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Producción digital especializada en el campo de las Ciencias del Deporte: .com, .net, .org o .edu?

Area Interdisciplinaria de Estudios del Deporte, FFyL, UBA
Docente en el IEF “F. W. Dickens”, Buenos Aires
Director y Editor de ‘Lecturas: Educación Física y Deportes’, revista digital
http://www.efdeportes.com

Tulio Guterman
tulio@efdeportes.com
(Argentina)

    La notable expansión de las redes telemáticas en el último año convocan a repensar la lógica de construcción de este espacio virtual. El creciente interés en acceder a información en línea, el evidente desarrollo de nuevos medios, y la creciente convocatoria de estos eventos multimediáticos cuestionan el carácter elitista y minoritario de estas propuestas.
     Tomando como eje los dominios posibles que habilita la World Wide Web, podemos considerar a la producción especializada en el campo de las Ciencias del Deporte en términos de un producto que en tanto convoque una audiencia creciente permitirá constituir emprendimientos que puedan ser financiados por diversos mecanismos, ya sea publicitarios o a través de compra de productos. Pero a la vez, en torno a estos eventos, se constituyen redes de personas interesadas en los temas específicos, bajo la forma de grupos de autoayuda o redes solidarias, que promueven, expanden y estimulan al desarrollo del capital social.
     Por último, el espacio virtual crea efectos directos o indirectos en los procesos de capacitación e intervención en el área educativa.
     Concluimos que el fenómeno que describimos no puede ser comprendido si no es en todas estas dimensiones posibles.

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 29 - Enero de 2001
Trabajo presentado en el IIIº Encuentro Deporte y Ciencias Sociales y
1as Jornadas Interdisciplinarias sobre Deporte. UBA - 13 al 15 de Octubre 2000

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Introducción
     La notable expansión de las redes telemáticas en el último año convocan a repensar la lógica de construcción de este espacio virtual.

     El creciente interés en acceder a información en línea, el evidente desarrollo de nuevos medios, y la creciente convocatoria de estos eventos multimediáticos cuestionan el carácter elitista y minoritario de estas propuestas.

     Tomando como eje los dominios posibles que habilita la World Wide Web, intentamos analizar el fenómeno en sus múltiples significaciones y metáforas: por su potencial valor comercial (.com); por su alcance en cuanto a red de vínculos entre personas (.net); por su efecto como organización sin fines de lucro (.org) y por su impacto en el campo educativo (.edu)


PuntoCom
     Existe un creciente aumento de sitios de empresas grandes, medianas y pequeñas que utilizan Internet para dar a conocer sus productos y servicios y así generar nuevos negocios. Pero el impacto más novedosos está dado por la presencia de las empresas puntocom (o dotcom) que constituyen nuevas formas de llegar a los consumidores, tanto de productos como de servicios.

     Avanzan al calor de las suba y baja de acciones tecnológicas que derivan capital especulativo hacia estos emprendimientos. Para algunos son el negocio del siglo y para otros es una mera burbuja financiera con soporte extremadamente endeble.

     Las ventas de El Sitio (diciembre de 1999)1, Patagon (marzo de 2000)2 y Ya.com (propiedad del argentino Martín Varsavsky, residente en España, en setiembre de 2000)3 ha creado en el mundo iberoamericano la fantasía de que es posible volverse millonario de la noche a la mañana. La endeblez de estos argumentos y el carácter “golondrina” del capital financiero y especulativo, lo prueba la fluctuación del precio de El Sitio, que pasó de valer 1.581 millones el 29/12/99 a valer 315 millones 4 meses después4.

     Los argumentos para estos emprendimientos son casi obvios: cada vez más gente accede a Internet; es un medio barato y de sencillo y rápido acceso; es posible poner en línea un catálogo de productos y que los internautas los adquieran a distancia. Los aspectos negativos del “negocio” (o lo que señala que esto no es un negocio tan rentable) están determinados por la atroz competencia que significa para una empresa el acceso a mercados globales. Esta oferta es cada vez mayor, sumada a la pobre lealtad de los consumidores hace que mucho analistas económicos consideren a la Web, todavía, un medio poco confiable para grandes inversiones. Incluso ya varias empresas han ido a la quiebra a partir de la caída de Boo.com5.

     Para nosotros, el aspecto comercial está determinado por la necesariedad de obtener recursos legítimos para sostener estos emprendimientos.

     Podemos considerar a la producción especializada en el campo de las Ciencias del Deporte en términos de un producto que en tanto convoque una audiencia creciente permitirá constituir emprendimientos que puedan ser financiados por diversos mecanismos, ya sea publicitarios o a través de compra de productos. De todas maneras entendemos que nuestro trabajo dista mucho hoy de ser de interés para inversores, pero confiamos e invertimos nuestro esfuerzo y nuestro tiempo en el medio, no sólo por su potencial valor mercantil sino por otros aspectos ligados a la economía que exceden la compra-venta de productos y/servicios.


PuntoNet
     El valor de un sitio está fuertemente determinado para la interrelación compleja de actores, ya sea lectores, autores y productores comprometidos en un proyecto. La claridad y continuidad de la idea en el tiempo, la calidad de la información ofrecida, la cantidad de saberes que circulen libremente y la velocidad de su difusión son alguno de los indicadores de esta valoración.

     La construcción y expansión de estos nuevos medios es de enorme importancia para la constitución de comunidades virtuales para profesionales de la Educación Física y de las Ciencias del Deporte. En la mayoría de los casos, la tarea cotidiana se desarrolla en lugares distantes, aislados de otros profesionales que comparten temáticas similares6.

     Además, existen dos procesos ligados al tipo de tarea en estos sectores. Por un lado, un proceso de pauperización que vuelve casi imposible trasladarse continuamente para asistir a eventos y reuniones de capacitación. Y por otro lado, una sobrecarga de tareas semanales de lunes a lunes, que obliga a cubrir gran cantidad de horas para alcanzar un salario más o menos digno. Las redes virtuales intentan cubrir el vacío de la práctica permanente y cotidiana y abre la posibilidad de la consulta, el intercambio y la reflexión.


PuntoOrg
     Pero a la vez, en torno a estos eventos, se constituyen redes de personas interesadas en los temas específicos, bajo la forma de grupos de autoayuda o redes solidarias, que promueven, expanden y estimulan al desarrollo del capital social.

     En las economías postindustriales el tercer sector de la economía tiene en Internet un aliado indispensable para su expansión. Personas que ayudan a otras, que les envían información calificada es una constante relación cotidiana a través del ciberespacio. No venden productos ni ofertan servicios sino que pertenecen al denominado Tercer Sector de la economía, aquellas personas que se dedican a ayudar a otras personas, y configuran nuevas y complejas formas de intercambio. Constituyen estrechas relaciones de colaboración, estimulando la re-construcción de las identidades locales, oponiéndose y resistiendo a los aspectos más perversos de la globalización7.

     La red funciona bajo la forma de grupos de autoayuda temáticos, verdaderas comunidades, que no sólo intercambian información significativa sino también son espacio de quejas, reclamos, ilusiones, esperanzas, buscando instancias superadoras de los conflictos cotidianos.

     En este sentido es un imperativo estudiar y determinar el valor en la economía global del capital social en las distintas comunidades, para atraer la atención de patrocinadores tanto oficiales como privados. Intuimos que los beneficios sociales y culturales son y serán de un efecto multiplicador enorme en nuestros países.


PuntoEdu
     Finalmente, en el cuarto aspecto a considerar, el espacio virtual crea efectos directos o indirectos en los procesos de capacitación e intervención en el área educativa.

     La presencia de las instituciones educativas en la red es relativamente pobre. Prácticamente los recursos que se derivan son mínimos. A la vez el interés de los directivos es mínimo y aún perdura el argumento del sentido común en el sentido que “la máquina deshumaniza al hombre”8. La tecnofobia9 aún es moneda corriente en estos territorios.

     La expansión de la red es más producto sobre todo de iniciativas personales por sobre las estructuras burocráticas. No existe red por decreto y no hay, no habrá ninguna ley que estimule a interesarse por estas novedades. Las redes se constituyen de personas y no de máquinas.

     El rol del Estado debería ser orientar y facilitar el libre acceso de todos los actores interesados, y promover y premiar aquellos espacios que se vuelven significativos para los navegantes. El Estado en Argentina está evidentemente ausente y sin ideas ni proyectos claros para realizar. Los presupuestos cada día son más flacos y estos rubros no son prioritarios. Las iniciativas privadas que han surgido se sostienen en ideas que privilegian más la lógica del mercado que la lógica de lo pedagógico. En otra instancia gubernamental, la Secretaría de Deportes ve reducido su presupuesto año a año10 y avanza a los tumbos en medio de una política social y deportiva prácticamente inexistente.

     En nuestro campo, los Institutos de Educación Física vienen de una vieja tradición normalista que los hace ser más reproductores que productores de información. En esta realidad, la información se vuelve casi peligrosa para sus portadores. Las universidades, por su parte, insertas en una fuerte tradición intelectualista, no toman en consideración al deporte y otras prácticas corporales y motrices como un objeto de estudio interesante. El área privada acredita con títulos pero su inversión en información calificada (por ejemplo, bibliotecas) es casi nula.

     Por otro lado, el campo de estudio que nos ocupa estuvo durante mucho tiempo fuertemente impactado y hegemonizado por las disciplinas biomédicas. Esto se dio así probablemente por la fuerte pregnancia de lo corporal en las prácticas motrices. Esta mirada fragmentada y superficial del fenómeno fue un obstáculo para pensar nuevas significaciones. El campo de las Ciencias Sociales aplicadas al deporte recién se empieza a legitimar en los últimos años de la década de 1990. Y encuentra y encontrará sin dudas en la Redes un espacio propicio para su desarrollo, expansión y completa legitimación, en las próximas décadas.

     El desarrollo de información especializada en nuestro campo no puede ser sostenida por los medios tradicionales. Poco se puede esperar de estos medios. En las secciones deportivas de los periódicos son prioritarios los resultados de los deportes masivos. A esto se agrega, por el lado de los diarios y revistas deportivas, el interés por la vida privada de los deportistas. La minucia deja muy poco espacio para la reflexión o el conocimiento sobre el objeto, aunque es evidente que ante estos nuevos movimientos que se producen en la Red, se ven influidos y también van mutando, e incorporando nuevas ideas, tanto en contenido como en el diseño.


Final y futuro
     Este fenómeno complejo que describimos no puede ser comprendido si no es en todas estas dimensiones posibles. Sostener estos espacios, para producir y difundir nuevas ideas necesariamente precisa disponer de prepotencia de trabajo, sumar voluntades eliminando jerarquías y tener una imagen de futuro. En una era donde las lealtades se vuelven sumamente endebles, se trata de avanzar por un territorio plagado de incertidumbres, no asistiendo pasivamente a la expansión del medio sino construyéndolo y transformándolo día a día.

     Somos quienes hacemos visible lo invisible, quienes convertimos lo que era elitista en objeto de interés general. Autores conocidos local o regionalmente se vuelven globales, permitiendo la circulación de ideas, conceptos y nuevas prácticas allí donde la información calificada es un bien escaso.

     Así como lo planteamos hace más de tres años cuando fundamos nuestro ciberespacio, allá lejos y hace tiempo cuando la Red era una utopía, seguimos apostando al medio. El entusiasmo de miles de internautas, sumado al interés creciente de decenas de autores de todas las geografías de la aldea global, que eligen nuestro medio para vincularse e intercambiar con una creciente e inquieta audiencia, nos empujan hacia el futuro.


Notas

  1. Diario Clarín, 11/12/1999.

  2. Diario Clarín, 12/3/2000.

  3. Diario Clarín, 2/9/2000.

  4. Diario Clarín, 19/4/2000.

  5. Diario Clarín, 19/5/2000.

  6. El tema de los recursos en la red tendientes a aglutinar en torno a profesionales en redes, En El Deporte en Internet: relaciones, ideas y conocimientos. Lecturas: Educación Física y Deportes, N° 12

  7. Ver la reciente obra de Jeremy Rifkin, La era del acceso. La revolución de la nueva economía, Paidos, Buenos Aires, 2000.

  8. Hay una larga tradición en este sentido en la Educación Física, fundamentalmente en la obra de Cagigal. Me refiero a este tema en el libro Informática y Deporte, INDE Publicaciones, Barcelona 1998, pp. 22 y subsiguientes.

  9. “La condena de la computadora (...) no hace sino coronar una larga seguidilla de rechazos enderezada a salvar al hombre de la más oscura de sus creaciones: la máquina” (Piscitelli, 1995:123)

  10. Diario Clarín, 11/10/2000.


Bibliografía


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