atleta colosal, un genuino representante de la escuela carioca de triple, todavía recuerdo la triste noticia que recibimos en 1981, del trágico accidente automovilístico, el que dejó tunca su trayectoria deportiva; cuando se debatía entre la vida y la muerte, para alegría de todos, se salvó, aunque le fue amputada su poderosa pierna derecha.

    Había sido elegido el Atleta del Año en Latinoamérica y al conocer tal designación, expresó: "No sé como agradecer esta designación que me honra y me llena de orgullo como deportista brasileño".

    Aun le quedaban fuerzas para librar su última batalla en Los Angeles 84, pero todo quedaba allí.

    Ahora nos mudamos para las pistas y nos encontramos a Joaquim Carvalho Cruz, otro as que brilló en el firmamento atlético; su despegue se remonta a 1981, cuando logró tope universal juvenil en los 800 metros, con 1:44.3, en Río de Janeiro, en 1983, en el Campeonato Mundial de Helsinki, gana medalla de bronce, con 1:44.27.

    El año 1984 marcó su gran consagración, en la ciudad de Colonia, el 26 de agosto, hizo temblar el récord de Sebastian Coe, al detener los relojes en 1:41.77, a solo cuarto centésimas del tope, antes en los Juegos Olímpicos de Los Angeles, se coronó Campeón, con 1:43.00.

    Carvhalo fue titular del Continente en Indianapolis 87, un año después viaja hasta Seúl, para revalidar su título Olímpico, pero es superado en la final por el keniano Paul Ereng, quedando en segundo lugar, así terminaba su otra batalla Olímpica.

    Los latinos, lo veíamos como un continuador de las huellas dejadas por Alberto Juantorena; más las lesiones hicieron su aparición y fueron deteriorando su carrera atlética, no obstante es uno de los grandes no solo de Brasil, sino de Latinoamérica.

    Seguimos en las pistas y vemos a Robson Gaetano de Silva, quien apareció en el ámbito atlético en 1983, velocista que surge en la etapa de renacimiento de los resultados relevantes, marcados por norteamericanos, europeos y caribeños, no obstante este moreno, oriundo de Río de Janeiro se abre paso entre los principales sprinters del momento, prueba de ello, son sus triunfos en tres Copas del Mundo, - Camberra 85, Barcelona 89 y La Habana 92 - .

    En los Juegos Olímpicos de Seúl, ocupa el tercer lugar, en los 200 metros, con 20.04, lugar que repite ya al final de su carrera como integrante del relevo 4 x 100 metros, en Atlanta, 1996.

    Su marca de 19.96, lograda en Bruselas, 1989, constituye actualmente la segunda de toda Iberoamérica, solo superada por los 19.89 de su compatriota Claudinei da Silva, lograda el pasado año.

    Robson fue varias veces medallista Panamericano, más siempre ansió subir a lo más alto del podio Olímpico, objetivo que no pudo ver cumplido, quizás esa sea su única deuda con sus seguidores y consigo mismo, pero esto no empaña su grandeza.

    Cierra la lista de colosos Ronaldo da Costa, el maratonista del año 98, oriundo de Minas Gerais, quien comienza su lucha en pos del Olimpo sobre el año 1993, un año después gana el primer circuito de Sudamericano de Carreras de Ruta, en el Campeonato de Cross de la región, se ubica en tercer lugar.

    Asiste al Campeonato Mundial de Media Maratón, en Oslo y se ubica en tercer lugar, con 1 hora y 54 segundos, récord brasileño y segunda mejor marca Sudamericana de todos los tiempos.

    Gana los Campeonatos Iberoamericanos de Mar del Plata en 1994, en los 5 mil metros y meses más tarde es tercero en esta ciudad, en los 10 mil metros, ahora durante los Juegos Panamericanos.

    En 1997, incursiona por primera vez en la Maratón de Berlín, donde finaliza en el 5to lugar, con 2:09.07, excelente faena para un debutante.

    Están aquí algunos de los resultados más relevantes, antes de llegar al Maratón de Berlín de 1998, cuando Ronaldinho, dejó a todos estupefactos con una segunda mitad más rápida que la primera, la que lo llevó a batir el récord del mundo con 2:06.05, realizó una carrera progresiva y sobre todo al final.

    Ronaldo ha comenzado ha revolucionar la maratón en este fin de Siglo, un coloso que empieza a escribir su historia con el paso acelerado de sus piernas.

    Imaginamos que el Gigante Sudamericano, seguirá siendo la cuna de astros de la talla de los aquí mencionados.


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