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Monopolio televisivo y «gerenciamiento»:
el fútbol como mercancía

Universidad Nacional de Mar del Plata
jmgil@mdp.edu.ar

Gastón Julián Gil
(Argentina)

    Tomar al fútbol como una unidad económica permite un acercamiento conceptual -especialmente desde la economía política- necesario en estos tiempos de monopolio y privatización -o «gerenciamiento» en su versión eufemística- de bienes tradicionalmente públicos. En esta presentación se plantea un estudio de las formas que cobra lo que se podría llamar esfera de producción en el campo futbolístico para generar el excedente económico. Por consiguiente, se toma al fútbol como una mercancía, como una entidad económica cuya principal función es la de generar plusvalía como producto mercantilizado. Se verá entonces como el fútbol profesional actúa como un eslabón dentro del capitalismo monopolista que se esfuerza por crear permanentemente nuevos mercados y expandir así el rendimiento económico, generando tensas situaciones de exclusión.
     Si el fútbol, y el deporte en general, ha recibido una escasísima atención por parte del saber académico esta situación se profundiza aún más si se consideran los aspectos estructurales que hacen al fútbol. Y esta carencia no sólo es privativa de la academia argentina, cuyos avances más importantes en el campo se refieren a las cuestiones relacionadas con nacionalidad y género. Aunque por supuesto, esto no es una falencia que la ataña exclusivamente al deporte, ya que es parte la academia en un sentido amplio. Tal es lo que sucede con la economía política de la comunicación, postergada ampliamente por su vecino “poderoso”: los estudios culturales. Sin que esto implique un menosprecio hacia los estudios que se ocupan de estudiar los contenidos ideológicos de los productos relacionados con los medios (en nuestro caso podrían ser los programas deportivos), se considera que se hace necesario desarrollar análisis de este tipo, ya que dan cuenta de un proceso previo al de los análisis discursivos, que sin una adecuada comprensión del contexto productivo lleva a una comprensión sumamente acotada -en el mejor de los casos, cuando no errónea- de los procesos sociales que envuelven al deporte en el sistema capitalista.
    Palabras clave: Fútbol. Gerenciamiento. Privatización de entidades deportivas. Mercantilización del deporte profesional.

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 26 - Octubre de 2000
Trabajo presentado en el IIIº Encuentro Deporte y Ciencias Sociales y
1as Jornadas Interdisciplinarias sobre Deporte. UBA - 13 al 15 de Octubre 2000

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“Mientras el análisis marxista siga concentrándose en los contenidos ideológicos de los mass-media,
será difícil elaborar estrategias políticas coherentes para resistir a las dinámicas reales subyacentes al universo
cultural, que es regulado estable y progresivamente por la lógica de la producción global de mercancías”

(Nicholas Garnham, 1994: 139)


Introducción: una propuesta de análisis

    Si el fútbol, y el deporte en general, ha recibido una escasísima atención por parte del saber académico esta situación se profundiza aún más si se consideran los aspectos estructurales que hacen al fútbol. Contrariamente a la gran masa de discursos periodísticos que se encargan de brindar estadísticas y datos aislados de los montos que mueven el fútbol profesional no se disponen de análisis que intenten situar el rol que el deporte ocupa como mercancía en el sistema capitalista. Y esta carencia no sólo es privativa de la academia argentina, cuyos avances más importantes en el campo se refieren a las cuestiones relacionadas con nacionalidad y género, sino que también se aplica en cierta medida a la gran mayoría de los estudios sociales del deporte. Aunque por supuesto, esto no es una falencia que la atañe exclusivamente al deporte, ya que es parte de la academia en un sentido amplio. Tal es lo que sucede con la economía política de la comunicación, postergada ampliamente por su vecino “poderoso”: los estudios culturales.

    Sin que todo esto implique un menosprecio hacia los enfoques teóricos que se ocupan de estudiar los contenidos ideológicos de los productos relacionados con los medios, se considera que se hace necesario desarrollar mayores avances en la dimensión económica de los medios, ya que es un proceso previo al de los análisis discursivos, que sin una adecuada comprensión del contexto productivo pueden ser comprendidos de manera acotada -en el mejor de los casos, cuando no errónea- al desconocer los procesos económicos que envuelven al deporte en el sistema capitalista. Por eso es que no debe olvidarse que:

“No se pueden entender ni la génesis ni las formas ni la participación en las luchas de género y raza sin un análisis de los fundamentos y el contexto económico-político de las prácticas culturales que son constitutivos de esas luchas. La economía política de la cultura jamás sostuvo que todas las prácticas culturales estén determinadas por el modo de producción de la vida material o sean funcionales a éste. Pero siempre sostuvo, y sigue haciéndolo, que el modo de producción capitalista tiene ciertas características estructurales fundamentales, sobre todo el hecho de que el trabajo asalariado y el intercambio de mercancías constituyen las condiciones de existencia necesarias e inevitables del pueblo. Estas condiciones modelan el terreno en el que se llevan a cabo las prácticas culturales: el entorno físico, los recursos materiales y simbólicos disponibles, los ritmos temporales y las relaciones espaciales. También plantean los problemas a los que el pueblo responde con sus prácticas culturales: fijan la agenda cultural” (Garnham, 1997).

    Esta tarea, en ocasiones olvidada y postergada por los análisis centrados exclusivamente en lo discursivo, se torna indispensable para conocer en detalle lo que se encuentra detrás de toda la inmensa maquinaria mediática generada en torno al deporte, aunque más precisamente del fútbol. Por eso es que se parte del autor más renombrado de la economía política de la comunicación, Nicholas Garnham, en cuanto a sus postulados fundamentales acerca de la manera de elaborar un enfoque de los medios masivos de comunicación. Aquí no se pretende saldar una deuda ni presentar un modelo de análisis a seguir, sino simplemente contribuir a la comprensión de un fenómeno desde una perspectiva teórica no del todo utilizada y que en este caso ofrece una línea de investigación fructífera. Si bien está claro que las regularidades que son analizadas en este trabajo constituyen una tendencia mundial, se tomará de forma prioritaria el caso argentino, que además de ser el más cercano, ofrece la particularidad de un mercado en gestación con un monopolio televisivo perfectamente asentado y los primeros pasos de un proceso de “gerenciamiento” de los clubes de fútbol, tradicionales instituciones públicas que se encuentran en medio de un proceso de privatización por empresas transnacionales en un nuevo paso por la apropiación de los espacios públicos en la Argentina. Aunque esto último no parezca tener relación con los medios de comunicación, se verá que este pretendido “gerenciamiento” no puede desligarse de la apropiación que las industrias culturales han hecho del fútbol, en lo que constituye el próximo, y quizás definitivo, paso a dar en el campo futbolístico.

    Un estudio sobre la vinculación entre el deporte y los medios de comunicación necesita un tipo de enfoque que se detenga en la manera en que las distintas disciplinas deportivas son apropiadas por los medios, hoy todos ellos eslabones de grandes conglomerados económicos. En este caso, se plantea un desarrollo conceptual basado en los lineamientos generales de la economía política de la comunicación, que se basa en un soporte empírico orientado en su mayor parte al caso argentino, sin aislarlo del contexto internacional. Entonces, a lo largo de este trabajo se intentará desarrollar la problemática general de los medios de comunicación en Argentina dentro del contexto mundial de la concentración económica y la convergencia tecnológica, para luego recluirse en el lugar que el deporte ocupa en esa configuración económica y política.

    Toda esta reflexión puede además enmarcarse en una posible búsqueda de especificidad de las llamadas ciencias de la comunicación de la Argentina: como generadoras de políticas públicas. La imposibilidad que los estudios de comunicación muestran de lograr una especificidad epistemológica dentro del campo de las ciencias sociales podría redefinir el campo de la comunicación hacia una función política. En este marco es que este trabajo se plantea realizar una diagnóstico de situación y detectar aquellos lugares en que los cuales se produzcan situaciones que permitan la generación de políticas públicas que tengan en cuenta la forma en que se desarrollan estos procesos económicos. Con esto no se está diciendo que sólo un posicionamiento crítico de las ciencias de la comunicación puede ser alcanzado con la economía política. Todo lo contrario, ya que por ejemplo resulta sumamente fructífero reflexionar acerca de la emergencia de discursos autoritarios en los programas televisivos vinculados al fútbol y al deporte en general, lo que puede formar parte de una planificación estatal con respecto a los medios, tanto en su rol como emisor como en cuanto a su labor como regulador.

    Por consiguiente se plantea un estudio de las formas que cobra lo que se podría llamar esfera de producción en el campo futbolístico para generar el excedente económico en el medio televisivo. Entonces, se toma al fútbol como una mercancía, como una entidad económica que genera plusvalía como producto mercantilizado y que permite una función económica indirecta, a través de la plusvalía generada en otros sectores de producción que encuentran el fútbol el espacio propicio para generar excedente. Se verá entonces como el fútbol profesional cumple un papel clave dentro del capitalismo monopolista que se esfuerza por crear permanentemente nuevos mercados y expandir así el rendimiento económico, generando tensas situaciones de exclusión en el consumo de los espectáculos deportivos.


Fútbol y derechos de televisación

    Un tipo de análisis como el que se ha propuesto más arriba necesita ubicar dentro del sistema de medios nacional a la empresa que monopoliza los derechos de televisación del fútbol argentino: Torneos y Competencias (TyC). Esta empresa ha consolidado en los últimos años una importante presencia en los rubros audiovisual, radiofónico y editorial, en medio de un proceso en el cual la monopolización de los derechos de transmisión del fútbol por TV le posibilitó disponer de un espacio clave en la configuración empresarial de las telecomunicaciones en la Argentina. TyC tiene intereses comunes con los tres grupos económicos de mayor importancia en la Argentina en el sector de las telecomunicaciones. Poseer los derechos sobre el fútbol le permitió a la sociedad conformada por Carlos Ávila y Luis Nofal, venderle una parte importante del paquete accionario a la norteamericana TCI, ahora perteneciente a AT&T y conseguir condiciones favorables de sociedad con el Grupo Clarín y con CEI-TISA, holding hoy dividido en el CEI y en Telefónica. 1

    Cada vez resulta más evidente que el fútbol ocupa en esta lucha de medios un lugar de gran importancia porque la posesión de los derechos de transmisión televisiva se ha convertido en un elemento nodal de las políticas de medios de las grandes corporaciones. Y esto no sólo se da en la Argentina sino que es una constante mundial. En nuestro país, la adquisición del monopolio de las imágenes del fútbol por parte de TyC le permitió a esa empresa experimentar un enorme crecimiento económico y simbólico dentro de las estructuras de poder del deporte en Argentina. En cuanto a su incorporación el CEI-TISA, tras unas complejas negociaciones de compra y venta de paquetes accionarios, Carlos Ávila y su socio Luis Nofal no sólo siguieron con el control de TyC sino que además consiguió hacerse cargo de El Gráfico, la revista deportiva tradicional en la Argentina, lo que constituyó el primer multimedios deportivo nacional, junto con AM La Red, una emisora casi exclusivamente dedicada al fútbol. Además montó una sociedad con Rupert Murdoch a través del canal deportivo de cable Fox Sports. Por fuera de TyC, Carlos Ávila logró quedarse con el canal América -propiedad hasta mediados del 2000 de Eduardo Eurnekian-, tras desembolsar 150 millones de dólares. El empresario del fútbol había realizado gestiones similares para quedarse con Azul TV pero finalmente Telefónica hizo valer su posición para quedarse con la mayoría del paquete accionario.

Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 5 · Nº 26   sigue Ü